Holaa! ¿Os podéis creer que Ron y Hermione son mi pareja favorita y no tenía nada escrito sobre ellos? Pues es así, asi que he dado el paso y he empezado a escribir sobre ellos Este fic no será muy largo, contará como mucho con cinco capítulos o así. Espero que os guste y me dejéis muchos reviews, para animarme a seguir, porque os aseguro que cuando recibo reviews me entra repentinamente muchísima inspiración! Un beso enorme a todos y disfrutad leyendo:3
Me perdí en su susurro, dejé que el tiempo fluyese sin importarme el mundo ni tan siquiera lo que ocurría dos centímetros más allá de nosotros dos. Me envolvió en sus brazos y eso me hizo dejar este mundo e introducirme en nuestro mundo, en cual solo existíamos él y yo.
¿Cómo pude ser tan estúpida de pedirle al Ministerio trabajar sola? Pocas personas lo conseguían. Él había probado a luchar con otras chicas, pero ninguna le dio buenos resultados.
El ministerio, observó como Ron y yo, habíamos perdido nuestro ritmo inicial en las misiones, nuestro rendimiento también había disminuido y eso a Lewis, nuestro actual jefe, no le gustaba en absoluto.
Nos habían citado dos años después de que la decisión de la separación fuese tomada. Sin saber muy bien el motivo me desvelé a las cuatro de la madrugada preguntándome si él estaba deseando verme como yo deseaba verle a él.
A la nueve me desperté, me aseé y me vestí. Pedí un café para llevar y aparqué mi Mini Cooper S en color rojo, regalo de mis padres, en el parking exterior del ministerio, mejor dicho, lo aparqué en el parking muggle.
Bajé por la cabina de teléfono, necesitaba ganar tiempo para aclarar mis ideas y relajarme, por eso no fui mediante la Red Flu. Llegué, al fin, al despacho de Lewis y al parecer era la última en llegar, estaban los dos hombre esperándome.
- Buenos días –me dijeron al unísono.
- Perdón por el retraso –dije de forma rápida mirando exclusivamente a Lewis como si mi vida dependiese de ello y evitando encontrarme con la mirada de Ron.
Lewis comenzó a hablar. Ese hombre en los últimos años, había significado mucho para mi, y creo que también para cualquier otro auror que se precie. Llegó al ministerio y lo revolucionó, cambio algunas leyes, impuso las suyas y aunque en un principio la mayoría nos negábamos a cumplirlas porque no las veíamos coherente, con el paso del tiempo nos hemos dado cuenta que nadie podría asumir el cargo mejor que él. A pesar de ser mi jefe, sustituyó al insustituible Harry Potter, cuando éste se fue a vivir a Dinarmarca con Ginny; así pues, se convirtió en el tercer pilar en el 'trío mágico'. Él fue quien nos apoyó a Ron y a mi a seguir juntos, y el que soportó al menos, todas mis lágrimas cuando lo nuestro terminó.
Me obligó a sentarme al lado izquierdo de Ron y enfrente a él, mientras seguía hablando. Nos explico que todos los miembros del ministerio de defensa, habían decidido que debíamos volver a trabajar juntos, sin ningún intermediario entre nosotros, Harry sabía trabajar solo y nosotros nos necesitábamos y también nos comunicó que no había vuelta atrás, la decisión estaba tomada. Se marchó tras una hora de charla y omitió completamente la parte de ruegos y preguntas.
Salió de la habitación dando una última noticia: debíamos vivir juntos. En cuanto le vi cruzar la puerta, me levanté e intenté salir yo también, pero la puerta estaba bloqueada. 'Alohomora', susurré, pero no funcionó.
- ¿Qué ocurre? –me preguntó.
- No se abre –ni tan siquiera le miré. Noté sus pasos acercándose y me aparté a un lado para no tocarnos, lo intentó él– ¿pretendías abrirla? –dije irónica. Clavó sus ojos azules en mi y eso me intimidó.
Llamé a Lewis y me comunicó que era nuestra primera prueba, debíamos volver a establecer contacto. Me senté en el sofá, saqué un libro de mi bolso y me puse a leer. No me había dado tiempo a empezar a leer la segunda página cuando se sentó a mi lado y me arrebató el libro. Lo intenté coger, pero fue inútil, él aún recordaba mis movimientos.
- ¿Me lo piensas devolver? –negó con la cabeza e intente alcanzarle la mano, pero en ese momento me percaté de que estaba encima suya, a pocos centímetros de su boca.
- ¿Por qué me dejaste? –fue un susurro, la única vez que le había oído hablar así, de aquella forma después de dos años.
Aquella era la pregunta a la que ni yo misma había encontrado respuesta. Algo hizo que mi corazón dejase de latir, que los segundos pasasen mucho más despacio. Sonrió y me reincorporé, miré al frente y tal vez, lo más apropiado sería decir que soy una cobarde por no atreverme a mirarle a la cara, y lo asumo: soy una cobarde.
Se arrodilló frente a mi y colocó sus manos en mis rodillas, para después posar sus ojos azules en los míos. Estaba esperando una respuesta.
- No lo sé –agaché la mirada.
- Pero lo hiciste, me dejaste sin haberme hablado ante sobre ello, me dejaste solo, como si jamás hubieses sentido nada.
- Has estado con más mujeres, Ron.
- Quería olvidarte e intenté comprender porqué lo hiciste.
- ¿Lo conseguiste?
- No, aún no.
- No sé porque lo hice, no te puedo ayudar.
- Lo pasé fatal –me alzó la cara para poder mirarme de nuevo a los ojos.
- Yo no he estado con nadie más –fui sincera.
- Me ha costado con más mujeres, es cierto, pero… –quería que yo terminase su frase.
- Ninguna de ellas te dio su primera vez… –y le seguí el juego.
- Como tú lo hiciste.
- Siempre estarás en mi memoria –no podía dejar de ser sincera, no con Ron.
- Y tú en la mía, recuerda que también fue mi primera vez.
Ambos sonreímos y nos abrazamos, fue de acuerdo mutuo, no dijimos nada más. Se sentó en el extremo del sofá y dejó que apoyase mi cabeza sobre sus piernas. Y mientras acariciaba mi cabello, me di cuenta de que aquel abrazo me había hecho darme cuenta de que aún quedaba algo de amor entre los dos.
