Aquí les dejo otra de mis locuras. Esto fue producto de un sueño, imagínense mi sonrisa cuando me desperté... obviamente tendrá otro capítulo, se darán cuenta por qué cuando lean el final de este... espero que les guste... se sitúa durante la primera temporada... y luego del comentario de Lanie, alentando a Kate a que saliera con Castle...
Just a date
Lanie puso los ojos en blanco mientras observaba Kate.
-¿Ahora qué pasa?- dijo Lanie con fastidio.
-¿Ahora qué pasa? Pasa que te hice caso… y estoy empezando a arrepentirme- dijo Kate algo nerviosa.
-¿Por qué?
-Porque nunca debería haber aceptado salir con Castle… él y yo no tenemos nada que ver… - protestó Kate mientras miraba en su armario, intentando encontrar algo adecuado para ponerse.
-¿Nada que ver? ¿Es una broma?- dijo Lanie.
Kate la miró de costado y achicó los ojos algo enojada.
-¿Qué podemos tener que ver nosotros?- se alzó de hombros- el trabajo es lo único que nos une, y ni siquiera tenemos la misma profesión…
-Es cierto… pero él admira tu trabajo… y hasta donde yo se…- dijo Lanie y alzó las cejas con interés- tú también admiras el suyo…- terminó y sonrió.
-¿Y por eso tengo que salir con él?- protestó Kate.
-A ver si nos entendemos… yo te dije que salir con Castle podría significar algo de diversión y que tú la estabas necesitando… pero la decisión de aceptar su invitación fue exclusivamente tuya…
-Si… pero…- Kate se quedó sin argumento y se odió a sí misma.
-Ponte algo casual y deja de protestar… verás que no te arrepentirás…- insistió Lanie.
-Ya me arrepentí…
-Hablo en serio, Kate… yo se que debajo de todo ese gesto de fastidio que tienes se esconde una mujer que necesita ser feliz… y yo no puedo asegurarte que él te hará feliz, pero sí que te hará divertir un rato…- le guiñó el ojo.
-¡Dios! ¡Ni siquiera tengo ropa interior adecuada!- dijo sacudiendo la cabeza.
-Dos cosas… una… no tienes vida social, por eso no tienes ropa interior adecuada… dos… ¿acaso planeas algo más que salir con Castle?- dijo alzando las cejas con interés.
-Sabes a lo que me refiero, Lanie…- dijo con las mejillas rojas de la vergüenza- siempre que las mujeres vamos a una cita queremos estar perfectas, es todo…
-Piénsalo de este modo… tú le tienes fastidio a Castle… entonces no tendrás que mostrarle tu ropa interior…
-Pero…
-¿O acaso te gusta Castle y estás fantaseando con que pase algo más?- rió Lanie divertida, esto de torturar a su amiga le estaba resultando algo más divertido de lo que pensaba.
Kate sacudió la cabeza y prefirió no contestar, sabía que muy en el fondo, Lanie tenía razón y ella sí había contemplado la idea de que las cosas fueran más allá con él, pero también sabía que no quería que eso ocurriese, temía enamorarse de un tipo como Castle, que se enamoraba de cada par de piernas que pasaba cerca suyo.
-Ese vestido…- dijo Lanie señalando uno sencillo, corto y de color morado.
-¿Un vestido?- preguntó Kate- creerá que estoy seduciéndolo…
-¿Entonces irás vestida con un jean y una camisa blanca? No te olvides de cargar tu arma bajo el brazo…- dijo Lanie con fastidio.
-Hey… - protestó Kate.
-Te quiero ver hermosa, amiga… quiero que él se quede con la boca abierta…
-Créeme, él se queda con la boca abierta cuando me ve y no necesito un vestido…
-Bien…- dijo sonriendo Lanie- me parece muy bien…
-Quiero decir… cualquier mujer lo hace quedarse con la boca abierta… es tan inmaduro…
-Y tan lindo y buen escritor… y se muere por ti…- dijo Lanie en tono de enamorada.
-Ya basta, Lanie… tengo que cambiarme…
-Te pones el vestido y se terminó…
Kate bufó y le hizo caso. Unos minutos antes de que él pasara a buscarla, Lanie, con muy pocas ganas de irse, la dejó sola, pero la hizo prometer que le contaría todos los detalles.
Kate terminó de retocar su maquillaje suave y se colocó un poco de su perfume favorito. Y mientras se miraba al espejo, dubitativa y evaluando la posibilidad de cambiarse de ropa, escuchó el timbre.
El corazón se le detuvo una milésima de segundo, él era puntual, punto a favor… sobre todo porque eso demostraba que él tenía interés en salir con ella. Aunque eso a ella no le importaba…
Kate se dirigió a la puerta y tomó aire antes de abrir. Rick le sonrió apenas la vio y luego su cara se transfiguró. Abrió la boca para decir algo y Kate reprimió una sonrisa, hubiera deseado sacarle una foto para mostrarle a Lanie.
-Castle…- le dijo a modo de saludo y sonrió levemente.
-Detective…- dijo y pareció más un jadeo que un saludo.
-¿Estoy demasiado arreglada?- se preguntó en voz alta y sintió que su cara hacía juego con el color del vestido.
-Estás perfecta…- dijo él atreviéndose a pasear su mirada por cada centímetro de ella, que se dejó mirar con agrado.
-Tú… también te ves bien, Castle…- dijo ella y desvió la mirada.
-¿Vamos?- le dijo y extendió el brazo.
Kate sonrió, lo tomó del brazo y salieron caminando luego de que ella cerrara la puerta.
Rick la fue a buscar en su Ferrari y Kate sintió que iba a desmayarse cuando le abrió la puerta gentilmente para que subiera.
En ningún momento se atrevió a preguntar a dónde irían y cuando llegaron a un pequeño restaurant que ella ni siquiera había notado antes, Kate abrió la boca al darse cuenta de que estaba totalmente vacío, bellamente decorado e iluminado con velas.
-Antonio es amigo mío- le dijo tomando su brazo y conduciéndola a la puerta- le pedí que cerrara el lugar para nosotros… te encantará la comida…
-Pero…
-La ocasión lo ameritaba…- le guiñó el ojo- no pensé que podría convencerte para llevarte a cenar, y sin embargo, aquí estamos…
Kate sonrió mientras paseaba la vista por el salón. Tenía aspecto sencillo, pero estaba bien decorado, con muy buen gusto y la iluminación lo convertía en un lugar mágico.
-Antonio… ¿cómo estás?- le dijo extendiendo la mano a un hombre de alrededor de cincuenta años, morocho y un poco excedido de peso.
-Muy bien, Rick…- dijo el hombre y sonrió y luego miró a Kate- encantado de conocerla señorita.
-Kate…
-Beckett…- terminó el hombre y Kate miró a Rick sin comprender.
-Finalmente la convenciste… - sonrió Antonio.
-Me costó mucho trabajo…
-Como a mi con María…
-¿María?- preguntó Kate que quería acoplarse a la conversación.
-Mi esposa…- dijo Antonio.
-Nosotros no… no somos pareja…- intentó Kate y sintió los dedos de Rick suavemente acariciando su brazo.
-Antonio sabe que somos compañeros de trabajo…
-Sí… solo eso…- asintió el hombre- pero descarto que si están aquí juntos finalmente…
-Vinimos a pasar una noche placentera… como amigos…- aclaró Rick.
-Si, si… discúlpame, Rick... encantado de conocerte Kate… por favor pasen y tomen asiento donde más les guste.
Rick guió a Kate hasta un rincón y la hizo sentar.
-Antonio es…
-Mexicano… lo se… el acento…
-Y prepara unos tacos… y aunque te parezca mentira, es especialista en comida thai… María hizo un curso de cocina con un chef tailandés y… no viene al caso…- dijo y sonrió.
-Bien…- dijo ella, y quiso hacer algún comentario ácido pero no se le ocurrió nada.
-¿Qué te gustaría comer?
-¿Pad Thai Kuung?- dijo ella con naturalidad, luego de pensarlo un momento.
-Hmm… tenemos una experta…- dijo él sonriente- Antonio… ¿Pad Thai Kuung?
-Bien…- dijo Antonio a lo lejos y Rick le guiñó el ojo- ¿para los dos?
-Por supuesto… -dijo Rick y luego se inclinó para hablarle en secreto- ¿qué es el Pad Thai Kuung?
-Es una fritura de fideos y vegetales con mariscos… generalmente camarones…
-Mmm… suena bien…
-Es rico… adoro la comida thai…
-Lo se… por eso te traje aquí…- le dijo él con una sonrisa seductora.
-Castle… yo…
-No, no… Beckett… no quiero que me digas nada… yo te traje aquí porque quiero que te diviertas… no te veo salir mucho y creo que sería bueno para ti… y además, claro, me gusta disfrutar de tu compañía… claro, cuando no te pones a la defensiva…
-Castle…- intentó ella otra vez.
-Quiero que estemos bien… a mi me gusta trabajar contigo… me sirve mucho lo que veo para mis libros y cuando no nos peleamos e incluso cuando lo hacemos… yo me siento bien… es todo… las cosas no irán más allá… se que no te gustaría y lo entiendo…
Kate solo asintió y en ese momento llegó Antonio con unas copas y una botella de vino blanco.
Realmente le habían llegado las palabras de él, pero estaba un poco desilusionada de que Castle no insistiera con tener un romance. No porque quisiera tenerlo… por supuesto… sino porque le resultó extraño, casi fuera de su personalidad… Rick Castle iba por la vida seduciendo mujeres… ¿por qué no a ella?
Kate se quedó pensativa durante un buen rato y él siguió hablando, casi sin reparar en su estado de reflexión. Luego les trajeron la comida y Rick se sorprendió de lo deliciosa que resultó.
El clima era ameno, ella sonreía de vez en cuando y Rick se permitía observarla y devolverle un par de sonrisas.
De trabajo hablaron poco, más bien fue él quien llevó la conversación adelante, contando anécdotas de sus primeros pasos como escritor. Y Kate estaba interesadísima en escucharlo.
Un buen rato más tarde de que hubiesen terminado de comer, Antonio asomó la cabeza al escuchar las carcajadas de Kate, que parecía otra persona. Rick le movió levemente la cabeza, dándole la señal adecuada y se acercó.
-Espero que hayan disfrutado la comida…- dijo ceremonioso mientras Rick le entregaba su tarjeta de crédito.
-Mucho… realmente… mis felicitaciones para María…- dijo Kate sonriente y Antonio le hizo una reverencia.
-¿Qué dices? ¿Te llevo a casa?- le dijo él y la miró expectante.
-Si…- dijo solamente ella, y otra vez se sintió desilusionada de que él no quisiera seguir divirtiéndose. Hacía demasiado tiempo que no pasaba un momento como ese.
Se despidieron de Antonio, que les hizo prometer que volverían a probar unos tacos y unos tequila shots en otro momento.
Cuando salieron, Kate se tambaleó un poco y Rick la sostuvo. Estaba un poco mareada, pero no se sentía borracha. El vino blanco había resultado muy dulce y seguramente eso había contribuido al malestar.
-¿Estás cansado?- le preguntó con disimulo cuando se subieron al auto.
-Pensé que tú estarías cansada…
-Para nada…- le dijo.
-¿Quieres hacer algo más?- no pudo evitar preguntar.
-¿Tequila shots?
-¿Me estás desafiando?
-¿Lo estás haciendo tú?- lo apuró ella.
-Acepto…- dijo él y ella sonrió con malicia.
-Tengo tequila en casa…
-¿En casa?- preguntó asombrado.
-No quiero pasar un mal momento por tu culpa…- dijo ella sonriente- ¿te portarás bien, no? Ya me lo prometiste.
Rick la miró de reojo y puso en marcha el auto. Minutos más tarde llegaban a la casa de Kate y ella dejaba su abrigo y tomaba el saco de él para colgarlo cerca de la puerta.
-Tienes una hermosa casa, Beckett…- le dijo él observando cada detalle.
-No me quejo…- dijo ella mientras buscaba el salero y cortaba el limón en pequeños trozos.
-Intentaba imaginar cómo sería, pero no podía…- dijo y se apoyó en la mesada, a su lado.
Kate decidió testear el estado de ánimo de él y se inclinó para buscar la botella en la alacena de abajo. Rick observó sus piernas y cerró los ojos para controlarse. Deseo y alcohol, combinación letal.
-Aquí está…- dijo Kate y levantó la botella justo a tiempo para verlo mirándola sin poder reprimirse.
Kate sonrió, después de todo él si se sentía atraído por ella.
Le entregó la botella y se movieron hacia el sillón. Ella colocó un plato con el limón y el salero.
-Olvidé los vasos…- dijo y se levantó, rozando suavemente sus piernas con las de él cuando pasó.
Rick abrió la boca mientras la miraba moverse. Aspiró hondo e intentó calmarse. Lindo desafío le esperaba…
Evidentemente habrá otro capítulo. Me gustaría saber que piensan! Gracias!
