Nota: los personajes no son míos solo la historia.

Primer aniversario

Nos encontrábamos en el mejor restaurante de Francia, iba de regreso a la habitación con un gran ramo de rosas y una botella de champaña para celebrar nuestro primer aniversario con Lenalee. Al llegar frente de habitación toque suavemente la puerta y en un momento abrió la puerta.

- Buenas noches Allen – me saludo con una gran sonrisa.

- Buenas noches mi amor, toma estas son para ti – dije en un tono seductor y le entregue las flores. Al entregárselas aproveche para depositarle un tierno beso en los labios. – Y esto es para ambos – agregue alzando la botella de champaña frente a ambos.

- Pasa la cena ya esta servida.

Al entrar pude notar como había colocado en cada mueble de la habitación velas blancas. La suave luz de las velas le daba ese toque romántico a la habitación pero nada podía opacar a Lenalee en ese momento, realmente se miraba hermosa con ese vestido negro. Coloco las rosas encima de la mesa de la sala, mientras ella estaba de espaldas me acerque para abrazarla y le di un beso en el cuello, soltó una suave risa y se volteo para encararme.

- No te preocupes la cena ya esta servida. – bromeo.

- No tengo hambre de comida sino de ti – dije dándole un beso en los labios. – además el postre es lo mas delicioso que hay.

- Ven vamos a cenar que la comida se enfriara.

Caminamos hacía la mesa y como todo un caballero le abrí su silla para que pudiera sentarse y luego me senté en la otra silla frente a ella. En la mesa se encontraba toda mi comida favorita, mientras la cena avanzaba hablábamos de nuestros sueños, metas y toda clase de temas que nos interesaban.

Al terminar de cenar salimos a la terraza y nos sentamos en la banca, Lenalee se sentó a la par mía pero no podía soportar no tenerla en mis brazos, sin pensarlo dos veces, la tome de la cintura y la senté sobre mi regazo.

- Leíste mi mente. – Me dijo pasando sus manos alrededor de mi cuello – así es como me gusta estar contigo.

La noche transcurría de la mejor forma, hablamos de tantas cosas que al final nos quedamos sin tema de conversación. Lenalee se recostó en mi pecho y dio un pequeño suspiro, se quedo bastante tiempo callada que pensé que se había quedado dormida.

- ¿Lenalee?

- ¿Si?

- No nada, pensé que te habías quedado dormida.

- Es lo menos que quiero hacer este momento – se levanto de mi regazo y se puso de pie frente a mi – sabes nunca hemos bailado juntos.

- ¿Quieres bailar?

- Si.

Me acerque a ella puse mi mano izquierda en su cintura y con la otra tome su mano, en ese momento solo pensaba en hacerla feliz, ya que no había música comenzamos a balancearnos de un lado a otro. Esta sin duda era la mejor noche que había vivido en toda mi existencia. Le di una vuelta y la acerque más hacia mí para poder besarla, nuestro beso comenzó lento para luego volverse mas encendido, Lenalee coloco ambas manos en mi rostro para atraerme mas a ella, claro yo no me quede atrás e hice lo mismo pero tomándola de su cintura en ese momento sentí una gran necesidad de tenerla así a mi lado no quería que se alejara ni un centímetro de mi, la atraje con mas fuerza a mi cuerpo que me hice prisionero de mi instinto de hombre salvaje, deje de besar su boca para hacerlo en su cuello. Sentí como sus manos me empujaban hacia atrás así que decidí alejarme un poco ella, seguramente había abusado de la situación.

- Perdóname si… – puso su dedo índice sobre mis labios. Tomo mi mano y me condujo hacia la habitación. Una vez adentro se volteo hacia mí con una sonrisa radiante.

Tenia cierta sospecha de por que esa sonrisa pero no quería arriesgarme – ¿Estas segura? – pregunte.

- Estoy segura.

Me acerque para poder tomar su rostro entre mis manos e impaciente busque sus labios, al igual que en la terraza empezamos a ritmo lento, mis manos se deslizaban por su espalda una y otra vez. Mientras que sus manos empezaron a desabrochar mi camisa botón por botón, en un instante mi camisa se encontraba tirada en el suelo, empecé a bajar el cierre de su vestido y una vez que el vestido ya no cubría sus hombros comencé a besarlos, termine de despojarla del vestido y continué una candente sesión de besos. Sus manos capturaron mi cuello para poder besarme en los labios y después mi cuello, en ese momento me sentí en la gloria, la tome con delicadeza en mis brazos y la coloque en la cama seguí besando sus hombros hasta llegar a sus pechos, oí como soltaba un pequeño gemido. Sus manos se dirigieron a la hebilla de mi pantalón para desabrocharlos, no entiendo como mis pantalones terminaron a los pies de la cama, nuestras caricias no pararon en ningún instante y ahora nos encontramos solamente en ropa interior.

No podía describir que era lo que sentía en ese momento tal vez era curiosidad, miedo, felicidad. Todo se cruzaba en mi mente en ese momento pero al verla a los ojos todo desaparecía y mi mundo era ella. Mi mano comenzó a subir por su pierna y en un movimiento rápido la despoje de su última prenda de vestir luego, entre besos y caricias, me boxer desapareció. Me coloque sobre ella y con mucho cuidado poco a poco fui entrando en ella, pude sentir como en ese momento robaba su virginidad, como éramos uno en cuerpo y alma; pude sentir como cerraba sus manos en mi espalda pero después de un momento fue relajándolas. El tiempo no existía para mi estando con ella este mundo desaparecía, estaba en el paraíso junto a la mujer que amaba.

No sabia cuanto tiempo había pasado pero llegue a un punto en donde me sentí agotado me detuve y solamente podía verla, nuestros cuerpos se encontraban húmedos y calientes, paso sus dedos en mi mejilla y sonrío, me quite sobre me ella y me costo a su lado, la atraje hacia mi para abrazarla, nos quedamos así sin decir nada. Las luces de las velas ya se habían extinguido, estaba realmente agotado que no me di cuenta cuando me quede dormido.

La luz del sol me hizo despertar, no hice ningún moviendo brusco para no despertarla, me aleje de los brazos de Lenalee para sentarme en la orilla de la cama, busque mi ropa interior pero no lo halle, no tuve mas opción que ponerme los pantalones así nada mas. Camine hacia la sala, tome el teléfono para pedir el desayuno, quería sorprenderla cuando despertara.

Pasaron muy pocos minutos cuando oí que tocaban la puerta, una señora de mediana edad entro coloco unos platos en la mesa y se fue, deseándome un feliz día. Estaba hambriento así que tome un trozo de pan, camine de nuevo a la habitación para ver si Lenalee ya se había despertado pero aun dormía profundamente, no pude evitar excitarme al verla de esa forma, las sabanas solo cubrían su torso dejando al descubierto sus piernas y hombros. Seguí caminando para sentarme en la terraza, termine de comerme el trozo de pan y me acerque al barandal, a pesar de ser las ocho la calle se encontraba algo sola.

- ¿Qué haces levantado? – pregunto una adormitada Lenalee desde la habitación.

- Ya no tenia sueño – voltee para sonreírle – buenos días. – Agregue, me voltee de nuevo para ver la calle. Sentí como sus manos me abrazaban por detrás.

Me gire para verla mejor y lo que vi me gusto bastante, se había enrollado la sabana alrededor de su cuerpo y llevaba el cabello despeinado haciéndola ver sexy. Comencé a comérmela con la mirada, al darse cuenta sonrió de una manera picara.

- ¿Te gusta, así? – Dijo pasando sus manos sobre la sabana – ¿o sin ella?

- Sin ella – respondí pícaramente acercándome para besarla. No pude evitar tocar su espalda hasta llegar a su trasero. – Ven vamos a dentro, te tengo una sorpresa.

La lleve de nuevo a la habitación y la senté en la cama – Espera aquí, ya vuelvo – camine al comedor y cogí los platos de la mesa, los coloque a un lado de ella – espero que tengas hambre – le dije. Me senté frente a ella, tome el primer plato para tomar un pedazo de tocino.

- ¿No hay bebidas? – pregunto.

- Si, ahora las traigo.

- No te preocupes yo voy por ellas.

Regreso con dos tazas de café en las manos, me entrego una y la otra la puso sobre la mesa de noche. Seguimos comiendo hasta quedar satisfechos, bueno a decir verdad ella solo comió un poco en cambio yo comí dos platos enteros. Lenalee tomo una fresa de su plato y la acerco a mi boca – Abre – me ordeno – Se que te gustan. Abrí mi boca y me la comí.

- ¿Sabes que me gusta mas que las fresas?

- No se, dime.

- Tú – dije abalanzándome sobre ella. Ambos reímos.

- Sabes a mi me encanta el sabor de tus labios en este momento ¿Sabes porque?

- No tengo la más minima idea.

- Por que saben a chocolate.

-¿Qué? – pregunte desorientado. Sonrió radiantemente estiro una mano al plato que estaba en la mesa y me paso sus dedos en toda la boca, rápidamente sentí el sabor del chocolate, ahora entendía porque. – una fresa sabe aun más deliciosa con chocolate sobre ella. - comencé a besarla en cada parte de su rostro para llenarla de chocolate. – No, basta – decía entre risas.

Al terminar de besarla la mire y empecé a carcajearme su cara tenia chocolate por todas partes. Me empujo para quedar sobre mí, me guiño un ojo, alargo la mano y tomo el plato del chocolate derretido - ¿Qué vas a hacer? – antes de que pudiera moverme ya había vaciado el chocolate sobre mi abdomen. – Ahora estamos a mano. – dijo en burla. Coloco sus manos sobre mi cuerpo para llenárselas de chocolate y en un movimiento rápido me lleno todo el rostro.

– Creo que mi postre favorito es: "El Allen cubierto de chocolate". – Dijo y luego comenzó a besar mi pecho, se recostó sobre mi, me miro fijamente y dijo – Ahora estoy toda cubierta de chocolate y voy a tomar una ducha ¿No sabes si alguien esta interesado para que pueda acompañarme? – se levanto y camino hacia el baño, me senté en la cama.

- Ven – me llamo desde el baño, vi como caía la sabana que llevaba puesta en el suelo. Sin pensarlo dos veces corrí hacia el baño. Sin duda este seria el mejor aniversario que pude haber imaginado.