Este fic participa en el reto "One True Pairing" del foro Las Casas de Hogwarts.
He aquí mi pareja favorita: Lily y James.
Tanto James, como Sirius, como Remus son de JK Rowling -yo suelo pedirlos prestados... muy seguido...-. También Lily, Marlene, Mary, Peter y todos los personajes mencionados. Hogwarts también... y los invernaderos... y el mencionado quidditch... Básicamente, todo lo aquí escrito, es de JK.
Preciosa
James mira a Lily desde el lado opuesto de los invernaderos. Se ve preciosa. Con su pelo rojo rebelde en todas direcciones, sus ojos verdes furiosos y la piel de su frente brillante por el esfuerzo. Está luchando contra una planta carnívora que intenta morder su mano y luce bastante enojada. Pero se ve preciosa. En realidad, Lily siempre está preciosa para los ojos de James.
Salen de los invernaderos y se dirigen al castillo. Sirius, Remus y Peter van a su lado. Hablan animadamente de los planes para la próxima luna llena, que se aproxima esa misma semana. James apenas los escucha. Sus ojos están clavados en la espalda de Lily Evans, cubierta hasta la mitad por su cabellera rojiza. Jamás lo diría en voz alta –y menos delante de Sirius, que aprovecha cualquier oportunidad para burlarse de él-, pero le fascina mirar el movimiento de sus caderas cuando camina.
Es que es preciosa, insiste una voz en su mente.
-Cornamenta, ¿estás ahí?-lo llama Sirius, dándole un golpe suave en el brazo.
-¿Qué? Ah, sí, sí-dice distraído, apartando la mirada de las hipnóticas piernas de Lily-. ¿Qué decíais?
-Que sería genial robar comida de las cocinas y llevarla a la Casa de los Gritos-repite Sirius con una paciencia que solo emplea con él-. Ya sabes, hay luna llena el viernes, y podemos quedarnos a desayunar allí el sábado por la mañana.
-Sí, claro, es genial-asiente James-. ¿Me perdonáis un segundo?
Y, sin darles tiempo a contestar, apura el paso y se pone a la altura de Lily. Va hablando animadamente con Marlene y Mary.
-Hola, chicas-saluda James con la sonrisa más natural que puede.
Marlene concede un leve e indiferente "hola, Potter", Mary le devuelve la sonrisa con un "buenos días, James" y Lily lo mira unos segundos antes de asentir con la cabeza a modo de saludo.
Algo es algo, dice una voz en la cabeza de James.
-Lily-la llama, procurando sonar tranquilo-. ¿Puedo hablar contigo un minuto?
Ella abre la boca –su hermosa boca- y James está seguro que dirá que no. Pero no le da el tiempo a contestar.
-Nos vemos en el almuerzo, Lily-dice Mary, tomando a Marlene por el brazo y arrastrándola hacia el colegio.
A Lily no le queda opción.
-¿Qué quieres, Potter?-pregunta. Procura sonar indiferente, así como Marlene lo fue unos segundos antes. Pero es difícil, realmente difícil, cuando esos ojos castaños la miran a los ojos de esa forma que hace que algo dentro de ella se retuerza. Debe ser el hambre, piensa Lily.
-Me preguntaba qué harías el sábado-inquiere James, con su mejor sonrisa de niño bueno que no engaña a nadie. Salvo a las tripas de Lily, que se sacuden con más fuerza.
-El sábado iré a la cena de Halloween, James, como todo el mundo-responde con total tranquilidad. O eso pretende.
-Sí, lo sé-trata de explicarse él. Su corazón late un poco más rápido, como sucede cada vez que Lily dice James en lugar de su apellido-. Me refiero a después de la cena. Habrá una celebración en la Sala Común, como todos los años. ¿Irás?
-¿Es que tengo opción?-pregunta ella con toda la frialdad posible. Aunque la sonrisa de James es tan cálida que podría derretir hasta el corazón más helado-. Vivo allí, Potter.
-Siempre puedes encerrarte en tu habitación-señala él.
-¿Para que después me llamen empollona y cara de topo? No gracias.
-¿Quién te ha llamado así?-pregunta James. Parece a la defensiva, como si la cosa fuera con él. Como si estuviese dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de que nadie le haga daño a Lily.
-No importa. El caso es que iré, ¿feliz?-dice ella, pensando que la conversación terminaría allí.
-No-James la corta en seco cuando Lily retoma su andar hacia el castillo-. Lo que en realidad quiero saber, Lily, es si irás con alguien a la celebración.
Lily alza las cejas, evidentemente sorprendida. Esa expresión resalta aún más el color de sus ojos, piensa James.
-¿Desde cuándo se llevan citas a la celebración de Halloween?-inquiere.
-Desde ahora… si tú quieres-se apresura a añadir James-. ¿Quieres?-casi es un ruego.
James ha sido rechazado por Lily millones de veces. Le ha pedido para salir alguna que otra vez, y siempre le dice un tajante "no". Pero sobre todo, es la mirada de Lily la que lo ha rechazado siempre. Sus actitudes, sus bromas, sus chistes, sus gestos… James conoce perfectamente el rechazo en los ojos de Lily. Es por eso que se siente victorioso cuando, por primera vez, los ve libres de él.
-¿Y por qué querría ir contigo?-cuestiona ella.
En realidad, a Lily se le ocurren mil motivos por los que alguien quisiera tener una cita con James Potter. Es guapo, tienes unos ojos muy bonitos, es un gran jugador de quidditch, es el mejor de la clase y ¿ya ha mencionado que tiene unos ojos preciosos? También se le ocurren muchos motivos por los que ella querría tener una cita con él. Y es que Potter ha demostrado ser la persona más incondicional del mundo con sus amigos. Lo ha visto defenderlos hasta el cansancio, incluso al pequeño e indefenso Peter Pettigrew. Sabe que tiene una nobleza interior que no se compara con la de nadie y una confianza ciega en quienes quiere. Sabe –está segura- que una vez que entras en el corazón de James Potter, es para siempre. Lo ha visto con sus propios ojos.
-¿Porque soy divertido?-sugiere. Nadie lo creería, pero lo dice sin mucha convicción. Como si todo ese ego fuese solo una fachada.
-De acuerdo-dice Lily, con voz cansina. Como si hubiese aceptado únicamente para que dejase de insistir. Incluso se encoge de hombros, como si realmente le importase poco todo aquello. Pero no puede reprimir una sonrisa cuando a James le brilla la mirada y dice "ya quiero que sea sábado" con esa media sonrisa que la deja sin aliento.
N/A: Ya llega la segunda parte...
