Inspirado en la canción de La Oreja De Van Gogh, "Coronel". Espero que disfruten de este Drabble.


—Aquí hemos terminado, amigo mío. Se acabó. Acércate, dame un abrazo que este infierno remitió —decía el capitán a su soldado más destacado, estaba orgulloso por el desempeño del equipo sobre la misión. Éste se aproximaba a Piers quien lo esperaba con los brazos para terminar juntos en un abrazo efusivo, aromatizado con victoria. Al cortar el contacto, añadió—Espérenme aquí un momento, cuiden de su posición—decía alzando su mano derecha a la altura de su abdomen—Comprobaré que terminamos la misión.

De acabar estas palabras y nadie más lo volvió a ver. Después de aquella triunfal victoria, sólo un loco capitán renunciaría a una gloria que jamás logró entender. Tal vez decidió cargar su arma con un clavel en lugar de pólvora y balas. Es que después de cada batalla se encogía su corazón. Él debía mostrar orgullo cuando sólo sentía horror.

Siempre salía por las mañanas luego de no haber descansado lo suficiente y le hablaba al cielo, siempre formulaba la misma pregunta una y otra vez cada día desde esa fecha.

"¿Quién había ganado qué?"

Pero nunca nadie supo responder.

Por las noches mientras los demás dormían, se escapaba a la cantina de la central y llorando entre miles de pequeños vasos de licor le contaba a una mujer. Proponía que si el honor y la victoria valen más que las personas pero la mujer le negó todo, sugiriendo que las personas eran de lo más valioso en el mundo. A la mujer le pareció que no ha aprendido nada desde su última misión con su equipo. No aprendió de las lágrimas que resbalaron por su cara, ni de la enorme tristeza que esconde esa mirada celestial, de la falta de interés de su soldado en fingir que no le importaba cada vida que se marchaba. De esas que se van sin decir adiós.