¡Hola a todos!

Soy hikaru! (sí, con minúscula y signo de exclamación incorporado) y este es el primer fic de Death Note que subo. Espero que sea de su agrado ^^

DISCLAIMER: Aunque siempre dije que, al ser el nombre de esta página "Fan Fiction", no es necesario aclarar que los personajes y todo eso no son de uno, en este caso voy a escribir un Disclaimer y decir que nada de esto es mío, ya que gran parte de la trama de este capítulo pertenece a la historia original. Alrededor de la mitad es cuando todo se separa un poco y al final ya se puede decir que es un fanfic al 100% ^^

SPOILERS: ¡Atención! Spoilers del Tomo 7 del manga y del capítulo XX del anime. No me hago responsable si alguien que no llegó hasta ese punto sigue leyendo y después se arrepiente de algo, eh? ^.--

Una última ACLARACIÓN: Este fic no contiene en absoluto ningún elemento shonen-ai y/o yaoi entre ninguno de los personajes, y no lo voy a incluir aunque alguien me lo pida.

Bueno, sin más preámbulos…


The other Note

1. Death Note

- Con un cuaderno… - dijo Higuchi, arrodillado en el suelo, inmovilizado y con los ojos vendados. L y Light observaban la situación desde el interior del helicóptero sin perderse detalle – Es posible que no me creas, pero es un cuaderno en el que si escribes el nombre de una persona de la que conozcas su cara, entonces esa persona muere.

El hombre estaba totalmente consumido por los nervios y la desesperación.

"Un cuaderno…", pensó L mientras se servía un café.

- Está en el maletín dentro de mi coche – agregó Higuchi, comprendiendo que había sido derrotado.

- Yagami-san, ¿puede ir a comprobarlo? – pidió L, sumamente atento a los sucesos que se desencadenaban frente suyo.

- Sí, enseguida – contestó el padre de Light, aún con el casco puesto y dirigiéndose al Porsche rojo – Debe ser esto – dijo, extrayendo un cuaderno negro del maletín de Higuchi – Ryuuzaki, es cierto que hay un cuaderno, aunque no parece especial. Aunque es cierto que tiene nombres escritos…

El hombre se interrumpió cuando de repente lo notó.

A unos metros de él se encontraba un monstruo de al menos tres metros de altura. Todo su cuerpo era de huesos al descubierto y su "cabello" era de un morado pálido. Sus ojos eran de un amarillo brillante y sus pupilas rasgadas como las de los gatos.

Soltó un grito de terror mientras retrocedía varios pasos.

Light y L, desde el helicóptero, se sorprendieron ante esto.

- ¿Qué sucede, Yagami-san? – le preguntó el detective por el transmisor.

- ¡Un… un monstruo! – gritó aterrorizado el hombre, buscando su arma en el interior de su saco.

- Tranquilícese, Yagami-san. No lleva ningún arma consigo – le recordó el pelinegro.

- E-Es verdad.

- ¿Se encuentra bien, jefe? – preguntó Mogi, acercándose hasta él y tratando de ayudarlo a levantarse.

- Mo… Mogi, ¡¿es que no puedes verlo?!

- Jefe… Es sólo el cansancio. Pero ya tenemos a Higuchi, así que…

Pero de repente Mogi también soltó un grito desgarrador producto del enorme miedo que sintió al ver al monstruo.

L simplemente observaba aquello, con varias hipótesis formuladas.

- ¿Qué es lo que pasa? – preguntó Light, sin entender.

- Pa-parece que sólo el que toca el cuaderno puede verlo… - dijo Soichiro Yagami, todavía temblando.

"Monstruo… Cuaderno… ¡Shinigami!". La mente de L iba a toda máquina.

- Por favor, traigan ese cuaderno al helicóptero – pidió el pelinegro.

Con un poco de dificultad, Yagami y Mogi se levantaron y éste último alcanzó el cuaderno hasta las manos de L.

- Es esto, Ryuuzaki.

L estiró las manos para agarrarlo y, con la punta de los dedos, como siempre, sujetó aquella libreta negra. Cuando lo hizo, giró su cabeza noventa grados hacia la derecha y lo vio. Allí, al lado del Porsche, una bestia de tres metros de altura aproximadamente observaba toda la situación.

- Así que… Los Shinigamis realmente existen… - pronunció lentamente, cuando en realidad su cerebro quizás nunca había trabajado tan rápido.

"Cuaderno… En Aoyama… Encontrarse en Aoyama… Yagami Light… Amane Misa… Se encuentran en…"

- ¿De verdad? Déjame verlo – dijo Light, arrebatándole el cuaderno de las manos. Pero L ni siquiera lo notó. Por su cabeza pasaban muchas cosas como para hacerlo.

"Aoyama… Cita… Kira… Cuaderno… Segundo Kira… Amor a primera vista…". Detuvo todo aquel torrente de datos e hipótesis para pensar claramente. "Éste es Kira… pero hay un segundo Kira. Si Yagami Light fuese el primer Kira, nunca la usaría delante de mí. Pero con un segundo Kira, él… ¡Hay más de un cuaderno! Al menos dos… Esto aún no se ha acabado. Necesito esconder este cuaderno de manera que no vuelva a utilizarse jamás…"

Pero cuando quiso mirar la libreta, descubrió que no la tenía en sus manos. Miró al joven que estaba sentado a su lado y descubrió que su rostro estaba deformado en una expresión un tanto macabra. Sus pupilas estaban totalmente dilatadas y sus dedos crispados en torno al cuaderno. Light soltó un grito terrible.

Lo que L no supo en ese momento era que el grito se debía a la cantidad de recuerdos y vivencias que volvieron a la mente del joven en aquel momento. En medio segundo, Yagami Light había recordado todo, absolutamente todo, en lo que refería a ese cuaderno negro.

- ¿Te encuentras bien? Cualquiera se asustaría al ver a ese monstruo – dijo L, cuyo cerebro aún no dejaba de dar vueltas.

"Otro cuaderno, además de este…"

Light se mantuvo en silencio alrededor de un minuto.

- Si escribes el nombre de alguien en este cuaderno, esa persona muere. ¿Puedes creerlo?

- ¿Qué? – dijo L, ya que no le había prestado mucha atención – Bueno, es difícil de creer, pero… No hay forma de poder comprobarlo. ¿Cierto, Yagami-san? – preguntó al hombre, mirando por la ventanilla del helicóptero.

- ¡Es evidente que no! – respondió, todavía agitado.

- No hay nada más que podamos hacer. De momento, lo mejor será interrogar a ese monstruo y a Higuchi.

"Si hay dos no podemos perder el tiempo, pero es lo único que podemos hacer. Si hacemos las preguntas correctas…".

-Ryuuzaki, lo primero es comprobar que los nombres que están escritos pertenecen a las víctimas – dijo Light, sin mirar al detective, con la cara volteada hacia el otro lado.

- Uhm… sí, es cierto…

L escuchaba cómo Light tecleaba rápidamente en la computadora portátil. Era muy rara la forma en la que el castaño era ajeno a toda aquella situación.

"Ya he ganado", pensó Light, con una sonrisa de malvada satisfacción en el rostro. "Tal y como lo había planeado… Es posible que Rem no se haya dado cuenta del detalle de que la Death Note que está enterrada es la que usó Misa. Si consigo que Misa la recupere todo quedará dispuesto. Todo ha estado bien planeado desde antes de que perdiera la memoria… Tranquilo, puedo lograrlo. Si lo consigo, no importa lo vigilado que esté este cuaderno… No, incluso sería mejor así; Ryuuzaki morirá delante de todos sin necesidad de que yo use el arma homicida de Kira. Lo único que tengo que hacer es matar a Higuchi mientras sostengo esta Death Note. De esa manera me convertiré en su dueño y mi memoria quedará intacta".

Desde el helicóptero se veía todo a la perfección. Ahora la policía había puesto de pie a Higuchi y lo llevaban hasta uno de los autos que estaban allí estacionados.

Light miró disimuladamente su reloj.

"No debo precipitarme… pero ahora es el momento, mientras tengo en mis manos la Death Note. Aunque puede que Ryuuzaki sospeche… Quizás llegue a tener otra oportunidad de tocarla… ¡No, debo hacerlo ahora!".

- Ryuuzaki, sólo voy por la primera página, pero parece que los nombres coinciden. ¿Sigo comprobándolos? – le dijo a L, para que aquello pareciera natural.

- Sí – respondió el pelinegro sin dudar.

Light tocó una de las perillas de su reloj de forma tal que L no lo viera.

"Si Yagami Light es Kira y este cuaderno verdaderamente puede matar, no cometería la estupidez de usarlo delante de mí", pensaba L. "¿Querrá de verdad acabar con esto o estará actuando? Pero todavía hay otro cuaderno de estos por ahí. Hasta que no demos con él, no podemos dar por resuelto este caso".

"Puede que Ryuuzaki ya sepa de la existencia de la Death Note, pero no de las reglas de propiedad. Es imposible que se imagine algo así siquiera", Light seguía disimulando buscar datos en la computadora.

- Incluso con un monstruo así delante nuestro todavía estás tan calmado como para comprobar los nombres de las víctimas. Eres sorprendente, Yagami-kun – expresó L.

- ¿Eso crees? Bueno, ha sido un shock, pero ahora todo va teniendo sentido – respondió Light – Ahora lo que habrá que hacer es aislar a ese monstruo y a Higuchi e interrogarlos, ¿no…?

- Sí, supongo que sí.

"Rem no dirá nada que pueda relacionar a Misa con el segundo Kira", pensó Light. "Lo que tengo que hacer es quitar a Higuchi del medio cuanto antes".

Había conseguido abrir su reloj. Con una pequeña aguja que había en su interior se pinchó un dedo y, con ese pequeño hilito de sangre, comenzó a escribir el nombre del miembro de Yotsuba.

- Yagami-san – escuchó que decía L – Lleve a Higuchi y al otro a su coche, pero no deje que los demás se den cuenta de ese "otro".

- ¿El otro..? ¡Oh, sí, claro! – exclamó Soichiro, entendiendo de repente que L se refería al Shinigami.

A todo esto, Light acababa de terminar de escribir el nombre de Higuchi en el pequeño pedacito de Death Note que conservaba en su reloj.

"¡Listo! Cuarenta segundos a partir de ahora…"

- Ryuuzaki, ¿crees que sacaríamos algo en claro si analizamos el cuaderno?

- No me esperaba que dijeras algo así, Yagami-kun. Este cuaderno está por encima de lo que entendemos por ciencia.

"Veintinueve… veintiocho… Son los cuarenta segundos más largos de mi vida".

- Sí, claro – dijo Light, cerrando la libreta.

"Veintitrés… Veintidós… Vamos, sigue con ella hasta que muera Higuchi".

Light miró hacia el frente, Higuchi estaba llegando al auto de la policía.

"Once… Diez… Nueve… Ocho… Siete…".

- Aunque… - oyó que decía Ryuuzaki.

Y en aquel momento le sucedió lo peor que le podría pasar.

Light sintió cómo aquel cuaderno se le escapaba de las manos a tan sólo cinco segundos de la muerte de Higuchi.

A tres segundos de ese evento, Light pudo reaccionar lo suficiente como para girar su cabeza y ver cómo el detective sujetaba el cuaderno.

Pero el tiempo no le alcanzó más. No pudo pensar una forma de evitar que se lo quitara en aquel momento y una forma de recuperarlo después, ya que todos los recuerdos que había recuperado, todas sus memorias relacionadas con el Death Note, se habían esfumado de su cerebro en cuanto sus dedos dejaron de tener contacto con aquel libro negro.

- Aunque quizás no estaría de más – dijo L, terminando la frase y hojeando la Death Note.

Pero cuando un gritó inundó el aire, ambos giraron sus cabezas para ver cómo Higuchi se retorcía en el suelo, gimiendo y transpirando… Para luego dejar de moverse.

- ¡Ryuuzaki, Higuchi ha…! – comenzó Soichiro pero no pudo terminar.

L abrió desmesuradamente los ojos y pasó la vista del empresario ahora muerto hacia el cuaderno que sujetaba en sus manos, una y otra vez.

- ¡¿Qué ha pasado?! – preguntó Light, alterado.

- ¡Higuchi… Higuchi está inconsciente! – respondió su padre.

- ¡¿Qué?! ¡Pero si Higuchi muere, entonces…! – Light estaba casi fuera de sí.

L, mientras tanto, no dejaba descansar a su cerebro.

"Ahora Yagami-kun vuelve a comportarse de acuerdo a la situación. Quizás acaba de salir del shock de ver al Shinigami, o tal vez… O tal vez, cuando dejó de tocar el cuaderno…".

Centró la vista en el tablero. Eran demasiadas cosas a tener en cuenta. Aquel era un rompecabezas enorme.

Lo que L no supo en aquel momento, era que acababa de hacerse propietario de una Death Note.


"A Higuchi lo mató Kira… Puede ser Yagami Light o el Shinigami…. Es estúpido seguir con esto, Higuchi ya está muerto. Ahora hay que ocuparse del cuaderno".

A pesar de todo el ajetreo que había en el cuartel de investigación en aquel momento, la mente de L estaba totalmente abstraída y centrada en los datos que los demás ya habían olvidado o no consideraban tan importantes.

"En aquel video que el segundo Kira mandó a Sakura TV decía que confirmarían su identidad con sus Shinigamis y en el diario que se encontraría con un amigo en Aoyama para intercambiar sus cuadernos. Estamos seguros de que esto lo escribió Amane Misa. Y de todos a los que Raye Penber investigaba el único que acudió a Aoyama fue Yagami Light… Amane ya nos confirmó que se enamoró a primera vista de él el día veintidós en Aoyama… Hasta ahí todo encaja. Pero si tenemos en cuenta el cuaderno, ¿podemos pensar que a Amane la estaban manipulando o quizás sea una simple coincidencia? Y también está el hecho del cambio de comportamiento en Yagami-kun al sujetar el cuaderno. ¿Fue sólo el shock de ver al Shinigami… o algo más?"

- Instrucciones de uso – escuchó L que decía Aizawa – Aquellos humanos cuyos nombres hayan sido escritos en este cuaderno, morirán.

Luego el miembro de la policía japonesa comenzó a leer el resto de las reglas, pero L no le prestó atención: ya las había leído una vez y eso le bastaba para saberlas de memoria.

L miró a Light de reojo y vio que la mirada del chico se hallaba perdida en algún punto del vacío mientras sostenía su cabeza entre sus manos.

- También hay más instrucciones al final – dijo Aizawa – Si la persona que está usando el cuaderno comete el error de no escribir nombres de gente a la qué matar en un plazo entre muerte y muerte de trece días, entonces aquel que la esté usando morirá

- Entonces, después de haber estado encerrados durante cincuenta días, Misa-Misa y Light-kun no pueden ser Kira – dijo Matsuda, con una sonrisa.

- Es cierto – coincidió Soichiro, asintiendo con la cabeza.

- Esperen, hay otro párrafo – dijo Aizawa, alzando un poco la voz – Si inutilizas este cuaderno rompiéndolo o quemándolo, todos los humanos que hayan tocado el cuaderno morirán.

- ¿Qué opinas de esas dos últimas reglas, Yagami-kun? – preguntó L, mirándolo fijamente.

- Bueno, la primera nos imposibilita totalmente a probarlo – dijo el castaño, echando un suspiro de resignación – Y la segunda a deshacernos de él.

- Es verdad – dijo L, mirando al techo y llevándose un dedo a sus labios. Light lo miró.

- ¿Qué estás planeando, Ryuuzaki?

- Yagami Light y Amane Misa estuvieron encerrados durante cincuenta días, totalmente vigilados y atados de manos y pies. Si la regla de los trece días fuera cierta, ambos estarían muertos. Esto nos indica que ninguno de los dos podría haber sido Kira… aunque tanto tú como yo estamos seguros de que ustedes lo eran, ¿no es así?

- ¡R-Ryuuzaki..! – exclamó Soichiro. Light simplemente lo miró con seriedad, en silencio.

- Sin embargo – continuó el pelinegro – Cabe la posibilidad de que ambas reglas sean falsas.

- ¿Ambas… falsas…? – pronunció Matsuda. Light sólo miraba al detective tranquilamente.

- ¿Tú qué opinas, Yagami-kun? – L lo miró penetrantemente.

Light le sostuvo la mirada por unos instantes y luego finalmente suspiró.

- Por ahora todas las reglas son igualmente válidas. Si no podemos probar una, tampoco podremos probar las otras, y deberíamos tomar a todas como verdaderas. Pero la posibilidad de que sean falsas está.

- ¿Y por qué lo piensas así? – lo interrogó L.

- Bueno, primero está el hecho de que no están escritas junto con las otras. Si bien puede ser que el Shinigami que las escribió quería hacer que el humano que usara el cuaderno no las viera hasta que ya lo hubiera tocado, yo creo que fueron añadidas como para evitar alguna clase de daño al cuaderno.

- Estoy de acuerdo contigo, Yagami-kun. Aunque… en realidad yo creo que esas dos reglas están ahí por deseos de Kira.

Light lo miró, serio.

- Sea como sea, no podemos probarlas. Para hacerlo deberíamos matar a alguien y eso es algo que no voy a consentir.

- Ya lo sé, Yagami-kun.

L tenía en aquellos momentos la Death Note en sus manos.

- Shinigami – llamó – Las reglas que están en esta Death Note son las mismas para todas las otras, ¿no es así?

- Así es – dijo Rem, con su lúgubre voz.

- Y otra cosa. En el video que mandó el segundo Kira a la cadena de televisión mencionaba algo de "tener los ojos". Se refería a ojos capaces de ver el nombre de una persona con sólo mirarla, ¿no es cierto?

- ¿Te refieres también a lo que escuchamos que dijo Higuchi en su auto? – aportó Light.

- Así es, Yagami-kun.

- Son muy listos – dijo Rem – Se supone que esta información sólo debo dársela a aquel que use el cuaderno, pero como ya lo supusieron no lo voy a negar. Tienen razón.

- ¿Y con respecto a ese "trato"…?

- Eso sólo lo revelaré al que use la Death Note – dijo Rem, dando por zanjado el asunto.

"Si Amane Misa fuese la segunda Kira yo estaría al descubierto por culpa de cuando me vio en la universidad, justo antes de detenerla. En aquel momento no morí, pero eso no significa que no haya visto mi nombre… Por suerte ahora no tiene el cuaderno y parece que no recuerda nada sobre aquello tampoco. Pero dado a esas reglas al final nunca podría haberlo tenido, ya que en estos momentos debería estar muerta… Tiene que haber alguna clase de truco".

L nunca había tenido una expresión tan seria.

- Bueno, de momento sólo podemos hacer una cosa – concluyó el detective – Yagami-kun, perdón por todas las molestias. Te voy a soltar de esta cadena ahora mismo.

- ¿C-Cómo…?

- ¡Es verdad! – coincidió Matsuda – Ya no hay motivos por los cuales sospechar de ninguno de los dos.

- Así es… Y Misa podrá irse en cuanto recoja todas sus cosas. Aunque de ahora en adelante tendremos que tratarla como extraña y no podrá entrar al edificio.

Light lo miró.

- De acuerdo.

- En cuanto a esto – dijo, sujetando la Death Note – Le pedí a Watari que prepare una caja de seguridad especial donde yo mismo la pondré y cerraré. La guardaré en un lugar secreto donde nadie pueda tocarla o robarla.

Todos los miembros de la policía asintieron.

- Pero antes de eso, ya decidí cómo comprobar su utilidad – todos abrieron los ojos de sorpresa – Hice los trámites necesarios para que un criminal sentenciado a muerte escriba el nombre de otro criminal sentenciado a muerte, respetando, por supuesto, los días de condena. Esta prueba se realizaría mañana mismo.

- ¡Ryuuzaki, no puedes hacer eso! – exclamó Soichiro.

- ¿Por qué no, Yagami-san?

- Estarías matando gente inocente – dijo Light.

- No, no lo haría Yagami-kun, y lo sabes.

Ambos se miraron fijamente durante varios segundos, hasta que finalmente Light soltó un suspiro de resignación.

- Está bien, Ryuuzaki, hagámoslo.

- ¡P-Pero… Light-kun…! – dijo Matsuda.

- Deben admitir que Ryuuzaki tiene razón. No violaríamos ninguna ley en absoluto, ya que él ya hizo los papeles necesarios – apoyó el castaño.

- Además – agregó L – Esta Death Note es mía, ¿no? Puedo usarla según me parezca.

- ¿A qué te refieres, Ryuuzaki? – dijo Aizawa, desafiante.

- Tranquilo, Aizawa-san. Lo que dije no significa que mataré gente porque sí. Me refiero a que yo soy su propietario ahora, así que yo mismo me voy a encargar de supervisar cuando los criminales la escriban. Y tampoco pienso despegarme de ella en ningún momento mientras esté fuera de la caja de seguridad.

Todos guardaron silencio. L dirigió su vista a Light.

- Y por ningún motivo voy a permitir que te acerques a este cuaderno, Yagami-kun.

- ¡Pero si tú mismo dijiste que ahora Light-kun y Misa-Misa estaban fuera de sospecha! – exclamó Matsuda, alterado.

- Exacto. Ahora estoy seguro de que ninguno de los dos es Kira. Pero el cambio de comportamiento que tuvo Yagami-kun al sujetar este cuaderno me pareció muy sospechoso. Se me ocurre que mientras lo sujetó volvieron a él todos los recuerdos de cuando él era el propietario y, al soltarlo, volvió a perderlos. Me pregunto si, en caso de que Higuchi muriera mientras Yagami-kun sostenía la Death Note, él conservaría sus recuerdos incluso sin estar tocándola. ¿Qué dices al respecto, Shinigami?

Rem lo miró impasible.

- No tengo idea.

- Vamos, podrías colaborar un poco más, ¿no? – dijo Light, enfadado.

Rem no entendía nada. Sabía que Light había planeado algo, pero no sabía si su plan todavía estaba en curso o era que ya se había echado a perder. De lo que estaba segura era de que Light nunca hubiera deseado que L fuera el propietario de la Death Note. De todas formas, aunque el plan del castaño se hubiera arruinado, Misa ahora estaba totalmente fuera de peligro.

- No tengo ninguna obligación de decirles nada.

- El Shinigami no va a cooperar, Yagami-kun. Siéntate, por favor.

Después de unos minutos de silencio, Light habló de nuevo.

- Entonces, ¿cuál es tu hipótesis?

- Yagami Light fue el primer Kira y Amane Misa el segundo. De alguna manera ambos perdieron los recuerdos de sus Death Notes. La de Yagami Light es esta y la de Amane Misa está escondida en algún lugar de Japón. Pero lo primero que vamos a hacer es llevar a cabo el plan para comprobar que todas las reglas sean verdaderas.

L echó varios terrones de azúcar a una taza de té que tenía a un lado.

- Muy bien, hagámoslo entonces – coincidió Light ante las miradas recelosas del resto del equipo de investigación y la risita que Misa emitía al leer una revista de mujeres en su habitación.


Pues bien, ese fue el capítulo 1.

Ahora viene la parte interesante, jeje. Y a todos los fans de Matt, Mello y Near, no se preocupen… Todo viene a su tiempo, jaja.

Ya tengo planeada esta historia al cien por ciento, y les digo con certeza que van a ser 9 capítulos en total. Va a tener un poco de todos los géneros, excepto lemon ^^.

Espero que esta primera parte les haya gustado y, por favor, les ruego, les suplico… DEJEN UN REVIEW!!!! Aunque sea un "me gustó" o un "no me gustó"… Por favor. No importa si no es algo positivo, ya que son las críticas las que ayudan a mejorar.

El capítulo 2 ya lo tengo escrito, pero lo voy a publicar los primeros días de marzo, cuando regrese de unas vacaciones a las que me voy con mi familia. Su título es "Vacilación".

Bueno, me despido por ahora.

Nos leemos pronto!! ^^

Matta ne!

hikaru!