CAPITULO 1.- VISITANTES EN EL PUEBLO
Winry observo por la ventana el movimiento típico de una mudanza, le agrado; aquella casa llevaba mucho tiempo vacía, pese a su buen estado nadie le había habitado en mucho tiempo, por las noches los vecinos decían escuchar ruidos extraños, pronto las leyendas de fantasmas se habían apoderado del lugar, ella no creía en ellas, pero…el chico que bajo del automóvil le pareció especialmente extraño…no exactamente, le inquieto, estaba serio y su mirada parecía triste. Era rubio, piel nívea y ojos color avellana…
-Sus ojos…- Murmuró hacia si misma- Parecen tan tristes.
El muchacho noto su mirada y se la devolvió, aquellas orbes doradas repletas de tristeza le dejaron entrever otros sentimientos…odio, desesperación, dolor…Se dijo a si misma tonta, sólo era un chico más, nada más que eso…no tenía porque verle de esa manera. El chico dejo de verle, tomó una caja y entró a la casa; Winri cerró las cortinas y tomó un libro, no tenía nada que ver con ella, nada…
EL MUCHACHO DE LOS OJOS TRISTES-EL MUCHACHO DE LOS OJOS TRISTES
Ed entró a la casa, subió al segundo piso donde eligió una habitación y se echo sobre la cama…
Esa chica le había visto como un bicho raro, un fenómeno, un…igual a esas personas cuando se enteraron, pero ya no le importaba, estaba lejos de ellas ahora y aún si estuviera cerca carecería de importancia, tenía cosas más importantes en que pensar y arreglar.
Su madre llegaría pronto, tenía que tener todo listo para recibirla y atenderla como se merecía, y por el momento la casa estaba hecho un desastre, habría que barrer, lavar, enjuagar, limpiar y…la lista era larga, suspiro con fastidio, estaba realmente cansado, sin ánimos siquiera para mover un dedo, pero si el no la sostenía, ¿Quién lo haría?; por otro lado en ocasiones se preguntaba quién evitaría su irremediable y se la llevará consigo en esa oscuridad que tan tentadoramente se le presentaba.
-Señor Elric- Se levanto de la cama para atender el llamado de uno de los empleados, quizás ya hubieran terminado.- Firme aquí, por favor.
Escribió su nombre en la hoja, no estaba segura de que siendo menor de edad su firma tuviera algún valor significativo, pero ya que en los últimos meses se había encargado de la mayor parte de los asuntos financieros, no le importaba demasiado.
-Gracias- Se despidió alegrándose de que se marcharán, a su alrededor una docena de cajas, muebles mal acomodados y objetos sueltos le abrumaron. -Supongo que no se acomodarán por si mismos.- Exclamó remangándose las mangas de la camisa.
EL MUCHACHO DE LOS OJOS TRISTES- EL MUCHACHO DE LOS OJOS TRISTES
Pinako observo a su nieta, picaba la comida sin mucho entusiasmo…masticaba con aburrimiento.
-¿Qué te pasa?- Le preguntó, no era normal verla de esa manera.
-Ese chico…es decir, los vecinos. ¿Quiénes son?
-No lo sé, se acaban de mudar, supongo que son los dueños de esa propiedad. ¿Has ido a saludarlos?
La chica asintió con la cabeza, Pinako supo que no le había ido del todo bien para que reaccionara de esa manera.
-¿Fueron grosero contigo?
-No- Y era cierto, el muchacho no había sido en ningún momento maleducado u ofensivo, en cambio había sido indiferente…se había limitado a decirle que le disculpará, pero no tenía tiempo por el momento, cerrar la puerta de manera brusca e ignorarla por completo. Al principio se sintió bastante ofendida, en esos instantes se sentía deprimida, era un chico más del montón, no es como si ella no tuviera suficientes pretendientes, entonces…
-No deberías juzgar a las personas por su apariencia.
-Lo se, es que…
-Invítalo a cenar si tanto te gusta…- Esa palabra casi le vuele loca.
-¡Él no me gusta!- Gritó poniéndose de pie- Tenía curiosidad, es todo…- Concluyó en un tono suave- Sus ojos me parecen tan tristes…
La anciana le sonrió a su nieta, todavía tenía tantas cosas que aprender.
-Las personas tienen sus razones para estar tristes, en ocasiones es necesario respetar su dolor.
Miró a su abuela, volvió a sentarse para comer su estofado. Las personas tenían sus razones para estar tristes, ella no era nadie para interferir, pero continuaba sin explicarse el porque ese muchacho la tenía tan intrigada. Sus ojos, sino hubiese visto en aquel instante esa mar de dolor, simplemente lo habría pasado por alto.
Bueno, poco o nada podía hacer en esos momentos…se limitaría a observar.
EL MUCHACHO DE LOS OJOS TRISTES- EL MUCHACHO DE LOS OJOS TRISTES
Ed dejo el plato de sopa intacto sobre la mesa; no había conseguido que su madre le comiera, lo intentaría mañana por la mañana; su padre le observaba desde el marco de la puerta, al parecer ya tenía todo preparado para marcharse.
-¿Estarás bien?
-No es algo que te importé, solo manda el dinero cada semana y yo me encargaré del resto.
No tenía ánimos para comenzar una conversación que con toda seguridad se tornaría acalorada, tenía tanta rabia dentro…
-Así será.- Le revolvió el cabello con brusquedad, Ed aparto su mano de inmediato…no quería que le tocarán.
-Lárgate- Refunfuño entre dientes.
No hubo respuesta, Hohenheim se apartó del chico y abandonó la casa.
-Maldito- Murmuró indiferente al hecho de no ser escuchado.- Prefieres huir antes que enfrentarte a la realidad…
Cayo de rodillas sobre el suelo, no tenía fuerzas siquiera para continuar de pie, pero esa casa…sentía como si le asfixiará, cada maldito rincón le recordaba a Al…
-Si tan sólo el estuviera aquí…- Se puso de pie, no arreglaría nada auto compadeciéndose. Fue a asegurarse de que su madre estuviera bien antes de ir a la cama.
Subió las escaleras y entró a la habitación donde dormía, sus esfuerzos porque comiera la sopa habían sido infructuosos, pero al menos había conseguido que tomará sus medicamentos…en esos momentos dormía plácidamente bajo el control de las drogas, asió su muñeca y le acarició el cabello, su expresión apacible le reconfortó el corazón, daría cualquier cosa por verla sonreír o al menos con esa expresión de tranquilidad estando despierta. Permaneció un largo rato ahí, sosteniendo su muñeca y fingiendo que todo estaba bien; dentro de poco Al entraría a la habitación y le enseñaría su nueva pintura, él le felicitaría y su madre reiría…ambos discutirían por alguna tontería y...apartó de su rostro un par de lágrimas, recordar el pasado no servía de nada, pensar en el futuro tampoco ayudaba del todo y vivir el presente no le hacía sentir mejor.
-Buenas noches, mamá.
Vio el reloj, era muy temprano para ir a dormir…apenas y eran las 8 de la noche, el sol ya se había metido, pero algunas personas parecían andar todavía fuera; le gustaba ese pueblo pequeño, le hacía sentir seguro. Decidió dar un paseo antes de irse a dormir, mañana tendría que inscribirse a la escuela e investigar sobre el asesinado de Al, el que la policía se hubiera rendido no significaba que el hiciera lo mismo…Esos incompetentes…
Tomó las llaves del automóvil y subió al auto de su madre, ahora podía considerarlo suyo y hacía unos meses había conseguido su licencia de conducir, todo estaría bien, no es que le fuera a pasar algo si se alejaba a lo mucho una hora. Tragó saliva al imaginar todos los posibles escenarios, pero su vida en el último año había girado en torno a su progenitora, necesitaba aunque solo fuera una hora para si mismo…
EL MUCHACHO DE LOS OJOS TRISTES- EL MUCHACHO DE LOS OJOS TRISTES
Winry insulto una vez más al idiota de Peter, había querido propasarse con ella en su primera cita; por supuesto que ella no lo permitió y gracias a eso ahora tenía que regresar a casa caminando, los 5 km le parecían larguísimos y además en la oscuridad todo le parecía tan tenebroso…
-Maldita carcacha- Escuchó gritar a un chico mientras pateaba su automóvil, le pareció realmente enfadado.
-Problemas con el automóvil- Comentó acercándose sutilmente, podía tratarse de un sicópata.
-No quiere arrancar- Respondió el chico quién tenía la vista fija en el motor, podía entender ecuaciones y cálculos complejos, tener conocimiento en física y química avanzadas y un IQ de 158, pero la mecánica simplemente no se le daba, le desesperaba y le hacía quedar como el más ignorante de los chicos. Los autos no le gustaban.
-Puedo verlo- Se ofreció Winry compadeciéndose del chico, además su voz le pareció dulce.
-Si…Te lo agradecería- Sacó la cabeza del motor y entonces ella le vio, ese muchacho…su vecino.
El también pareció mostrarse sorprendido, no había sido una buena idea haberse comportado de esa manera.
-Este…Hola…- Saludo con nerviosismo ocultando la mirada- ¿Te molestaría? Necesito llegar a casa…- No se le ocurría nada más que decir, las chicas podían llegar a ser realmente sensibles.
-Descuida, más tarde me pagarás.
-Seguro…- Al menos le interesaba lo suficiente el dinero como para pasar por alto el incidente del día anterior.
Winry paso un rato examinando el motor, alumbrado por la linterna que el chico sostenía, no le gusto para nada lo que observo.
-Lo lamento, pero hay un problema con la bomba…no creo poder arreglarlo hasta mañana. – La chica le sonrió- Podría darte una explicación detallada, pero no creo que puedas entenderla.
-Si tú lo dices- Francamente se sentía ofendido, pero los papeles estaban invertidos, el debería estar burlándose de ella.
-Es broma. –Winry rió, temerosa de haber hecho algo mal.- Es decir…
-Supongo que tenemos que volver… ¿No? Vayamos juntos…
-Claro.
Le pareció sincero, no parecía querer algo más y eso le gustaba; además parecía agradable.
-Yo soy Edward- Se presentó el muchacho extendiéndole la mano- Mis amigos me llaman Ed.
-Mucho gusto, mi nombre es Winry.
-Aunque te advierto que no salgo con chicos mas pequeños que yo.
-¿ESTAS DICIENDO QUE SOY MÁS PEQUEÑO QUE ESA MINUSCULA HORMIGA?- Cuestionó a gritos, señalando un insecto.
-No, creo que la pulga de por ahí te gana.- Bromeó divertida ante su manera de reaccionar, no parecía enojado…sólo algo frustrado. Cuando terminó de gritar, le jalo del brazo y emprendieron el regreso.- ¡Vamos, Ed!- Exclamó alegremente, observó su rostro, sus ojos continuaban tristes, pero también había determinación en ellos.
-Espero que seamos buenos amigos…
Ed no respondió, limitándose a asentir en silencio.
EL MUCHACHO DE LOS OJOS TRISTES- EL MUCHACHO DE LOS OJOS TRISTES
Roy revisó una vez más sus notas, las piezas no cuadraban, tal vez la misma policía no quería que encajarán, si estuvieran protegiendo a alguien tendría bastante sentido, pero hasta el momento no había pruebas de ello, sólo un par de alusiones respecto a un rito satánico.
Recordó la mirada de autentico dolor del chico cuando hubo de reconocer el cadáver de su hermano menor, literalmente se derrumbo…no quería verlo inmiscuido mas en todo aquel lío, pero si quería respuestas debía acercarse a las fuentes; la información que la policía le había prestado no lo satisfacía en lo absoluto.
Bueno, tal vez era demasiado tarde para arrepentirse pensó, hallándose frente a la casa de la familia Elric, si tenía suerte podría hablar con el padre y no con el muchacho testarudo…no quería verlo llorar.
Escuchó un par de voces joviales a la distancia y la risa de una chica; en poco tiempo Ed junto a Winry llegaron hasta él…el muchacho parecía bastante repuesto y hasta animado, pero todo rasgo de alegría se desvaneció al verlo.
-Buenas noches- Saludo seriamente.
-¿Qué haces aquí?- El tono de Ed evidentemente era hostil, no le agradaba ese sujeto y nada que estuviera relacionado con el podía significar algo bueno para él.
-Tengo algunas preguntas que hacerles.
-Mi padre no esta y mi madre esta indispuesta…No creo que te interese hablar con un chiquillo como yo.- Agregó con evidente burla- Además los niños debemos irnos a la cama temprano…
-Necesito hablar aunque sólo sea contigo, es sobre tu hermano- No había viajado cientos de km para perder ante un chico que con esfuerzo y alcanzaba los 1.50 cm.
-He dicho que no…- Repitió introduciendo la cerradura a la puerta. Ed dirigió su vista hasta Winri quién le observaba desde lejos- Gracias por todo, te veo mañana. El Señor Mustang y yo tenemos cosas que hablar.
Abrió la puerta indicándole a Roy que entrará con una mirada carente de hospitalidad.
Winri que hasta entonces se había mantenido al margen de la conversación asintió con la mirada, la curiosidad le mataba, pero tenía el suficiente sentido común como para no intervenir, el ambiente reflejaba la tensión del momento. Además los ojos de Ed habían adquirido nuevamente ese matiz de tristeza, pero ahora también la desesperación había hecho acto de presencia. Si fueron verdadero amigos, habría insistido en quedarse o averiguar un tanto más…
-Hasta mañana- Se despidió con una sonrisa tímida, arrojando una última mirada sobre el adulto…Era atractivo sin duda alguna, no de sus gustos para ser precisos, había algo que resultaba atrayente, supuso que las mujeres adultas experimentarían tal sentimiento con mayor intensidad. Pese a ello, tenía la sensación de haberlo visto antes, no recordaba donde, pero estaba seguro de cierta familiaridad en ese rostro.
Dentro de la casa Ed le condujó hasta la sala, se ausentó unos minutos para comprobar que su madre estuviera dormida, se alivió al verla y volvió con Roy quién le esperaba.
-¿Qué quieres?- Cuestionó Ed recargándose en una pared- Ya les dijimos todo lo que sabíamos a la policía, no tenemos nada que agregar.
-Es extraño…El asesinato de Al fue…- Recordó las fotografías del cadáver, simplemente eran indescriptibles…
-Ellos…- Ed ocultó la mirada recordando el cuerpo de su hermano, su madre no había tenido el valor de reconocerlo en persona tras haber visto las fotos, en cambio el ignoró las negativas del forense a mostrarle el cuerpo, eso no era su hermano, ni siquiera era humano.- Ellos le mataron de una manera terrible…- Tragó saliva con dificultad, las lágrimas escurrieron por sus mejillas con prontitud- Al no se merecía eso, no se merecía acabar así…!Al no se lo merecía!- Gritó con fuerza sin poder contenerlo más. No lo decía en voz alta, pero una parte de si deseaba que en lugar de su hermano hubiera sido él...
Roy guardo silencio unos minutos, compadeciéndose del chico y de la culpa que sobre sus hombros pesaba, basándose en las declaraciones que había dado poco después de encontrar el cadáver; la policía no le había dado importancia a estas, aun cuando constituían una pieza clave en la resolución del caso.
-Yo...Este… tú dijiste que…- Estaba nervioso, los gemidos del chico le martillaban los oídos, pero no podía retroceder, sólo lo preguntaría una vez y después se marcharía.- Tu hermano decía que le espiaban. ¿Es cierto?
Ed dejo de sollozar apartándose las lágrimas y le observó fijamente, como si el sólo hecho de recordarlo le asustará.
-Al me dijo que se sentía observado, todo el día, todo el tiempo…Yo no le creí…Supuse que estaba nervioso por aquella chica o el torneo de futbol…Yo no le creí…- Su voz temblaba cada vez más- Si hubiera escuchado un poco, quizás mi hermanito estaría…
-¿Lo viste? ¿Viste a aquellos por lo que tu hermano decía ser observado?
-No, nunca les vi- Respondió convencido, su voz firme le indico a Roy que le ocultaba algo. No se sorprendió del todo. Edward Elric era considerado un niño prodigio dentro de la ciencia y no le sorprendería que fuera de ese campo también tuviera ciertos talentos. Se puso de pie y dirigió hasta la puerta, seguido de cerca por la escrutadora mirada del chiquillo.
-¿No preguntará más?- Inquirió Ed, sorprendido ante ello; esperaba que le atiborrara con preguntas.
-Quizás otro día, no me parece que estés en condiciones de responderme en estos momentos- Ed chasqueó los dientes con irritación, ese sujeto le veía a él y su familia como su pasaporte hacia la fama.
-No vuelvas más, y no intenté hablar con mi madre- Sentenció cerrándole la puerta en la cara.
Roy sonrió por debajo, el niño tenía cierto talento para actuar, pero no por nada había sido elegido como el mejor periodista del año; ahora sabía un poco más que antes o al menos había confirmado sus sospechas. Tenía mucho trabajo por hacer, buscaría un buen hotel e investigaría con mayor calma mañana, lo quisiera o no, ese muchacho tenía que terminar cediendo.
Winry observaba desde su ventana al hombre, le parecía sospechoso y por el rostro del chico cuyo nombre era Ed no parecían precisamente amigos, su rostro, esas facciones continuaban siéndole conocidas y entonces lo recordó…
EL MUCHACHO DE LOS OJOS TRISTES- EL MUCHACHO DE LOS OJOS TRISTES
Ed acudió al llamado de la puerta, estaba arreglando sus papeles para irse a inscribir en la escuela local, no necesitaba precisamente tomar clases, pero le sentaría bien salir, aunque sólo fuera por poco tiempo de casa.
-Winry…- No habían hablado desde aquella noche, hacía 3 días, no esperaba verla pronto.- Winry…- Llamó con un dejo de melancolía, la mirada de la chica le traía bien recuerdos.
-Lo sé…Lo sé todo.- Agregó ella ocultando la mirada, no soportaría ver una mirada recriminadora, deprimida o tan triste como la de días atrás.- Yo lo sé y…lo siento.
Ed no dijo nada por un largo rato, no sabía que decir o como reaccionar, se habían mudado a aquella localidad precisamente porque creía nadie podría reconocerlos ahí, pero ahora no estaba seguro de ello…de nada.
-¿Cómo lo sabes?- Preguntó finalmente, no es que la información fuese clasificada como secreto ni nada por el estilo, pero tampoco estaba a disposición de cualquier persona.
-Una amiga me ayudo a investigar y…- La conversación no estaba fluyendo como lo había imaginado, el tono de voz de Ed no demostraba enfado, temía mirar.- Lo siento- Concluyó obteniendo el valor para verle a los ojos, estaba llorando, Ed lloraba y esa mirada dejaba traslucir mas tristeza que en ocasiones anteriores. Quiso decir algo lindo, cálido, amoroso, bello, gracioso, tonto…cualquier cosa hubiera servido en esos momentos, sin embargo las palabras no parecían salir de su boca, sus sentimientos eran traducidos por su cerebro en expresiones de afecto, pero su garganta se negaba a producir el sonido…
-Vete...por favor- Le pidió Ed cerrando la puerta con delicadeza, ya había llorado demasiado por ese día.
-Yo quería decirte que cuentes conmigo para cualquier cosa- Concluyo sin más auditorio que su persona. Lo había ensayado decenas de veces.- Tonta…- Exclamó volviéndose hacia su casa.
EL MUCHACHO DE LOS OJOS TRISTES- EL MUCHACHO DE LOS OJOS TRISTES
Roy bebió la taza de café con deleite, su calidad dejaba mucho que desear, pero no podía exigir mucho de ese pueblo.
-¿Lo estas disfrutando?
-Detective Hawkeye- Saludó con alegría dando otro sorbo- Hace cuanto que no nos vemos…un mes, dos, seis…lo recuerdo ya, hace 1 año…No esperaba encontrarla aquí.- Le sonrió, era una mujer muy atractiva, imposible hasta para él; sus múltiples esfuerzos por conquistarla simplemente habían sido infructíferos, la respetaba como mujer, nada más.
-¿Qué hace aquí?- Riza era consciente de que el caso del pequeño Elric era importante, había algo oculto detrás de todo ello y la presencia de ese periodista no hacía mas que confirmárselo.
-Lo mismo que usted, investigo por mi cuenta.
-El caso ha sido declarado como cerrado, no hay nada más Señor Mustang y le recomiendo que se mantenga alejado de él- Su tono serio reflejaba autoritarismo y un carácter fuerte, contrastando con su dulce rostro.
-No estoy haciendo nada ilegal- Se defendió el otro- Disfruto de mis vacaciones en este hermoso pueblo. Ya se lo dije, no es nada fuera de la Ley.
El rostro de Riza se suavizo, su tensa expresión se transformó pronto en una de alivio.
-Tengo una propuesta que hacerle- Declaró finalmente tomando asiento.
Roy no supo como reaccionar debido a lo inesperada del mismo, afortunadamente el impacto no se extendió por un tiempo mayor al innecesario y en pocos segundos pidió el menú.
EL MUCHACHO DE LOS OJOS TRISTES- EL MUCHACHO DE LOS OJOS TRISTES
Había días en lo que sencillamente todo parecía irle mal, y el encantador sonido de la lluvia no le alentaba. Era una tonta, antes de haber decidido que haría el papel de buena samaritana, hubiera reflexionado un poco…Sus intenciones no eran malas, quería ayudar y ver a sus ojos sonreír…no es que tuvieran labios, pero…
-Winry, un chico te gusta.- El grito de su abuela la saco de sus pensamientos. Bajo las escaleras con desánimo, se disculparía personalmente alegando una enfermedad y se encerraría dentro de su habitación el resto de la tarde a escuchar la lluvia caer.
-Eres un muchacho bastante pequeño para tener 15 años…
-¿ESTA DICIENDO QUE SOY TAN PEQUEÑO QUE LOS NIÑOS ME PISAN CUANDO JUEGAN A PISAR LOS CHARCOS?
-Cállate enano…
Reconocería esa voz donde fuera, de repente, la lluvia no le parecía tan deprimente.
CONTINUARÁ…
Mi nuevo fic de FMA, es un AU en toda la extensión de la palabra aunque intento que los personajes conserven su personalidad. Tendrá sus dosis de misterio, romance, drama y acción…
Es un Ed/Win y Roy/Riza, nunca me ha gustado el amor a primera vista, prefiero que los personajes se vayan queriendo poco a poco con el tiempo.
Se que hay muchas preguntas, como el porque puse que Al estaba muerto, eso me dolió muchísimo, pero expresa el porque de la tristeza de Ed.
Perdonen por poner a Trisha de esta manera, pero aunque no creo que ella sea una mujer débil, muchas personas fuertes se desmoronan ante la pérdida de un hijo, lo he visto y tras haberlo estudiado intento plasmarlo de una manera objetiva.
En los próximos capis se irá revelando a que se dedican cada personaje, incluyendo a Roy y Riza, sus objetivos y por supuesto que hay detrás de la muerte de Al.
Cualquier crítica, duda, sugerencia u observación será bien recibida.
Gracias por leer.
