THE WOLF AND THE LITTLE RED RIDING HOOD

El bosque se encontraba apasible, y se podia observar el cielo despejado, las aves emitían su dulce tonada y solo se podían identificar leves cantos del viento al chocar con los arboles y sus hojas que caian de a poco hacia el suelo; sin embargo esa paz era interrumpida por las pisadas de una chica, una joven rubia de ojos celeste caminaba por aquel sendero que cruzaba por el bosque, con una edad de 15 o 14 años, poseía una gracia nata al caminar con una canasta de paja entre sus manos y de vestido amarillo algo abombado que le llegaba hasta las rodillas, llevaba unas botas de lana; y era protegida por una capucha roja que hacia danza con el viento.

La chica solto un suspiro de cansancio, no era que no quisiera ir con su abuela pero tenia cosas que hacer y había quedado en ir a varios lugares con sus amigas Miku y Luka "¿Por qué mamá no puede venir en lugar de mandarme?" pensó fastidiada y siguió el sendero cuando escucho un sonido brusco que emitían las ramas de un arbusto, fingio no escuchar nada; ya sabia quien era… hace solo unos años y pareciera que fue ayer

FLASH BACK

Una pequeña niña de no mas d años corria, brincaba y tarareaba felizmente por el sendero que cruzaba el bosque, llevaba una capucha roja que ocultaba sus cabellos dorados y con una mirada inocente reflejada en sus ojos celestes. Mientras tarareaba comenzó a sentirse observada, y como consecuencia asustada; miro a varios lugares atrás de ella en el bosquey no se percataba de nada hasta que pudo ver una oscura silueta a lo lejos y asustada comenzó a correr.

Alejandose de aquel lugar dio un mal paso y tropezó con una piedra tirando la canasta provocando que varios de los alimentos que llevaba salieran de esta, ella se asusto cuando una manzana estaba frente a sus ojos y confundida levanto la mirada para ver de quien se trataba.

-¿estas bien?-le pregunto un niño de casi su misma edad, un par de años mas, con una tierna sonrisa, poseía unos ojos azules y una tez blanca, con una ropa algo remendada pero típica de un niño de alguna aldea, lo que sobresalto a la pequeña fue que este tenia orejas de lobo saliendo de su cabello y pudo ver que atrás de el sobresalia una mata de pelo. Ella tomo la manzana que el pequeño le extendia sintiendo las garras de él en contacto con la piel de sus manos.

-gra-gracias-tartamudeo temerosa-¿tu me estabas siguiendo?-le pregunto cuando se levantaba con ayuda de el pequeño

-perdona si te asuste, no era mi intención-dijo el niño bajando la mirada y pateando piedras imaginarias con sus pies mostrando sus mejillas algo rosadas; la pequeña rió ante esa actitud y le sonrio

-soy Rin, que lindas orejas-le dijo ella

-yo soy Len, bonita capa roja-dijo devolviéndole el cumplido

-gracias…-ella le sonrio y ayudada por el recogieron los víveres- perdona que no me quede, pero debo irme-dijo ella

-¿a donde vas?-

-debo ir a casa de mi abuela, esta enferma y mi madre me pidió que le llevara algo de comida ya que mi abuelo debe de trabajar para llevar dinero y comida-

-¿te molesta si te acompaño?-le cuestiono el pequeño y ella negó con una sonrisa

Pasaron un rato caminando por el sendero tranquilamente, hasta que dieron con el destino de la pequeña niña rubia

-aquí es, ¿quieres pasar?-el asintió y ambos entraron; mientras la niña anunciaba su llegada el pequeño se puso a curiosear por la casa cuando un aroma atrajo su atención. Su agudo olfato lo condujo hacia cocina donde se encontraba una hoya aun caliente de lo que parecía ser un estofado, el niño se acerco y cuando llego un golpe fue directo a su cabeza, este calló al suelo de rodillas y después irse hacia atrás sentándose en el suelo con ambas manos en su cabeza.

El pequeño sollozaba y parecía que la culpable de su dolor era una anciana de cabellera blanca y que tenia varias arrugas en su rostro.

-abuela, ¿Por qué le pegaste?-le cuestiono la de caperuza roja

-Rin, es un cachorro de hombre lobo en mi casa-dijo la señora

-es Len, es mi amigo y me acompaño-

Despues de aquel malentendido el pequeño aun con lagrimas hacia pucheros y fruncia el seño de una manera que a la anciana le parecía adorable, Rin lo miraba con lastima y tristeza, tenia un chichon en la cabeza que ella había curado.

-perdoname pequeño, no sabia que eras amigo de Rin, para compensarlo te dare un plato de mi rico estofado de res-dijo sirviendo en dos trazones algo de su platillo, el pequeño paro de llorar para observar el extraño alimento que le daban, además de aquel instrumento para comer al cual su nueva amiga le llamaaba cuchara y comenzó a comer; poco a poco sus lagrimas se iban convirtiéndose en sonidos de gusto salidos desde su garganta

-este alimento es delicioso-dijo el pequeño

-me alegro que te guste-pronuncio la anciana

-mi abuela hace la mejor comida de toda la region-

-esta rico, pero mi madre también cocina la mejor comida de las aldeas vecinas-los pequeños comenzaron a discutir sobre que comida era mejor hasta que llego la hora de irse, la abuela los despidió y ambos se adentraron en el sendero; sin embargo, en algún punto del camino el pequeño tuvo que cambiar de dirección, y se despidieron.

Ese solo fue el comienzo de varios encuentros entre ambos, jugaban, platicaban y discutían pero como peleas de niños a los cinco minutos se olvidaban. Len no hablaba de Rin con sus padres y les daba la excusa de que iba a recorrer el bosque para buscar comida mientras que cuando Rin les decía sobre su nuevo amigo del bosque ellos creían que se trataba de un amigo imaginario y no le veian nada malo en que tuviera uno

FIN FLASH BACK

La chica volvió a la realidad viendo no muy lejos unas orejas doradas que sobresalían de un arbusto y fingiendo que no veía nada siguió caminando. En algún punto de su camino un joven de cabellera dorada y con orejas de lobo salía al encuentro de la chica, este tenia unas largas garras y frunciendo el ceño le gruñía como si la estuviera amenazando; ella no se inmuto al ver al joven que movio un segundo su cola y bajo las orejas y manos desilusionado.

-¿no te asuste?-ella negó con la cabeza-de seguro eres de piedra, antes te podía asustar muy fácil-dijo haciendo un puchero, el chico le sacaba como media cabeza de altura

-Len, tu problema es que lo hiciste muy monótono, ya no me asustas-dijo ella-ademas siempre me sigues por el sendero; no seria sorpresa que me topara contigo

-¡pero soy muy bueno!, además si logro alejar a los humanos malos de mi aldea le podre mostrar a mi padre que estoy listo para ser el macho halfa-dijo orgulloso con una pose victoriosa quedándose estatico, mientras que Rin lo pasaba de largo

-Algun dia, pero no será hoy-dijo ella sonriéndole y caminando; este la siguió hasta que llegaron a una casa, muy linda y adornada; Rin abrió la puerta y ambos entraron-¡abuela, ya llegamos!-dijo mientras Len solo se quedaba en la puerta recargado-ven, acompañame-dijo ella subiendo las escaleras y dándole una ultima mirada a su amigo mitad lobo, este bufo molesto y la siguió-abuela-dijo Rin llamando a su abuela mientras como siempre Len andaba de curioso.

Abrio la puerta del closet y vio lo que parecía un camisón y en un cajón dobrado un gorro para dormir, se le ocurrio una estúpida idea; tomo ambas cosas y se las puso, se acostó en la cama de la abuela tapándose con las cobijas

-Len, no encuentro a mi…-ella miro al mitad lobo con el traje de abuelita y comenzó a reir a carcajadas-¿Qué haces tonto?-dijo mientras seguía riendo, este la miro y fingio voz de abuela

-oh, ven mi pequeña caperucita, estas muy grande-dijo, ella siguió riendo y se acerco a el, se sento en la orilla de la cama

-vaya abuelita, pero que ojos tan grandes tienes-dijo a modo de burla

-son para verte mejor mi niña-

-oh, abuelita, que orejas tan grandes tienes-

-son para oírte mejor mi niña

-pero abuelita, que boca tan grande tienes-en ese momento a Len le pasaron un millón de ideas por la cabeza, unas de ellas algo pervertidas, se ruborizo lo cual confundio a la chica rubia cuando por la puerta entro la abuela y vio a Len con su ropa y a Rin muy cerca de el

-¿Qué hacen niños?-dijo enarcando una ceja sosteniéndose de un baston y caminando lentamente hacia la caba

-estamos jugando-dijo Rin con inocencia, mientras Len parecía quemarse en su propio acido-Len, quítate la ropa de mi abuela-dijo demandante y el al instante se la quito y la puso donde estaba

-perdonen que les haga esto, pero quiero descansar un poco y les pediré que se vayan-dijo ella

-no te preocupes, descansa y te vemos luego-dijo Rin dándole un beso en la frente, Len solo se despidió de la señora con la mano y ambos se fueron, caminaban por aquel sendero, el de una manera soberbia con sus manos detrás de la nuca y ella con su vista fija en el camino

-estoy aburrido-dijo el tirándose en las raíces de un tronco muy quitado de la pena-cuentame una historia-dijo el al notar como ella se acercaba a donde el estaba

-pero ya te he contado todas las que se-

-cuentame la de la hechicera de Hixtrodt, esa me gusta-dijo el, ella se sento en el césped a un lado de el mientras este la miraba atento ahora sentándose a un lado de ella

-vale, vale-dijo ella rindiéndose comenzando a contar la historia, el la escuchaba con atención, cada momento que pasaba la historia el llegaba poco a poco al regazo de ella, donde recostó su cabeza mirando el verde césped, escuchando los pajaros y la dulce voz de su amiga-… la hechicera solo prometio volver con el príncipe cuando este entendiera el verdadero significado de su corazón. Fin-dijo ella notando como el rubio estaba en su regazo con una mano posada delicadamente en el césped, ella sonrio y comenzó a acariciar su cabello dorado y sin poder evitarlo poso sus labios en la mejilla de el chico dejando rastro a un beso que el claramente pudo sentir, hasta que ella poco a poco se quedo también dormida.

Fue después de un rato que Len despertó de ese comodo sueño percatándose que se encontraba en el regazo de la joven rubia, y esta tenia una mano en su cabeza, no queria moverse, no la quería despertar asi que solo se quedo allí, sintiendo como una de sus tersas manos estaba sobre su cabeza. Calculando la posición del sol pudo notar que era casi medio dia asi que poco a poco se fue levantando sin despertarla hasta que logro sentarse en el césped; pudo verla mas de cerca acercando su rostro al de ella, hinalando su dulce aroma, escuchando su pausada respiracion y sintiendo un hormigueo en sus labios de solo imaginarse el posar sus labios sobre los de ella, pudo ver como se revolvió un poco asi que se alejo ruborizado por culpa de aquellos pensamientos y poco a poco la joven abrió los ojos.

-¿Len?-dijo tranquila para después frotarse los ojos y ver el sol, se levanto con rapidez de un salto-¡es tarde!-grito despidiéndose de su amigo- me tengo que ir, te veo mañana-dijo y salio corriendo, el solto un pesado suspiro, esa chica lo traía loco desde que eran niños.

Dos jóvenes chicas estaban paradas afuera de un bar esperando a su amiga, una de ellas tenia ojos celestes y el cabello de un tono extrañamente rosado, mientras que la otra era peliaqua con ojos turquesas. Se recargaban en las columnas que sostenían el piso de arriba de aquel bar.

-ya se tardo-dijo la pelirrosa soltando un suspiro

-lo se, tenemos que ir por los vestidos y lo debas, falta poco para que cumpla 15 años…-dijo la peliaqua y al unisono ese par de chicas solto otro suspiro

-¡Miku, Luka!, crei que ya se habían ido-dijo una mujer castaña de ojos chocolate que traía puesto un vestido carmesí con un mandil rojo-no es que las corra, pero me meterán en problemas si ven que a mi bar entran jovencitas como ustedes-

-estamos esperando a Rin, ya tardo mucho en llegar-dijo Miku, es decir la peliaqua; en ese momento una chica rubia corria a todo lo que daban sus piernas hasta donde estas tres mujeres estaban, al llegar trataba de recuperar el aire apoyando sus manos en sus rodillas

-¡suplico que me perdonen!-dijo ella al recuperar el aire y la postura, se le veía agotada

-vale, vale, tranquila; Meiko ya no estaba corriendo, te vemos luego Meiko-dijo la pelirrosa a la castaña, y asi estas chicas fueron a comprar algunas cosas.

Miku era una doncella, era la princesa de aquella región pero el estar todo el dia encerrada solo con sus clases era tedioso y monótono, de vez en cuando escapaba para ver a sus amigas Rin y Luka; esta segunda era una chica hermosa que vivía humildemente en una cabaña que se adentraba un poco en el bosque, lo que solo dos personas sabían además de ella era que era una bruja, no de malas intenciones.

-iremos con el mejor sastre de la región; síganme-dijo Miku con total iniciativa cuando llegaron a un establecimiento humilde, al entrar pudieron ver varios vestidos, trajes de caballero y simples vestidos de doncella

-am… Miku, ¿no crees que será un poco caro?-le dijo Rin avergonzada- yo no tengo suficiente dinero

-tranquila, yo pagare esto… además se trata de un amigo mio-al salir por una cortina salio un joven de unos 20 años, de un cabello azul rey y ojos de mismo color, se le veía de buen curpo y con una sonrisa radiante

-princesa, me alegra mucho que este por aquí de nuevo-el le sonreía embelesado al igual que ella, se les veía perdidos en los ojos del otro cuando Luka carraspeo la garganta para que reaccionaran, ambos desconectaron sus miradas y se ruborizaron un poco

-buen dia señor Kaito, este…. Veníamos por un vestido para mi amiga-dijo señalando a la rubia

-por su puesto, díganme de que color les gustaría-le dijo con un tono suave a la mas joven, ella miraba a todos lados

-me gustaría un amarillo-dijo bajando un poco la mirada, era algo timida lo cual provocaba gracia en el joven

-Por supuesto, síganme-dijo y abrió una gran cortina con vestidos separados por colores, todos se veian sumamente hermosos, hasta que las llevo a la zona de amarillos y Rin amplio su sonrisa y vio cada vestido a detalle, no lograba decidirse, hasta que dio con un vestido de color amarillo con toques negros, de corse y escotado un poco de el busto, tenia las mangas desde los hombros hacia las muñecas, muy pegado y las flores en la parte baja del vestido lo hacia ver mas natural y sofisticado

-quiero este-dijo a sus amigas, ambas lo miraban con ojo critico para después asentir

-no lo llevamos señor Kaito-el mencionado sonrio-vendremos por el en un par de semanas, esperamos que todo este listo para entonces-dijo la peliaqua sonriendo.

Para finalizar se despidieron para después ir rumbo a casa de la pelirrosa, ella las guiaba por un sendero que se encontraba en el bosque alejado de todos los demás, cuando dieron con una linda cabaña hecha con piedras, madera y que tenia una hermosa vista llena de plantas y flores

-vamos, no se asusten… en mi casa no hay lo que dicen los dems sobre las brujas-la chica rio al igual que sus acompañantes y entraron, al ver el orden se maravillaron, todo se veía impecable; las tres se dirigieron a lo que parecía ser la cocina para encontrarse con una gran hoya de cocina-muy bien… ahora necesito…-miraba a un estante lleno de extraños contenidos, algunos era difícil de adivinar.

-¿Qué vas a hacer?-le preguntaron ambas chicas

-voy a hacer un maquillaje para ti-dijo directamente a la joven rubia, tomo cuatro frascos en una mano y en la otra unos tres-muy bien… primero el rubor y la sombra: polvo de hada, sangre de libélula, petalos de lirios…-miro en recipiente y le puso un extraño liquido baboso y lo revolvió, al terminar saco un polvo que se podía ajustar al color de la piel y a gustos, sentimientos-perfecto-dijo sonriente colocando este en un frasco pequeño-ahora el labial: petalos de rosa roja, sangre de unicornio, luciérnagas machacadas, baba de caracol..-las otras dos chicas se asqueaban de escuchar eso cuando connsu mano saco chispas directo a la hoya-listo…-este parecía algo espeso y un poco baboso, lo puso en un recibiente también y lo tapo con un corcho-muy bien, esto te lo pondré el dia de tu cumpleaños

-esto ya me dio asco-dijo Miku

-que sensible… es solo maquillaje, lo mejor es que no se corre y durara todo el dia-dijo sonriente cuando comenzo a escuchar los cascos de caballos chocar con la armadura de un caballero, esperaba que no la hubieran descubierto; salio corriendo a ver al igual que Rin mientras Miku observaba desde una distancia prudente.

Frente a ellas apareció un caballero de larga cabellera purpura y de ojos lavanda que detenia su caballo frente a la cabaña de la joven bruja, esta se acerco sin la mas minima expresión, mientras el caballero bajaba de su caballo para mirarla de frente

-buenas tardes doncella, vengo por ordenes del rey buscando a la princesa Miku, me preguntaba si no ha visto a una chica de cabellos turquesa al igual que sus ojos, comod e unos 17 años-Luka solo lo miro con severidad llegando a asustarlo

-las armas no son bienvenidas en mi hogar; y no… no he visto a dicha joven asi que ya se puede ir-dijo dándole la espalda dispuesta a irse, pero el caballero la detuvo del brazo

-espere, ¿Por qué la hostilidad?-le custiono con una sonrisa, lo cual hizo pensar a la joven que se burlaba de ella; fruncio el ceño y se safo con brusquedad

-no me agradan los caballeros del rey, son todos unos brutos salvajes, que creen que todo se arregla con una espada y mandando 1000 hombres a pelear-dijo molesta-ahora alejeste de mi hogar o pagara las consecuencias-

-permitame decirle que yo no soy un caballero, soy el príncipe de la nación vecina, y soy prometido de la joven Miku-esto la de cabello turquesa lo escucho y se sintió por alguna razón destrozada, aun no lo conocía y la ponían como un objeto que se puede regalar

-pues caballero o príncipe, las armas están por demás aquí, asi que le suplico su retirada-dijo tajante, el pelipurpura se quedo anonadado por la franqueza de la joven

-me ire, si me concede el honor de saber su nombre-dijo arodillandose tomando su mano, ella lo miro con dulzura, pero aun no perdió la severidad de su voz

-Luka, Luka Megurine-

-Principe Gakupo Kamui a su servicio-dijo dejando un beso en la mano de Luka, lo cual la sonrojo… nadie la había tratado con tanto respeto-bueno, me retiro; que tenga buena tarde señorta Luka-

-hmp-fue lo único que dijo para que el príncipe le regalara una sonrisa y se fuera

Ya se acercaba la oscuridad en la región, se hacia de noche y mientras en la aldea de los hombres lobo todos danzaban y comían alegremente alrededor de una fogata mientras un chico rubio se notaba pensativo sobre la rama de un árbol observando la recién llegada luna nueva.

-¡hey Len!,-le llamo una chica-baja, vamos a comer-dijo, esta tenia una larga cabellera que le llegaba hasta la cadera amarrada en una coleta del lado derecho, rubia y de ojos ambar-¿Qué te pasa?, te veo pensativo-

-no es nada Neru, estoy algo ido desde hace un rato, es todo-

-no te estoy criticando pero cuando regresaste apestabas a humano-dijo

-si, fui a ver a Rin-

-Len, me preocupas; y no creo que estar con humanos sea bueno, son criaturas malas y de deseos siempre soberbios y egoístas, no te les acerques-dijo la chica preocupada

-no te preocupes, se lo que hago… gracias por preocuparte-dijo regalándole una sonrisa, ella al ver el acto se ruborizo y aparto la mirada

-entonces… en unas semanas seras nombrado el macho halfa, ¿ya has elegido a una hembra?-le cuestiono sin mirarlo, el se noto pensativo nuevamente mirando al suelo

-no creo que se pueda, ella no querria dejar todo lo que ama para venir a esta aldea-

-¿estas diciendo que quieres a esa humana como tu pareja?-Len asintió desganado sin notar que había roto el corazón de Neru-¿Por qué?-dijo a punto de que se le quebrara la voz

-es perfecta, es dulce, amorosa, le agrada la naturaleza…. No es como los de su especie, ella es especial-dijo mirando la luna de nueva cuenta-pero creo que para ella solo soy un amigo, asi que es algo difícil-Neru lo miraba asombrada, su amor secreto se había enamorado de una humana, pero ella era buena perdedora y no dejaría que el sufriera si ella no lo amaba

-entonces no seas idiota y declarate, si alguien lo hace antes que tu entonces si estaras perdido; puede ser que ella sienta lo mismo que tu y no quiera decirlo por vergüenza-el ponía suma atención y sonrio-asi que no tardes, que te la pueden ganar-dijo ella con una tierna mueca intento de sonrisa para que de sorpresa el le diera un abrazo

-gracias Neru-ella solo correspondió al abrazo aguantando las ganas de llorar

A la mañana siguente la joven correspondiente al apodo de caperucita roja se encontraba dormida plácidamente sobre su cama, estaba tan comoda cuando la luz entro por la ventana con brusquedad; poco a poco abria los ojos y noto que su madre había abierto las cortinas, se tapo con las cobijas emitiendo un gemido de molestia.

-levantante peresoza-dijo su madre quitándole las cobijas

-mamá, en un rato, sea lo que sea que quieras pedirme; además había quedado en salir con Len regresando de ir con la abuela-su madre miro a su hija preocupada "mi bebe aun tiene a su amigo imaginario"

-Rin, creo que ya debemos hablar, ahora tienes amigos… ¿ese chico que conociste en la infancia no es real-dijo su madre haciendo que la chica se sentara en su cama prestando atención

-te equivocas, la abuela lo conoce, el vive en una aldea dentro del bosque-

-dentro del bosque no hay aldeas, solo animales salvajes y plantas que pueden ser venenosas, nada mas-decia la madre frunciendo el seño

-pero…-

-sin peros, en un par de semanas cumples 15 años, es hora de que madures; ahora, tu padre fue a trabajar esta tarde con un joven muy apuesto que es un poco mayor que tu…

-mamá-renegaba la joven

-podria ser un buen partido para ti, es responsable, muy tierno y es leñador al igual que tu padre, son el uno para el otro-decia su madre soñadora

-mamá, yo ni si quiera lo conozco, no creo que sea bueno para mi… además, creo que ya me gusta alguien-dijo Rin algo ruborizada y su madre comenzó a sonreir pícaramente

-ya veo, ¿y quien es?, ¿Dónde lo conociste?, ¿es lindo?-le cuestionaba

-pues es muy lindo, y me sobre proteje siempre, me hace reir y es como mi mejor amigo-

-en ese caso tráelo el dia de tu cumpleaños, quiero conocer a mi yerno-

-¡madre!-

-ya, ya, tranquila-comenzo a reir-levantate que le tienes que llevar algunas cosas a tu abuela

-vale, solo unos minutos mas-dijo acostándose y tapándose la cara con la almohada

Len estaba en medio de una ceremonia en la aldea de los lobos, sus padres estaban frente a el y sus hermanos y hermanas alrededor; este se arrodillaba frente al macho alfa –que era su padre- esperando indicaciones.

-Len, hoy siendo el hijo del halfa, iniciara tu ceremonia para probar que eres apto para ser el líder de esta manada, esta semana; pasaras una serie de pruebas que demostraran que tan capaz eres. Hoy tu primera prueba será guiar y dar orden a la caza en manada-

-Si padre-dijo serio bajando la cabeza

-entonces que inicien-dijo y en ese momento todos los presentes comenzaron a aullar, escuchándose un gran eco en todo el bosque anunciando la caza de los lobos.

No muy lejos Rin iba regresando de la casa de su abuela con su típica capa roja, traía la canasta en sus manos cuando escucho varios ahuyidos, no le tomo importancia y siguió caminando, comenzó a sentir presencias en el bosque y se sintió algo asustada pero camino a paso lento y un poco temblorosa; cubria parte de su rostro con la capa carmesí, miraba en el denso bosque caminando por el sendero cuando alguien le tapo la boca y la dejo inmovilizada de los brazos; estaba en shock cuando escucho la voz de su amigo.

-no hagas ruido-le susurro al oído-estan de caceria, si te ven no dudaran en comerte-dijo el rubio ocultándola detrás de un árbol; al parecer solo caperucita se había percatado de la manera en que el la sostenia, la abrazaba inmovilizando sus brazos posando su mano en la cintura y tapando su boca

-¡Joven Len!, ¿donde esta?-escucharon una voz masculina

-¡ya voy Meito!-anuncio-no te muevas de aquí, y no hagas ruido-dijo el y la rubia asintió con la cabeza, el chico salio del escondite-no encontré nada, busquemos mas les-dijo Len observando a un chico de cabello fiusha y de ojos de igual color

-ok, como quieras, la manada esta buscando en los alrededores-dijo

-bien, sigan al norte cerca del rio, yo los alcanzo en un momento-Meito asintió y se fue corriendo, Len camino hacia el sitio donde se había quedado su amiga-ya puedes salir-

-¿Por qué me asustas asi?-dijo dándole un golpe en el pecho-baka, casi me da un infarto, crei que eras un bandido-dijo dándole otro golpe y comenzando a derramar lagrimas, por instinto Len la abrazo mientras ella posaba sus manos en el pecho de el.

-lo lamento, no quería asustarte-le dijo suavemente recargando su mentón en la cabeza de ella-escucha, mientras pases por este bosque nadie te va a tocar, porque yo te voy a proteger- Rin levanto la mirada aun con lagrimas en los ojos haciendo sonreir al joven-tranquila, siempre voy a estar protegiéndote-dijo dándole un beso en la frente haciendo que ella se ruborizara, al separarse ambos hicieron contacto visiual directo-eres hermosa-

-Len…-dijo con las mejillas casi llegando a carmesí viendo como el se acercaba a sus labios abrió los ojos sin poder moverse, estaba aun mas shokeada que antes, estaban casi rosando los labios cuando una voz llego a los oídos de ambos.

-¡Len! ¡Len!, encontramos un venado cola blanca, ¡ven!-dijo la voz de Meito haciendo que Len emitiera un gruñido de disgusto que sorprendio a Rin

-ve con cuidado a casa-dijo el chico dándole la espalda y perdiéndose en el bosque, ella solo sintió como sus piernas flaqueaban y la hacían descender al suelo sorprendida mirando al vacio.