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-¿Dónde demonios está?-maldecía por lo bajo un chico rubio muy enojado, mirando por todos lados en busca de su pequeño hermano menor.
Hace años que no han podido relajarse y esta no es la excepción. En cualquier momento aparecería la bestia para asesinarlo lentamente primero lo aplastaría para luego devorarlo.
El rubio algo diminuto de estatura caminaba por la selva mientras una sombra lo miraba por entre los arbustos hasta que un ruido ensordecedor acabo con la tranquilidad y la tensión que había en el lugar.
¡BAAM!
La bestia lo tenía, lo atrapó…Todo acabo.
-¿Por qué a mí?- pensaba el ojidorado a punto de… ¿Morir?
-Vamos hermano, no es para tanto. Es que sólo he ganado 100 veces y tú…-no alcanzó a terminar porque el hermano mayor se levanto estrepitosamente del suelo causándole una leve caída a la tierna armadura.
-¡No! Quiero jugar de nuevo-estaba un poco exasperado.
-Hermano…tú nunca aprenderás a ser un buen ¿perdedor?- la dulce voz de su hermanito sonó en el chico y en su reacción se vio.
-Ok, ok, ¿Qué te parece si vamos a ver a Winry?-caminando por un largo sendero en el bello paisaje cubierto de verde.
-Claro hermano-caminando a su lado.