PARTE 1
Shikamaru… Mi vida, mi luz, mi esperanza…Tú eres todo lo que necesito para levantarme cada mañana y sonreir, sin ti mi alma se consume y no puedo seguir adelante. Por eso necesito recordarte hasta que te vea atravesar las puertas de Konoha conquistándome con tu saludo tan problemático...
2 de Diciembre, mi misión en la Aldea Oculta del Fuego.

Una vez más a los ninjas de la Arena nos requerían en Konoha, parece que no pueden hacer nada sin nosotros...Pero a nosotros nos interesaba la alianza con ellos, al fin y al cabo Konoha era una de las ciudades ninjas más importantes.
Gaara como buen Kazekage se quedo cuidando de nuestra querida Sunagakure no Sato, aunque a regañadientes creo recordar...Mi hermano Kankuro fue mi única compañía, y yo como embajadora de la Aldea representaba a nuestro pueblo y Kazekage asi que estaba completamente obligada a acudir a la llamada de la Hokage Tsunade-sama.

El viaje paso sin incidentes y al de dos días atravesando el sofocante desierto llegamos a el frondoso bosque de la entrada a Konoha. Las grandes puertas nos aguardaban y el vigilante al vernos nos pidió que nos identificaramos.
"Temari y Kankuro de Aldea Oculta de la Arena, hermanos del Kazekage Gaara-sama, yo Temari soy la emba...'' pero una voz masculina me interrumpió en mi pequeño discurso identificativo, jamás olvidare tu voz , mi amor..

-Si, si...Ya nos hemos enterado de quienes sois. Qué problemática...- dijo un shinobi con la banda de su villa en su brazo. Yo me moleste con ese grosero comentario.
- ¿Y este tío quien es?- preguntó mi hermano.
-Es el chico lágrimas...¿No te acuerdas? Siempre íbamos en su ayuda, parece ser que los ninjas de Konoha no saben ni atarse los zapatos solos.- contesté con mi acostumbrado tono de prepotencia.
- ¡Ah si! Ya me acuerdo de nuestra misión 'salvar el culo a Konoha'-contestó Kankuro.
-Bueno yo como soy un caballero, creo que no es necesario recordar a la Gran Villa de la Arena de que el favor fue satisfactoriamente devuelto...- recuerdo tu contestación perfectamente, en ese instante me dieron unas ganas tremendas de bajarte los humos a base de jutsus...Que tiempos aquellos..
- Si no teneis más que añadir, os ruego que me acompañeis.- dijo Shikamaru, mi hermano y yo no objetamos nada y quisimos terminar con eso de inmediato asi que le seguimos sin chistar.
Recorrimos las abarrotadas calles de Konoha, siempre tan llenas de vida no como Suna, aunque nuestro pueblo tiene otro encanto...Al fin divisamos el gran edificio de la Hokage, con su sello identificativo en la fachada.
-Espero que sea importante, no me gusta perder el tiempo.- dije yo a mi hermano.
-no se preocupe señorita Temari, estoy seguro de que os podréis ir en un par de días de esta fastidiosa Aldea.- contestó Shikamaru que iba por delante nuestro contemplando las limpias nubes.
-No hablaba contigo, chico lágrimas.- yo obviamente no me quede callada, él sin embargo murmuró para sí un 'Todas las mujeres sois unas problemáticas'
-¿Todavía sigues con esa tontería de mujeres y hombres?-pregunté yo mosqueada, tú simplemente encediste un cigarrillo y aspiraste con frunción.
-¡Ja! Y Ahora fumas, lo tienes todo chico lágrimas. Vago, cobarde, machista y fumador. Menudo futuro te espera.- dije yo poniéndome a tu altura y dejando a mi hermano atrás.
Tú te giraste y me miraste unos segundos con esos hermosos ojos negros que a mi tanto me gustan y acto seguido me echaste todo el humo en la cara, yo tosí.
-Eres un inútil ¿por qué has hecho eso?- pregunté yo con mi acostumbrado ceño fruncido.
-Seria demasiado problemático contestarte, seguidme.-contestaste tú y entramos al gran edificio, saludaste a un par de ninjas y tocaste suavemente la puerta de la Hokage.

-¡Adelante!- gritó la Hokage, nosotros obedecimos y entramos. En el despacho voló una enciclopedia que por poco aterriza sobre mi cabeza pero gracias a Dios la esquive.
- Lo siento Temari-san pero Naruto me pone enferma...- dijo con el puño en alto y miró a el Uzumaki, él se rascó la nuca sonriendo.
-Hokage-sama ya han llegado los ninjas de la Arena.- dijo aburrido Shikamaru, en realidad te aburría muchísimo ese trabajo y añorabas ver las esponjosas nubes.
-Hokage-sama ¿para qué se nos precisa en Konoha?- pregunté yo autoritariamente, por algo era yo la embajadora.
- Tenemos ciertas sospechas de que el País del Arroz y de La Roca están planeando un ataque a nuestra Villa, por eso necesitamos a la embajadora de la Arena, es decir tú. El consejo de aquí y de tu aldea han decidido que la embajadora de Suna junto con un ninja de los nuestros vayan a el País del Arroz y negocien con ellos la paz o por lo menos saber a ciencia cierta si la guerra es inminente o simples rumores.- explicó Tsunade.
-Con todos mis respetos Hokage-sama, si es cierto que ambos paises planean una emboscada a Konoha ¿ no cree usted que sería un suicidio que vayamos a donde ellos?- pregunté.
-No Temari de la Arena. Te aseguro que no se atreveran a tocar a un ninja de la Arena, vuestro Kazekage infunde temor con solo escuchar su nombre.- contestó con sus manos entrelazadas.
- De acuerdo. Si nuestro Kazekage esta de acuerdo con esta misión, mi hermano y yo aceptamos de buen grado vuestras ordenes.- dije con respeto.
-Si pero tampoco os paseis...- añadió Kankuro.
-¡Kankuro!- le llamé la atención al bocazas de mi hermano.
Shikamaru se rió y yo le miré con mi mirada más mortífera.
- jeje No pasa nada. Bien Shikamaru Nara irás con la embajadora de Sunagakure y tu hermano,Kankuro-san irá con Uzumaki Naruto a el País de la Roca.- informó Tsunade, yo quise protestar pero eso no seria propio de una kunoichi.

Kankuro se despidió de mi cortésmente y salió junto con Naruto, yo hice lo mismo con Shikamaru.
- ¿Estás lista, no? Partimos de inmediato.- dijo Shikamaru mientras se encaminaba a la salida del edificio.
-¿Qué? ¿Ya? ¡Acabo de venir de la Arena, estoy agotada!- protesté yo, tú te paraste y me miraste de reojo, supongo que seria demasiado esfuerzo girarte entero.
-Son órdenes de la Hokage. ¿Quieres que te lleve en mis brazos?- preguntaste y encediste otro cigarro. Ese vicio no me gustaba para nada pero a ti te hacia parecer más atractivo aún.
No se porque pero esa pregunta ,aparentemente inocente y burlesca me provocó un escalofrío muy placentero.
-Ni muerta.- dije y yo, muy altanera, comencé a caminar por las calles.

Susurraste algo para ti, creí entender 'La vieja Tsunade me va a matar'
-Esta bien, descansa.- suspiraste y echaste otra calada. Yo te miré.-En mi casa-añadiste.
-¿Qué? ¡No!- dije yo cortante, en ese momento no sabia porque rechazaba esa idea.
- Ok, de acuerdo. ¡pues en marcha!- dijiste y apagaste el cigarrillo.
Yo realmente estaba muy cansada así que hice algo impropio de mi.
-Vale esta bien tú ganas.- contesté cruzándome de brazos.
Tú te pusiste a mi altura y ladeaste la cabeza de una forma muy persuasiva y tremendamente irresistible.
-¿Qué se dice?- preguntaste divertido por la situación.
Yo estiré más la cabeza si se podía y cerré los ojos molesta.
-Gracias...-susurre bien bajito, cuidándome de que nadie me escuchara esa palabra que para mi era impronunciable.
-¿Qué? No te he escuchado...-tú te pusiste la mano en la oreja haciendo que no oías, claramente era un pique. Era un juego que realmente a mi me encantaba y tú lo sabías.
-¡Gracias llorón!-exclamé y enfadada como estaba caminé sin rumbo, tú estabas detrás de mí.
-Um...La doy por válida...- contestaste y me agarraste suavemente por la cintura, yo estaba de espaldas a ti y un tremendo sonrojo me invadió las mejillas.
-¿Se puede saber que haces, pervertido?- pregunté yo ofuscada.
Tú me diste la vuelta con suavidad y todavía con tu brazo rodeándome la cintura respondiste.
-Mi casa está por ahí.- susurraste y señalaste la dirección contraria, yo resoplé furiosa. Me hacías sentirme algo estúpida e infantil.

Ambos caminamos uno al lado del otro sin dirigirnos la palabra, completamente en silencio. El camino se me hizo eterno.
-Es aquí.- él se paró delante de una puerta.
Yo contemplé la casa, en verdad es preciosa pero yo seguía con mi enfado.
-Bah, no esta mal.- dijo yo.
- ¿Cómo que no esta mal? ¡UY! Qué exquisita es la princesa.- dijo una voz a mis espaldas, yo me volteé y vi a una mujer muy parecida a Shikamaru, al instante comprendí que era su madre.
Yo avergonzada tartamudeé.
-No ¡es muy bonita! Lo siento señora Nara pero esque..yo..Lo siento mucho.- me disculpé atropelladamente, no queria ofender a esa mujer. Ella para mi sorpresa rompió en carcajadas y Shikamaru nos miraba divertido.
-¿esto si que no te aburre,eh?- le pregunté enfadada.
Tú te encogiste de hombros.
-No, para nada.- y reíste secamente. Me fascinó tu risa.

Acto seguido Shikamaru le explicó a su madre que yo necesitaba descansar un par de horas, ella accedió de muy buena gana, nos invitó a entrar. Ambos nos quitamos nuestros zapatos y el me guió silenciosamente escaleras arriba.
-Aquí.- y me abriste una puerta, sin duda alguna era su habitación, montones de ropa estaban esparcidos por el suelo, yo con asco cogí un calcetín.
-Vago,cobarde,machista,fumador y cerdo.- añadí a mi lista un adjetivo más para mi cobarde.
-Tsk...Eres demasiado problemática ¿lo sabes, verdad?- dijiste,yo observé que tenias las manos atrás, una pose poco habitual en ti. Sin duda escondías algo, yo me acerque a ti.
-Um... ¿Qué escondes ahí?- pregunté e intenté coger lo que tenias entre las manos pero nos quedamos en una especie de abrazo, yo estaba pegada a ti.
-¿Qué, nervioso?- pregunté, quería devolverte todo lo que me hacías sentir...
-Para nada.- tu aceptaste mi provocación y pusiste tus labios a el alcance de los míos. Sabía que si seguía con nuestro juego, acabaría perdiendo, en el fondo sabía que estaba completamente enamorada de ti pero mi orgullo siempre fue más fuerte. Mi corazón estaba desbocado pero acudí a mi frialdad con asombrosa efectividad y cuando le vi despistado le cogí lo que tenía entre las manos.
- Un peluche...- un gracioso ciervo era lo que estaba escondiendo momento antes, yo reí.
-¡Devuélvemelo!- dijiste y yo empecé a correr por tu habitación como una chiquilla.
-¿Tienes 5 años, chico lágrimas?- me lo estaba pasando realmente bien, él tenia el fastidio pintado en la cara. Divertida salté sobre la cama y cai tumbada con su peluche en mis brazos.
él se tropezó con un montón de ropa sucia y calló sobre mi, estaba completamente encima mio, cada vez que me acuerdo rió como una adolescente.
-¿ me lo dejas?- pregunté inocentemente, cuando quería podía ser realmente adorable, me aseguré de pestañear con dulzura. Tu sonreíste y se te pasó el cabreo de antes.
- Si, pero no te encariñes con Popy...Le quiero mucho...-susurraste y tus últimas palabras me las imaginé con un 'Te' en vez de un 'Le', me sonrojé a más no poder, y tú te diste perfecta cuenta. Acercaste mucho más el rostro.
- ¿Popy? Jajaja tranquilo no lo haré daño...Cuando quiero soy muy buena...-susurré bien bajito.
Tú me miraste unos segundos que se me hicieron eternos y para mi fastidio te quitaste despacio de encima mio, te sentaste en la cama y con un sonoro suspiro te levantaste.
- Lo se, descansa.- dijiste y a mi parecer fue lo más dulce que me habían dicho en la vida y me dirigiste una última mirada y acto seguido apagaste la luz.

No se si lo sabes pero las dos horas que me dejaste descansar soñé contigo y con esos apetitosos labios...
- Temari...Despierta cariño...- por unos instantes imaginé que esa era tu perfecta voz, me desperté de inmediato y ' Popy' se me calló al suelo pero para mi decepción era otra persona.
-Ya veo que conoces a Popy, Shikamaru siempre duerme con él. Ahora que sabes su secreto probablemente tenga que matarte...- bromeó la guapa madre de Shikamaru, yo reí con ganas.
- Mujeres...- ambas paramos de reír y vimos que estabas en el marco de la puerta con dos mochilas, una al hombro y otra en la mano.
- Bueno Temari es hora de que os vayais, como la Hokage se entere de que todavía estáis en Konoha seguramente os colgará de los pulgares...- dijo la madre, yo asentí y me levanté de la cama. Le di las gracias a la matriarca de los Nara y Shikamaru me ofreció una mochila.
- Con lo problemática que eres seguramente sólo has venido con tu abanico, ten...- me dijiste y yo la cogí y me la eché a la espalda.
Yo partí de Konoha junto con el chico más problemático de toda la Aldea, viné con fastidio pero me fui de ahí con otro sentimiento flotando en mis entrañas..una cálida sensación me invadia, Ese día simplemente era perfecto. Todo estaba bien en mi mundo.