Nuestra Fría Noche…
Nuestra Fría Noche…
Capítulo 1
Era una noche tormentosa y bastante fría, al igual que su corazón, no podía evitar sentir aquel sentimiento de odio, de traición, pero más que nada le dolía sentir aquella profunda tristeza, eso era lo que más la enfurecía, no soportaba la idea de sentirse débil, porque así era como se sentía, débil. Como puede ser que haya sido él quien la haya traicionado, podía imaginárselo de cualquier persona, inclusive de Manta, pero no de él, y pensar en eso más le dolía.
Su cuerpo le pedía a gritos llorar pero ella no se permitiría derramar lágrimas por alguien que ahora no se las merecía, desde ese minuto decidió sacarlo de su mente y de su corazón y que jamás lo volvería a ver. Siguió caminando por aquellas frías y amplias calles con su maleta en la mano derecha, caminaba sin rumbo fijo, ya que había salido del único lugar en donde se podía quedar puesto que no tenía hogar, camino durante un par de horas hasta que llegó a un parque total y completamente vació, se sentó en uno de los columpios para poder pensar más claramente acerca de qué haría, porque la verdad era que no sabía a donde podría establecerse.
Pasaron unos minutos hasta que sintió una presencia conocida, sin embargo, no se movió del lugar en donde se encontraba.
.- ¿Se puede saber que haces aquí y a estas horas de la noche?- Preguntó seca y fríamente la joven rubia sin mirar al personaje que en ese minuto se colocaba a su lado.
.- Je, la misma pregunta debería de hacer yo.- El joven se sienta en el columpio contiguo al de Anna, observándola y tratando de encontrar algún rastro de respuesta en su cara, sin embargo, ésta no demostraba nada…su rostro tenía una expresión vacía.
.- Yo pregunte primero, lo cortes sería que me respondieras mi cuestionamiento, ¿no crees? .- La joven levanto lentamente la mirada fijando sus hermosos ojos en los del joven chino, este se sorprendió al notar que sus ojos no presentaban emoción alguna, es más, ni siquiera tenía aquella mirada de intimidación que hacía que todo el mundo al verla temblara, no ya no estaba, de hecho ya no había nada en aquella mirada.
.- Anna quiero saber que fue lo que sucedió con Yoh… quiero que me digas que fue lo que te hizo….- Preguntó el joven preocupado aunque procuraba que eso no se le notara demasiado, tenía que cuidar su reputación de un joven serio y recatado.
.- Aún no has respondido a mi pregunta…¿qué-haces-aquí? .- Lo último lo dijo pausadamente, para que él comprendiera que debía responderle o no le gustaría saber como respondería la joven rubia.
Suspiro profundamente, ya que sabía que no le quedaba de otra más que responder o la rubia se molestaría y era lo que menos quería, ella era la única persona con la cual tenía muchas similitudes, además de sentir un fuerte sentimiento hacía ella aunque no sabía exactamente que era lo que ese sentimiento significaba.
.- Salí a caminar para despejarme un poco, la verdad es que no tenía un rumbo fijo, por eso llegue aquí…- La verdad es que sin darse cuenta fue su propio corazón el que lo guío a ese lugar, fue aquel inexplicable sentimiento el que lo llevó a donde se encontraba la joven sacerdotisa, bueno además de sentir la fuerte presencia de Anna.
.- Vaya!!...debiste de estar muy concentrado en tus problemas para haber llegado a un lugar tan lejano al hotel donde te hospedas.- A pesar de lo mal que estaba anímicamente, su tono irónico jamás iba a desaparecer de sus palabras, era algo innato en ella.
.- Ya respondí a tu pregunta ahora responde a la mía… ¿qué fue lo que paso con Yoh?...-
.- Eso no es de tu incumbencia, además si quieres saberlo porqué no vas y se lo preguntas directamente, después de todo él es tu amigo ¿no?.-
.- Sí, es mi amigo, pero también tú lo eres, a pesar de que no hablemos mucho, también eres una persona importante…para todos.- Al decir esto el joven chino se sonroja pero gracias a la noche, Anna no lo logro notar.
.- Ja! Por favor! Tu y yo bien sabemos que todos ustedes me desprecian, me aborrecen, y todo porqué hago que Yoh se ejercite y haga los quehaceres de la casa, además de que me tienen miedo, ¿o me lo vas a negar?.- inquirió de un manera cortante y fría.
.- No te voy a negar que algunos de ellos si te tienen miedo y quizás por eso se alejan un poco de ti, pero es por que ellos realmente no te conocen, ni si quiera un poco…-
.- Nadie me conoce.-
.- Yo sí, si te conozco, tal vez no del todo, pero si se lo que es sentirse diferente, ser rechazado por nuestra forma de ser, yo solo quiero ayudarte y para eso necesito saber que fue lo que ocurrió, además que sé que en el fondo confías en mi.- Len, mientras iba diciendo estas palabras se levanto de su lugar para situarse justo enfrente de Anna.
Las palabras dichas por Len la dejaron anonadada, sí, era cierto, ella en el fondo confiaba en él porque ambos eran de cierto modo iguales y se entendían. Lo miro directamente a los ojos, después de mucho tiempo pudo al fin sentir un apoyo, alguien en quien confiar, alguien que la podía ayudar, alguien que no la iba a abandonar…y ese alguien era Len.
Respiro profundamente y se levanto del columpio, dio unos cuantos pasos quedando de espaldas a Len y con una voz apagada inició su relato.
.- Yoh…Yoh está enamorado de Tamao.-
#Flash back #
Eran las cinco treinta de la tarde y recién iba rumbo a la pensión de Fumbari, se había tardado ya que prefirió quedarse en la escuela terminando su último trabajo para la clase de historia, su último trabajo ya que en solo dos semanas terminaría la escuela y egresaría de secundaria, además de que quería pensar en la posibilidad de entrar a estudiar leyes a la universidad pues no estaría malo tener una buena profesión que le daría mucho dinero además de que era la carrera que le apasionaba.
Entro sigilosamente a la pensión pues creía que Yoh podía estar tomando una siesta y no quería despertarlo, en realidad lo que menos quería era molestarlo solo quería que él estuviera tranquilo, que fuera feliz; sin embargo escucho unos extraños sonidos en la cocina, parecían gemidos, creyendo que podía ser un alma en pena Anna se acerco a la cocina , todo estaba oscuro y no podía ver nada así que decidió encender la luz y fue allí donde se encontró con la imagen más dolorosa de su vida, una imagen que jamás olvidaría.
Yoh y Tamao se estaban besando y acariciando desenfrenadamente, apasionadamente, lujuriosamente, Yoh tenía el torso desnudo y Tamao solo estaba con su ropa interior, al notar que la luz se encendió, repentinamente se separaron buscando a la persona que la había encendido y allí fue cuando la encontraron, paralizada observando cada uno de los movimientos que éstos hacían, de un minuto a otro su expresión se volvió vacía.
.- ¡Vaya! Siento interrumpir, creo que les apagare la luz, parece que así estaban más cómodos.- La voz de Anna era diferente, esta vez su voz no tenía sentimiento alguno, era una voz vacía, lejana. Apago otra vez la luz y se retiro lentamente a su cuarto, ya dentro de el se dirigió al armario y saco una pequeña maleta, la abrió y comenzó a guardar todas sus pertenencias en ella. No lo podía creer, como puede ser que él, justamente él le haya hecho eso, cómo a ella que lo amaba tanto, cómo.
De repente se abre su puerta bruscamente y entra Yoh iracundo.
.- ¿Acaso no me vas a decir nada porqué entre sin tu consentimiento?-
.- Es tu casa, puedes hacer en ella lo que se te venga en gana.- su voz, su voz era tan vacía, ni siquiera tenía rastro de frialdad, eso le dolía más a Yoh.
.-Yo no quería hacerte este daño Anna, jamás quise que me vieras en la forma en la que estaba.- Decía con dejo de tristeza, sin embargo, no recibía respuesta alguna de la joven.
.- Pero lo hice por que yo necesitaba cariño, necesitaba ser querido, sentir que alguien me amaba, pero tú jamás me demostraste sentimiento alguno más que esa dureza y frialdad…lo único que hacías era entrenarme y mandarme a hacer los quehaceres de la casa, pero yo no obtenía ninguna recompensa de tu parte. Jamás sentí algún indicio de amor de tu parte, y fue entonces que Tamao se me declaro y decidí darle una oportunidad, una oportunidad para sentirme querido, amado.-
.-Bueno pues te felicito, bien por ti….- Anna por fin se dio vuelta para mirarlo, Yoh al ver la mirada de Anna se sintió tan culpable tan triste, su cara no tenía expresión alguna, estaba vacía al igual que su voz, le dolía mucho verla así, sabía que la había dañado y mucho, y también sabía que jamás se lo perdonaría. Fue cuando la vio que se dio cuenta del terrible error que había cometido, fue cuando la vio que se dio cuenta de que era a ella a quien siempre iba a amar, fue cuando la vio que se dio cuenta de que la estaba perdiendo.
Anna tomó su equipaje miró por última vez el que jamás volvería a ser su cuarto y se dispuso a caminar hacia la salida, pero Yoh suavemente la tomó del brazo para detenerla.
.-Anna…por favor no te vayas… perdóname…yo-
.-Lo siento pero no tengo porqué seguir escuchándote, ahora si me disculpas me largo.-
Dicho esto, la joven sacerdotisa salió de la mansión Asakura.
#Fin Flash back #
.-Linda forma de enterarme de las cosas ¿no crees?...-dijo irónicamente la joven rubia mirando con una sonrisa falsa a su acompañante.
.-Vaya es difícil pensarlo de Yoh…la verdad es que cuesta creerlo.- dijo aún sorprendido ante la declaración que Anna había emitido.
.-No me importa si me crees o no, eso se lo dejo a tu criterio… bueno dudo que tengamos algo más de que hablar, ya que sabes la verdad yo me retiro.-
Se giro para mirar directamente a Len, hizo una pequeña reverencia, tomó su maleta y dispuso a retirarse del parque, pero la voz del joven la detuvo.
.-No tienes un lugar a donde ir ¿verdad? .-
.-Ese no es tu problema, ahora si me disculpas.-
.-Ya te lo dije, todo lo que te pase me importa…porque eres mi amiga aunque tú no lo creas, además de que sí te creo.-
Las palabras de Len sonaban muy firmes y seguras, se acerco lentamente a la rubia quedando justamente detrás de ella; a Anna las palabras y el acercamiento de Len le dieron una seguridad indescriptible, un sentimiento indescriptible pero satisfactorio.
.-No, no tengo un lugar a donde ir.- Respondió finalmente la joven sacerdotisa.
.-Lo suponía, ven vamos al hotel allí veremos después que haremos.- El joven tomó la pequeña maleta de Anna y la guío por el camino que llevaba al hotel.
"Que es lo que he hecho…Anna", eso era lo único que se repetía en la mente del shaman de cabellos castaños, había cometido el error más grande de su vida, acababa de perder a la persona que ama con toda su alma, acababa de perder a su Annita, cómo pudo ser tan estúpido, cómo…
Llevaba ya un par de horas buscando a la persona que siempre estará en su corazón, la frustración de no encontrarla lo estaba hundiendo cada vez más, la desesperación de no saber si se encontraba bien lo estaba volviendo loco, pero aquella tristeza de saber que la había perdido era lo que lo estaba matando en vida. Llegó hasta un parque desolado, se sentó en uno de los columpios para poder poner en orden los pensamientos tristes y frustrantes que se avecinaban a su cabeza, sin embargo, estos no cesaban es más cada ves eran peores, miró a su alrededor pidiendo que su Annita estuviera allí a su lado, pero no la encontraba, fue en eso que se le ocurrió ir a buscar a su amigo Manta que quizás tendría alguna idea de cómo encontrarla; se levantó de su lugar y corriendo se dirigió a la mansión de los Oyamada.
En el interior de la mansión se escuchaban unos fuertes golpes que provenían desde afuera de ésta, parecían golpes desesperados, uno de los sirvientes de la casa se apresuro a llegar a la puerta para saber quién era la persona que golpeaba de esa desesperada manera.
.- ¡Ya van, ya van! - Gritaba el sirviente desde el interior de la mansión. Abrió la puerta y se encontró con un joven de cabellos castaños sudado aparentemente de tanto correr.
.- Joven Yoh! ¿Qué hace aquí a estas horas de la noche? - preguntó obviamente sorprendido el sirviente de la honorable mansión Oyamada.
.- ¡Por favor, necesito ver a Manta, es urgente!- dijo el joven desesperado.
El sirviente al ver la triste expresión del joven, no pudo más que compadecerse y hacer lo que el joven le pedía con tanta urgencia.
.-Joven Manta el joven Yoh está aquí necesita hablar con usted y por lo que pude ver está muy desesperado.-
.-Yoh está aquí….pero qué habrá pasado.- inmediatamente el pequeño amigo del shaman bajo las escaleras para encontrarse con la mirada demacrada y triste de su amigo.
.- Manta por favor necesito que me ayudes, estoy desesperado…ayúdame.- la voz suplicante de su amigo lo asusto y supo de inmediato que se trataba de algo realmente grave.
.- Yoh! ¿Qué sucede?, claro que te ayudaré pero primero necesito saber que fue lo que paso.-
.- Manta cometí un grave error, y por culpa de mi estupidez perdí a Anna y temo que sea para siempre.-
.-Pero Yoh que fue eso tan grave que hiciste, tal vez estas exagerando.-
.-No Manta, no estoy exagerando…Manta, Anna se fue de la casa.-
.- ¿Cómo?, eso no puede ser…entonces si debió de ser algo muy grave para que Anna tomara esa decisión.
.-Manta yo…yo engañe a Anna, la engañe con Tamao.-
.- ¿Qué tu hiciste qué? - La expresión del pequeño amigo de Yoh era de completo asombro y algo de decepción por la deplorable acción de su shaman amigo.
Llegaron al hotel en unos pocos minutos, no cruzaron palabras durante todo el trayecto desde que salieron de aquel pequeño y abandonado parque, ni siquiera cruzaron palabras en el ascensor hasta llegar a la puerta de la suite en donde se hospedaba Len Tao.
.-Bueno ya hemos llegado, adelante puedes pasar.- Le indicó Len a Anna con un ademán para que pasará el umbral de la puerta.
Anna ingreso a la suite mirando a su alrededor con obvia inexpresividad en su rostro, no podía negar que era muy lujoso y que parecía bastante agradable, se acerco lentamente a la terraza para poder observar de mejor manera a las estrellas, quienes siempre fueron sus fieles compañeras en sus noches de tristeza y soledad.
.-Ahora este será tu hogar.-
.-Yo no tengo hogar, además solo estaré aquí por un tiempo, hasta que pueda encontrar trabajo y un lugar que pueda costear, no quiero ser una molestia.- Expreso de forma cortante la joven rubia.
.-Anna tu sabes que para mí jamás serás una molestia, yo siempre estaré aquí para ayudarte en lo que sea, además que no te dejaré sola, aunque tu no quieras.-
Anna solo lo miro con cierto desconcierto por las palabras dichas por el joven chino, no se explicaba el por qué de la actitud de Len para con ella, tal vez era porque tenían bastante cosas en común, sí, era esa la única respuesta que se le venía a la cabeza para responder sus interrogantes, sin embargo, no se imaginaba que la actitud de Len se debían a ese nuevo sentimiento que estaba creciendo en dentro de él hacía la joven rubia sacerdotisa.
.- Será mejor que descanses…ya mañana hablaremos de lo que harás.
Dicho esto, el joven chino guió a Anna a la habitación donde descansaría para lugo dirigirse a la suya.
.-Mañana comienzá tu nueva vida Anna y deberas enterrar todo en el pasado, todo menos su traición- se recosto en la comoda cama mirando hacia el techo- jamás te voy a perdonar esto…Yoh.
