Hola a todos, soy Kyubi1 y por quien sabe qué ocasión, traigo un nuevo fanfic de Date A Live para ustedes, sin embargo, hay una advertencia en este cuento, y es que tiene que ver con que este fanfic es una "carta de amor" a una pareja entre un personaje inventado mío y una de las espíritus, y también tiene mucho que ver con Guía para enamorar a un espíritu, el cual es el fanfic donde esta pareja nació y fue mi primer fanfic de Date A Live.

Así que realmente no espero que esto les guste, pero si le dan una oportunidad y piensan en disfrutar la historia o si te gustó esta pareja en el fic anterior mencionado, sí, entonces espero que te guste mucho y que lo disfrutes.


Anhelando tu cuerpo

Después de tantas batallas, la tormenta se calma y el sol vuelve a salir. Las cosas parecen volver a acomodarse y todo regresa a su curso natural, excepto una sola entidad: las personas. Estas cambian y se vuelven diferentes, crecen y la forma de ver las cosas cambia, llegado a ese punto, todo cambia.

Y la tranquilidad puede volverse más placentera o extraña, dependiendo de la persona. Pero con los años se experimentan cosas nuevas, objetivos se cumplen, otros desaparecen y nacen nuevos, así como las relaciones que se tienen, si son valiosas y se quiere, se vuelven más intensas y cercanas.

La relación entre ellos dos se había vuelto bastante intensa y dependiente entre ambos, ella había causado mucho daño a todos en el pasado, había sido una mala persona y se había aprovechado de la persona que más le amaba; un chico que le profesaba su amor de una forma inocente, cariñosa y desinteresadamente, un chico que ahora era un hombre y su esposo.

Seguía amándola como una madre ama a su hijo, seguía protegiéndola, haciendo todo por ella, dejando pasar oportunidades de trabajo porque no quería estar lejos de su esposa, ¿cómo podría? Ella era su tesoro, era lo más valioso de su vida, era lo que hacía agitar su corazón, era la razón por la cual vio la vida de diferente manera, sobre todo, era ella lo que amaba más en todo el mundo.

Ella lo lastimó en el pasado, por eso pasaron varias cosas malas, heridas invisibles aparecieron en su alma, por lo que decidió cambiar un poco, se sintió vulnerable y desgraciada, así que hizo todo lo posible para enmendar sus malas acciones. Pero él era de oro, no merecía su amor, aun así, lo tenía, podía tener todo de él.

Todo.

—¡Anata, Anata! —dijo una mujer con un poco de emoción en su voz al entrar al cuarto, venía cargando una caja cuadrada de color gris, sonrió ligeramente al encontrarlo acostado y leyendo un libro—. Adivina que traigo aquí.

El hombre era joven, alto y fuerte, debajo de su playera azul de mangas cortas su torso estaba levemente marcado, así lo estaba el resto de su cuerpo, pero no se notaba mucho.

Su cabello era de color negro, a pesar de que le gustaba dejárselo crecer, tuvo que cortárselo para verse más presentable en su trabajo, así que sus orejas eran completamente visibles, las puntas de su cabello apenas les llegaban a sus ojos, esa era su distancia limite, solo de atrás aún se mantenía un poco largo.

Sin embargo, seguía conservando la tranquilidad en su rostro de piel blanca, así como seguía vistiendo de forma sencilla con una playera y un pantalón de material delgado de color caqui.

—¿Ah? ¿Qué es eso? —preguntó al interrumpir su lectura.

A la mujer de largo cabello suelto de color negro brillante le resultó un poco graciosa su curiosidad, uno de sus ojos estaba siendo tapado casi en totalidad por su cabello liso encima, el que estaba descubierto tenía un cierto brillo de emoción, además de que en su piel blanca se le notaba fácilmente un pequeño rubor en las mejillas.

Lo único que traía puesto era un vestido rojo de tirantes diminutos, no llevaba nada debajo, a excepción de sus bragas, por lo que sus pechos podían ser notados, aunque superficialmente. También estaba descalza puesto que estaba en casa.

Se acercó a la cama y dejó la caja encima, el hombre joven se sentó entonces para mirar la caja, hasta que ella la abrió y sacó de ahí una bonita ropa de sirvienta con colores pastel, además de que tenía escote en el pecho.

—¿No está bonito? Es mi nuevo uniforme del trabajo —dijo con una sonrisa y lo pegó a medida de su ropa, el hombre sonrió ligeramente al verla contenta, ella cambió su sonrisa por una algo picarona—. ¿Quieres que me lo ponga, Anata?

—Eh… Está bien, así podré vértelo puesto —respondió con tranquilidad, pero estaba un poquito emocionado.

Ella hizo una media sonrisa y le dio su uniforme, él lo tomó un poco extrañado, pero luego vio como ella se quitó el vestido rojo de una pieza justo frente a sus ojos.

Los ojos azules cristalinos del joven se abrieron lo más que pudieron, así como sus cejas finas se levantaron por la impresión, el cuerpo de su esposa era hermoso, no es como si hubiera visto otros cuerpos desnudos, pero no tenía la necesidad, tal vez no tenía los pechos más grandes, ni la cintura más envidiable, tampoco las piernas largas y los muslos bien proporcionados, tampoco tenía el trasero levantado ni muy vistoso, pero ella era la más hermosa para él.

—No deberías de cambiarte en frente de mí, Kurumi-chan —dijo él con el ceño levemente fruncido, una vez que ella tomó el uniforme de su trabajo y empezó a ponérselo sin hacerle caso.

—¿Por qué no? Eres mi esposo, Satou-kun.

—Bueno, porque cambiarse es algo privado, por eso hay probadores para mujeres y para hombres, ¿no es así? Aunque estemos en casa, así debe de ser.

—Hmp. —Ella terminó de vestirse y acercó su cara a la de Satou—. Esto no es una tienda de ropa, es nuestro departamento, además, Anata, puedes hacer… —Tomó su mano para ponerla encima de uno de sus senos con una sonrisa y un leve sonrojo en las mejillas—. Lo que quieras…

La tela era delgada y el pecho de Kurumi se sentía como un malvavisco; suave y elástico. Satou entendía el concepto de lo que ella decía, pero no lo aplicaba, incluso ahora no había un sonrojo de su parte, sin embargo, acarició su pecho por un momento.

—Tus pechos son muy suaves, Kurumi-chan —dijo con una pequeña sonrisa, ella hizo una sonrisa amarga, luego fue alejada con suavidad, hasta él se puso de pie—. Te ves muy linda. Siempre te ves bien con todo lo que usas, incluso si no estás usando nada.

—Ara, ara, Jijiji —dijo con picardía y se acercó para tomarlo de las mejillas, viéndolo directamente con su ojo rojo y su ojo amarillo—. ¿Tal vez debería quitarme todo entonces?

—¿Y eso para qué? Si estás desnuda por el departamento, podrías enfermarte. —Ella sonrió con algo de malicia, para luego recargar su cabeza en su pecho, puesto que ahora él era más alto que ella—. ¿Kurumi-chan?

—¿Y no me cuidarás si eso pasa? —preguntó fingiendo tristeza, luego fue rodeada por sus brazos y su cabello suelto fue acariciado suavemente, una calidez rodeó su cuerpo—. Anata…

—Claro que sí, eres lo más importante para mí. Te amo mucho, Kurumi-chan.

Kurumi se sonrojó y lo empujó hacia la cama para darle un beso en los labios, este fue suave y gentil, él cerró los ojos para disfrutarlo. Al separarse, ella se recostó en su pecho, escuchando sus latidos, sonrió con júbilo al escuchar esas pulsaciones levemente agitadas.

—Eres tan ingenuo, pero eso también me gusta mucho de ti. —Kurumi entonces decidió cambiar un poco la posición para ver a su rostro directamente—. Anata, ¿no estás celoso de que use estas nuevas ropas reveladoras en mi trabajo? No es que tenga elección, pero quería saber tu opinión.

—No me importa, además, cada vez que pueda ir a verte, te veré usando un uniforme muy bonito, te queda muy bien, Kurumi-chan. —Sonrió—. Y si algo o alguien te molesta, te protegeré, aun sin mis poderes, siempre voy a cuidarte.

—¡Tan serio! —dijo con diversión y con una leve risa, pero estaba sonrojada ligeramente, lo besó de nuevo y se alejó un poco de él—. Era solo una pregunta, Anata, solamente tú podrás verme tal y como soy, sin nada cubriéndome.

Kurumi besó a Satou de una forma más intensa esta vez, el joven solo correspondió, al mismo tiempo que la abrazaba. Le gustaba mucho más abrazarla y sentir su calor que besarla, aunque no tenía quejas, Kurumi le hacía realmente feliz.

Ciertamente ahora ya no tenía poderes, ningún espíritu los tenía, todos le pertenecían a Shidou ahora. El mundo había cambiado y ahora disfrutaban de una vida tranquila y hogareña a la que ambos se acostumbraron después de un año de vivir así.

Por culpa de su vida de aventuras y peligros, Kurumi estaba bastante atrasada en la escuela, así que no terminó ninguna carrera universitaria como lo hizo Satou, quien cargaba con la mayoría de los gastos del departamento que compartían.

Anteriormente vivieron en la casa de sus padres, pero la terminó vendiendo para usar ese dinero para la boda, en la luna de miel y también en el departamento. Tenían todo lo necesario, incluso si Kurumi tenía un trabajo como camarera en un café maid y no podía aportar mucho dinero, Satou no tenía quejas.

A pesar de que ya estaban casados y sus actitudes y amor, no habían tenido contacto sexual, Kurumi a veces no sabía cómo se resistía a entregarse a él, pero sus acercamientos atrevidos nunca daban resultado, ella lo amaba intensamente, obviamente tenía muchas ganas de tener intimidad con él, además de que, si tenían un bebé, eso no sería malo. Ambos serían felices, pensaba.

—Espera, Kurumi-chan —dijo al separarla de él, la vio sonrojada de las mejillas y con una mirada que pedía algo, pero nunca fue bueno leyendo rostros—. Deberías guardar tu uniforme nuevo, es para el trabajo, después de todo.

—Tienes razón.

Con una sonrisa se sentó mientras seguía encima de él, se quitó la blusa para dejar sus pechos al descubierto, Satou volvió a impresionarse, pero ya conocía como era Kurumi, así que mejor decidió ver a otro lado.

Pero sintió como se alejó de él, se quitó la falda también y se volvió a poner su vestido de una pieza. Guardó todo en la caja, la dejó en el suelo y de un salto se echó a la cama, justo donde Satou había dirigido su mirada.

—¿Kurumi-chan? —preguntó con duda al verla con esa mirada que pedía algo más, no sabía qué era, pero el deseo estaba presente en Kurumi.

Satou había cambiado la forma de referirse a Kurumi por una forma más linda por un consejo de Miku justo antes de que se casara con su ahora esposa. El cambio fue raro para Kurumi, pero terminó adaptándose después de unos días, además de que ella también cambió su forma de referirse a él por una forma más cariñosa.

—No es nada, será mejor que vaya a ver qué hacer de cenar —dijo con una sonrisa y dejó la cama.

—¿Quieres que te ayude?

—No, solo descansa, mañana es lunes y ambos tenemos que trabajar, tú tienes que levantarte desde muy temprano, así que no te esfuerces, lo tengo todo bajo control.

—No tengo problema con ayudarte. —Pero vio que Kurumi cambió la mirada de nuevo, y otra vez, no supo por qué—. ¿Qué pasa? Desde hace un rato me estás viendo de forma extraña, como si quisieras algo de mí.

—Es solo que… Anata, ¿no has pensado en que… vivamos más que tú y yo en este departamento? —preguntó con un sonrojo, porque eso incluía muchas cosas pervertidas que tenía en mente, y románticas también, por supuesto—. Ya sabes… ¿Verdad?

—¿Quieres tener una mascota? —preguntó con una pequeña sonrisa, Kurumi se quedó de piedra—. A ti te gustan mucho los gatos, ¿verdad? Creo que no estaría mal.

—S-Sí, no estaría… mal… Pero no hablo de eso, Anata… —respondió con algo de decepción, Satou agachó un poco la cabeza.

—Entonces, ¿de qué hablas?

—¡No importa! Era solo una pregunta hipotética, iré a preparar la comida —dijo apresuradamente y salió de la habitación dejando a Satou con dudas.

«De verdad que eres muy lento y tonto para estas cosas, ¿acaso soy la única que no puede soportar más? Nunca has mostrado interés en mi cuerpo, sin embargo, sé que te gusta y mucho, pero nunca haces nada a menos que yo te lo pida, y tampoco puedo pedirte directamente eso… Siento que me aprovecho de ti». Pensó sonrojada mientras caminaba hacia la cocina. «Es tu culpa por ser demasiado ingenuo e inocente, incluso siendo tu esposa no ha cambiado nada, ya he tomado la iniciativa muchas veces, no quiero obligarte, ya te he obligado a hacer muchas cosas en el pasado… No haré eso de nuevo, incluso si esto nos llevaría a formar una familia».

Sonrió al imaginarse eso.

«Estoy segura de que te haría realmente feliz».


Y hasta aquí este primero capítulo, no les prometo que será una historia larga, pero nos la iremos tranquilo. Espero que les haya gustado, sé que es muy raro que Shidou no esté y también que sea Kurumi, la favorita de muchos, la que esté con un personaje como lo es Satou, pero si quieren saber por qué es así, pueden leer el fanfic mencionado en la primera nota de autor, por si no lo han leído y quieren comprender bien cómo ha pasado todo esto.

Sin más, nos vemos, espero que estén muy bien y que tengan un buen día o tarde o noche o no sé, madrugada, Jajaja.

Saludos.