Hoooooola, Wow… tiempo de no pasar por aquí. Estuve ausente por algunos años ._. Creo que les debo una disculpa. Por el momento estoy de vacaciones y me llegó la inspiración salvajemente después de leer un fanfiction Rivaille x Eren. Dios, quedé enamorada con Shingeko no Kyojin 3 3 más de Rivaille, es mi personaje favorito, creo que es el hombre perfecto.

Desde que vi el anime quedé flechada con la pareja que hace con Eren, entonces decidí hacer un fanfiction de ellos dos ;D Me inspiré en la historia de La Bella y La Bestaia, es una de mis películas favoritas, NOTA: NO ME BASÉ EN LA PELÍCULA, sólo la tomé de referencia del concepto del "monstruo que todos temen" y "la belleza está en el interior"…. todo eso, en sí, la historia es distinta a la historia de la película. Nomas para que no se me confundan. Bueno… los dejo con mi nueva historia. Gózenla. Adiós~


Cap. 1: "La tragedia"

El mundo que conocemos ha tenido que sufrir diferentes cosas para llegar a lo que es ahora. Gracias a los cambios que ha tenido la Tierra, gran parte de nuestro mundo está cubierto por una gran masa líquida azul, llamada "océano"; tenemos un sitio donde pisar, llamado "suelo", el cual está cubierto de grandes extensiones de tierra, llamadas "montañas", y éstas están adornadas de grandes astas, llamados "árboles", entre muchas otras cosas.

"Éste es un mundo maravilloso, donde somos libres de hacer lo que queramos sin tener cadenas que nos lo impidan. Donde podemos vivir en paz y gozar de todo lo que tenemos a nuestro alrededor. De sentir el césped en nuestros pies al caminar en grandes praderas, de oler las flores o la brisa del mar, de saborear los frutos que la tierra nos brinda… todo es maravilloso. Todo es perfecto. Majestuoso. Increíble… Hermoso". Todo parece ser tan único, un sueño que podría volverse realidad… o al menos eso esperaba la humanidad en aquellos tiempos.

Año 745. La humanidad estuvo al borde de extinguirse por la aparición de unos seres gigantes, los cuales llamaron: titanes. Estos seres acabaron con todo, y devoraban a todo ser humano que se les pusiera enfrente. La humanidad, cuando estaban a punto de perder la esperanza, tuvieron la idea de construir un refugio, un lugar donde los titanes no pudieran arrebatarles lo poco que les quedaba.

Entonces, fue así como surgieron las tres grandes murallas: María, Rose y Sina. Estos monumentos eran tan grandes, que era imposible que los titanes pudieran pasar sobre ellas. La humanidad sobrevivió de esta manera por poco más de 100 años, y hasta la fecha no han sufrido por algún ataque de titanes. Todos vivían en armonía y paz por el momento, pero eso no les impedía poder saber más sobre esos seres gigantes. Muchos entrenaron para poder armarse de valor y salir al mundo exterior para poder investigar más sobre ellos. Llegaron a hacer grandes descubrimientos, hasta encontraron una manera de matarlos, pero no muchos vivieron para contarlo. Cuando salían al exterior, estaban conscientes de que posiblemente no regresarían jamás. Salir, era poner su vida en peligro… la de muchos.

Esta era la vida en la muralla María. Los habitantes vivían tranquilamente, hasta que llegaba la hora de darle la bienvenida a los del Equipo de Reclutamiento, a los pocos que llegaban. Para muchos ese momento era de suma tensión, ya que muchos familiares querían ver entrar por las grandes puertas a sus seres queridos; para otros, ese momento era de gran admiración, por ver a tan pocos regresar con vida; y para otros, era un momento de mucha emoción y alegría, por ver marchando "victoriosos" a aquellos hombres de capa verde. Sí, este era el caso del pequeño Eren Jaeger, un niño de tan sólo 10 años sentía un gran respeto hacia ellos, y gozaba verlos marchar por en medio de la empedrada calle de Shiganshina. Tanta era su admiración, que soñaba con algún día volverse un gran soldado del Equipo de Reclutamiento y luchar porque la humanidad siga con vida por muchos años más.

Eren vivía en una pequeña casa con sus padres y su "hermana" Mikasa Ackerman, quien fue acogida por la familia Jaeger desde niña al perder a sus padres en un asesinato. Ella cuida mucho de Eren, es por eso que a él le suele molestar mucho el hecho de que sea muy sobreprotectora, pero eso no la detiene. Para Mikasa, el que Eren le haya permitido ser parte de su familia fue algo muy importante, la devolvió a la vida, volvió a sentir lo que era tener una madre y un padre, es por eso que Mikasa le debe mucho a Eren, y lo último que quisiera era perderlo. Para ella, perder a Eren… era perder su felicidad.

Ambos, tenían a un amigo, de tez blanca, rubio y de ojos azules, su nombre era Armin Arlet. Siempre lo molestaban por ser muy pequeño y tener siempre la razón, nunca salía de peleas, y siempre Mikasa y Eren lo defendían. Eso era muy seguido, y era algo que a Eren le molestaba mucho. No soportaba ver que uno de sus amigos estuviera en problemas. Cuando Armin estaba siendo molestado, a Eren lo recorría una ira muy grande, su sangre hervía del coraje, salía de control muy fácilmente y eso le causaba muchos mareos y se desmayaba. En esos momentos de estar inconsciente, Eren tenía muchas pesadillas, venían a su cabeza muchas imágenes perturbadoras. Jeringas, sangre, una camilla, él mismo se veía explotando del enojo, y veía la figura de un monstruo, parecido a un titán. Al despertar, estaba sudando en frío, no sabía que estaba pasando, y no recordaba nada de lo que había pasado anteriormente.

-"Eren…"

-"Mi… Mikasa… ¿qué sucedió?"

-"Te desmayaste otra vez. Dormiste mucho, ¿te sientes bien?"

-"Ah… c-creo que sí… algo…"

-"Estabas hablando sólo, ¿tuviste alguna pesadilla?"

-"Ah…" – Recordando las imágenes en su mente hacían que le doliera la cabeza, así que no le decía nada a Mikasa para no preocuparla más de lo que ya estaba – "…N-No recuerdo…"

-"Mmh… esta bien. La cena ya está lista, la traeré para que comas aquí. Estas muy débil aún y no debes moverte mucho, eso dijo papá"-

-"¿Qué? Claro que puedo move- aah…!"- Vio su pierna con una pequeña venda – "Ah?... ¿Me lastimé?"

-"Sí… te golpeaste la pierna con una piedra"-

-"Ah…"

-"¿Enserio no lo recuerdas?"-

-"N-no…"

-"Mmh… esta bien, traeré tu cena"

Estos eran los accidentes que sucedían seguido en la casa de los Jaeger, pero eran tan constantes, que les preocupaba que Eren estuviera enfermo de algo, ya que era muy joven para tener ese tipo de accidentes. Pensaban que tenía un problema en el corazón, o en el cerebro, pero según los doctores: todo estaba bien.

Un día, su madre mandó a Eren y a Mikasa a recoger madera, y al ir de regreso vieron hacia un callejón, parecía un grupo de muchachos mayores que ellos, en eso vieron que Armin estaba siendo acorralado por ellos. A Eren ya le estaba empezando a acelerar el corazón, cuando Mikasa trató de tranquilizarlo.

-"Eren… tranquilízate. Podemos salvar a Armin si hacemos un plan, eres muy débil, no podrás con ellos, yo tampoco."

-"Pero.. Pero Armin está en peligro, ¡No hay tiempo para hacer planes!"

-"Eren, no quiero que vuelvas a desmayarte, mucho menos ahora que Armin nos necesita"-

-"Nngh… esta bien, ¿cuál es el plan?"

En ese momento, uno de los muchachos los vio y se acercó a ellos lentamente, y les lanzó una mirada muy amenazadora para poder asustarlos y hacer que se fueran mientras se ocupaban del rubio.

-"¿Qué es lo que ven, mocosos?"

-"Eh… nada, de hecho, ya nos íbamos, ¿verdad Eren?" – Tomándolo del brazo para marcharse e irse corriendo.

-"No… Déjen en paz a mi amigo, o se las verán conmigo…"

-"Pffff… jajajaja… ¿crees que eso nos va a detener? ¡Oigan chicos, miren lo que encontré, otras presas!"

-"¿P-presas?..."- Dijo Eren un poco nervioso.

Los jóvenes dejaron en el suelo al rubio con un golpe en su delicado rostro y se dirigieron hacia los dos niños que trataban de salvar a su amigo.

-"Niño, no tienes idea de con quiénes te estás metiendo, ¿por qué no mejor te vas jugar con la tierra, y tú niña a jugar con tus muñecas?"

-"Claro que sé con quién me enfrento… son sólo una bola de idiotas que abusan del más débil por el simple hecho de decir la verdad…"

-"Eren… basta…"- Susurró Mikasa preocupada de lo que podría pasar si Eren no cerraba la boca.

-"… ¡USTEDES NO HACEN MÁS QUE CALLAR LA BOCA A LA GENTE HONESTA! ¡LO QUE MÁS LES PUEDE MOLESTAR ES QUE OTROS TENGAN LA RAZÓN A DIFERENCIA DE USTEDES!..."

-"Niño.. te has ganado un gran premio…" – El joven mayor, tronándose los dedos, se dirigía muy molesto hacia Eren.

-"Tócalo… y pagarás..." - Mikasa se interpuso ante él con mirada amenazadora para tratar de detenerlo.

-"Tsk…. A un lado mocosa, no quisiera hacerte llorar, además, yo no peleo con niñas…" – La hizo a un lado muy bruscamente, que la hizo caer al suelo.

El resto de los compañeros del joven la tomaron muy violentamente, y estaban a punto de abusar de ella, por el simple hecho de ser la única asiática en el pueblo. Era muy bonita y llamaba la atención de cierta manera. Mikasa era fuerte, así que no se dejaba tomar tan fácilmente, pero los muchachos lo eran más y no lograba zafarse de ellos. Armin estaba tirado en el suelo, no podía moverse del todo por más esfuerzo que pusiera. Eren estaba en problemas, pero no tenía miedo, quería ayudar a sus amigos cueste lo que cueste, de repente su sangre comenzó a hervir y su corazón latía rápidamente, sentía como su fuerza aumentaba a cada segundo. Uno de los muchachos estaba a punto de dar el primer golpe… cuando de repente, algo grande sucedió.

Eren, inconscientemente, mordió su mano y un gran rayo surgió del cielo, cubriendo su cuerpo por completo.

-"Eren… ¡EREN!..." – Gritaba Mikasa desesperadamente.

El rayo desapareció, haciendo que una gran creatura apareciera frente a ellos. Era increíblemente grande, musculoso, con cabello largo, y expresión llena de ira. Lanzó un rugido que hizo estremecer a toda Shiganshina. Estaba pasando lo que no había pasado en más de 100 años: el ataque de un titán. La gente comenzó a salir de sus casas y corría hacia un lugar seguro. Hicieron sonar las alarmas y el equipo de reclutamiento estaba en camino a atacar y salvar Shiganshina del desastre. El titán aplastó a los jóvenes que molestaban a sus amigos sin compasión, así como a miles de personas del pueblo. Destruyó casi la mitad de los edificios, los huertos fueron hechos trizas, los puentes se hundieron, gran parte de Shiganshina quedó hecho polvo. Mucha gente huyó hacia la Muralla Rose, para salvarse de ese infierno, muchos no lo lograron.

-"E…E-Eren?..." – Mikasa estaba muy asustada, no sabía qué estaba pasando. –"Armin… ¡ARMIN!"- Tomó a Armin en su espalda y salió corriendo lejos del lugar, o al menos eso trató. Se dirigió a su casa, la cual estaba un poco retirada del ataque del titán, para ver que estuvieran bien todos en casa.

-"!Mamá! ¡Papá!"- Gritaba desesperadamente dentro de su casa. De una de las habitaciones salió la pareja muy asustada. Su madre al ver que no estaba Eren con ella se asustó más y desesperadamente empezó a hacerle muchas preguntas a Mikasa.

-"!Mikasa, ¿DÓNDE ESTÁ EREN?! ¿!NO ESTABA CONTIGO HACE UNAS HORAS?! ¿!DÓNDE ESTÁ?!"- Gritaba la señora tomando a Mikasa de los hombros.

-"E-Eren… no lo sé… E-Estaba—"

Un estruendo atormentó a la familia Jaeger en ese instante. El titan estaba cerca de su casa, y se escondieron bajo la mesa de la cocina. El techo fue arrancado de su hogar, tal cual casa de muñecas, y el titán al ver que "no había nadie" no tocó nada y siguió destruyendo todo a su paso.

El equipo de reclutamiento atacaba sin piedad al monstruo, pero su lucha parecía ser eterna. Uno de los mejores soldados, logró hacer el corte en la nuca, el cual es el único tiro necesario para matar a un titán, y logró ver algo extraño dentro su carne. No lograba percibir muy bien la forma de lo que estaba dentro, parecía el cuerpo de alguien, pero era muy pequeño para ser un humano. El soldado, con mucho trabajo, logró aferrarse a la nuca del titán para saber qué había dentro. Hizo un corte más grande para sacar el objeto. No podía creerlo, estaba perplejo a lo que estaba sosteniendo en sus brazos. En cuanto lo sacó, el titán dejó de moverse y calló.

El ataque había terminado, pero en ese momento, otra sorpresa les calló del cielo. Estaban sorprendidos al ver que un niño estaba dentro de un titán, nunca pensaron eso posible. De repente, la familia Jaeger, al estar cerca de la pequeña reunión de los soldados lograron ver que uno de ellos estaba sosteniendo en sus brazos el pequeño cuerpo de Eren. Su madre no dudó en acercarse a ellos y quitárselo rápidamente de sus manos.

-"!Eren!..." – Gritaba aliviada mientras lo abrazaba y lo llenaba de besos

-"Eren…" – Mikasa quería correr rápidamente hacia su madre y su hermano, pero su padre le dijo que se quedara con Armin, parecía que algo pasaba en ese momento.

-"Señora, ¿este niño es su hijo?"- Preguntó uno de los soldados.

-"Sí, soy la madre de este niño" – Decía la madre con lágrimas en los ojos.

-"Mmh… señora, tendrá que darnos a su hijo"

-"¿!Qué?! ¡No!"

-"Señores, ¿qué sucede? – Decía el padre de Eren inquieto.

-"Señor, me temo que tendremos que poner bajo arresto a su hijo"

-"¿Qué? Pero… ¿!Por qué?!"

-"Señor, ¿no se da cuenta que su hijo fue el responsable de todo este desastre? Puede ser un peligro para la Muralla y quieres la habitan, incluyéndolos a ustedes"-

-"No… Por favor… No se lo lleven…" – Decía la madre desesperada, sosteniendo fuertemente a su hijo y con lágrimas en su rostro.

-"Señores, yo no creo que mi hijo haya—"

-"Señor Jaeger, denos a su hijo. Es una orden"- Dijo el soldado con voz firme.

-"Por favor, se lo suplico… es sólo un niño, no… no se lo lleven…"

-"Lo lamento mucho señora, pero así se tienen que hacer la cosas. No nos obligue a quitárselo a la fuerza…"

La mujer, dándole un beso en la mejilla y con mucho dolor, entregó a su hijo al Equipo de Reclutamiento. Ellos se harían cargo de él hasta saber qué hacer cuando dieran el veredicto. Los hombres se alejaban lentamente, y cada paso que daban el corazón de la madre de Eren se partía en pedazos. ¿Cómo era posible que un niño fuera ser capaz de semejante ataque? Es más, ¿Por qué Eren? ¿Por qué?, eran las preguntas que vagaban por la cabeza de la mujer. Su esposo la abrazaba y trataba de calmarla.

-"Carla, todo va a salir bien… tranquila…"

-"Grisha… Estoy muy asustada… ¿qué pasa si le hace algo? ¿Qué tal si no regresa con nosotros?..."

-"Tranquila, no pienses en eso. Va a regresar a nosotros, ya verás…"

-"Es sólo un niño…" – Decía la madre mientras lloraba en los brazos de su esposo. En ese momento Mikasa y Armin se acercaron lentamente a la pareja y nerviosos preguntaron.

-"Mamá… ¿por qué se llevaron a Eren?"- La madre se secó las lágrimas rápidamente y trataba de hablar, pero por más que intentara, no dejaba de sentir el nudo en la garganta. Su padre se agachó lentamente y él habló por su esposa.

-"Mira Mikasa, Eren fue a… dar una visitar al Rey" –

-"¿Al Rey?... Pero, allá sólo van sólo los que son…"

-"Lo sé pero, ten por seguro que estará de regreso muy pronto…"

Todavía se veían los soldados irse a la distancia con el cuerpo de Eren en sus brazos. Mikasa los veía irse lentamente, y estaba a punto de llorar. Quería ir con esos soldados y quitárselo, pero por respeto a la autoridad, no podía hacerlo; además, era una niña, no podría hacer mucho. Armin trataba de subirles el ánimo, y trataba de decirles que todo iba a salir bien… aunque él también se decía todo eso a sí mismo. Quería creer que todo saldría bien, que Eren regresaría sano y salvo con su familia, y que él fuera libre de toda culpa… al menos, eso era lo que quería creer.