Notas de Autora:
¡Hello! éste es mi segundo fic ambientado en la segunda temporada del anime :3 ~ (curiosamente xD)
OJO: **Esta historia se encuntra redactada desde la perpectiva de Saito Hajime**
Al comienzo pensé hacer este fic de un sólo cap pero terminara siendo más de uno (ello explica porque este capítulo es tan corto) xD ojalá les guste tanto como a mí :')
Espero sus reviews~
El verdadero final de Hakuouki
Capítulo 1: Despertar
La nieve caía sobre los campos transmitiendo su helada pureza al guerrero que blandía su espada una vez más. Observando su reflejo a través del hierro pudo notar que una nueva batalla daba inicio, probablemente la última que vería.
El hombre de ojos azules se encontraba pensativo, intentando descifrar el interior de su alma; a pesar de tantas victorias frente a sus enemigos y tras haber recorrido numerosas batallas no podía entender que era lo que su corazón le pedía desesperadamente.
Ya habían pasado unos cuantos años desde que decidió retomar el sendero del guerrero y asumir con valentía las consecuencias que acompañaran su decisión.
No podía retroceder como aquella vez, el único momento en el que su espada no pudo defender una vida o matar sin compasión, eran recuerdos que él no quería traer a su mente.
Pero ahora era diferente, sus ojos profundamente azulados estaban orgullosos de la frialdad que podían mostrar, incluso en cálidas ocasiones y de alguna forma se refugiaba en ellos.
El recuerdo de una joven de cabellos marrones entregando en sus manos un "conejo de nieve" y acariciar por unos segundos su delicada piel de alguna forma había logrado atacar sus pensamientos y agrietar su escudo, devolviéndole la vida.
Aquellas grietas lentamente iban formando otras aún más profundas al sentir que jamás volvería a verla, poco a poco el escudo se iba cayendo a pedazos.
Saito Hajime jamás cuestionó y mucho menos titubeó ante la idea de entregar su vida en la batalla y eso no había cambiado en medio de la guerra, sin embargo ahora que el escudo yacía destrozado frente a sus ojos no podía perder la lucha ante la muerte porque no dejaría a aquella mujer sola.
La sangre de las heridas iban desvaneciendo su cuerpo pero su espíritu permanecía intacto, dejar de respirar no era una opción. La imagen de la joven de hermosos ojos marrones invadía su ser, desesperadamente visualizó cada uno de los detalles de su rostro y con el aliento que le quedaba clavó su espada en la tierra, él debía sobrevivir para permanecer a su lado y cuidarla.
En esta nueva batalla el tiempo era su nuevo enemigo y tal vez ese fue el único oponente que realmente llego a temer.
El guerrero se puso de pie apoyado por su única aliada, aquella espada que le trajo mil victorias y algunos sinsabores en el pasado. Paso a paso, lentamente, casi sin vida, llegaría y podría ver que ella también esperaba por él.
En aquel camino incierto rodeado por amigos y enemigos caídos, quienes iban tiñendo en un unísono silencioso la tierra de rojo, pudo divisar a un corcel, era negro como la sombra de la muerte que pasaba efímera a través de sus ojos, con toda la fuerza que sus visiones de aquella mujer le transmitían logró alcanzarlo y subir a él; eso era todo, había llegado al límite y lo sabía pero no se daría por vencido tan fácilmente, rasgo sus ropas y con aquel trozo de tela se ató al caballo formando así una alianza de vida, un pacto.
Suspiró lentamente el hombre de cabellos color índigo, mientras su cuerpo desvanecía sobre el lomo del corcel.
