La sombra del amor

No sabía lo que estaba haciendo, no sabía si esta era la mejor decisión pero sabía que pasaría tarde o temprano. Kagome caminaba por las calles de un país que no era el suyo, se sentía como una completa extraña, eso la asustaba pero al mismo tiempo la emocionaba. Era la primera vez que salía de Japón, había terminado la preparatoria y había decidido estudiar fuera, este siempre había sido su sueño.

Sin embargo no podía dejar de pensar en todo lo que había dejado atrás, especialmente su familia de la cual ella era muy unida, su mamá, su hermano Souta y su abuelo. Sin duda los extrañaría, sólo esperaba poder sobrevivir el primer semestre en una de las más prestigiosas escuelas de repostería en Inglaterra.

Kagome suspiró mientras esperaba al joven que le rentaría un pequeño departamento cerca de su nueva escuela. Hacía frío y parecía que iba a llover, la joven vio el cielo y puso sus manos dentro de los bolsillos de su abrigo, fue cuando vio a un guapo joven acercándose a ella con una linda sonrisa.

"¿Kagome Higurashi?" preguntó ofreciendo su mano, Kagome sonrió y se ruborizó un poco "¿Miroku?" contestó la joven estrechando la mano del joven frente a ella.

"Vaya nunca pensé que fueras tan bonita" le dijo sonriendo, Kagome sólo sonrió, no estaba acostumbrada a que chicos guapos le dijeran que era bonita, tal vez era algo que era más común en este país.

"Oh, lo siento estaba pensando en voz alta" comentó un poco apenado "Pero sígueme, tengo justo el lugar para ti"

Ambos caminaron, el lugar no estaba muy lejos del centro de la ciudad, le sorprendió a Kagome ver que su nuevo apartamento parecía una casa victoriana muy vieja y estaba justo frente al campus.

Kagome siguió a Miroku, subió unas cuantas escaleras y se tardó un poco en abrir la puerta. La joven abrió ampliamente los ojos al entrar, el lugar se veía muy descuidado y lleno de polvo.

El lugar ya estaba amueblado, la sala tenía un loveseat rojo y un sillón sencillo frente a una mesa cuadrada de madera, no había televisión, gracias al cielo tenía su laptop aunque no estaba segura si los servicios ya habían sido contratados como la luz, el agua, el gas y el internet cosas en las que se tenía que comenzar a preocupar, si, su madre le estaría mandando dinero pero sólo el suficiente para sobrevivir, tenía que encontrar trabajo.

"Bueno, este es el lugar, pensé que te gustaría ya que esta justo enfrente de tu escuela" comentó Miroku quitando las telarañas de las paredes.

Kagome camino hacia la cocina la cual era amplia, tenía una mesa de madera y dos sillas, había una cafetera vieja en la estufa y había una ventana amplia sobre el sink.

"Si, bueno, no pensé que estuviera tan grande en internet sólo había visto las fotos del cuarto y la sala" comenzó Kagome, se le hacía muy extraño que un lugar tan amplio y cercano al campus estuviera tan disponible, sabía que tenía que haber alguna especie de trampa.

Miroku la vio por unos instantes serio y luego sonrió "Ha ¿te gusta entonces?" Kagome lo vio extrañada

"¿Seguro que no asustan o algo así?" Miroku dejó ir una ligera risa fingida aunque se veía tenso. "Por favor ¿no creerás en fantasmas verdad?

Kagome había vivido en un templo con un abuelo muy creyente pero ella nunca había creído en fantasmas. "No… es sólo que bueno, el lugar es muy amplio y frente al campus y la verdad piden muy poco para lo que es"

"Mi padre siempre le ha dado preferencia a los estudiantes, siempre les cobra menos, velo como una bendición" comentó Miroku subiendo las escaleras que daban al cuarto y al baño.

Kagome lo siguió aun extrañada entró al baño y después siguió a Miroku al cuarto donde había una cama y un pequeño escritorio en la esquina.

"Bueno creo que eso es todo" le dijo rascando su cabeza "Abajo hay otro baño y medio y un cuarto de lavado"

"De acuerdo, entonces ¿me prometes que el lugar no tiene nada?" Le preguntó Kagome con sus ojos entrecerrados.

"Lo prometo" contestó el joven sereno.

Fue cuando lo escuchó un sonido fuerte como si algo se hubiera reventado, ambos caminaron hacia donde el sonido provenía, había sido la ventana del baño.

"¿Te importaría traerme la escoba que esta al pie de la escalera?" le dijo Miroku con voz de aburrimiento mientras se ponía a levantar los pedazos grandes de vidrio.

Kagome asintió con su cabeza y bajó.

"No sé qué te trames pero más te vale que la dejes en paz, necesito el dinero y no dejaré que la asustes" dijo Miroku enojado aun levantando los pedazos.

Kagome escuchó otro ruido y subió corriendo "¿Qué fue eso?" preguntó llegando al baño con la escoba en la mano. Vio más vidrios rotos frente a Miroku, era la ventana del baño que se había roto.

Miroku vio a Kagome y rápidamente se puso a gritar "Niños desastrosos, se pusieron a tirar piedras y le dieron a la ventana"

"Lo siento señorita, fueron sólo niños jugando" se paró rápidamente barrió y levantó los pedazos, la joven no sabía si creerle o no pero ¿Qué más lo pudo haber causado?, seguramente no fantasmas.

"Sólo el agua y el gas fueron conectados, la luz prometieron que mañana vendrían temprano" comenzó Miroku a hablar mientras bajaba las escaleras apurado.

Kagome lo siguió "Ok" aunque no le gustaba mucho la idea de quedarse sola en casa.

"Aquí están las llaves y mucha suerte" le dijo saliendo por la puerta.

La joven se quedó sola, sería mejor que comenzara a limpiar, había llegado una semana antes para acomodarse y conocer bien lo alrededores.

Habían pasado varios días desde que se había acomodado en su nuevo hogar, había hecho unas compras para casa, lo necesario para la cocina y el baño, también había comprado un pequeño calentón eléctrico ya que hacía mucho frio en la casa, a veces le parecía como si hiciera más frio ahí que afuera.

Estaba sentada en un pequeño café que estaba cerca de su casa, se estaba tomando un mocha caliente cuando lo vio, a su ex novio quien le había roto el corazón antes de venirse, Kouga.

La joven trató de bajar la cabeza para que no lo reconociera sin embargo ya era tarde él ya la había visto.

"¿Kagome?" preguntó acercándose a ella, "Kouga…que sorpresa" dijo poniéndose de pie y dándole un abrazo.

"Pensé que no te volvería a ver… pensé que te habías ido a Paris" comentó sorprendido Kouga.

"Si bueno, no me aceptaron en Paris por lo que me tuve que ir a la segunda mejor escuela" esa era una horrible mentira, si había sido aceptada en Paris pero no quería decirle que había venido a Inglaterra porque seguía enamorada de él y esperaba que volvieran.

"Wow… deberíamos salir un día de estos para charlar" le dijo Kouga sonriendo, él estaba estudiando derecho en una universidad no muy lejana a la suya aunque llevaba él ahí un año más.

"Suena como un plan" Kagome vio como una chica pelirroja que llegó por detrás y abrazó a Kouga.

"Oh Kagome, te presento a mi novia, Ayame"

Kagome sintió como su corazón se partía en mil pedazos "Mucho gusto" dijo con la poca voz que le quedaba, tenía ganas de llorar ir a su casa y nunca salir de ahí.

Ayame le sonrió, era hermosa, alta, cabello rojo pasión, ojos verdes mucho más bonita que ella.

"Kagome y yo éramos novios en la preparatoria, nos conocemos desde chicos" le comentó Kouga a Ayame.

"Será mejor que me vaya" Kagome tomó su café y las bolsas de sus compras "Fue un gusto verte, espero nos encontremos de nuevo" le dijo Kouga "Tienes mi correo, nos ponemos de acuerdo"

"Ok, hasta pronto" agregó la joven y se fue.

En su casa que estaba igual de fría que siempre puso el calentón en su cuarto y se quitó la ropa.

No puedo creerlo, Kouga tenía a alguien más pensaba Kagome mientras preparaba la tina en su baño, puso música lenta y depresiva y se metió al agua ardiendo.

Kouga había sido su primero amor, habían sido vecinos de pequeños y se habían convertido en buenos amigos, él era un año mayor que ella y siempre la había protegido.

El año en que él se graduó corto con ella, le rompió el corazón había pasado un año y todavía seguía soñando que se casaban y que formaban una familia juntos, no lo había podido olvidar, sus caricias su amor.

Por lo que cuando recibió sus cartas de aceptación a la universidad no pudo dejar de pensar que podía ganar su corazón de vuelta y que él regresaría a sus brazos el momento en que la viera.

Pero que tonta había sido…. La joven lloraba recostada en la tina, la música no ayudaba.

Escuchó un sonido en la cocina pero no le dio importancia, siempre escuchaba ruidos raros pero ya se había acostumbrado, era una casa vieja.

Siguió llorando hasta quedarse dormida.

Se levantó cuando sintió un frio intolerable cuando abrió los ojos había pequeños copos de hielo que se formaban en la superficie.

Se sentó bien y volteo a ver a la puerta del baño aun medio dormida.

Fue cuando lo vio, a un joven viéndola detenidamente, Kagome abrió y cerró los ojos estaba soñando, el joven tenía larga cabellera color blanco, sus ojos tenían un extraño color ámbar y su expresión era seria y triste como si viera a través de ella.

Fue cuando todo dio click en su cabeza, había un hombre con ella en el baño viéndola desnuda.

Hizo lo primero que se le vino a la mente y eso fue gritar, gritar con todas sus fuerzas y taparse.

"¡AAAAHHHHHHHH!"

El joven rápidamente cambió expresión, estaba sorprendido

"¿Puedes verme…?"

¡Hola! Bueno primero bienvenidos a mi nuevo fic, por fin tengo tiempo libre para escribir y decidí descargar todos mis pensamientos y energías en esto. Esta historia es definitivamente Inu/Kag puede que el primer capítulo las haga pensar que no pero nunca podría escribir otra cosa: P dependiendo de su respuesta y reviews continuare con la historia : ) hasta la próxima!