Mirando por la ventana

Un día, mirando por la ventana te vi, estabas malherido y sucio; nadie te quería. Yo estaba sola, isolada.

De todas formas, a quien le importaba?

Yo no era nadie, era una de muchas, invisible.

Pero tú llegaste, te posaste en mi cama y empezaste a cantar la canción del silencio, tus ojos amberinos se reflejaban en mis orbes verdes con un reflejo dorado. Tus alas, la ra zon de mi envidia no te servirían por ahora. Después de todo, quien quiere un ala rota?

Nadie, nadie fui yo en este caso.

Te cuide, fuiste mi esperanza, mi única relación con el mundo exterior al que se me impedía acceder. Tus ojos, fueron ventanas para un mundo que yo solo habría podido imaginar y que solo tú hiciste posible.

Cuando llego la noche, una gran sorpresa me esperaba, de bestia, ahora eras humano, y tu oscura belleza me fascino. A cambio de mi corazón, tendría libertad, a cambio de mis sentimientos, podría volar. Cada noche me hablabas, hacías realidad con tus palabras mis mas oscuros sueños.

Bestia de día, amigo de noche, me convertí en tu presa para que vivieras y me dieras algo de tu maldición, bendición para mí. Un beso mortal, en un día sello el contrato que nos uniría para siempre en cuerpo, espíritu y alma. Yo te pertenezco, tu me perteneces, somos los dos ya una sola alma; a cada sonrisa que me dabas, me tenias mas a tu merced. Tu encanto sometió a la que nunca se sometió, a la insensible, a la de los sentimientos muertos, yo era un fuego apagado, muerto, y tu lo reanimaste.

Me devolviste la vida.

Yo te quería y se, que en el fondo de tu helado corazón, tu me querías también, aunque fuera solo un poco. De que otra manera sino habrías podido reavivar mi corazón, dar forma a mi vida, mi nueva vida?

Prisioneros…

Destinada precozmente a la 'Muerte' por la temible 'Enfermedad', tu, destinado a la soledad eterna…

Yo prisionera de mi condición, tu prisionero de tu estado, los dos tan iguales, los dos tan diferentes…

El momento llego de decir adiós. Ya estabas curado y no había más excusas para retenerte. Desde mi ventana te vi volar, hacia el horizonte; hacia el más allá.

Adiós para siempre, o tal vez, hasta pronto?

Un vampiro no es un amigo, te despoja de lo que mas amas, con palabras dulces, amarga persuasión, te hace darle la liberación del alma, te hace darle tu corazón. Por un lado me engaño, por el otro, ha extrañamente cumplido su palabra.

Me prometió llevarme, llevarme lejos, a tierras lejanas. Me prometió darle una nueva vida, una nueva esperanza, una nueva visión.

Se llevo mi corazón, se llevo mi alma.

Viviré con él, en el, de cierta manera es justamente lo que me prometió. De ahora en adelante, yo también soy el.

Adiós Syaoran; adiós, cuídate, mi amor…

Recuerda que tienes en ti, mi alma y corazón…