Estaba perdido en medio del océano. Por más que intentaba nadar sus brazos se negaban a responderle. Intentó pedir ayuda, pero con terror se dio cuenta que no salía ni el más mínimo murmullo de su boca. Cada vez la sentía más cerca. Vio abajo y allí estaba. Mirándolo hambrienta, una asquerosa ballena. Un escalofrío recorrió su cuerpo cuando esta comenzó a cantar…
El grito resonó por todo Plastic Beach. 2D encendió una lámpara y se sentó en su cama. Afuera, una ballena cantaba. Jadeando, recogió sus piernas y comenzó a temblar. Imágenes de ballenas asesinas recorrían su cabeza.
Murdoc despertó molesto por el grito. "¿Qué mierda?" gruñó. Miró la hora en su reloj, el cual marcaba las 4:27 am. "Oh, ese imbécil me las va a pagar". Se levantó dispuesto a darle una paliza a 2D que le borrara cualquier pensamiento estúpido de la cabeza, cuando un nuevo suceso lo interrumpió.
Cyber Noodle hacía su vigilancia nocturna por las costas de la isla. De pronto, sintió como la tierra temblaba. El movimiento duró apenas un par de segundos y luego paró. Siguieron otro par de segundos de calma y un nuevo movimiento. Y otro y otro, cada vez más fuertes. Aquello sin dudas era muy extraño. Entonces lo vio. A lo lejos, se acercaba una sombra gigante. Preparó su metralleta. La figura estaba cada vez más cerca. Cuando se encontraba cerca de la orilla, el gigante abrió su boca.
Mientras Murdoc bajaba a la habitación de Stuart en el ascensor, creyó escuchar disparos. "Genial, primero tiembla y ahora esto". Detuvo la marcha y marcó la entrada. Los disparos cesaron un momento y luego volvió a escucharlos.
Apenas las puertas del ascensor se abrieron, Murdoc corrió a la orilla de la playa. A lo lejos, una figura gigante pero conocida le hizo estremecerse. Corrió hacia esta confundido, buscando a Cyber Noodle por todas partes. Cuando estaba por llegar, una figura femenina apareció de entre las sombras. De uno de sus brazos colgaba el cuerpo deshecho de su creación.
-Ey, Murdoc- Dijo la mujer, lanzando el robot a los pies del bajista- ¿Podrías explicarme qué mierda significa esto?
-¡Quién te crees para hacerle eso a mi robot, maldita pe…!- Gritó enfurecido, pero fue callado por un grito mucho mayor.
-¡No te atrevas a hablarle así a Noodle!
-A... ¿Quién?- Dijo confundido. Aquello le había tomado por sorpresa. Miró fijamente a la mujer que tenía en frente y pensó. A pesar de la máscara de gato que cubría su rostro, su cuerpo delgado y pelo en tonos violáceos le recordó a la adolescente que años atrás tocaba la guitarra en la banda. Y además, pensó con bastante arrogancia, sólo la verdadera Noodle sería capaz de superar a la verdadera arma ambulante que había construido. -¿Y tú no te habías muerto?
-Pues…para tu desdicha, sobreviví. Soy bastante dura de matar. Hazme un favor y deja de mandarme helicópteros o robots asesinos para exterminarme, solo quiero descansar un poco.
-Amor, no sé qué habrá pasado en estos cinco años y para serte sincero tampoco me interesa. Solo sé que fueron los japoneses los que bombardearon tu isla y que Cyber Noodle pensó, con bastante razón, que eras una invasora.
-¿Cómo pudiste crear una copia barata de mí? ¿Tan poco te importaba?
-Mira nena, necesitaba una guitarrista y pensé que un poco de protección no me vendría mal. No te encontramos por ninguna parte y supuse que Sun Moon Star te habría tomado como paga por la deuda. No esperarías que dejara las cosas así como así.
-¿E hiciste un video con mi muerte?
-Buenas tomas, un par de efectos especiales y voilá.
-Tanto tiempo viviendo contigo y aún así me sorprende lo hijo de puta que puedes llegar a ser.
-Ey, ey, ya paren.-Intervino Russel alzando las manos.- Mira Murdoc, llevo caminando no sé cuánto tiempo sin parar y estoy muerto. ¿Podemos quedarnos aquí esta noche y mañana discutir las cosas con más calma?
-Hmmmm…-Gruñó el aludido.- Vamos adentro muñeca.
Murdoc condujo a Noodle a una de las habitaciones donde se habían hospedado los colaboradores del último disco, no sin antes sugerirle "compañía" para recordar viejos tiempos. Si Noodle no hubiese llevado esa máscara puesta, él habría visto con decepción la cara de asco que puso con la sola idea de una noche a su lado.
-Si cambias de opinión, ya sabes dónde encontrarme.- Dijo, guiñandole un ojo. Noodle pasó a su lado en silencio y prácticamente le cerró la puerta en la cara.- Cómo quieras.
Pasaron las horas en Plastic Beach. El sol en lo alto de un cielo sin nubes anunciaba a los entendidos que eran cerca de la 1 de la tarde. Noodle vagaba por el edificio, buscando en vano la cocina del lugar. Subió al último piso accesible del lugar, debido a que el botón correspondiente al techo se encontraba trabado. Cuando las puertas del ascensor se abrieron, se encontró con un estudio ambientado con motivos marinos. Excesivamente, para su gusto: un pulpo gigante coronaba el lugar, sentado sobre el escritorio.
Se acercó al pulpo para verlo con mayor detención, extrañada. Bajo la máscara felina, sonrió. Frente a ella se encontraba una puerta que desprendía un sutil aroma a pan tostado y café. Abrió la puerta con delicadeza y se encontró frente a una cocina bien equipada, aunque algo descuidada y sucia. En la mesa, ubicada junto a un ventanal, se encontraba 2D, perdido mirando el interior de su taza de café.
-Hmmmmm… -Dijo mirándola, sin reconocerla- ¿Por qué Murdoc le habrá puesto una máscara a Cyber Noodle? –Hizo una pausa y volvió a bajar la mirada, entristecido- Mejor no le pregunto, probablemente me va a golpear diciendo que no es de mi incumbencia. Nunca lo es.
Noodle se sorprendió de que Stuart no la reconociera y decidió hacerle una pequeña broma. Tomó una bandeja del lugar y comenzó a preparar un abundante desayuno. Cuando terminó, en vez de dirigirse a la habitación de Murdoc, como lo habría hecho el robot, se sentó en la mesa, frente a 2D. Este le miró aún más extrañado. Ella sonrió y bebió un poco de café, sin quitarse la máscara.
-Hola Stu, ¿Cómo estás?
Un nuevo grito retumbó en la isla.
