Sinnerman
Bell Star
"Jingle Bells, jingle Bells… Jingle Bell Rock!"
La gente se divierte cantándome eso… Yo soy más de grandes éxitos como: "Saca la bota María que me voy a emborrachar", "al pobre de San José le han roído los calzones", "con mi burrito sabanero voy camino de Belén" (Joe, esa es bestial.) "Y beben, y beben y vuelven a beber" (Un clasicazo, vamos.) "Era Rodolfo el reno" y sin olvidar temas tan buenos como, "Hacia Belén va una burra rin, rin. Yo me remendaba, yo me remendé, yo me eché un remiendo, yo me lo quité. Cargada de chocolate. María, María, ven acá corriendo, que el chocolatillo se lo están comiendo." (Yo creo que está hecha para drogadictos, oye, ellos también tienen derecho a un villancico.)
Y por si te lo estabas preguntando, sí. Yo pienso esto en mis ratos libres, de ahí que suspenda matemáticas. (Para mí entra dentro del círculo temático de ratos libres.) Todo tiene sentido menos mis notas. Todo.
Espero que Santa Claus (Guion, Reyes Magos) se porte(n) bien con vosotros. Sino, ya sabéis. (¡Golpe de remo!)
Ya que es época festiva, debería sacar una historia, que concordara con la preciosa Navidad… (Puta Christmas.) Pero no, yo soy muy… Algo, y he querido escribir "algo" diferente a un gordito feliz vestido de rojo etiqueta de Coca-Cola, (Intentó de Superman, pero no pudo el pobre. La capa se atascaba en las chimeneas y claro… Sueño roto, de ahí que traiga carbón.) Polvorones, (Una masa dulce y tosca que come la gente para engordar, y tratar de decir difíciles trabalenguas y palabras complicadas como "Nicaragua o Aconcagua" mientras mueren por un atragantamiento severo, al festejar con el sonido hiriente de las risas en sus familiares.) Turrones por barba, Besos bajo el puñetero muérdago de los Belenes, Renos cojos y Duendes gruñones o cientos de Regalos cutres. Así que, ya sabéis, Bell está como una puñeterísima cabra. (Beh.)
Espero que os guste, y ahora sí: ¡Feliz Navidad a todos! ¡Jou Jou Jou! Merry Christmas.
S.E. Atsushi Ohkubo.
.Capítulo Primero.
Un tiempo difícil.
Un silencio que relaja.
Un hombre que no se rinde.
Un simple perro de paja.
El Octavo Huésped
(¿?)
"Las últimas noticias confirman que el número de víctimas asciende a 27 desde el pasado viernes…"
Y entonces quiero cambiar de canal. Cojo el mando con el pie, soy demasiado vago para levantarme, pero gracias a eso, tengo una gran agilidad. Digna de un Ninja.
-¿Black*Star podrías dejar de comer porquerías?-No pregunta, afirma. Cree que voy a hacerlo. Va lista.-
-No…-Quizá luego.-
Levanta una bolsa de palomitas del suelo, sujetándola con dos dedos, con mucho asco. Se tapa la nariz.
-¿Cuánto tiempo lleva aquí esto? Apesta a rancio.
-¿Qué día es hoy?
-Domingo. 6 de Diciembre.
-Ah… Pues, 7 semanas a lo mínimo.-Y cambio de canal, ¿por qué no se calla? Ojalá tuviera botón de apagado.-
"Una fiesta, que acabó en tragedia."
-Eres un cerdo.-Y muy acomodado. Ya que pronto me llevarán al matadero. ¿Qué más da?-Eres tú el que se encarga de limpiar el salón. Y más que un salón parece una leonera.-Es mi leonera.-
-¿Pero no era un cerdo? A ver si te aclaras.
Maka no tardó en lanzarme un libro a la cabeza. De dónde narices los saca es algo que no sabré nunca.
-¡Ponte a limpiar!-Ordenó a gritos. Caí del sofá, intentando levantarme a duras penas.-
Esto de la vida sedentaria es complicada.
-¿Quién te ha hecho jefa de este sitio? ¿Cuándo se ha votado exactamente?-Ironicé, rodando los ojos.-
Siempre tiene que estar pendiente de mí, de todos. Es peor que Kid. Que ya es decir bastante.
-Antes de ayer.-Se cruzó de brazos, sonriente.-
-Ah… ¿Y yo dónde estaba?
-Eso me gustaría saber a mí. Estarías de juerga por ahí, como siempre. Nunca haces nada.
Nunca terminará está bronca, ¿verdad?
-¿Si me pongo a limpiar dejarás de darme el latazo?-Levanté una ceja.-
-Quizá.-Seguía erguida, con los brazos cruzados. Siempre con esa cara de: "Mírame, soy autosuficiente"…-
-Está bien…-Mala respuesta, Maka no tarda en plantarme todas sus "armas de limpieza", que huelen a rayos. ¿Como una cosa que huele a muerto puede servir para limpiar?-
Me puso un delantal azul, mientras estaba desprevenido. Igualito a Cenicienta. Soy una princesa triste.
-Estoy ridículo…
-Yo creo que te queda muy bien. Eres el pequeño después de todo.-Tú sólo eres un año mayor que yo…-
-Si, es más, ya que estamos, ¿por qué no me pones una tiara y me rematas?
-Tienes razón.-Y así hizo.-Ahora sí, estás perfecto.-¿Gracias?-
-Te odio.-Tiré la diadema a la basura. Buena manera de empezar a limpiar, tirando cursiladas con desdén.-
-Me voy a hacer la cena, ¿quieres algo especial?-Me lo está preguntando… ¿Quién es está y que han hecho con Maka?-
-Bolas de arroz estaría bien.-Ella sonrió.-
-¡Marchando!
-Esperemos que salga algo que sea comible, o humano…-Un libro de cocina vuela hasta mi cabeza.
-¡Te he oído!-Grita desde la cocina. Es un monstruo de la puntería, en el viejo Oeste no tendría pérdida como Bandolera. Maka la Sheriff.-
Sin duda, esa es Maka.
Black*Star.
Me dispuse a limpiar. Tardé un rato en descubrir que había que encender la aspiradora para que funcionara, odio ese maldito ruido incesante. Además, ¿cómo iba a saber yo, que sino echas el líquido del espray en los cristales no se iban a limpiar sólo con frotar? Crearía una reacción magnética del copón, y yo me convertiría en "Flash".
La televisión de tropecientas pulgadas simétricas que compró Kid hace poco seguía puesta. Mejor, prefiero trabajar con música, pero que se le va a hacer.
"El número de heridos alcanza los 38. Más de la mitad son adolescentes, heridos de gravedad…"
¿Es qué van a echar la misma noticia en todos los puñeteros canales?
Le estaban dando un bombo increíble, hasta yo, que me trago cualquier mierda que echen, me parecía un aburrimiento. Todo son siempre malas noticias.
Si pienso en malas noticias, me deprimo, si me deprimo no limpio, si no limpio veo la tele, si veo la tele Maka me regaña, si Maka me regaña limpio, si limpio pienso en malas noticias… Es un bucle infinito de Maka-Chops en la cabeza. Y yo sufro. Mucho…
-Black*Star, ¿estás trabajando verdad?-Me grita Maka desde la cocina. Con esa voz inquietante que tiene a veces.-
Hoy estamos sólo ella y yo, los demás trabajan… Bueno, no todos.
-¡Si, jefa!-Respondo, pasando el plumero… ¿Es normal que se extienda todo el polvo?-Bruja mandona…
Si me tumbo en el sofá Maka me regañará y me perseguirá intentando absorberme el culo con la aspiradora. Así qué no tentaré esta vez a mi suerte.
De todas formas, tras varias horas de resaca frente a la caja tonta, haciendo Zapping sin parar, he llegado a la conclusión que lo único fumable es "Encarni, la Televidente". "Veo tu futuro mientras yo me limpio el culo". Hace adivinaciones que no se cree ni su tía.
Y Hora de Aventuras. Me encantan los dibujos, nos alejan de toda la maldad que hay en las noticias de verdad y los programas de gallinas cluecas y gallos reculones que discuten sobre la prensa rosa y el corazón corrupto. A Soul le gusta mucho la Vampiresa que sale, pero yo prefiero a la que es de chicle. Me cae bien.
Me gustaría saber quien hace la voz de esa puñetera nube morada que vuela. Quiero darla un beso. Daría dinero.
"El Recinto del Shibusen sigue cerrado, por mera precaución al contagio."
Eso si es terminar un baile de fin de curso desastroso. Allí es donde se reúnen todos los niñatos adinerados a estudiar, o a aprender a sobornar, mejor dicho. Los poderosos. De alta cuna.
"Las heridas y desgarres que conservan las víctimas son de origen desconocido."
Cogí la fregona y empecé a mojar el suelo. Espero que no hubiese que escurrirla… Oh, oh…
"Tenemos con nosotros al teniente Free. Por favor, ¿unas palabras para el programa?"
Hablaba una reportera al jefe de policía de Death City, asediado entre micrófonos, cámaras, flases, libretas y grabadoras. Cientos de periodistas reunidos esperando por la suculenta noticia que tergiversarían después, estirándola como un chicle.
"No tengo nada que decir. Sólo puedo advertirles…"
-¡Maka! ¿Tenemos chicles? ¡Me apetecen!
-¡Espérate a la cena! ¡Ya casi está!
-Jo…
"El que haya hecho esto, no es humano."
Terminó de decir el Teniente Free. Dejando la intriga, en las bocas de la gente, un final abierto. Marchándose por donde había venido, siendo perseguido por todos esos periodistas sedientos de sangre. Queriendo hincarle el diente a una exclusiva.
Levanté el sofá con todo el impulso que pude.
-Anda, pues si que había chicles…-Y pelusas, y patatas resecas, monedas que más tarde robaría, colillas… Si me pongo a contar puedo encontrar hasta un cadáver si me lo propongo…-
-¡Ya está la cena! ¡A comer!-Llamó Maka, haciendo sonar una sartén.-
-¡Genial!-Levanté los brazos. Y grácilmente la pata del sofá fue justo a parar en mi dedo pequeño del pie.-Mierda…-Me cago en todos los dioses existentes de este puñetero Universo. Os odio a todos.-
Me dirigí a la cocina, cojeando como un pobre lisiado.
-¿Qué haces?-Me preguntó Maka, soltándose el pelo mientras ponía la mesa.-
-Maka… Creo que mi dedo ha muerto en combate.-La limpieza es una batalla muy seria.-No volveré a saltar en el sofá, me ha cogido manía.
-Oh… Tranquilo, mañana mismo te amputo el dedo.-Sonrío. Que encantadora ella…-
Que bien sabe la comida después de un trabajo bien hecho… Medio hecho… Bueno he hecho algo.
Ese ha de ser el porqué de que la comida de Maka sea masticable. Ya que sino, a estas alturas ya estaría vomitando disimuladamente en la planta de plástico de la cocina. Me da mala espina. Los utensilios de limpieza han debido drogarme por el olor y ahora me encuentro en una especie de éxtasis incontrolada…
-¿Cómo está?-Me pregunta.-
-¿Mi dedo?
-La comida.
-Menos mal que has dicho eso, si te veo preocuparte por mí una sola vez más te echo de casa, impostora.-La señalo con los palillos.-
-¿Y quien te haría de comer?-Sonríe con sorna.-
-El DeathDonald's.-Respondo con un trozo de rollito en la boca.-O el Bazar chino de la esquina.
-Ya…-Suspira agotada y se une a mi lado, a comer conmigo.-
-¿Y Soul?-La pregunto mientras me llevo el vaso a los labios. Se ha pasado con la sal...-
-Estará por ahí, durmiendo. Supongo…
-Que raro… Ya es de noche, deberíamos despertarlo.-Solté una sonrisa malévola. Soy muy pillo.-
-Eres un Troll.-Me lanzó un trozo de pan a la cara.-Déjale, si está a gusto que más da.
-Jo, Maka ya no eres la de antaño. Tú antes molabas.
-¡Yo sigo molando!-Pí, pí, pí. Mi detector de mentiras gordas ha saltado.-Sólo he madurado un poco, como deberías hacer tú.
-Si bueno, quizá más tarde…-Bebí del vaso. Estoy sediento.-Si madurar significa estar enchochada con Soul hasta la médula espinal día y noche… No gracias.-Un color rojo le inundó de cuello para arriba.-
-No me gusta… No te inventes cosas.-Entonces me lo invento yo y todo el país. Rompió los palillos con la mano. Será mejor hacer borrón y cuenta nueva, no quiero morir un día envenenado con cianuro.-¿Y qué hay de tí?-Pregunta con labia.-
Escupí todo el líquido en su cara. Ella se limpió con una servilleta, asqueada.
-¿De mí qué?
-Oh venga ya… Raro es que no me preguntes a todas horas: ¿Ha vuelto ya Tsubaki? ¿Sabes donde está Tsubaki? ¿Crees que le gustará a Tsubaki? Tsubaki esto, Tsubaki lo otro… Por allí y por allá. El amor está en el aire y tus ojos tienen forma de corazoncitos rosa.
¿Tiene que hacer eso con una imitación cursi y barata de mi voz?
-No metas a Tsubaki en esto.-Golpeó el vaso contra la mesa. Con hombría… O lo que me queda de ella.-
-Pero si te has puesto rojo como un tomate.-Señaló con el dedo.-
-No es verdad. Es tu comida, pica mucho…-Mentí como un bellaco.-
-Si tú lo dices…-Agudiza la vista. Es una cabrona.-
-¿Y Kid? ¿Por dónde anda?-Cambió de tema antes de llegar a ser descubierto y abochornado por Maka.-
-Hoy trabaja hasta muy tarde, está con Liz y Patty en las reuniones de su padre.
-¿Por el incidente del viernes?-Levanto una ceja, curioso. Maka asiente despacio.-No se habla de otra cosa.
-Dice que es algo muy serio.-Levanta los hombros. A Maka y a mí siempre nos mantienen a raya. Por eso de ser los pequeños e indefensos y toda esa parafernalia.-¿Y tú hermano? Cuando me he ido esta mañana a la Universidad seguía durmiendo.
-¿Rag? Está bien. Haciendo turnos extra en el Club Chupa's.-Ragnarok imbécil, eres un obseso del trabajo.-Ya nos queda poco para pagarle la deuda a Kid.-Me puse a jugar con la comida, pensativo. Algo extraño en mí.-
-¿Por qué los dos os lo tomáis siempre como un pago? Sabes que Kid no piensa que le debáis nada. Él es así. Lo sabéis.
-Lo sé Maka, pero… Sólo no queremos deberle nada a nadie, eso es todo.
-¿Y cuándo terminéis de pagarlo que haréis?-Dice compungida. Con el ceño fruncido.-¿Os vais a marchar?
-Quien sabe…-Alcé la vista, mirándola con un deje de tristeza. Ella apoyaba el codo sobre la mesa, poniendo morritos de pulpo.-
-Espero que no… Sino me aburriría mucho.-Me atraganté con la comida mientras ella reía.-
-¡Estupendo! No sabía que había sido ascendido a tu payaso personal…-Me quejé, dando un largo suspiro.-Que júbilo.
-Anda, come y calla… Payaso de feria.-Me sacó la lengua.-
-Eso es lo que soy.-Alcé la cabeza con orgullo. Llevándome una bola de arroz a la boca. Lástima que no llegase a probarla.-
La puerta de la entrada cayó de golpe al suelo, siendo derribada de una patada. Mi comida fue con ella.
-¡Inspección rutinaria!-Gritaba un hombre de voz grave seguido por otros dos de sus secuaces. Un hombre que ya conocemos.-¿Hay alguien en casa?
-¿Qué narices hacéis vosotros aquí?-Grita Maka, levantándose de golpe, yendo a encarar a aquel hombre, yo la sigo tirando la silla al ponerme en pie. Me sacan de mis casillas.-No son horas.-Maka se cruza de brazos.-
Normalmente suelen venir por la mañana. Estamos solos…
Aquellos hombres trajeados, con una estúpida boina en la cabeza entran sin permiso y comienzan su ardua labor de revolverlo todo sin cuidado, rompiendo cualquier cosa que les parezca sospechosa.
Con lo que me ha costado limpiar… Para una vez que lo hago.
-Lo siento preciosa. Inspección rutinaria.-Repite.-
-Sabemos perfectamente lo que es.-Maka sigue encarándole en la entrada. Tiene coraje.-Vinisteis la semana pasada. Y es una vez al mes. No deberíais rondar por aquí. Es demasiado pronto.
-¿Demasiado pronto, pequeña?-Baja la cabeza hasta Maka, echándola el aliento. Ojalá pudiese golpearle. No pararía.-A mí me parece perfecto. Últimamente hay más casos de sospechosos por esta zona tan baja de la ciudad.-Le acaricia la cabeza, pero ella no se inmuta. Mantiene esa mirada superficial.-¿Acaso tenéis algo que ocultar?-Maka le aparta de un golpe. Y éste se ríe de ella. Ignorándola, se pasea por el apartamento.-
-Siempre lo destrozáis todo.-Cierra las manos con fuerza, formando unos puños muy finos. Escondida en su flequillo, alza la voz.-No os importa nada ni nadie.
Me acerco a Maka, posando la mano sobre so hombro. La sonrío. Discutir no servirá de nada. Si te rehúsas a colaborar con ellos, te darán una paliza. Así nadie se levantará nunca. No puedes hacer nada, son más fuertes que tú y que yo.
-Uy. Lo siento mucho…-Se burla de nosotros. Tirando una lámpara al suelo, rompiéndola. Y corretea audaz entre los pasillos.-Pero es necesario. No queremos que los monstruos os hagan daño…
-Aquí el único monstruo que hay eres tú…-Murmuro en voz baja sin que llegue a oírme. Rechino los dientes.-Giriko…
-Ya sabíais lo que se os venía encima con la Purga. ¿Verdad?
Yo era muy pequeño cuando empezó este maldito juego del gato y el ratón. No recuerdo que nadie me preguntase si quería una maldita purga, o no.
¿A quién le importa mi opinión?
-¡Oye, oye! ¡Fuera de ahí!-Los secuaces de Giriko ya han terminado de revolver todas las habitaciones, se echan un par de miradas entre ellos y deciden entrar sin avisar a la cocina a comerse la comida Maka. Ella les persigue intentando espantarlos como el espantapájaros a los cuervos carroñeros.-
-Ya te hemos dicho mil veces que no hay nadie aquí.-Me acerco a Giriko más recto que un palillo. No le soporto. Es como un grano en el culo.-Así que marchaos.
-Eso lo decidiré yo.-Me agarra el pelo, tirando con fuerza.-Que mayor te has hecho, ¿eh? ¿Cuántos tienes ya, ¿15? ¿16? No se te vaya a subir a la cabeza. Enano.-Me suelta de golpe, le dirijo una mirada de odio.-Recuerda, ¿quién da las órdenes aquí?-Me pregunta burlonamente, pasándome un brazo por los hombros, sujetando su espada negra.-
-Tú…-Murmuro entre dientes. Si al menos tuviera aquí mi espada… Las cosas cambiarían, ahora yo soy el débil.-Puta Madre.
Supongo que no tengo remedio.
-Pequeño bastardo…-Desenfunda la espada y de una estocada me planta la punta en el gaznate. -Repite eso si tienes cojones.
-¿A tí o a tu madre?-Soy un mal ejemplo y moriré siéndolo.-
Se río hiriente.
-Te juro que el día que os pille solos por la calle os corto la cabeza, a tí y a esa estúpida rubita con mal genio. No sin antes haber jugado con ella, claro.
Ambos, oímos un golpe del piso de arriba.
Como se le ocurra salir ahora, el que va a matarlo soy yo.
-La verdad, "Giri", dudo mucho que sepas como coño usarla.-Le sonrío. Llamo su atención. Si quiere matarme ahora adelante, con espada o sin ella, voy a darle una patada en el culo. Algo educativo.-Si tocas a Maka, o a cualquiera de los huéspedes de este apartamento, te perseguiré hasta después de muerto.
Clava la punta de la espada aún más en mi cuello y agudiza la vista, enseñando esos colmillos que me resultan tan familiares.
-¿Quieres tentar a tu suerte? Huérfano de mierda.-Trago saliva, sintiendo un pequeño hilillo de sangre que corre por mi cuello.-
¿Qué suerte?
-Quizá luego…
Otro golpe se oye viniendo del piso de arriba, aún más fuerte que el anterior. Giriko comienza a extrañarse.
-¿Qué ha sido eso?-Baja la espada, alzando la cabeza hacia el desván.-
-Yo no he oído nada.-Me hago el loco. ¿Qué hace este retrasado?-Te lo habrás imaginado.
-Eso ha sonado muy fuerte. ¿¡Cómo coño no vas a oírlo!? ¿Crees que estoy loco?-Me agarra del cuello de la chaqueta. Intento calmarle, a mí manera.-
-¿Es una pregunta con trampa?-Furioso, acerca su boca llena de dientes afilados a mi cara mientras me sujeta con fuerza. Incluso echa espuma por la boca. Tiene la rabia.-Vale, vale… Habrá sido el viento…
Alzó la mano. Él me sigue sujetando, me agarra del brazo y me arrastra por el pasillo. Maka sube al segundo piso acompañada de una sartén en el brazo, y los secuaces de Giriko, comiendo mi comida, con un chichón de origen extraño en la cabeza.
-¿Qué hay ahí arriba? ¿Acaso hay un tercer piso?-Nos mira a ambos, curioso. Mantenemos el silencio.-Hablad.
Nerviosos, nos miramos el uno al otro, sin saber que hacer. Entre la espada y la pared.
-¿Estáis sordos o qué?-Se acerca a Maka empuñando su arma, con una mirada lasciva.-He preguntado, ¿¡si tenéis un tercer piso!?-Me situó delante de Maka, mirando a Giriko con un odio infinito, como si de algún modo pudiese defenderla de este monstruo. Ella es más valiente que yo, que nadie.-¿¡Por qué coño os calláis!? ¡¿Qué estáis escondiendo?! Hijos de…
-¿A qué viene todo este alboroto?
Pregunta una voz cercana. Suben las escaleras.
-¿Quién ha sido el malnacido que ha dejado mi puerta hecha un desastre?-Habla furioso. Erguido en su gabardina.-¡Cómo se nota que no entendéis nada de simetría!-Ya empezamos…-
Maka y yo suspiramos. Salvados por "papi".
-¿Desastre? Eso se queda corto…-Liz husmea entre los trozos de lámpara rota, mientras, junto con Patty, intenta quitarse de encima a los secuaces de Giriko.-Llámame cuando consigas algo que te quite ese olor a carne pútrida de la boca.-Le dice tajante a uno de los perros babosos. Le da una tarjetita y todo.-
-¡Jijijijijiji!-Patty le está rompiendo el cuello al otro… En el fondo me dan lástima.-
-¡Ya era hora de qué llegarás!-Le golpea Maka con la sartén, haciendo que vuelva a su ser, o lo que sea. Es una maestra con esa cosa en mano.-
-Lo siento…-Responde, sobándose la cabeza con cansancio.-No nos han dejado salir antes.-Nos sonríe amablemente. Para después fijar la vista en Giriko, matándole con la mirada.-
-Se-señor Death…-La cagaste.-
-¿Qué hacéis tú y tus perros en mi casa?-Da un paso hacia delante, Giriko retrocede nervioso.-
-No-nosotros sólo estábamos vigilando la zona, para que pueda dormir tranquilo, ¿cierto?-Sonríe, mirando hacia sus compinches, mientras éstos asientes con temor.-
Si, ¿dormir tranquilo? Con los peces…
-Ah… Muchas gracias… Entonces dime,-Da otro paso más.-¿a qué ha venido, que entréis sin mi permiso y rompáis mis muebles?
Los ojos de Kid comienzan a tornarse de un color negro azabache. Ya no son amarillos.
-Ha-ha sido una pequeña equivocación señor… Ya sabe usted, la Purga…
De nuevo otro golpe sacude con fuerza el desván. ¿Qué coño hace? ¿Está montando una fiesta?
-Giriko… ¿Quieres saber por donde me paso yo la purga?-Ahora es cuando Kid comienza a estar enfadado de verdad. Ya podían habernos asesinado y violado que no le oirías decir frases así. Pero metete con su simetría y te maldecirá de por vida como un gitano furioso.-
-No-no señor… No volverá a ocurrir señor…-Sus secuaces niegan con él.-
-Más os vale.-Vuelve al sonreír, el imbécil sonríe. Y les dirige amablemente a la puerta.-
Nada de lo que hace tiene sentido. Es el Jefe, ¿por qué no les da su merecido? Es demasiado bueno. Las 24 horas del día.
No podemos darles un portazo en la cara, puesto que no tenemos puerta, así que vuelven a colocarla en su sitio de forma cutre. Un apaño.
Me acerco sigiloso, siguiendo a Kid al marco de la entrada. Los esbirros de Giriko salen torpemente, agradeciéndole a Maka por la suculenta comida. Giriko se detuvo antes de pasar por el umbral, arrimándose a mí, susurrando con disimulo.
-Volveremos.
Como respuesta le enseño mi precioso dedo anular, ligeramente alzado hacia arriba con un toque de felicidad masiva, digna de los Dioses.
-¿Os han hecho algo?-Husmea Kid preocupado.-¿Estáis bien?
Posa su mano sobre mi hombro.
-Que si… Estoy como una rosa.-Puse una linda pose de macho forzudo.-¿Lo ves? Ya soy un adulto. Tratadme como tal.-Me indigno. Pero Kid sólo sonríe, sobándome la cabeza. Ya me ha despeinado.-Joder…
Maka hace sonar las sartenes.
-¿Adulto? ¿En qué planeta?
-Oh, no te hagas la dura.-La reto.-Cuéntales lo bien que te he defendido. Cuéntaselo.-Abro los brazos, con alegría.-
-¿En qué planeta?
-Bruja.-Balbuceo entre dientes, recibiendo a una Maka enfurecida con sus sartenes machaca-cerebros en ambas manos. Mi muero.-
Kid junta las manos, contento, comienza a debatir consigo mismo sin parar, mientras peleamos a muerte. "The Gladiators."
-Bueno, lo importante es que estáis bien… Pero… Mi… Mi casa… Mi casa…-Calla E.T. Calla...-Mi casa ha quedado destrozada.-Lloriquea, hincando las rodillas en el suelo.-Mi lámpara…
Liz no tarda en ir a socorrerle mientras masca sin cesar un chicle pasado, le da palmaditas en la espalda con suavidad. Ósea que ella fue la que me robó los chicles.
-Tranquilo… No pasa nada, lo arreglaremos.-Le sonríe y éste deja de llorar sin consuelo, restregándose los mocos con la manga de la chaqueta.-Además, yo he ligado.
Hace el signo de OK con los pulgares. Kid vuelve a llorar.
En el fondo, nos importan mucho los problemas de Liz. Tanto, que preferimos ignorarlos como los gritos de la vecina a primera hora de la mañana.
-Salto, entre los cristales. Salto, entre los cristales… ¡Y luego boom, bam bam! ¡Sacalacalán!-A Patty le gusta mezclar canciones de la radio con la vida cotidiana. Al menos hace algo.
La triste melodía trágica sobre el retrete de ayer, me hizo llorar. Como sólo un hombre llora.
-Está bien. ¡Se acabó!-Kid se levanta decidido.-Esto no puede seguir así, ¡vamos todos a limpiar juntos!-Alza el puño como un líder de batalla, seguido por las Thompson a coro. No les gusta limpiar. A Patty se la engaña y a Liz se la compra cosas caras.-
-¿Qué?-Estoy tirado en el suelo, sujetando las muñecas de Maka para no quedar vapuleado.-¡Pero si llevo todo el día limpiando!-Exagero, abriendo los ojos con desmesura. Maka aprovecha para acabar conmigo.-¡Esto se llama maltrato!
Un día la denuncio.
-No, esto se llama,-Me señala con la sartén mostrando ira contenida.-¡No vuelvas a insultarme! ¡Pedazo de burro!-¿Pero tú a mí sí? Feminista malvada…-
-Ya basta los dos.-Kid nos atrapa, tirando de nuestras orejas. Planea transformarnos en Dumbo. Y así hacerse millonario.-¡Vamos a limpiar en familia!-Ponemos cara de asco. Como cada vez que viene el tío Excalibur a visitarnos. Bueno, no tanto.-
Estoy a punto de abrir la boca para quejarme. Pero otro ruido sonoro me interrumpe. Miro hacia el techo, que retumba.
-¿No me digáis que no le habéis sacado todavía?-Nos regaña Kid, posando los brazos en las caderas. A modo de madre.-
-Oh, es verdad, ¿cómo no se nos ha ocurrido antes?-Habla Maka con sarcasmo. Echándome una mirada mientras me río.-Ya de paso, podíamos haberle puesto un lacito rojo en la cabeza con unas lucecitas y una tarjetita, y se lo regalamos a Giriko en bandeja. ¡Muy buena idea!-Maka puede dar mucho miedo si se lo plantea.-
Kid se rasca la cabeza, sin saber que responder. Sólo un idiota discutiría con Maka. A excepción de mí.
-Bueno… Lo siento…-Maka asiente victoriosa.-Sacadle y vamos a limpiar todos juntos.
Dice, más yo oigo: "Sácale Black*Star y escaquéate de limpiar. Hoy te dejaré fumar todo lo que quieras en el sofá. Mira como sonrío."
-No temas. ¡Voy yo!-Me levanto raudo, antes de esperar a oír las quejas de Maka sobre porque no puede ser ella. Si te duermes pierdes Bruja.-
Subo las escaleras corriendo, tropezando con cada escalón. Cuantas tortas me habré llevado en esta vieja escalera desde que vivo aquí… ¿Cuántas? No lo recuerdo.
Llego al segundo piso, me acerco a la pared rozándola con la palma de la mano. Busco el cable escondido, para bajar la pequeña escalinata que sube al desván. Al desván oculto.
Donde convive nuestro octavo huésped.
Oigo otro golpe proveniente del techo. Se va a dejar los nudillos…
-Ya voy, ya voy… Señor Impaciente.-Consigo encontrar el cable, con fuerza tiro de él. Dejando caer la escalera que conduce a la buhardilla. Está llena de polvo, pero prefiero no quejarme o tendré que limpiarla.-Ya puedes salir.-Sonrío, esperándole ansioso. Más él, no aparece.-¿Soul?
Pasan unos segundos, no oigo respuesta. Con el ceño fruncido decido subir las escaleras chirriantes, y justo cuando llego al último piso.
-¡Ah!-Una delgada mole cabreada se abalanza sobre mí, haciéndonos caer rodando al segundo piso. Suerte que mi coco está a todo riesgo, y lo de abajo también.-¡Quítate de encima!-Repito, intento quitármelo de encima, para ser delgado pesa como mil demonios.-
-Ñeee…
Soul es vengativo.
-¡Soul!-Él me mira mordiéndose los labios, fijando esos ojos rojos y desganados en mi cara. Curioso.-Oh, de acuerdo… ¡Te daré una bolsa! ¿Entendido? Así que ya te estás levantan-No me deja acabar. Sonríe gustoso, se hace a un lado a gran velocidad y con una mano me levanta agarrando mi chaqueta por la espalda.-
Pues nada, ya he limpiado la escalera…
-Gracias Hulk.-Me sacudo el polvo de la escalinata. Sobretodo el culo. Soul ladea la cabeza.-Te he explicado mil veces quien es Hulk.
Él vuelve a ladear la cabeza.
-Déjalo.-Siempre parpadea muchas veces, y otras veces parece que está muerto de no parpadear. Alterna.-¿Tienes hambre?
Asiente varias veces, con fuerza. Se desnuca un día.
-Bueno, pues vamos abajo…-Me giro, guardando las manos en los bolsillos, Soul se acerca veloz y sigiloso, posando un dedo sobre mi cuello. Recogiendo los restos de sangre que la espada de Giriko había dejado.-
Se lleva el dedo a la boca y lo muerde sonriente. Me estremezco.
-Como te atreves…-Levanto el puño cerrado, y Soul aleja su cabeza poco a poco mientras yo me acercó a pasos robóticos, se saca el dedo de la boca.-¡A alimentarte de tu amo!
Y así comienza una divertida travesía, digna de un capítulo de Tom y Jerry, en la que yo en el papel de Tom persigo a Jerry, Soul, por toda la puñetera casa para matarlo. Lo hacemos todos los días, por eso la vecina nos odia.
Le robo las sartenes a Maka, sabiendo que más tarde me castigará de alguna maquiavélica forma por ello.
¡Ven aquí! ¡Vuelve!-La mayor parte de las veces, Soul es más rápido. Yo me quedo enredado en algún sitio absurdo. En este caso es Kid el que me detiene haciéndome limpiar el salón, puesto que es "mi obligación". Discuto con él, dándole buenas razones de porque "mi obligación" me importa una soberana mierda.-
Él también me castigará, y Soul se reirá de mí. Luego siempre acaba ayudándome. ¿Por qué? Porque le da la gana.
Moraleja.
No persigas a Soul.
Me tumbo en el sofá rendido. Qué día más horrible. Resaca, telebasura, limpieza, la comida de Maka, el idiota de Giriko, Soul, más limpieza, sin olvidar que no he visto a Tsubaki. Horrible.
Pero llega la noche. Mi hora. Mi hora de tele.
-A ver que echan…-Soy un enfermo. Al nacer ya tenía el mando en la mano. Un genio.-
A lo lejos se oía como las chicas se cambiaban, como Maka dejaba al aire la idea de que había sobrado un poco de comida suya, y como Kid la rechazaba intentando escaquearse como yo de la limpieza. No le juzgo.
Echado en el respaldo del sofá, apoyando como un buen mal ejemplo, los pies en la mesa, oigo, noto como Soul sube dando una voltereta, quedando bocabajo y con los pies descalzos al lado de mi cabeza. A él le gusta, que más dará.
Dejando de mirar hacia el techo, me observa mientras sorbe por la bolsa que Kid le habrá traído del trabajo. Soul siempre espera sentado desde que Kid entra por la puerta, siguiéndole a todos lados para que le dé su merienda.
Le veo sorber… El color de la bolsa casi vacía. ¿Cómo puede gustarle eso?
-No manches el sofá, eh.-Me apoyo de lado en sus piernas. Mi sofá, el miembro que más quiero de mi familia, después de la tele y Soul.-O al menos mánchalo simétricamente. Ya sabes.
Él sonríe, se le escapa de la boca y mancha el sofá. Pero se estira con cuidado, tapándolo con la cabeza. Y sigue sorbiendo, con su bolsa, a lo suyo. No molesta.
No como otros…
-Black, ponme el canal de cotilleo.-Me ordena Liz, intentando robarme el mando suciamente.-¡Vamos, vamos!
Agarro el mando con fuerza, evitándola. Jugando con ella.
-¿Cómo? Tendrás que arrebatármelo de mis frías manos muertas.-Todos saben que tiendo a ser exagerado. Kid tiene su simetría, Maka su comida asquerosa, Patty tiene su imaginación alocada, Liz tiene sus pintauñas, Soul es… Soul es Soul. Y yo tengo mi tele.-
-Es Domingo por la noche. Nos toca a Soul y a mí. Míralo en la pizarra.-Le señalo. Tenemos una pizarra, donde apuntamos los derechos y deberes de cada uno en la casa de huéspedes. Suelo borrar mis tareas a diario. Lo de la televisión los Domingos para Soul no es muy justo, ya que a él la tele y derivados le importan lo que a mí las duchas entre semana. Más tele para mí.-
He de enseñarle más sobre la vida. Y la tele.
-Anda no seas así, por una vez no pasa nada.-Como la oiga Kid saltarse las reglas de la pizarra, arderá Troya en este salón. Por suerte está trabajando con el papeleo en su estudio. Nunca entramos ahí. Está restringido, más que nada porque se lo podemos desordenar.-¡Pon el cotilleo!
Insiste en robar mi mando a distancia, pero no. Hoy no muñeca.
Cuando pienso que me he librado de la pesada de Liz, llega otra peor.
-Black, baja la tele.-Maka se acerca al sillón, tirándose sobre él con su libro gigante en las manos, haciéndonos rebotar a Soul y a mí.-Voy a leer.
Maka con cautela, apoya la cabeza en el pecho Soul, sonrojada, tumbándose sobre él, de lado en el sofá, imitándome. A mí.
-Pues vete a una Biblioteca.-Subo el volumen. Y tiró de Soul hacia mí, haciendo a Maka caer al lado de su cabeza. Soul la mira de costado, y ella se pone roja.-
Estar rodeado de mujeres no es tan bueno como yo pensaba.
-No te cuesta nada.-Me reta entre dientes, cabreada. Y tira de Soul hacía ella. Arrebatándomelo.-Soul también es mío.
Espero que eso no lo hayan votado…
-Soul es mío.-Vuelvo a tirar de él con fuerza. Impidiéndole sorber de su bolsa.-Bruja.
-No, es mío.-Tira de él con ambas manos. Copiota.-Idiota.
-Mío.
-Mío.
-¡Mío!
De repente hemos entrado en una espiral siniestra en la que Soul es el premio a escoger.
Usualmente somos detenidos, ya que Soul se cansa de no poder comer de su bolsa tranquilo, mareado como un piloto de Fórmula 1, se le cae al suelo. Nos detiene con ambos brazos, rectos y fuertes, dejándonos a ambos a un lado diferente del sofá, enfurruñados con la vida, pero no tanto como él por no tener su comida. Pasa un buen rato hasta que nos suelta, y se cruza de brazos con la cara más seria que podamos ver en toda nuestra existencia.
-Perdón…-Le pedimos al unísono, arrepentidos.-
Soul sigue de morros, pero no suele tardar mucho hasta que llega Liz y recoge su bolsa del suelo, para dársela.
-Toma.-A Soul le invade la alegría y la inocencia, y lo acepta con ganas.-Si es que de verdad.-Nos mira Liz a ambos, como si estuviera viendo un partido de Tenis.-
Soul la da un beso en la mejilla, como muestra de agradecimiento, y vuelve a echarse bocabajo en el sofá, cosa que a Maka no suele hacerle mucha gracia. Más bien ninguna.
-Mierda… Se me ha adelantado.-Susurra, arañando su libro gordo. Siempre se la adelantan.-
La saco la lengua. Cosa que no debería hacer, puesto que luego Maka irá a cantarle a Tsubaki todo sobre mis sentimientos. Putos sentimientos. De todas formas, lo hago. Es lo que tiene ser un incauto.
-Bueno, vamos a ver que echan…-Liz se tumba encima mío. Aplastando mis partes íntimas con su enorme culo, sin pudor. Desprevenido, me roba el mando como sólo ella sabe robar.-¡Uy, también echan La Adivina Encarni! ¿No es genial?-Matadme.-
No tarda en llegar Patty. La que faltaba. A ella, al igual que a mí, el cotilleo y la señora Encarni como que nos aburre en sobremanera. Así que los próximos minutos de la noche suelo pasarlos con dos rubias alocadas, peleando sobre mis partes pudientes, acompañadas de mis quejas de hombre, un mando a distancia volador que se escurre de sus manos, un Soul pasotista, una Maka que quiere leer apoyada en el Soul pasotista y una televisión que teme por su vida.
-¡Vamos a ver el Cotilleo!
-¡Hermana, pon a la Jirafa!
-¡¿Queréis bajar el volumen?! ¡Intento leer!
-¡Vais a dejarme los huevos hechos una tortilla!
-¡Hmmm…!
Lo más normal es que aparezca Kid a socorrerme de mi castramiento severo. Para así dejar de hacer ruido, echándonos una bronca divina, y dejarle trabajar. Puede ser Kid, como puede ser la vecina de arriba o la policía que ha llamado la vecina de arriba. Pero esta vez, era Kid.
Y no era para regañarnos. Me sorprendió.
-¡Rápido! ¡Poned el canal 42!-Entra nervioso por el arco de mármol que une la entrada y el salón, sujetándose en él, resbalando ligeramente en el suelo.-
Kid y Maka cayeron antes, varias veces. No debí ponerle cera al suelo. A Soul le gusta, él patina.
Nos quedamos quietos como estatuas, mirándole. Menos Soul, que sigue sorbiendo. Eso es lo único que se oye.
-Tú mandas.-Distraídas logró quitarles el mando a Liz y a Patty. Me tiró al suelo de culo, escapando de ellas y cambio de canal. Todos me miran.-
"Siento interrumpirles a estas horas de la noche."
Por poco rato. El telediario nocturno, comienza a sonar. Free, el jefe de policía está dando una noticia de última hora.
"Sin embargo…"
Hay gente que tiene como mascota un perrito, un gatito, una tortuguita…
"Sin duda, podemos dar por hecho…"
Fijamos la vista en la televisión, Kid se acerca, y posa sus manos en los pies de Soul.
"Que esta agresión no quedará impune."
Incluso un hámster, una serpiente, un hurón…
"Vamos a encontrarles y a erradicarles."
-Black…
Me llama Soul, tirando con cuidado de mi camiseta.
"Les aseguro, les juro, que no quedará ni uno."
-¿Qué pasa Soul?
Le miro, arrastrando el trasero para acercarme a él. Siempre habla muy bajo.
"En esta ciudad."
Él me mira arrepentido. Con los ojos bien abiertos, son más rojos al caer la noche.
"Esta matanza ha sido obra de esos sucios…"
Y yo, bueno yo… Yo…
"Esos malnacidos…"
Me enseña la bolsa de sangre y susurra.
-Más.
"Vampiros."
Dedicado a mi fiel amiga, Lightning Claire.
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