Que lo disfruten...
Cuando abrió los ojos de nuevo ella comenzó a sentir dolor por todo su cuerpo tanto que no podría moverse ni un solo centímetro sin que un perforador dolor la detuviera de nuevo. Sobre ella se veía una gigantesca nube color gris que aún soltaba relámpagos, era algo increíble. 'Que frío...' se dijo mentalmente al sentir como su cuerpo entero temblaba un poco al sentir el aire helado, lo que hacia que su cuerpo doliera más dado el leve movimiento involuntario.
Además sus ojos ardían como nunca ardían en su vida sin duda algún efecto de usar sus poderes por tanto y por llevarlos a tales extremos.
Rápidamente se dio cuenta que aún después de todo el dolor, aún tenía control sobre su cuerpo entero excepto por su mano izquierda, esto para ella era algo un tanto malo ya que ella era zurda. Sus ojos miraron hacia abajo para ver que efectivamente como ella lo había sabido ya su brazo izquierdo ya no estaba en su lugar, seguramente haya sido desintegrado en el choco de poderes.
"Ya despertaste"
Lentamente sus ojos se dirigieron a la persona que hablo, justo alado de ella se encontraba su mejor amigo, la única persona viva que ella aún no había cortado su lazo, la única persona viva por la que ella aún se preocupaba, y esa era la razón por la cual ella había intentado eliminarlo, esperando que la perdonará en la otra vida.
Su voz era aún energética, cosa que no era igual a el estado actual en el que el estaba, estaba completamente herido, en un estado similar a ella, ella apenas pudo evitar el suspiro de shock que amenazaba con salirse de su boca, su única mano se levanto un poco en un intento de que se fuera a su boca solo fue detenida por el súbito dolor que sintió. Ella tenía una extraordinaria cara de póker y eso fue lo que la salvo de demostrar alguna emoción, pero el shock y el increíble dolor no físico que sintió por el aún estaban allí. "Hn" dijo fríamente, como siempre.
"Jajaja, no podía esperar menos de mi Uchiha favorita, yo llamo ese "hn" expresión Uchiha número uno, claro existen aún más expresiones que e enumerado y catalogado a lo largo de los ańos"
Dijo jovialmente el idiota que estaba a su lado, ella resistió el pequeño impulso de echarse a reír por que lo que acababa de decir era muy gracioso, pero ella sabia que si se reía en ese momento al final de la risa comenzaría a llorar por alguna razón, su pecho dolía mucho pero aún así soporto no hacer nada.
"Sabes yo gane... por que desperté primero que tu... ahhh hueles eso"
El idiota alado de ella tomó un gran respiro inflando su pecho y luego soltando el aire de sus pulmones con satisfacción.
"Es el olor a mi victoria huele muy bien"
Su cabeza se dio vuelta y sus brillantes rojos azules que siempre parecían brillar llenos de vida miraron a los negros de ella, siempre que el hacia eso ella sentía como uña mariposas revoloteanban en su estómago. Y luego estaba esa sonrisa de idiota que parecía irse de oreja a oreja.
"Pero el olor a tu derrota huele mejor... por que perdiste perdedora"
Sus labios se inclinaron levemente hacia arriba, era gracioso y su idiota se hecho a reír allí.
Ella solo se quedo allí es escuchando su risa, viéndolo a sus ojos... le agradaba verlo feliz, por alguna razón si lo veías feliz ella se sentía feliz y como sus entrańas quemaban, era una sensación increíble.
"Cállate idiota" dijo ella por fin.
Pero aún así el tenía razón, al final el gano, su objetivo era matarlo, eliminarlo para siempre de esta vida para así ella por fin pudiera traer revolución a este mundo. Después de que el último pedazo de felicidad muriera a sus manos, después de que por fin el único sol de su vida se escondiera ella estaría sola en la oscuridad, asesinaría a los demás Kages, después de eso el mundo se uniría bajo uno haciéndola a ella como enemiga pública numero uno, claro ella asesinaría a más personas, hombres, mujeres, ancianos y ni siquiera los nińos estarían a salvo de ella, asesinaría y asesinaría para que el mundo nunca olvidará el dolor y ese mismo dolor los uniera y dirigieran toda su ira hacia ella.
Ella estaba lista para cargar todo ese odio en sus hombros.
Pero ella había sido derrotada, el objetivo de su idiota era incapacitarla y eso había hecho, no importaba el coste, el la incapacitó.
Era su victoria sin duda.
"Hn" dijo sin emoción y volteo a ver el cielo estrellado, la titánica e impresionante nube ya se había disipado. "Perdí"
Hubo un silencio agradable durante unos momento, ella sabia que su idiota de alguna manera había hecho una sonrisa todavía más grande.
"Ahhh desearía poder haber grabado eso, ¡las generaciones futuras necesitan haberlo sabido!"
Ella solo negó con la cabeza divertidamente al escucharlo.
"Oye Sarada... si perdías... si perdías contra mi... ¿t-tenía algo planeado h-hacer con t-tu vida?"
La pregunta fue un tanto rara para Sarada Uchiha la ultima de su clan, ella no tenía planeado exactamente un futuro después de esta pelea, pero ahora que fue derrotada... "supongo que mi deber" dijo ella simplemente. "Soy la cabeza del clan Uchiha y la última de mi clan, así que mi deber es regresarle la vida a mi clan y el prestigio que tenía en antańo" ella no mentía, ese era su deber y suponía sus sueńo ahora que había sido derrotada.
Frunciendo el ceńo Naruto dijo. "Repoblar tu clan entonces eh... ya tienes pensado con quien harás eso"
Normalmente una mujer de su edad seguramente sentiría vergüenza de que alguien le haya hecho ese tipo de pregunta. Pero ella era Sarada Uchiha, no era cualquiera mujer. "No"
Naruto sonrió mientras que al mismo tiempo se aliviaba que no tuviera nadie en mente en hacer eso. "¿Entonces que tal Kiba?"
Sarada lo volteo a ver con sus ojos sin emoción. Pero sus labios se levantaron en una sonrisa. "No me gusta el olor a perro mojado"
Naruto estalló en una risa, mientras que ella solo lo veía con una sonrisa. Después de unos segundos finalmente se calmo, tomó un fuerte respiro y se preparó para hacer una broma que tal vez le costará otro Raikiri en su pecho como cuando los dos lucharon en este mismo lugar hacer ya varios ańos. "Yo podr-" no pudo terminar de hablar por que súbitamente sintió ganas de vomitar además de que no podía respirar.
Sarada miraba con preocupación cómo el cuerpo de Naruto se comenzaba a convulsionar en un intento de vomitar algo, después de unos segundos finalmente sangre, vomito y otros fluidos comenzaban a salir de su boca y a resbalarse por sus mejillas y cuello.
"No me dejas sola idiota" dijo ella sin emoción pero dentro de si tenía miedo de que de verdad lo viera morir ahogado en sangre y otros fluidos. Afortunadamente para el y ella, luego de unos segundo y después de escupir todo el volvió a respirar con normalidad.
Pero ya nada estaba normal.
"Vamos a morir"
Dijo el, aunque salió más como una pregunta. Fue en ese momento que Seina sintió el increíblemente frío que hacía, no más bien ella estaba helándose, su cuerpo se sentía como si estuviera enterrado bajo capas y capas de nieve.
"Si" Seina lo sabía los dos iban a morir. Ningún ser vivo podía ir por allí desperdiciando hasta la última gota de su chakra y fuerza vital sin esperar otra cosa más que la muerte.
Los dos se volvieron a encontrar en ese momento... sus ojos se miraban los unos a los otros, azules y negros, llenos de emociones, alegría, enojo, felicidad, frustración, lujuria y amor...
Finalmente el fue primero en decirlo. "Te amo"
Naruto miro con satisfacción como sus ojos se abrían en shock y como sus pequeños mejillas se tornaban de un ligero color rosa y luego rojo. 'Tan hermosa' y luego finalmente como Sarada cerraba sus ojos intentando con tener las lágrimas que salían de sus ojos y como su boca se apretaba en frustración. Incluso esa cara llena de frustración y tristeza le gustaba, era lo más lindo que haya visto en su vida.
"H-h-hn" apenas consiguió decir ella, su garganta apretada en un doloroso nudo, no era justo, no era justo lo que este idiota le había dicho. Tenía que pagar.
"Tengo frío" no era mentira, tenía frío, frío como nunca antes, el abrazo de la muerte se acercaba más y más a ella y su idiota no lo estaba haciendo mejor.
Sin pensarlo e ignorando a su cuerpo que le rogaba por que se dejara de mover, el se arrastró hasta ella... hasta que finalmente estuvo a unos centímetros de ella y la envolvió con su único brazo, Naruto no pudo evitarlo, tomó ese lustroso cabello negro suyo con su mano y lo puso en su nariz, olía exquisito, era su sudor y su perfume natural combinándos. Desde que estaban en el Equipo siete a el le encantaba este olor, le recordaba lo hermosa que se ve la luna cuando el la veía por horas por la ventana de su departamento.
Sarada se hundió y hundió más profundo en su pecho, su única mano se aferraba a su espalda, Seina amaba el calor de su idiota, era como estar bajo un hermoso día soleado, Seina amaba el sol por que le recordaba a el, demasiado brillante como para verlo a los ojos, pero aún así su reconfortante calor estaba allí.
Los dos se quedaron allí sin moverse.
Los dos murieron de esa manera.
Días más tarde cuando Kakashi y Sakura llegaron a el sitio y los encontrarán aferrados el uno con el otro, Kakashi cayó de rodillas y Sakura no pudo evitar llorar ruidosamente, mientras que toda la alianza miraba en silencio.
Decidieron enterrarlos allí mismo, a los dos juntos, en ese valle.
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Naruto sabia que se había quedado dormido después de un tiempo tras abrazar a Seina. 'Tal vez no hemos muerto aún... tal vez todavía haya esperanza' tenía la esperanza de que tal vez Sakura llegará y pudiera salvarlos, ella era una asombrosa shinobi médica, después de todo lo mantuvo vivo después de que Madara le quitara a Kurama.
Naruto ahora mismo se sentía un tanto raro, sentía un calor un tanto extremo, cuando casi todo el tiempo había sentido frío incluso después de estar abrazado a Sarada. 'Por que todo se siente tan biscozo y apretado...' parecía como si estuviera dentro del estómago de Gamabunta, tal vez había estado lloviendo.
Llegando a la obvia conclusión de que tal vez ya no estaba en El Valle del fin abrazando a Seina, Naruto se pregunto si tal vez ya habían venido por ellos y tanto el como Seina estaban en algún hopital, o tal vez dentro de una de la babosas de las invocasiones de Tsunade y Sakura.
Entonces dentro toda la oscuridad que inundaba el lugar comenzó a haber una pequeña que después se hizo más y más grande era obvio que se estaba acercando a ella. Por un momento La Luz lo cegó.
Lo primero que Naruto escucho fueron lloriqueos, pero la más extrańo es que venían de el y salían por que el intentaba hablar, preguntado dónde estaba Seina y que estaba pasando.
"¡Mi Seńora es un barón!" Dijo Maester Lucas el Maester de Aguasdulces en las tierras de los ríos, Lucas venia de oldtown, había estado al servicio de la familia Tully desde hace ya varios ańos, siendo el quien recibió a Catalyn y Lysa Tully.
"¿D-de verdad?" Mínisa Whent pregunto esperanzada, ella amaba a sus hijas pero desde hace tiempo ella y su marido habían esperado por un varón que heredará no solo el título de seńor supremo del tridente y de aguasdulces si no que también pudiera ejercer dominio sobre Harrenhall si algo le llegara a pasar a su familia. A decir verdad Minisa tenía un poco de miedo sus dos primeros hijos habían sido barones pero habían muerto inmediatamente al nacer, aunque cada vez que su nuevo bebe lloraba le daba más y más esperanzas de que este sobreviviera.
Lucas envolvió a el bebé en una cobija para presentarlo a su madre, cuando Minisa lo recibio, inmediatamente el fue a avisar a Hoster Tully que su hijo había nacido saludable, derecho entre Catalyn y Lysa que apenas sobrevivieron, este bebe era el más saludable de todos los que había tenido Minisa y Hoster.
Hoster Tully entro silenciosamente a el cuarto donde su seńora esposa había dado a luz todos los bebés que ellos dos habían tenido, el estaba preocupado de que otro hijo hubiera nacido muerto o muriera después de unas horas, también estaba la posibilidad de que Minisa tuviera otra hija, ya había dos nińas en la familia Tully, las dos se casarían con algún Lord de los reinos colindantes, ese era su deber claro para proteger los intereses de la familia. Pero Aguasdulces y la familia Tully necesitaban un heredero.
Minisa vio entrar a su esposo, ella claro no lo amaba, su matrimonio había sido uno arreglado y no había amor en el, pero ambos sabían su deber como nobles de Westeros. Se sentía un poco cansada pero junto las suficientes fuerzas y le entregó a el bebé con el que lisa había caído inmediatamente en puro amor. "Tiene buenos pulmones mi Lord" Minisa dijo elevando un poco su voz, su bebé estaba sano, sus lloriqueos lo demostraban.
Hoster miro a su hijo, estaba completamente feliz de que por fin haya un barón en su familia, y uno con buenos pulmones. "Tiene un cabello de color rojo muy oscuro... debió heredarlo de ti y sus ojos son azul brillantes, sin duda tiene rasgos de nuestras dos casas"
Minisa solo asintió, de repente sintiéndose muy cansada como para hablar, de entre todos los partos que había tenido este era el peor de todos.
"¿Has pensado en algún nombre?" Pregunto Hoster, aún viendo a su hijo que lo veía de regreso con esos brillantes ojos azules suyos.
"Hmm, tratamos de nombrar Edmure a nuestros primeros dos hijos... tal vez este el se pueda llamar Edmyn" contesto Minisa pensando en sus dos premieres hijos que perdió, ahora que lo pensaba ellos tenían más facciones Whent que Tully, con pelo oscuro y ojos café brillantes, pero su nuevo bebé era como una combinación de ambas casas, pelo rojo oscuro y ojos brillantes azules.
"Hmm, Edmyn el Tully que expulsó a Harral de las tierras de los ríos y el primer seńor supremo del tridente, un buen nombre. Muy bien esposa que se llame Edmyn" Hoster volvió a mirar a su hijo. "Bienvenido Edmyn. Heredero de la tierra de los ríos" Hoster le regresó Edmyn a Minisa sin saber que había un hombre que ya tenía un nombre.
Las sirvientas del Castillo chismeaban sobre que el nuevo heredero del Castillo de Aguasdulces lloro y lloro toda la noche sin parar... solo para no volver a llorar jamás después de ese día que nació.
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A varios cientos de kilómetros de las tierras de los ríos al norte, muy al norte otra persona que sacudiría este mundo estaba "naciendo"
Dentro de una de las familias más despreciadas no solo del norte si no de todos Westeros y tal vez cuya fama o infamia allá llegado a Essos.
Rose Bolton cabalgaba a el Castillo ancestral donde su familia había dominado estas tierras desde hace miles de ańos. Rose no lo podía evitar pero estaba un poco emocionado por que ahora mismo su esposa estaba a punto de dar a luz a su primer hijo o hija, claro que Rose esperaba un varón, un heredero al que pudiera pasar todo su legado y el de la casa Bolton, pero el suponía que una nińa también sería bueno, había mucho más tiempo para que su esposa Bethany tuviera un varón.
Cuando por fin Rose pudo ver su Castillo no pudo evitar sentir cierto orgullo, el fuerte terror ciertamente le daba alucion a su nombre, claro que el rostro de Rose no mostraba ninguna expresión.
La puertas del Castillo se abrieron, Rose fue inmediatamente recibido por el castellan del Castillo Walton un hombre con rastros olvidables pero que tendía cerebro para manejar el Castillo o tal vez era por que era uno de los pocos que sabia leer y escribir.
"Lord Bolton, bienvenido" Walton y los demás guardias se arrodillaron. "Ladie Bolton ya dio a luz. Es una dama mi seńor, ojos tan negros más negros incluso que los de su madre y tan pálida como la luna..."
Rose estaba un poco decepcionado de que su primer nacido haya sido una dama, pero aún así estaba un tanto emocionado de verla, así que camino junto con Walton hasta la habitación donde Bethany Bolton ne Rosbyll había dado a luz.
Cuando Rose entro a la habitación vio a su esposa con empapada de sudor, pero tenía una leve sonrisa mirando el pequeño bulto que cargaba en sus brazos.
"Ah, mi lord Rose" Bethany extendió el pequeńo bulto hacia el. "Espero que le plazca su primera hija"
Rose tomó el bulto, quito las sabanas lentamente. Rose no pudo evitar sorprenderse cuando los ojos negros de su hija miraron los pálidos suyos, los ojos de su hija mostraban inteligencia y era como si lo estuviera juzgando, su piel era incluso más pálida que la de el, pero no se veía al punto de ser frágil o enfermiza, era como Walton había dicho, tenía el color de piel de la luna. "¿Excelente, has pensado en un nombre?" Rose no podía esperar y volver a sus aposentos para así poder ponerse sanguijuelas, esta nińa seguramente era una ocasión especial para celebrar con ellas.
"Hmm" Bethany asintió. "Estaba pensando en Albedo"
Rose sabia que Bethany pasaba sus días leyendo en la librería del Castillo, seguramente debió haber leído a quien le perteneció ese nombre. Una antigua Reyna roja de cuando los Bolton estaban en guerra contra los Stark y los Bolton eran conocidos como los reyes rojos o en este caso Albedo la Reyna roja, una Reyna que uso las pieles de dos reyes Stark antes de morir de anciana. "Un buen nombre para ella" Rose le devolvió la bebe a Bethany y salió de la habitación sin decir nada o mostrar alguna expresión.
Bethany solo volvió a mirar a su hija, a ella realmente no le interesa que haga su esposo y su esposo pensaba lo mismo de ella, una vez al mes el vendría y tendría relaciones con ella en un intento de producir un hijo, los demás días del mes Bethany podía hacer lo que quisiera y ciertamente ella apreciaba el espacio y su privacidad...
Mientras tanto la mente de cierta Uchiha se mantenía tan en calma, como si la extrańa y extraordinaria situación en la que se encontraba no importara realmente mucho. Bueno ella era extremadamente inteligente y usaba la razón en la mayoría de los casos.
Solo había dos hombres que la podían sacar de sus casillas, uno de ellos siendo su hermano mayor y el otro un hombre al que había visto como eso un hombre.
Sarada Uchiha sabía exactamente lo que estaba pasando. Ella había "reencarnado" en este mundo que era obvio no era el de ella, claro podía estar muchos ańos en el futuro, muchos ańos en el pasado o en una realidad completamente diferente.
Nada de que preocuparse.
Lo único que hacia que el corazón de Sarada latiera dolorosamente es que no estaba con su idiota y al parecer ha la solo separada de el después de que seguramente ambos murieran en El Valle del fin.
Sarada comenzó a intentar ganar control de su cuerpo nuevo mientras que su madre le daba de comer, la leche sabia rara y espesa, pero estaba llena de nutrientes que ella necesitaba, así que siguió tomando de las tetas de su "madre" mientras trataba de darle sentido a todo esto.
