LA VERDADERA HISTORIA DEL PRINCIPE AZUL
CAPITULO I. QUIERO SER CENICIENTA
Hacía mucho que llevaba viviendo sola. Había vivido toda su vida con sus padres, ahora que estaba a mitad de la carrera ya podía presumir de ser independiente. Sin duda las cosas al principio no fueron fáciles, pero con ayuda de su prima y su mejor amiga logró enfrentar todo. Ahora era una chica normal, iba a la universidad, tenía amigas, conocía gente, procuraba ser sociable, salía los fines de semana a uno que otro antro, era linda en lo que cabe, trataba de sonreirle a vida y sobre todo, ser feliz.
Nadie, sólo Hinata e Ino, conocían aquella sombra que la persiguió por mucho tiempo. Y es que sí, no toda su vida fue tranquila. Trataba de no recordar aquellos años de preparatoria en que su vida cambió. Trató de reponerse por mucho tiempo y sin embargo, aún quedaban huellas de lo sucedido.
Ya habían pasado cuatro años de lo sucedido. Ella trataba de ignorar que eso pasó. Aunque cada vez que encontraba a un chico que le atrajera las cosas se ponían mal. ¿Era acaso que aquello había sido una señal del destino para que ella se diera cuenta de que nunca podría ser feliz? Sin duda lo odiaba, a él, ese niño lindo del cual se enamoró perdidamente.
Era algo curioso, la princesita no tuvo un final feliz con su Principe Azul.
…
…
Un sabado por la noche las tres chicas habían decidido salir a bailar, después de una semana tan pesada se lo merecían.
-Ya quita esa cara, parece que estas en un funeral.-le dijo Ino mientras trataba de bailar alrededor de su mesa. El lugar estaba muy lleno y la pista de baile a reventar, no valía la pena amontonarse con los demás.
-Sakura-chan, ¿te sucede algo?-preguntó Hinata quien se reusaba a bailar con Ino.
-Estoy bien, sólo que he tenido mucho trabajo y estoy algo desvelada, creo que no fue bueno venir el día de hoy.
-¡Vamos! La vida es para divertirse, tu tambien Hinata, ¡vamos, baila!
- Prefiero estar así Ino.-contestó la ojiperla.
Una canción muy popular en esos días estaba sonando. Todo mundo se levantó a bailar.
-Ino, ¿Cuántas copas te has tomado?-preguntó la pelirosa.
-Ah…no las he contado…¡Ya Sakura! Pareces mi madre.
-Sólo te aprevengo…
En ese momento desde la entrada al lugar y hasta la pista de baile la gente empezó a hacerse a un lado. Un grupo de chicos iba llegando.
-Pero miren nada más que tenemos aquí…-sonrió la chica rubia.
-¿qué cosa?-preguntaron las otras dos al unisono.
- Miren las dos allá abajo-y señaló hacía la pista de baile.
El lugar era escalonado y descendía a la pista de baile, donde ahora el grupo de jóvenes estaba cruzando. Los que estaban ahí sólo los observaban al pasar.
Cuando por fin llegaron del otro lado de la pista, el ambiente volvió a la normalidad.
-¿Y quienes son? ¿los príncipes de Asturias? ¿una bola de narcotraficantes? Digo, porque esa manera en que los tratan…-preguntó Sakura.
-Es cierto…además…tienen están ocupando el privado más caro del antro.-agregó Hinata.
-¿Cómo es posible que no los conozcan? ¡Todo mundo aquí sabe quienes son! …En verdad que les hace falta salir…
-¿Y quienes son? ¿Por qué son tan importantes?-preguntó la pelirosa algo intrigada.
-Son más conocidos por sus apellidos, digamos que son niños ricos. Hoy han venido sólo unos pocos, suelen juntarse en lugares como estos, hijos de los hombres más importantes del país. Creo yo que lo máximo que les he visto en número son como a unos veinte.
-Hoy sólo han venido....nueve.-contó la ojiperla.
-Además-continuó Ino- ¡son guapísimos! Sin duda el sueño de cualquier chica…-la rubia se quedaba viendolos embobada.
Con ese comentarío, Sakura bufó, burlándose de las palabras de su prima.
-Sakura-chan…
-Sólo son un grupito de niños arrogantes, mírenlos, las meseras los tratan cómo si fueran reyes…
-ah…Sakura…reconoce que están muy guapos, hásta Hinata se ha sonrojado.-habló Ino.
-Son sólo chicos que no tienen nada mejor en sus vidas que pasarsela de fiesta en fiesta, digo por la pinta que tienen, por lo visto no les hace falta nada.-dijo Sakura con un tono de molestia.
-Si…no les hace falta n-a-d-a.-agregó sonriente la rubia.
Más tarde, Ino se sintió mal debido a todo lo que había bebido, las chicas la acompañaron al baño.
Después de haber vomitado y fingiendo que se sentía bien, regresaron a sus lugares. La entrada a los servicios estaba del otro lado del antro, por lo que de regreso debían pasar a cierta distancia de las mesas donde se habían ubicado aquel grupo de chicos.
Mientras Sakura sujetaba a su prima de un lado para que no se cayera-por si las dudas-, Hinata la tomaba del otro lado.
En una parte del trayecto, una pequeño muro de no más de metro y medio con barrotes en la parte superior era lo único que dividía el pequeño pasillo con el privado donde estaban la bola de jóvenes.
Iban caminando cuando la pelirosa logró distinguir una voz, alguien que nunca en su vida quizo volver a encontrarse estaba del otro lado de la pared.
Era un chico, su voz parecía dominante ante los demás, era alguien a quien Sakura nunca olvidaría…desgraciadamente.
Entre cuchicheos, el ruido del antro y los quejidos de Ino pudo escuchar lo que decían. Se detuvo en seco.
- Así que hoy empieza.-habló alguien.
- Hoy, amigos míos, es turno de un nuevo cuento.-esa era la voz de aquel hombre. Al escucharlo claramente la chica se estremeció.
-Vaya, ya te habías tardado Itachi.
-La tradición de cada año…sin duda tu eres el único en llevarla a cabo.
-¿Y dinos, ahora quienes serán los elegidos? ¡Cuenta conmigo por favor!
-Lo he estado pensando, pero probablemente ustedes ya se han de imaginar quienes son.-de nuevo la voz.
Repentinamente alguien la sacó de su ensimismamiento.
-Sakura…avanza.-era Ino, quien estaba agonizando a su derecha.
-Shh…¡guarda silencio!
Volvió a pegar oído en la conversación de al lado.
Entonces no esperemos más…
Vamos Sai, comienza a elegir a tu cenicienta, y ustedes tres también deberían.
La pelirosa vió como el hombre que hablaba le dio un codazo al de al lado.
"Así que ya están de nuevo con eso….entonces ese chico…será un nuevo principe…¡Vaya que la han vuelto a hacer…al parecer los tontos no se acaban!"
El chico llamado Sai se levantó y fue rumbo a la pista. Era alto, de tez blanca y por cierto, muy apuesto como todos los demás.
-¡Ese es mi amigo!
- Pues hoy caballeros, doy por iniciada nuevamente el nuevo cuento del año. Actividad que surge como tradición entre las mejores familias, he aquí que ustedes esten aquí.
Alguien que pasó por ahí empujó a las chicas, haciendo que Sakura volteara a ver a las demás.
-¿qué te sucede?-preguntó Ino.
-Shh…aquí no es lugar …vayamos a la mesa.
…
…
-¿me puedes explicar que fue eso de allá abajo?-preguntó Ino.
-Son ellos, ¡son ellos otra vez!-respondió Sakura muy enojada.
-¿Quiénes Sakura-chan?
-Ese grupo de chicos, los que llegaron hace rato…son ellos…¡Por Dios! ¡No puedo creer que esten aquí! ¡Esos desgraciados…aún…continuán!
-Sakura, ¿a quien te refieres con ellos?-preguntó Hinata.
Ino puso cara de terror.
Es…la orden…¿verdad?
-No hay duda, son ellos, y por lo que les escuché hablar, hoy comienzan un nuevo cuento, hoy es la cacería.
Hinata se quedó con la boca abierta, no era posible que aquello las hubiera alcanzado una vez más.
Deberíamos irnos Sakura.-sugirió la ojiperla.
-Son unos malditos…¡no puedo creer que me los halla topado otra vez!
-Sakura, debemos irnos.-habló Ino, jalandola de una mano.
La pelirosa en realidad se sentía frustrada, no podía creer que eso estuviese pasando.
La tradición de cada año, él tipo de la voz dominante lo había dicho, ¿después de cuatro años seguían con eso? Nadie podía detenerlos. Nadie.
Esperen, no podemos irnos. Tengo algo que hacer.
Sakura, ¿qué estás tramando?-preguntó la chica rubia.
Hace cuatro años me partieron la vida en dos, y aún siguen jugando como niños chiquitos..¿qué no hay alguien que los pare?
Ah…si…¿y qué piensas hacer? ¿denunciarlos? Sakura, ellos tienen mucho poder …alguien como tu o como nosotras nunca podría.
No era tiempo para pensar bien las cosas, quizas lo que iba a decir a continuación era más que un simple y tonto impulso, pero lo que más quería desde hace varios años olvidarse de lo sucedido…y eso sólo sucedería de dos maneras. Uno, que se le borrara la memoria, o dos, que los hiciera pagar…sin duda la venganza era lo más viable.
Quiero ser cenicienta.
¿Qué? ¡estás loca! ¿qué clase de disparate…?-gritó Ino.
Sakura-chan, eso es demaciado peligroso.
Necesito vengarme, hacerles pagar a esos idiotas por lo que me hicieron…y por
lo que hasta el día de hoy siguen haciendo.
A ver…lo que estas proponiendo es ….algo demaciado tonto…si lo hicieras deberías volver a pasar por aquello.
Pero ahora sería yo quien lo manejara. ¿No les gusta la idea de "La princesa engañó al Principe"?-dijo la pelirosa con una sonrisa de maldad.
Claro que me gustaría que pagaran..pero…siendo serias, eso es muy estúpido Sakura, ¿además…cómo le vas a hacer para que te escojan?
Hoy es la cacería, te acabo de decir, vi como uno de los que declararon Principes fue a la pista de baile…Tengo que encontrar una forma de que me
seleccione…No sé….quizás insinuándomele…Tengo que ir a buscarlo.
Pero Sakura-chan…eso es muy riesgoso…Vengarte no es la solución.-sugirió Hinata.
Pero es posible, Ok, Ok, tienes mi apoyo Sakura.-le dijo Ino con una gran sonrisa de complicidad.
Ok señoritas, esta noche tendré que hacer que ese principe me escoja como Cenicienta.
Las tres chicas se pusieron a buscar por todo el lugar a ese chico de pelo negro y tez blanca que les había descrito Sakura.
Sakura llegó a la pista de baile, se paraba de puntitas para poder buscar al chico, pero entre tanta gente era algo prácticamente imposible.
En ese momento empezó una canción romántica, el baile se hizo más lento y la chica pudo transitar por la pieza.
El hombre que buscaba estaba cerca, rodeado por dos chicas, a un lado de la barra. Sin duda alguna ellas eran quienes trataban de seducirlo. Y es que no era para más, el chico en realidad estaba muy guapo.
"Vaya par de ingenuas, ¡como fueron a fijarse en ese tipo!"
La pelirosa se quizo acercar, aunque aún le faltaba un buen tramo para alcanzar la orilla de la pista.
Una pareja que estaba a un metro-la cual bailaba muy sensualmente-, interfería por completo su camino, lo que ella hizo fue tratar de esquivarlos, más sin embargo otra pareja la empujó y fue a chocar contra ellos.
No fue simplemente un roce, fue un golpe que sin querer le pegó al chico que tenía enfrente.
-¡Auch…!-gritó la pelirosa.
El chico que estaba de espaldas, al sentir tremendo golpe volteó a buscar al culpable, pero sólo se encontró con la chica.
-¡Ten cuidado pelochicle!-le reclamó el joven.
En ese momento Sakura lo pudo observar completamente. Era muy algo parecido al chico que ella buscaba, sólo que no tan pálido. El color de su piel relucía a pesar de la oscuridad y las luces del antro. Era más alto que ella y de complexión atletica. Con su humanidad definitivamente intimidaba. Es de aquel tipo de hombres que vez a la primera y tienen un no se qué que bien los podría hacerse llamar jefe de la manada. Era un espécimen de hombre, mejor dicho, un semental.
Su pelo negro rebelde era algo largo, su mirada arrogante hasta cierto punto daba miedo. Pero él en su totalidad, incitaba desearlo.
Por un instante el miedo se apoderó de ella cuando se dio cuenta del parecido que tenía también con uno de los hombres de sus pesadillas. Era prácticamente idéntico, a diferencia de que este era más joven…y más guapo.
Respiró profundo, no iba a dejarse intimidar.
..Aunque en ese momento, ese hombre tan perfecto, le estaba reclamando el haberlo golpeado.
"Grosero"-pensó Sakura.
-Sólo fue un pequeño empujón.-le dijó al chico encarándolo.
Una joven pelicafe que bailaba con él se le pegó al brazo como niña de cinco años.
-Por lo visto en este lugar dejan entrar a cualquier persona.-dijo el pelinegro.
-Por lo visto sí-contestó la chica alzando una ceja. Trataba de ser ruda, pero …ese tipo la ponía algo nerviosa.
-Pide disculpas.
¡Ja! ¿Yo pedirte disculpas? ¡Por favor! ¡Hazme reír con algo mejor!-se burló la chica.
Hazlo.
¿Qué no lo escuchas chiquilla? Pide disculpas.-le esperó la chica pelicafé.
En ese momento Sakura pudo observar que a lo lejos el chico al que buscaba se iba del lugar de la mano con las dos chicas que lo acompañaban.
"¡No puede ser, ese estúpido se está largando!"-pensó Sakura.
Disculpa, pero me tengo que ir, no puedo estar perdiendo el tiempo contigo.-le dijo enojada la pelirosa. Trató de dejar atrás a la pareja, pero un movimiento rápido del pelinegro la detuvo de la cintura.
¡No me toques!-le gritó la chica.
Él se acercó más a ella, empujando a la pelicafe para que se quitara.
A mi nadie me deja con la palabra en la boca chiquilla.-le reclamó furioso.
¡Sueltame!
No lo haré.
Sakura lo miró muy enojada, mientras el chico que había sido seleccionado Principe se iba, ella estaba ahí peleando con ese hombre.
Estaba perdiendo su oportunidad de venganza debido a ese...espécimen.
¡Eres un idiota!-le reclamó mientras se sontaba y se apartaba de él.
En el rostro del pelinegro se formó una media sonrisa.
Cuidado, no me vayas a arañar…pelochicle.-se rió.
¡Vuelve a repetirlo!
Sakura, déjalo, debemos irnos.-le habló Ino quien acababa de llegar.
Primero me las va a pagar este tipo.
¡Te he dicho que nos vayamos!-la rubia la jaló del brazo.
Si, vete de aquí, no perteneces a este lugar, pelochicle.
La chica se fue a la fuerza, estaba echando chispas, ese chico en verdad la había puesto más que furiosa. Qué importara que fuese demasiado guapo, casí perfecto, pero tenía un humor de los mil demonios, en su vida quería volver a toparselo.
Iban rumbo a su mesa.
Sakura, el chico se ha ido.-le informó su prima.
Lo sé, vi cuando salió con dos chicas.-la pelirosa puso cara de resignación.
Ya ves, no era tu destino vengarte.
Pero debe existir otra solución.
No creo que la haya…además, ¿dónde está Hinata?
Con la mirada buscaron a la ojiperla por todo el lugar. Cuando los ojos de Sakura se posaron sobre aquella mesa donde estaba lo que ella llamaba La Orden, pudo darse cuaenta que el tal Itachi estaba aún ahí, brindando. Tan solo de verlo se le revolvió el estómago.
¿Cómo podría olvidarlo? Aunque y a hubiesen pasado cuatro años aún sentía esa herida abierta, a pesar de todos sus esfuerzos, aún esa sombra del juego del Principe y la Princesa la perseguía.
Por su mente pasaron todos esos recuerdos a gran velocidad.
…
…
Tenía dieciséis años, en ese tiempo acababa de comenzar el segundo año de preparatoria. Era una chica total y completamente normal, muy común por así decirlo.
Como todas las chicas, se arreglaba, soñaba con enamorarse, ser feliz.
Un único detalle en ella era que su llamativo pelo rosa le provocaba una que otra burla, así que se lo había teñido desde hacía dos años, ahora lucía una cabellera castaña.
Era una buena chica, bien portada, buena estudiante, buena hija.
Sin embargo, en una época conoció a un chico, era dos años mayor que ella.
Su nombre era Gaara, un chico de buena familia. Él era atento, caballeroso, de por más lindo, además de muy atractivo. Sakura se sentía bendecida porque ese chico se había fijado en ella. Era feliz, había encontrado a su príncipe azul
Comenzaron a salir, ella se sentía en las nubes al lado de él.
Pero en un tiempo, las cosas comenzaron a cambiar. Quiza era porque la relación se ponía seria, pensó ella.
Perdió su virginidad con él….Y volvieron a hacerlo cada vez que a el chico se le antojaba.
Después, vinieron los cambios de actitud, los desplantes, los abusos.
Ella, teniendo en mente lo que él había sido, lo perdonaba.
…Hasta que un día sonaron las doce campanadas y el hechizo se rompió.
En una fiesta privada, donde estaban todos los miembros de la orden, la chica se dio cuenta de que se había terminado el cuento.
La orden no era más que un grupo de chicos ricos, una logia, los cuales en sus tiempos libres les gustaba divertirse jugando ese juego al que ellos llamaban "El cuento". Una vez al año elegían a cuatro integrantes, los cuales al someterse al juego recibían grandes beneficios. Tenían que conquistar a chicas que tuvieran algo en especial, Sakura en su caso, era una total ingenua.
Las cortejaban, las ilusionaban y después, las usaban y trataban como ellos querían.
Al final…las tiraban, montandoles una escena de burla.
Sakura había pasado por eso a sus dieciséis años, Gaara le había partido el corazon, no, no sólo eso, le había incinerado el corazon, sus ilusiones, sus ganas de vivir.
Al final, el final feliz no existía. El principe azul no era más que una mentira, y por supuesto, el amor era todo un engaño de la humanidad.
…
…
Trató de olvidarse de su pasado en esos momentos, Hinata había llegado.
Chicas, ¡chicas!-estaba muy agitada y temblaba.
¿Dónde te habías metido Hinata?
Chicas, es—estaba en—en ..
¿en donde?-preguntó la pelirosa.
E-llos, yo los…escuché hablar.
¿a quienes?-preguntó Ino.
¡A la or—den! Pa—saba por ahí y los escuché. Se reían y….
Ah…déjalo, el chico que buscabanos se fue, no hay muchas posibilidades de que escojan a Sakura.
¡No!...-gritó Hinata.
¿no?
Escuchen, esto fue lo que p-pasó-la ojiperla comenzó a relatar.
…
…
Itachi estaba en el centro del grupo, tomando con los demás. En ese momento llegó el pelinegro con el cual Sakura tuvo una pelea.
-Muy bien hermanito, ¿ya has elegido a tu víctima?-preguntó.
- Sasuke es muy exigente, no creo que una noche le baste.-dijo un chico pelicafe.
- Vamos Sasuke, tienes mucho de donde elegir.- habló otro chico.
- No me hagas esperar Sasuke-le habló en tono amenazante Itachi.
-No te preocupes, tenía a una, pero se me ha ido, a cambio he conseguido a todo una joyita.-el pelinegro tenía esa sonrisa demedio lado.
-Uh…al parecer has encontrado algo interesante.
-Claro, muy interesante.
-¿y quien es?
-Miren hacía aquel palco.-señaló el pelinegro.
Caballeros, esa chica de pelo rosa, Sakura, será la nueva cenicienta de este cuento.
...
…
¡Te han elegido Sakura!-chilló Ino ante el relato.
Sakura volteó a ver en dirección de aquella mesa, el chico llamado Sasuke la estaba fulminando con la mirada en ese mismo instante. Ella apartó lo más rápido que pudo la vista.
Ya estaba listo, para llevar su venganza a cabo, sería Cenicienta….nuevamente.
