Prólogo
No podía creer que fuera tan tonto al no asumir las consecuencias de sus actos, como no había analizado mejor la situación y previsto que él también iba a salir perjudicado; pero, como siempre, al ver una mínima oportunidad de vengarse por los desaires de otros, se le nublaba la mente llevado por la ansiedad. El pequeño platinado arrugo el ceño de tal forma que descompuso su inocente cara infantil por el fastidio. Ahora tendría que cumplir el castigo con los tres gryffindor y el fenómeno guardabosque.
Él no se merecía eso. Es un Malfoy, ¡Por Salazar Slytherin! ¿Cómo se atrevían?
Una vez que llegaron a la cabaña que se alzaba como una humilde morada, caminaron hasta el bosque. El platinado tenía un poco de miedo, pero nunca lo admitiría, utilizando como excusa que por nada le llamaban "El Bosque Prohibido". Mientras el guardabosque les explicaba que estaban buscando, llegó a la conclusión que era demasiado grande y no alcanzarían a investigar lo justo y necesario, así que decidió separarlos. Claro, él agudo como siempre, se adelantó y pidió ir con el baboso perro llamado Fang; pero al responderle que era un cobarde, destrozaron su audacia.
Ahora vagaba a solas junto con el gran perro cobarde y el predilecto niño que vivió entre la engañosa neblina y gruesas ramas, acompañados de una lámpara que apenas iluminaba el sendero; hasta que llegaron a un claro.
-Mira…- murmuró el niño que vivió, levantando un brazo para detener al platinado.
El slytherin observó lo que su acompañante señalaba, algo de un blanco brillante relucía en la tierra y no pudieron evitar acercarse.
El cuerpo inerte de un unicornio estaba en el suelo con las largas patas dobladas en ángulos imposibles. El moreno dio un paso hacia el animal, cuando un sonido de algo que se deslizaba lo hizo congelarse en donde estaba. Un arbusto en el borde del claro se agitó, y de entre las sombras una figura encapuchada se acercó gateando, como una bestia al acecho. Potter, Malfoy y Fang permanecieron paralizados. La figura encapuchada llegó hasta el unicornio, bajó la cabeza sobre la herida del animal y comenzó a beber su sangre.
-¡AAAAAAAAAAAAAAh!- dejo escapar el slytherin retrocediendo, lo mismo que Fang.
Gritando, se dio la vuelta y comenzó a correr lo más rápido de lo que sus cortas piernas le permitían, seguido del baboso perro, dejando al paralizado niño que vivió solo en el claro.
Las gruesas raíces parecían más altas de lo que estaban antes al pasar por aquel camino, lo mismo que la neblina que estaba más espesa, dejando que la lámpara iluminara pobremente el camino. Tropezó varias veces, sin dejar de gritar en el proceso, rogando porque alguien le salvara antes de que esa cosa lo alcanzará.
Iba tan concentrado en huir, que no se percató de la pequeña figura que venía de frente y el impacto fue inevitable. Cayeron con fuerza al suelo, quedando sentados uno frente al otro.
-¡MALFOY!- chilló la gryffindor con el corazón a mil por hora y sosteniendo con una mano su cabeza, mirando el inconfundible pelo platinado.
El slytherin abrió los ojos, también llevándose las manos a la cabeza por el dolor; pero aliviado al ver que no se trataba de ningún ser escalofriante que le pudiera hacer daño. Observó a la chica que tenía las mejillas rojas y el pelo castaño más revuelto de lo normal por la carrera, con los ojos brillando de susto.
-Granger- se quejó-. ¿Acaso no te fijas por dónde corres?
-Claro que sí, pero no creo que la niebla este precisamente a mi favor.
La castaña se levantó, lanzándole una mirada airada y sacudiendo su túnica que estaba llena de pequeñas ramas mientras Malfoy abría la boca para replicar; pero, antes de que pronunciara cualquier palabra, Fang venía directo a ellos, colisionando con la espalda de la gryffindor que se fue inevitablemente hacia delante, empujando al platinado nuevamente al suelo con sus brazos y chocando sus mandíbulas.
Para un cuento, habría sido la escena ideal: sus labios rozándose por un inevitable accidente, comenzando su amor desde la infancia. Los accidentes existen, pero entre un gryffindor y slytherin ese tipo de circunstancias no deberían ocurrir, y menos cuando la magia es parte de su vida.
Así fue el comienzo del odio.
HOLA! está es mi segunda historia y espero que les guste. Recibo críticas, comentarios, de todo; me gustaría saber lo que piensan y todo se agradece.
Mi primera historia se llama "LA REAL VENGANZA DEL DRAGÓN CON PIEL DE SERPIENTE" que está recién subida porque estaba pensada para ser un One Shot, pero el público dijo que me iba a hacer brujería si no la seguía. Así que espero no molestarlos con mi horrenda escritura.
CUÍDENSE!
PD: el próximo capítulo lo estaré subiendo dentro de poco, así que ¡atentos! Besos.
