Título: Twisted path
Pareja: Edo Phoenix
Notas: Mangaverse. Algunos son post-series, otros pre-series. Todos het.
Rating: T
Género: Romance
Tabla de retos: In the dark
Tema: 3. No more lonely nights
Reggie deja caer sus cabellos rubios sobre la almohada, al tiempo que sus vivaces ojos azules se dirigen al hombre que comparte la cama con ella por primera vez, escrutándolo mientras una sonrisa indefinible hace aparición en sus labios. Edo se encuentra sentado a su lado, con el torso desnudo brillándole a la luz de la luna y con la misma mirada de autosuficiencia que siempre lo ha caracterizado —¿y cómo no estarlo, cuando es Reggie Mackenzie con quien comparte las sábanas?—, todo es diferente a su alrededor ahora que Tragoedia se ha ido, ahora que sus vidas han sido liberadas de su estigma mortal. Se diría —casi— que todo es perfecto.
Han regresado a América y continuado con sus estudios y respectivas vidas, el padre de la mujer hace todo por complacerlos, les permite de todo e incluso trata a Edo como a un hijo, siempre excusándose por el horrible incidente causado debido a su debilidad, por la pérdida de su padre y las otras muchas desgracias que encabezaron sus vidas. Sin embargo, eso poco importa ya. Todo ha cambiado. Todo queda en el pasado, salvo ellos dos.
—Fubuking me ha invitado a salir —suelta la mujer de pronto, apoyándose en los codos para mirar mejor al que siempre fue su compañero desde la infancia. Pese a que ya no está bajo la presión de liberar a su padre del mal, sigue teniendo ese carácter fuerte y algo sarcástico, por lo cual sus palabras llevan dobles intenciones—. ¿Debería de ir?
—Eso puedes decidirlo por ti misma —espeta Edo, soltando un largo bostezo, como si toda aquella plática sin sentido le aburriera.
—¿Entonces no te importa? —la rubia se incorpora sobre la cama, quedando todo su cuerpo al descubierto en la semi-oscuridad. Muchos otros podrían quedar rendidos con la simple visión del arco de su espalda o los suaves pechos escondidos tras su cabello ahora largo, pero Edo apenas y se inmuta.
—Por supuesto que me importa, sin embargo, eres tú la que decide, ¿no es así? No soy tu dueño —Edo se voltea para mirarla directamente a los ojos, aún recordando aquél duelo en el cual Fubuki peleó por ella y él, en cambio, por su propio honor. Está claro quién la merece más, pero eso no importa.
—Eso era lo que quería escuchar —dice ella y en rápidos movimientos consigue situarse encima de él, mirándolo con la misma ferocidad con la que Edo le devuelve la vista, con la misma sonrisa felina y se diría incluso hasta más feliz y atrevida—. Iré a la cita tan sólo para hacerlo sufrir un poco más.
—Eres cruel... no esperaba menos de ti.
Dicho lo cual, toda conversación es apagada al tiempo que sus labios se unen.
Por supuesto que Reggie no es cruel, ambos lo saben. Pero en esa extraña felicidad que poco a poco comienzan a digerir, todo lo que antes estaba prohibido —enamorarse, jugar, salir—, ahora es un nuevo reto a romper.
Y Reggie quiere romper un corazón por primera vez en su vida.
