Un mal día
Bella POV
Esta mañana me levante perezosa. No me apetecía ir al instituto, no me apetecía enfrentarme otra vez al chico odioso como hacia todos los días, sí, todos los días, no me libraba ni los fines de semana. Pero claro ser la mejor amiga de su hermana no ayudaba a que le pudiera evitar.
Después de darme una ducha, vestirme, desayunar y mentalizarme para irme al instituto, sonó el timbre. Fui hasta la puerta y la abrí para encontrar a nadie… fruncí el ceño, cuando iba a cerrar la puerta olí como a papel quemado, mire hacia el suelo y vi una pequeña bolsa de papel quemándose, así que la pise para apagarla, y en cuanto la pise… ¡plas!, había espuma de afeitar en mis zapatos y mi pantalón. Ahí fue la gota que colmo el vaso, cerré la puerta de un golpe bastante fuerte.
Sabía quien tenía culpa de eso. Este día me había levantado perezosa pero Edward Cullen no se iba a librar de esta, esta vez. Esta vez iba a pagar caro todo. Regresé a mi habitación y me cambie de ropa y de zapatos. Fui hasta mi camioneta y me dirigí al instituto.
Cuando llegue al aparcamiento vi que había sitio al lado de su apreciado Volvo, así que me dirigí a ese sitio y aparque mi camioneta al lado de su Volvo, y deje que mi puerta se abriera del todo, pero no llego a rozar su coche. Maldije en bajo por no haberle golpeado en su apreciado coche. Vi como Alice se acercaba a mí, mientras cerraba la puerta de la camioneta.
- Hola Bella – me dijo con su siempre entusiasmo.
- Hola Alice – le dije con tono enfadada.
- ¿Qué te pasa? – preguntó preocupada.
- Lo odio – dije entre dientes. Alice me abrazo y me dijo.
- Ya estas con lo de siempre Bella, solo olvídate de él – la separe de mi abrazo.
- Que él se olvide de mí. ¿Sabes qué a hecho esta mañana? – le pregunté sarcástica.
Alice me miro sin comprender. Y negó con la cabeza.
- Pues pregúntale – le dije mientras me giraba e iba a mi clase.
Estuve toda la mañana enfadada con el mundo y con él. Esta mañana no se iba a librar de mi gran ira. Después de estar en mis clases, sonó el timbre que indicaba que era la hora del almuerzo. Me puse en la cola, cogí mi bandeja con la comida que había comprado y fui hasta nuestras mesa de siempre. Me senté en mi sitio de siempre, vi como los demás me miraban pero los ignore a todos. Ahora solo estaba pensando en una venganza. Tuve suerte de que Edward aun no estuviera allí con nosotros, porque sino no iba a poder pensar en cómo vengarme de él sin antes saltarle encima y golpearle su asqueroso y hermoso rostro.
- Bella – oí que me llamaba alguien. - ¡Bella! – gritaron al lado de mi oído.
Pegue un pequeño salto en la silla mientras mi oído pitaba, mire furiosa a quien me había gritado.
- Alice, no vuelvas a hacer eso – le pedí mientras me frotaba el oído.
- Lo siento, pero estabas muy metida en tus pensamientos, y necesitamos que nos hagas un poco de caso.
Estuvimos hablando felizmente sobre una fiesta que iba a dar Alice en la casa de sus padres en unas semanas, hasta que él apareció y se sentó a mi lado con su estúpida sonrisa en la cara. Le mire de reojo y vi que no se le iba la sonrisa, furiosamente y en tono alto le dije.
- ¡Porque coño sonríes! – su sonrisa se hizo más ancha y no contesto.
Mi sangre hervía, estaba demasiado furiosa, necesitaba aire fresco. Me levante de la mesa sin acabar mi comida y salí de allí sin decir nada a nadie, estaba empezando a notar mis ojos humedecerse. Fui hasta el baño y me metí en uno de los cubículos y me encerré, y deje que mis lágrimas se derramaran por la cara. Pero como era de esperar no iba a estar mucho tiempo sola, alguien toco la puerta del baño.
- Bella, ábrenos – dijo Rosalie.
- Iros – dije sollozando – No quiero hablar con nadie, quiero estar sola.
- Cuéntanos que te ha pasado – siguió Rosalie.
- Le odio, le odio, desearía no haberle conocido – seguí sollozando.
- Pero Bella, ¿a quién odias? – pregunto Alice, era evidente a quien odiaba.
No conteste, solo me quede allí sentada hasta poder tranquilizarme. Después de unas cuantas respiraciones profundas y unos muchos minutos, salí del cubículo. Alice y Rosalie estaban apoyadas en la pared del baño con los brazos cruzados mirándome fijamente.
- ¿Qué? – pregunté.
- Dinos lo tú. ¿Qué demonios te pasa? – preguntó Alice.
Se separaron de la pared con una cara que yo conocía muy bien, me iban a hacer hablar sí o sí. Pero para mí fortuna el timbre sonó. Sonreí y salí del baño.
- Esto no se queda así Bella – me dijeron las dos a la vez.
Mi sonrisa se quito de mi cara cuando me acorde de la clase que me tocaba ahora. Biología. Y como no, con el señor bromista. Entre muy lentamente en el aula y mire a mi sitio, suspire aliviada. Edward todavía no estaba ahí.
Me senté en mi silla de siempre y oí unas risillas detrás de mí. Me gire y vi como Lauren y Jessica se reían en mi dirección. Me volví a girar ignorándolas, eran tan estúpidas que podían estar riéndose de cualquier cosa insignificante, sí como era yo, algo insignificante, pero aun así me daba igual de lo que se rieran. Estuve garabateando en mi cuaderno hasta que note que alguien se sentaba a mi lado.
Edward había llegado.
- Hola – me susurro al oído, me estremecí y le ignore. - ¿No piensas hablarme, Bella?.
Seguí ignorándolo, la clase ya había empezado y estaba atendiendo al profesor cuando note que me pasaba un papel. Mire hacia abajo y vi una nota escrita en ella.
Que pasa Bella,¿ no te gusto esta mañana mis buenos días?. Lo hice de corazón y ¿así me lo pagas?. Ignorándome.
Cogí mi bolígrafo y comencé a responderle la nota.
¿Te crees muy gracioso no?, no te preocupes, que quien las da, las toma.
Le pase la nota. Y tras unos segundos me paso la nota de nuevo.
¿Es, eso una amenaza?, no me hagas reír Bella, por favor.
Volví a escribir en el papel y se lo pase.
Yo por si acaso no dormiría tranquilo, Eddie.
Le volví a pasar la nota, sabía lo mucho que odiaba que le llamaran así. Y otros segundos después me la devolvió. Ya me olvide de la clase y del profesor, ahora solo estaba concentrada en mi ira, concentrada en no explotar en clase.
No me llames así Isabella. Y no te preocupes que siempre duermo con un ojo abierto.
- Señor Cullen y señorita Swan, pueden pasarme ese papel, por favor – nos pidió el profesor Medina.
No me di ni cuenta de cuando se había acercado el profesor. Le di la nota y la leyó.
- Los dos al despacho del director.
Me levante de la silla muy, muy enfadada. Salimos los dos sin recoger nuestras cosas, yo maldiciendo por lo bajo y el riéndose entre dientes.
- ¡Mira lo que has conseguido imbécil! – le grite mientras caminamos al despacho del director.
- ¿Tienes miedo del director?.
- No. Estoy harta de que me echen de clase por tú culpa – sí, no era la primera vez que nos echaban de clase, pero sí la primera que nos mandaban al despacho del director.
Llegamos a secretaria, la señora Cope dijo que esperáramos a que el director acabara la reunión en la que se encontraba. Nos sentamos en las sillas que había, yo muy alejada de él, lo que más podía. Estuvimos veinte minutos esperando hasta que el timbre sonó, dando por finalizada mi supuesta clase de biología. Ahora tendría gimnasia si no fuera porque estaba aquí sentada esperando al director, lo cual agradecía por un lado, no me apetecía lesionarme, de nuevo.
Después de que el director nos atendiera y nos soltara un largo sermón y se quedaría bastante sorprendido por como dos de sus mejores alumnos estaban sentados en frente de él porque nos habían expulsado de clase, y no nos puso castigo, ya que nos dijo que de eso se iba a encargar el profesor que nos hizo ir a él, regresamos al aula de biología, donde estaban nuestras cosas. El aula estaba vacía a excepción del profesor.
Entramos en el aula y fui a recoger mis cosas al igual que Edward. Mientras metíamos nuestras cosas en la mochila el profesor se nos acerco y nos mando que nos sentáramos.
- Bueno chicos. He estado pensando en un castigo no muy duro, y como he leído vuestra nota… - paro un momento y sonrió – vais a hacer un trabajo en equipo, vosotros dos juntos. Y lo quiero para la mañana.
- Pero… - comencé a decir, no quería estar con Edward, no quería ni siquiera tener que trabajar con él.
- Pero nada señorita Swan. Haberlo pensado antes de interrumpir mi clase.
No me queje más, mire hacia Edward donde su estúpida sonrisa estaba plantada en su cara. De esta no se iba a librar. Después de decirnos el tema del trabajo salimos del aula, yo en una dirección y él en otra. No me moleste en ir a clase de gimnasia ya que quedaban menos de diez minutos para que acabara. Fui al baño y me lave la cara. Estuve en el baño hasta que el timbre sonó. Fui a por mi camioneta, su Volvo ya no estaba. Antes de llegar a la camioneta Alice me paro.
- Bella, ¿vienes a mi casa esta tarde?, Rose y yo vamos a ver una película sin chicos – sonaba entusiasmada por la idea, pero Alice siempre se entusiasmaba por cualquier cosa.
- Lo siento Alice pero no puedo, tengo muchos deberes, y un trabajo extra.
- ¿Un trabajo extra? – pregunto confusa.
- Sí un trabajo extra. Lo siento Alice pero me voy ya. Mañana nos vemos – me di la vuelta y comencé a andar.
- Bella – me llamó y yo me gire. – Aun recuerdo que tenemos una conversación pendiente.
Asentí y me fui a la camioneta. Me subí en ella y vi como en el parabrisas había un papel. Baje mi ventanilla y alargue la mano hasta el papel, lo cogí y lo desdoblé. Había algo escrito en el.
Mucha espuma, Isabella.
Edward
Esto ya fue pasarse de la raya, iba a pensar un buen plan, mi enfado estaba aumentando de forma considerable. Temblaba solo de pensar en lo que podría hacerle para joderle como él me estaba jodiendo a mí. Después de tranquilizarme un poco, arranque y fui camino de mi casa. Por el camino noté que la camioneta empezó a hacer cosas raras, hasta que se paró. Antes de que se parara pude apartarla de la carretera, poniéndola sobre el arcén. Maldije por el día que estaba teniendo hoy. Esto no podía estar pasándome de verdad.
Baje de la camioneta y le pegue una patada a la rueda con la suerte de hacerme daño en el pie. Cogí mi móvil de mi mochila y marque a mi amigo Jacob. Ni siquiera dio tiempo a que un tono sonara en el móvil cuando cogió.
- ¡Bella! – chilló desde el otro lado.
- Jake – susurre. – Necesito tu ayuda.
- Claro. ¿En qué puedo ayudarte? – dijo entusiasmado.
- ¿Podrías venir a buscarme?, me he quedado tirada con la camioneta.
- Claro, ¿dónde estás?.
- Camino del instituto a mi casa, me veras en el arcén.
- Vale en diez minutos estoy ahí. Hasta ahora Bella.
- Hasta ahora Jake.
Después de colgar, me metí en la camioneta. Cogí mis cosas y salí de ella para esperar a Jacob al lado de la camioneta, al menos hoy no llovía. Estaba apoyada en el morro, cuando levante la vista y vi como un Volvo plateado se iba acercando despacio.
- No, por favor, no. Que no pare, te lo suplico – recé en bajo.
Cuando estaba casi a mi altura paro. Bajo su ventanilla y asomo su cabeza con su sonrisa en su estúpida cara.
- ¿Te has quedado tirada, Bella?.
- A ti que te importa. Lárgate – gruñí.
- ¿Puedo echarte una mano?, ¿te acerco a casa? – preguntó Edward.
- No, ya estoy esperando a alguien.
- Umm, ¿y ese alguien es?.
- A ti qué coño te importa Edward. ¡Ahora lárgate! – le chillé.
- Vaya carácter tienes chica. Bueno pues nada Bella, espero verte mañana en el instituto – me dijo con su sonrisa.
Aun después de decirle que se largara, subió su ventanilla y se quedo ahí parado. ¿Qué más podía pasarme hoy?, entonces sucedió lo que esperaba, comenzaron a caer gotas de agua, estaba empezando a llover, estúpido Forks siempre llovía cuando no debería de hacerlo. Maldije por lo bajo, mire hacia donde Edward que seguía mirándome con su estúpida sonrisa. Comencé a rezar para que llegara pronto Jake y así no mojarme.
Se quedo ahí parado hasta que vio el Rabbit de Jake llegar. Entonces su puso en marcha y se marcho. Jake se detuvo delante de mi camioneta y se bajo de su coche.
- ¿Ese no era Cu…? – no le di tiempo a que acabara su pregunta, asentí. - ¿Y que hac…? – tampoco le di tiempo a acabar me encogí de hombros.
Se me quedo mirando unos segundos y con una gran sonrisa luego pregunto.
- ¿Qué le pasa a la camioneta, Bella?.
- No soy mecánica Jake. Esperaba que tú me lo dijeras.
- Vamos a echarle un vistazo – abrió el capo y miro en el motor. - ¿Tiene gasolina no? – ¿se pensaba que era tan estúpida como para olvidarme de echarle gasolina?.
- Sí Jacob, tiene gasolina. Ayer llene el depósito.
- Umm – estuvo un rato mirando el motor hasta que por fin dijo. – Sera mejor que te lleve a casa antes de que empiece a llover más fuerte. Luego vendré con alguien para que me ayude a arrancarla y llevarla a mi taller a ver qué le pasa.
Subimos a su coche y me llevo a casa. Llegamos a mi casa y antes de que pudiera bajar de su coche y despedirme me pregunto.
- ¿Tienes quien te lleve mañana al instituto? – pregunto preocupado.
- Sí. No te preocupes, ahora llamo a Alice y le digo que pase mañana a buscarme.
- Vale. En cuanto arregle la camioneta te la traigo, ¿vale?.
- Vale. Gracias Jake – me despedí inclinándome un poco y besando su mejilla. – Hasta mañana.
- Hasta mañana Bella.
Salí de su coche y camine hacia mi casa, entré en ella y fui a mi habitación para ponerme ropa más cómoda y quitarme la ropa que tenía un poco mojada. Después fui a la cocina para hacer la cena. Sabía que mama iba a estar cansada de hacer lo que dios sabe que este haciendo, por no hablar de su peculiar forma de destrozar los alimentos, siempre me encargaba yo de la cena, para comer algo saludable de vez en cuando y yo necesitaba dejar de pensar unos minutos. Después de prepararla, cogí mi móvil y llame a Alice.
- ¿Bella?.
- Alice, ¿puedes hacerme un favor mañana?.
- Claro. ¿En qué quieres que te ayude?.
- ¿Podrías pasarte mañana antes del instituto a por mí?, se me ha estropeado la camioneta.
- Sin problema. Te veo mañana entonces.
- Gracias Alice.
- No hay de que Bella, para eso están las amigas. Adiós.
- Adiós.
Después de cenar, estuve unos minutos hablando con mis padres, Charlie y Renée. Después subí a mi habitación a hacer los deberes y los extras. Sabía muy bien que no iba a quedar con él para hacer el trabajo que nos mando el profesor, así que decidí hacerlo por mi cuenta. Después de estar un rato investigando en internet sobre lo del trabajo y hacer algo de ello, decidí que era bastante tarde y que tenía que irme ya a dormir. Me puse mi pijama, cepillé mi pelo y me metí en la cama, descansando del día desastroso que había tenido hoy, y pensando en mi plan de venganza hacia Edward Cullen. Como no se me ocurría mucho que poder hacerle, comencé a quedarme dormida hasta que mis ojos no aguantaron más y comencé a soñar.
Mañana seria un día muy duro.
Edward POV
Hoy había tenido un día realmente ajetreado, no había parado en todo el día, entre unas cosas y otras. Había tenido que aguantar una charla de mi hermana, sobre cómo tratar a las mujeres. Lo cual yo ya sabía cómo hacerlo gracias a mi madre y ninguna se había quejado de ello. Bueno más bien la charla fue de cómo tratar a Bella Swan. ¿Realmente creía que porque me diera una charla iba a dejar de divertirme?. Si de verdad me conociera, sabía que eso no iba a pasar. Al parecer Alice no comprendía que tenia contra su mejor amiga, y sinceramente, creo que yo tampoco. Solo me hacía reír, bueno realmente me reía de ella, no con ella, pero yo me lo pasaba bien y eso era lo que importaba, ¿no?.
Ahora estaba en mi escritorio acabando mis deberes y mirando en internet sobre el trabajo que el profesor de biología nos había mandado. Estaba claro que no lo íbamos a hacer juntos. Estaba seguro que por parte de ella, lo iba a hacer sola y yo no iba a ser menos, yo lo haría también por mi cuenta.
- Maldita seas Bella – dije entre dientes.
¿Cómo había dejado que le cogiera la nota el profesor?, si me la hubiera pedido a mí, habría inventado cualquier excusa para no dársela, pero claro, Isabella Swan se la tuvo que dar. Luego para colmo me la encuentro tirada con su camioneta, y yo como buen caballero le digo si necesita ayuda, pero ella no quería mi ayuda. No la culpo, yo tampoco aceptaría la de ella.
Pero, ¿qué nos había pasado?, antes éramos amigos, hasta que yo empecé a salir con chicas, con chicas con las que me enrollaba solo dándonos unos besos en los labios o solo las invitaba a cenar o dar una vuelta, o al cine pero nada más, y ella empezó a salir con… con… ¿con Jacob?. Sí, yo salía con chicas y ella con Jacob y bueno mi hermana melliza Alice y hermano mayor Emmett y los gemelos Hale, Jasper y Rosalie, pero fue ella la que se alejo de mí cuando empecé a salir con chicas, o ¿fui yo?. Yo la fui alejándola poco a poco y ella se fue separando de mí. Nos distanciamos los dos, no fue mi culpa. ¿Por qué Alice me culpaba a mí?, a pesar de que me metiera mucho con ella, pero no es mi culpa que ella deje que me meta tanto con ella, yo sabía que ella sabia defenderse, al menos antes. Pero… ¿Qué hacia pensando en ella?.
- ¿Qué te pasa Edward? – susurre para mí mismo.
Frustrado deje todo como estaba y me tumbe en mi cama, para descansar la vista. Pero su rostro enfadado me venía a la cabeza y yo solo sonreía por verla así de enfadada. No me puedo engañar me divertía mucho haciéndola enfadar. Alice no tenía razón, con la charla de antes, aun recuerdo sus palabras.
.....
FLASHBACK
Acabábamos de cenar y yo me disponía a entrar en mi habitación, cuando encontré la puerta de esta abierta. Entre muy despacio, asomando primero la cabeza para ver la razón por la que mi puerta se encontraba abierta, cuando sabía que yo la había dejado cerrada. Y mis ojos se cruzaron con los de ella. Entre y me senté al borde de mi cama, ella se levantó de la silla de mi escritorio y se sentó a mi lado.
- ¿Qué quieres, Alice? – pregunte aburrido.
- ¿Qué, qué quiero Edward? – estaba enfadada. – Quiero que te dejes de meter con Bella. Antes la respetabas, erais amigos. ¿Qué pasó, Edward?. Es a la única persona con la que te metes y la haces enfadar.
- Yo no me meto con ella. Y yo no la hago enfadar. Eres ridícula Alice.
- ¿Soy ridícula Edward?. Entonces dime, ¿por qué Rose y yo nos la encontramos en el baño llorando? - ¿la había hecho yo llorar?, eso era imposible, lloraría por otra razón.
- Y yo que sé – le dije ya molesto, ¿todo era mi culpa o qué?.
- Edward, - su tono se suavizo – se porque lo haces - ¿hacer qué?. – Sí la echas de menos, ¿por qué no se lo dices? - ¿echarla yo de menos?, la veía todos los días y no, no la echaba de menos.
- ¿Qué dices? – le dije más molesto.
- Sabes lo que digo Edward. Solo te advierto, como la vuelva a ver llorar te vas a arrepentir porque te voy a dar más patadas en el culo, que te van a tener que implantar uno nuevo.
Y con su amenaza me dejo solo en mi habitación, no sin antes cerrar la puerta de un portazo.
.....
Mentira. Enfadaba a muchas chicas rechazándolas y no era con la única que me metía, Emmett no se libraba nunca y bueno luego esta Mike, tampoco se libraba de muchas bromas mías. Aunque a diferencia de ella y de Mike, él me las devolvía. Definitivamente Alice estaba equivocada. ¿Y qué era eso de que la echaba de menos?. Imposible, nuestra amistad se rompió hace mucho.
Poco a poco el sueño me iba venciendo, hasta que me venció y comencé a soñar. No sé cuanto tiempo paso, tal vez minutos o tal vez horas, cuando mi móvil sonó y vibro dentro del bolsillo de mi pantalón. Me había llegado un mensaje de texto. Lo saque del bolsillo y mire la pantalla. Un mensaje de Alice.
He estado pensando en tu situación, y he llegado a una conclusión querido hermanito…
Dejó el mensaje en el aire, sin acabar.
- Oh vamos Alice… ¿me vas a hacer contestarte? – susurre.
Cuando le iba a contestar el móvil vibro y volvió a sonar.
¡TE GUSTA BELLA!
Hola! primero me presento, mi apodo es Shaolyn (evidentemente jaja). Esta es la primera historia que escribo, espero que os guste! Dejar vuestros reviews con vuestra opinion!
Gracias a tods!
