Al principio el trabajo está bien. Es todo lo que ella siempre imaginó y soñó y más, y bueno, bien.

Pero la convivencia no.

Se siente como una niña en una fiesta de cumpleaños a la que no la han invitado. Continuamente al margen y sin conocer al resto de niños de la fiesta. Sin participar en las conversaciones y perdiéndose continuamente las bromas internas.

A veces ni siquiera entiende que son bromas.

Como con JJ.

No entiende por qué le hacen bromas constantemente sobre meter goles y penaltis y estar en fuera de juego. Cree que tiene una especie de componente machista en todo eso que ella no acaba de entender, lo que no entiende entonces es la sonrisa de JJ y la risa entrecortada que se le escapa sin que pueda evitarlo.

No lo entiende.

Y esa tarde vuelve a pasar.

Hablan sobre un nuevo caso y Hotch le pide a JJ que mantenga a la prensa informada pero sin dejarles saber demasiado. Hace una ligera pausa y comenta con naturalidad:

-Que no nos pillen en fuera de juego.

El tono es neutro y mantiene la pose seria, pero no puede evitar que le brillen los ojos y le aflore una media sonrisa cuando Reid casi se atraganta con el café y Morgan y García dejan escapar una atronadora carcajada.

.Sí, procuraré que no nos metan un gol.

JJ ladea la cabeza y sonríe con malicia pensando ya en la forma en que va a engañar a la prensa. (Y cuando la conozca un poco mejor Emily sabrá que JJ le llama informar según nuestras prioridades).

Prentiss la mira fijamente y se queda observándola incluso cuando el resto del equipo ya ha salido de la sala de reuniones.

JJ baja los papeles que estaba leyendo y de repente es dolorosamente consciente del escrutinio al que está siendo sometida.

-Esto… ¿Te pasa algo?

Prentiss sospesa su respuesta y al final decide preguntar. La incertidumbre la está matando.

-¿Por qué siempre bromean contigo?

La mirada interrogante de JJ la invita a reformular la pregunta.

-Quiero decir, ¿Por qué todas esas bromas de fútbol?

-Bueno, en realidad no es tan difícil de deducir.

Prentiss entorna los ojos ligeramente ante lo que considera una especie de ataque, pero JJ sonríe con dulzura y no puede evitar relajar la postura.

-Solía jugar a fútbol. En la universidad.

-¿Tú?

La pregunta es más bien incrédula y Prentiss ni siquiera se molesta en disfrazar el hecho de que está analizando descaradamente el cuerpo de JJ.

Y le gusta.

-Sí, bueno, ¿quién lo diría, eh? Fútbol.

Se da la vuelta y le guiña el ojo antes de salir por la puerta.

Emily nota como enrojece por momentos y es consciente de que tampoco hace tanto calor.

Meses después, cuando JJ ha dejado de ser JJ para ser Jennifer y Prentiss ha dejado de ser Prentiss para ser Emily, Prentiss recordará esa conversación y pensará en el modo en que JJ le sonrió antes de salir por la puerta. Pensará que no fueron días tan malos, esos del principio, y saldrá a jugar a fútbol un rato con JJ al jardín.

(Y ruedan por la hierba tras una falta y se abrazan y se besan, y Prentiss muerde suavemente el labio de JJ, y ella gime Emily bajito y entrecortado, y se deja besar y la besa también, y juegan entre mordiscos en la barbilla y lametazos en el cuello)

Y Prentiss siempre pierde, pero no le importa.