Este primer capítulo se lo dedico a mi koi, ya que él me mostró el maravilloso mundo de Krynn donde he reído, emocionado e incluso derramado alguna lagrima por sus personaje. Gracias.
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Un sol resplandeciente bañaba las calles de Solace, los grandes árboles vallenwoods, cuyas hojas empezaban a teñirse con tonos marrones a causa del otoño que ya había llegado, eran el orgullo de la ciudad.
El gran reloj de la universidad marcaba las tres de la tarde, hora en que acababan las clases matinales y sus alumnos marchaban a casa.
La universidad era inmensa, tenía en su interior cinco facultades separadas entre si. El edificio central, el más grande era de mármol blanco que parecía coger fuerza bajo el sol de media tarde. En el había tres plantas, que estaban invadidas de despachos de profesores y clases donde los alumnos recibían sus lecciones.
- No entiendo como el maestro Horkin no se aburre a si mismo – bufó sarcástica una joven cuando salía de clase. – Encima nos ha mandado muchísimos trabajos…
Suspiró largamente. Era una mujer hermosa de largos cabellos oscuros y ojos azules que hacía que más de uno se desnucara para seguirla con la mirada. Llevaba vaqueros ajustados que marcaban sus largas piernas y una camisa blanca de manga larga abierta hasta la altura de sus pechos haciendo que mostrara su colgante de cristal azul que siempre llevaba puesto.
- Deberías agradecérselo, Crysania – repuso su compañero – así estaremos más preparados cuando salgamos al mundo laboral.
Ella le miró fascinada. Se trataba de su compañero de clase Raistlin, un chico un par de años mayor que ella que era alto y extremadamente delgado. Su cabello plateado le llegaba por los hombros con un flequillo que casi cubría sus ojos y un par de mechones enmarcaban su rostro. Su piel era de tez pálida y sus rasgos faciales eran delicados, casi no tenían marcas de expresión, pero lo que más resaltaba de él eran sus afilados ojos dorados que al mirarte hacía que un escalofrío recorriese la espina dorsal.
Ambos estudiaban derecho y estaban en cuarto curso, pero a diferencia de Crysania, que era hija de un rico señor de la ciudad que pagaba los estudios de su querida hija, Raistlin gracias a becas y ayudas del estado podía pagarse sus estudios, por ello tenía que ser el primero de su promoción. Realmente aquello era lo de menos, él quería ser el mejor de su carrera para llegar a ser el abogado más grande que se hubiera conocido jamás. Sus compañeros de clase le despreciaban, ya que siempre mostraba prepotencia y superioridad ante ellos. A él le daba igual lo que especularan sus compañeros, siempre era reacio a hablar con ellos mostrándose cínico y calculador para que pudieran dejarle en paz. Todos a excepción de Crysania, era la única que merecía la pena de aquel lugar.
Bajaron por la escalera de grandes escalones de mármol blanco como el resto del edificio hasta llegar a la planta de abajo. Los grandes ventanales dejaban paso a los rayos de sol que se filtraban dándole un aspecto mágico, casi irreal. Las grandes puertas de roble oscuro custodiaban la facultad, eran tan altas que parecían no tener fin.
- Eh Raist! – surgió una vez de aquella dirección. – Disculpad. - El peliplateado observó que se trataba de su hermano, estaba con un par de chicas, que dejándolas atrás, fue en dirección hacia donde estaba. – Hola, acabo de terminar una mudanza cerca de aquí y he decidido hacerte una visita – sonrió.
Raistlin al ver que Crysania estaba esperando ser presentada lo hizo – Crysania, este es mi hermano Caramon.
Crysania contempló al recién llegado. Era un chico alto y tremendamente corpulento, su cabello era de color castaño, llevaba un peinado parecido al de su hermano pero con la raya en el lado opuesto, sus ojos también eran castaños y lucía una sonrisa encantadora y sincera. Lo observó largo rato hasta caer en la cuenta de que eran muy parecidos.
- Sois gemelos? – preguntó curiosa.
- Así es – se adelantó Caramon – veo que no hablas mucho de mi, eh Raist?
Realmente costaba encontrar similitudes entre ellos, ya que tanto su físico como su personalidad eran totalmente opuestas. Eran tan opuestos que parecían no entenderse, pero a la vez era como si los dos pensaran al mismo tiempo. Su relación, básicamente, era que Raistlin era la mente y Caramon el cuerpo.
- No hay mucho que contar – miró a Crysania – Caramon trabaja en una empresa de mudanzas de un viejo amigo de nuestro padre, Flint Fireforge.
- Contado así realmente no parezco interesante – replicó Caramon – Crysania, te apetece que quedemos algún día para tomar algo? – soltó sin pensar. Ella miró hacia otro lado intentando esquivar la pregunta – o una noche, si es que lo prefieres.
- Prefiero la noche – echó una mirada significativa a Raistlin – Tengo que irme, nos vemos mañana en clase Raistlin.
- Adiós – dijeron los dos al unísono. Una vez que se hubo ido y estaba a bastante distancia Caramon silbó.
- Esa tía esta buenísima, Raist – le codeó a su gemelo – y parece que le gustas.
- No me interesa – intentó zanjar el asunto.
- Es una lastima… - continuó Caramon – podría invitarla a salir.
- No lo harás – contestó Raistlin malhumorado – que no me interese no significa que no quiera volver a verla.
- A que viene eso?
- Eso viene a que cuando hagas con ella lo que quieras te cansaras y la ignorarás – siseó- no tengo ganas de que luego me pregunte que porqué no le llamas y cosas así.
Caramon era un poco mujeriego, casi todos los fines de semana lo pasaba con una mujer distinta, hasta que se aburría de ellas.
- No hago eso – se ofendió – es solo que siempre hay algo que no termina de convencerme. - Raistlin no respondió, siempre decía algo así su hermano cuando surgía el tema – por cierto, esta noche he quedado con los chicos, iremos a cenar patatas picantes de Otik, te apuntas?
- Ya que supongo que tendremos la nevera vacía porque te tocaba a ti hacer la compra, supongo que no queda más opción. – replicó irónico.
Caramon rió de forma nerviosa mientras se rascaba la cabeza.
- Demasiado picantes!!! – dijo una voz aguda
- Ya te lo advertimos, Tas – le regañó riendo Tanis – mezclar salsa brava, salsa barbacoa y guindillas con las patatas picantes de Otik era demasiado.
"El Último Hogar" estaba abarrotado de gente, las patatas picantes de Otik eran famosas en todo Solace y mucha gente hacía cola para poder probarlas. Tenía un gran surtido de cerveza que hacían desaparecer la sed de un solo trago, pero eran tan deliciosas que parecía que nunca fuera suficiente
Tas se bebió de un trago su cerveza esperando poder recuperar su maltrecha lengua. Tas era un amigo del trabajo de Caramon, era el más joven del grupo, 18 años, y también el mas bajo. Se recogía el pelo castaño en una coleta de la cual se sentía muy orgulloso. Tenía un enorme sentido del humor, siempre contaba historias que, la mayoría de las veces, ellos creían que se las inventaba. Era alegre e inquieto, pero sobretodo, era demasiado curioso, en mas de una ocasión su curiosidad había acabado dándole problemas.
- Ha sido interesante – respondió una vez recuperada su voz – no quieres probar, Tanis?
- No, gracias. – dijo esquivando una patata picante que Tas había pinchado con su tenedor que acabó estampada en su pelirroja barba.
Tanis era el mayor del grupo, y sin saber muy bien como, acabó siendo el cabecilla de la pandilla. Sus amigos le llamaban "Tanis el semielfo" ya que tenía las orejas un poco en punta y trataba de ocultarlas con su melena pelirroja. Sus ojos almendrados eran verdes y sinceros. Estudiaba relaciones políticas en la universidad de Solace junto a su novia Laurana, que en esta ocasión no le acompañó, ya que tenía una reunión que atender junto a su padre también político.
- Voy a dar una vuelta - Sabiendo que Tanis iba a sermonearle, Tas se levantó de su asiento y huyó.
- Este Tas nunca cambiará – Rió Caramon mientras Tanis se limpiaba – el otro le dio tanto la brasa a Sturm con que probara "las deliciosas e inigualables coliflores de su madre" que terminaron encima de su cabeza.
- No me lo recuerdes… - habló por fin Sturm en toda la velada. Sturm era un chico moreno de grandes ojos grises corpulento y fuerte. Trabajaba en las mudanzas junto a Caramon y Tas mientras estudiaba para ser policía. Era muy formal y se tomaba muy en serio el honor y la justicia queriendo formar parte de ella. – estuve oliendo a coliflor durante días.
Todos rieron con fuerza, menos Raistlin. El peliplateado siempre se mantenía distante con ellos, si iba a aquellas quedadas era por su hermano, que siempre insistía hasta que conseguía que al final lo acompañaba.
- Eh, Tika! Otra ronda más de cerveza! – gritó Caramon a la camarera.
- Ya va, ya va! – Respondió – aquí tenéis, cuatro cervezas más – dijo mientras servía la bebida colocando sus pechos a la altura de los ojos de Caramon - ¿Te traigo más agua Raistlin?
- No, gracias. Estoy servido. – dio un codazo a su hermano para que no fuera tan descarado.
Tika era una alegre chica de rostro pecoso. Su cabellera rizada y pelirroja le llegaba por debajo de los hombros. Su cuerpo, aunque fuera un poco robusto, estaba bien proporcionado y sus curvas, junto a sus pronunciados pechos, hacían que la clientela fuera mayor.
- Oye, Caramon – habló con voz melosa – si no tienes nada que hacer luego, podríamos quedar para vernos.
- Lo siento, Tika – Respondió el aludido. Tika y Caramon habían sido pareja durante un año y medio, su mas larga relación para Caramon, por lo visto no había captado la indirecta que les mandaba sus pícaros ojos verdes.- ya he hecho planes con los chicos.
- Bueno, otro día será. – Al girarse vio a Tas jugueteando con una de sus pulseras – Eh, eso es mío!
- Ah perdona – le respondió – se te debe de haber caído. Cerveza!
Tika miró desconfiada, juraría que cuando estaba sirviendo la bebida la llevaba puesta. Sabiendo que era inútil decirle nada a Tas, siguió su camino.
Siguieron tranquilamente la velada, Tas solo se había metido en problemas dos veces, decidieron que, después de cenar, Irian a "Xak Tsaroth".
"Xak Tsaroth" era una pequeña discoteca del centro de Solace. Un enorme letrero luminoso se situaba encima de las oscuras puertas principales. Al entrar había una gran sala que en cada pared había una barra donde saciar la sed. En el centro del local había un par de tarimas donde los gogós movían sus cuerpos al compás de la música. Había cristales de colores, que cuando reflejaba la luz, emitía un brillo de colores increíbles.
Llevaban en aquel lugar un par de horas desde que salieron de "El Último Hogar".
Tas contaba sus historias a un par de chicas que por lo visto se lo estaban pasando bastante bien con él. Sturm y Tanis hablaban entre ellos mientras reían. Y Caramon estaba bailando con una chica de larga melena rubia con un vestido tan corto que parecía que fuera a desaparecer en cualquier momento. O al menos eso era la intención que tenía Caramon con aquel vestido. Allí todos bailaban y reían a excepción de Raistlin, que los miraba apoyado en la barra lejos de ellos. Raistlin observaba a su gemelo que llevaba unos vaqueros oscuros y una camisa blanca que parecía que iba a reventar por sus abultados músculos, cosa que por lo visto no le importaría a aquella chica. Los dos reían y bailaban coquetamente. Raistlin frunció el ceño, su hermano era carisma y simpatía pura, era tan sociable que medio barrio ya le conocía y le consideraba su amigo. Era todo lo opuesto a él. Los celos se apoderaban de su cuerpo. Bebió un sorbo de agua para pasar el mal trago. Volvió a mirarlos. La rubia acompañante de Caramon le susurró algo en el oído y este, fervientemente, asintió con la cabeza y señaló hacia donde estaba Raistlin y le pidió que esperase.
"Y la historia se repite" se dijo Raistlin. Su hermano se dirigía hacia él con una sonrisa bobalicona en sus labios. Ya sabía lo que le iba a decir.
- Eh, Raist – comenzó - te importa volver solo esta noche? Aquella chica de alli me ha dicho que tiene que mover unos muebles y que no puede hacerlo sola. Me ha pedido ayuda.
- Vaya, esta excusa es nueva – comentó sarcástico su gemelo – no necesitas "mi permiso" para irte con ella.
- Bueno, Raist – dijo azorado – solo quería que lo supieses…
- Como si me importase con quien fueses a pasar la noche – escupió Raistlin.- Lárgate. – Giró su cuerpo hacia la barra dando la espalda a su hermano.
- Adiós. - Sin saber muy bien como, Caramon había vuelto a conseguir que su hermano se enfadase con él. No le gustaba dejar las cosas así, pero en ocasiones era mejor dejar a su gemelo solo hasta que se le pasara el enfado y volviera todo a la normalidad.
Caramon se alejó y apoyando su enorme brazo sobre los hombros de la chica se fueron.
Raistlin se quedó solo de nuevo. Odiaba aquel horrible sentimiento cada vez que su gemelo se marchaba dejándole solo allí.
Centrado como estaba, no se dio cuenta de que alguien tocaba su hombro. Este insistió hasta que Raistlin miró de quien se trataba. Era un chico de cabellos castaños y ojos estrechos que le miraban fijamente. Hizo un gesto con la cabeza y se fue. El peliplateado le siguió con la mirada hasta ver a donde se dirigía. Este se detuvo en la puerta del baño, volvió a mirar a Raistlin y entró.
Raistlin, miró hacia donde estaban sus amigos. Seguían igual que antes. Dio un último trago a su botella de agua dejándola vacía sobre la barra. Despacio y con cautela él también se dirigió al cuarto de baño. Tocó a la puerta, esta se abrió y unos brazos le hicieron pasar a dentro. La puerta se cerró tras de él.
Bueno, este capítulo es un poco de presentaciones xD no hay mucha chicha la verdad jajaja. Lo siento pero Crysania no saldrá mucho más, lo digo por si hay algun fan de Raistlin x Crysania jeje.
Espero que os haya gustado, toda crítica constructiva será bienvenida, si es para decir que el yaoi da asco reservatelo.
Besos!
