PARTE
1 Una
vez más a los ninjas de la Arena nos requerían en
Konoha, parece que no pueden hacer nada sin nosotros...Pero a
nosotros nos interesaba la alianza con ellos, al fin y al cabo Konoha
era una de las ciudades ninjas más importantes. El viaje paso sin incidentes y al de dos días
atravesando el sofocante desierto llegamos a el frondoso bosque de la
entrada a Konoha. Las grandes puertas nos aguardaban y el vigilante
al vernos nos pidió que nos identificaramos. -Si, si...Ya nos
hemos enterado de quienes sois. Qué problemática...-
dijo un shinobi con la banda de su villa en su brazo. Yo me moleste
con ese grosero comentario. -¡Adelante!- gritó la Hokage, nosotros
obedecimos y entramos. En el despacho voló una enciclopedia
que por poco aterriza sobre mi cabeza pero gracias a Dios la
esquive. Kankuro se despidió de mi cortésmente
y salió junto con Naruto, yo hice lo mismo con Shikamaru. Susurraste algo para ti, creí entender 'La
vieja Tsunade me va a matar' Ambos caminamos uno al lado del otro sin
dirigirnos la palabra, completamente en silencio. El camino se me
hizo eterno. Acto seguido Shikamaru le explicó a su madre que
yo necesitaba descansar un par de horas, ella accedió de muy
buena gana, nos invitó a entrar. Ambos nos quitamos nuestros
zapatos y el me guió silenciosamente escaleras arriba. No se si lo sabes pero las dos horas que me dejaste
descansar soñé contigo y con esos apetitosos
labios...
Shikamaru… Mi vida, mi luz, mi esperanza…Tú eres todo
lo que necesito para levantarme cada mañana y sonreir, sin ti
mi alma se consume y no puedo seguir adelante. Por eso necesito
recordarte hasta que te vea atravesar las puertas de Konoha
conquistándome con tu saludo tan problemático...2
de Diciembre, mi misión en la Aldea Oculta del Fuego.
Gaara como
buen Kazekage se quedo cuidando de nuestra querida Sunagakure no
Sato, aunque a regañadientes creo recordar...Mi hermano
Kankuro fue mi única compañía, y yo como
embajadora de la Aldea representaba a nuestro pueblo y Kazekage asi
que estaba completamente obligada a acudir a la llamada de la Hokage
Tsunade-sama.
"Temari y
Kankuro de Aldea Oculta de la Arena, hermanos del Kazekage
Gaara-sama, yo Temari soy la emba...'' pero una voz masculina me
interrumpió en mi pequeño discurso identificativo,
jamás olvidare tu voz , mi amor..
- ¿Y este tío quien es?-
preguntó mi hermano.
-Es el chico lágrimas...¿No
te acuerdas? Siempre íbamos en su ayuda, parece ser que los
ninjas de Konoha no saben ni atarse los zapatos solos.- contesté
con mi acostumbrado tono de prepotencia.
- ¡Ah si! Ya me
acuerdo de nuestra misión 'salvar el culo a Konoha'-contestó
Kankuro.
-Bueno yo como soy un caballero, creo que no es necesario
recordar a la Gran Villa de la Arena de que el favor fue
satisfactoriamente devuelto...- recuerdo tu contestación
perfectamente, en ese instante me dieron unas ganas tremendas de
bajarte los humos a base de jutsus...Que tiempos aquellos..
- Si
no teneis más que añadir, os ruego que me acompañeis.-
dijo Shikamaru, mi hermano y yo no objetamos nada y quisimos terminar
con eso de inmediato asi que le seguimos sin chistar.
Recorrimos
las abarrotadas calles de Konoha, siempre tan llenas de vida no como
Suna, aunque nuestro pueblo tiene otro encanto...Al fin divisamos el
gran edificio de la Hokage, con su sello identificativo en la
fachada.
-Espero que sea importante, no me gusta perder el
tiempo.- dije yo a mi hermano.
-no se preocupe señorita
Temari, estoy seguro de que os podréis ir en un par de días
de esta fastidiosa Aldea.- contestó Shikamaru que iba por
delante nuestro contemplando las limpias nubes.
-No hablaba
contigo, chico lágrimas.- yo obviamente no me quede callada,
él sin embargo murmuró para sí un 'Todas las
mujeres sois unas problemáticas'
-¿Todavía
sigues con esa tontería de mujeres y hombres?-pregunté
yo mosqueada, tú simplemente encediste un cigarrillo y
aspiraste con frunción.
-¡Ja! Y Ahora fumas, lo
tienes todo chico lágrimas. Vago, cobarde, machista y fumador.
Menudo futuro te espera.- dije yo poniéndome a tu altura y
dejando a mi hermano atrás.
Tú te giraste y me
miraste unos segundos con esos hermosos ojos negros que a mi tanto me
gustan y acto seguido me echaste todo el humo en la cara, yo
tosí.
-Eres un inútil ¿por qué has
hecho eso?- pregunté yo con mi acostumbrado ceño
fruncido.
-Seria demasiado problemático contestarte,
seguidme.-contestaste tú y entramos al gran edificio,
saludaste a un par de ninjas y tocaste suavemente la puerta de la
Hokage.
- Lo siento Temari-san pero Naruto me pone enferma...-
dijo con el puño en alto y miró a el Uzumaki, él
se rascó la nuca sonriendo.
-Hokage-sama ya han llegado los
ninjas de la Arena.- dijo aburrido Shikamaru, en realidad te aburría
muchísimo ese trabajo y añorabas ver las esponjosas
nubes.
-Hokage-sama ¿para qué se nos precisa en
Konoha?- pregunté yo autoritariamente, por algo era yo la
embajadora.
- Tenemos ciertas sospechas de que el País del
Arroz y de La Roca están planeando un ataque a nuestra Villa,
por eso necesitamos a la embajadora de la Arena, es decir tú.
El consejo de aquí y de tu aldea han decidido que la
embajadora de Suna junto con un ninja de los nuestros vayan a el País
del Arroz y negocien con ellos la paz o por lo menos saber a ciencia
cierta si la guerra es inminente o simples rumores.- explicó
Tsunade.
-Con todos mis respetos Hokage-sama, si es cierto que
ambos paises planean una emboscada a Konoha ¿ no cree usted
que sería un suicidio que vayamos a donde ellos?-
pregunté.
-No Temari de la Arena. Te aseguro que no se
atreveran a tocar a un ninja de la Arena, vuestro Kazekage infunde
temor con solo escuchar su nombre.- contestó con sus manos
entrelazadas.
- De acuerdo. Si nuestro Kazekage esta de acuerdo
con esta misión, mi hermano y yo aceptamos de buen grado
vuestras ordenes.- dije con respeto.
-Si pero tampoco os
paseis...- añadió Kankuro.
-¡Kankuro!- le
llamé la atención al bocazas de mi hermano.
Shikamaru
se rió y yo le miré con mi mirada más
mortífera.
- jeje No pasa nada. Bien Shikamaru Nara irás
con la embajadora de Sunagakure y tu hermano,Kankuro-san irá
con Uzumaki Naruto a el País de la Roca.- informó
Tsunade, yo quise protestar pero eso no seria propio de una
kunoichi.
-
¿Estás lista, no? Partimos de inmediato.- dijo
Shikamaru mientras se encaminaba a la salida del edificio.
-¿Qué?
¿Ya? ¡Acabo de venir de la Arena, estoy agotada!-
protesté yo, tú te paraste y me miraste de reojo,
supongo que seria demasiado esfuerzo girarte entero.
-Son órdenes
de la Hokage. ¿Quieres que te lleve en mis brazos?-
preguntaste y encediste otro cigarro. Ese vicio no me gustaba para
nada pero a ti te hacia parecer más atractivo aún.
No
se porque pero esa pregunta ,aparentemente inocente y burlesca me
provocó un escalofrío muy placentero.
-Ni muerta.-
dije y yo, muy altanera, comencé a caminar por las
calles.
-Esta bien, descansa.- suspiraste y
echaste otra calada. Yo te miré.-En mi casa-añadiste.
-¿Qué?
¡No!- dije yo cortante, en ese momento no sabia porque
rechazaba esa idea.
- Ok, de acuerdo. ¡pues en marcha!-
dijiste y apagaste el cigarrillo.
Yo realmente estaba muy cansada
así que hice algo impropio de mi.
-Vale esta bien tú
ganas.- contesté cruzándome de brazos.
Tú te
pusiste a mi altura y ladeaste la cabeza de una forma muy persuasiva
y tremendamente irresistible.
-¿Qué se dice?-
preguntaste divertido por la situación.
Yo estiré
más la cabeza si se podía y cerré los ojos
molesta.
-Gracias...-susurre bien bajito, cuidándome de que
nadie me escuchara esa palabra que para mi era impronunciable.
-¿Qué?
No te he escuchado...-tú te pusiste la mano en la oreja
haciendo que no oías, claramente era un pique. Era un juego
que realmente a mi me encantaba y tú lo sabías.
-¡Gracias
llorón!-exclamé y enfadada como estaba caminé
sin rumbo, tú estabas detrás de mí.
-Um...La
doy por válida...- contestaste y me agarraste suavemente por
la cintura, yo estaba de espaldas a ti y un tremendo sonrojo me
invadió las mejillas.
-¿Se puede saber que haces,
pervertido?- pregunté yo ofuscada.
Tú me diste la
vuelta con suavidad y todavía con tu brazo rodeándome
la cintura respondiste.
-Mi casa está por ahí.-
susurraste y señalaste la dirección contraria, yo
resoplé furiosa. Me hacías sentirme algo estúpida
e infantil.
-Es aquí.- él se paró delante de
una puerta.
Yo contemplé la casa, en verdad es preciosa
pero yo seguía con mi enfado.
-Bah, no esta mal.- dijo
yo.
- ¿Cómo que no esta mal? ¡UY! Qué
exquisita es la princesa.- dijo una voz a mis espaldas, yo me volteé
y vi a una mujer muy parecida a Shikamaru, al instante comprendí
que era su madre.
Yo avergonzada tartamudeé.
-No ¡es
muy bonita! Lo siento señora Nara pero esque..yo..Lo siento
mucho.- me disculpé atropelladamente, no queria ofender a esa
mujer. Ella para mi sorpresa rompió en carcajadas y Shikamaru
nos miraba divertido.
-¿esto si que no te aburre,eh?- le
pregunté enfadada.
Tú te encogiste de hombros.
-No,
para nada.- y reíste secamente. Me fascinó tu
risa.
-Aquí.-
y me abriste una puerta, sin duda alguna era su habitación,
montones de ropa estaban esparcidos por el suelo, yo con asco cogí
un calcetín.
-Vago,cobarde,machista,fumador y cerdo.- añadí
a mi lista un adjetivo más para mi cobarde.
-Tsk...Eres
demasiado problemática ¿lo sabes, verdad?- dijiste,yo
observé que tenias las manos atrás, una pose poco
habitual en ti. Sin duda escondías algo, yo me acerque a
ti.
-Um... ¿Qué escondes ahí?- pregunté
e intenté coger lo que tenias entre las manos pero nos
quedamos en una especie de abrazo, yo estaba pegada a ti.
-¿Qué,
nervioso?- pregunté, quería devolverte todo lo que me
hacías sentir...
-Para nada.- tu aceptaste mi provocación
y pusiste tus labios a el alcance de los míos. Sabía
que si seguía con nuestro juego, acabaría perdiendo, en
el fondo sabía que estaba completamente enamorada de ti pero
mi orgullo siempre fue más fuerte. Mi corazón estaba
desbocado pero acudí a mi frialdad con asombrosa efectividad y
cuando le vi despistado le cogí lo que tenía entre las
manos.
- Un peluche...- un gracioso ciervo era lo que estaba
escondiendo momento antes, yo reí.
-¡Devuélvemelo!-
dijiste y yo empecé a correr por tu habitación como una
chiquilla.
-¿Tienes 5 años, chico lágrimas?-
me lo estaba pasando realmente bien, él tenia el fastidio
pintado en la cara. Divertida salté sobre la cama y cai
tumbada con su peluche en mis brazos.
él se tropezó
con un montón de ropa sucia y calló sobre mi, estaba
completamente encima mio, cada vez que me acuerdo rió como una
adolescente.
-¿ me lo dejas?- pregunté
inocentemente, cuando quería podía ser realmente
adorable, me aseguré de pestañear con dulzura. Tu
sonreíste y se te pasó el cabreo de antes.
- Si,
pero no te encariñes con Popy...Le quiero mucho...-susurraste
y tus últimas palabras me las imaginé con un 'Te'
en vez de un 'Le', me sonrojé a más no poder, y tú
te diste perfecta cuenta. Acercaste mucho más el rostro.
-
¿Popy? Jajaja tranquilo no lo haré daño...Cuando
quiero soy muy buena...-susurré bien bajito.
Tú me
miraste unos segundos que se me hicieron eternos y para mi fastidio
te quitaste despacio de encima mio, te sentaste en la cama y con un
sonoro suspiro te levantaste.
- Lo se, descansa.- dijiste y a mi
parecer fue lo más dulce que me habían dicho en la vida
y me dirigiste una última mirada y acto seguido apagaste la
luz.
- Temari...Despierta cariño...- por unos
instantes imaginé que esa era tu perfecta voz, me desperté
de inmediato y ' Popy' se me calló al suelo pero para mi
decepción era otra persona.
-Ya veo que conoces a Popy,
Shikamaru siempre duerme con él. Ahora que sabes su secreto
probablemente tenga que matarte...- bromeó la guapa madre de
Shikamaru, yo reí con ganas.
- Mujeres...- ambas paramos de
reír y vimos que estabas en el marco de la puerta con dos
mochilas, una al hombro y otra en la mano.
- Bueno Temari es hora
de que os vayais, como la Hokage se entere de que todavía
estáis en Konoha seguramente os colgará de los
pulgares...- dijo la madre, yo asentí y me levanté de
la cama. Le di las gracias a la matriarca de los Nara y Shikamaru me
ofreció una mochila.
- Con lo problemática que eres
seguramente sólo has venido con tu abanico, ten...- me dijiste
y yo la cogí y me la eché a la espalda.
Yo partí
de Konoha junto con el chico más problemático de toda
la Aldea, viné con fastidio pero me fui de ahí con otro
sentimiento flotando en mis entrañas..una cálida
sensación me invadia, Ese día simplemente era perfecto.
Todo estaba bien en mi mundo.
