Summary: Después de unos años, la relación de tira y afloja que Edward y Bella mantienen tiene que parar. Bella ya no puede con esto y Edward parece no saciarse. "Los errores que cometiste en el pasado te condenaran toda tu vida, Edward. No importa cuando huyas"
Bienvenidos sean, espero disfruten esta historia de creación propia.
Prohibida su réplica.
Disclaimer: Todo aquello que puedan reconocer no es mío.
Esta historia contendrá partes de sexo explícito por lo cual, estás leyendo bajo tu responsabilidad.
Disfruten.
Miré el reloj y le di otra calada a mi Camel.
No iba a llegar.
Miré hacia todos buscándolo.
Nadie.
Terminé mi tercera copa de vino de un solo sorbo y apagué mi cigarrillo en el cenicero.
Busqué con la mirada al mesero y le hice una seña para que me trajera la cuenta. Se acercó y sonrió levemente.
- Corre por la casa.- Le sonreí devuelta por cortesía y caminé hacia la salida.
"No es primera vez que te hace esto, Isabella. Deberías aprender la lección. ¿Desde cuándo Edward Cullen cumple sus promesas?" Deseé poder golpear a mí mente,
pero tenía razón. Edward nunca fue capaz de cumplir ninguna de sus promesas. No pudo en el pasado, ni siquiera ahora que era un hombre exitoso lleno
reuniones importantes y repentinas.
Desconecté la alarma de mi Mercedes Benz y suspiré. Le di contacto y miré la hora en el salpicadero.
23:46.
Saqué otro Camel de mi bolso y lo prendí rápidamente.
Maldito estúpido que hace que gaste de mi tiempo.
Conduje a lo largo de todo Los Hamptons para poder llegar a mi residencia.
Sentí mi teléfono vibrar y mire.
Llamada entrante de E Cullen.
Levanté una ceja, me mordí el labio y decidí no contestar.
Sonó una y otra vez hasta que llegué a mi hogar y lo apagué sacándole la batería.
Entré rápidamente y antes que pudiera hacer otra cosa, la luz de la sala de estar se prendió.
- Te estaba esperando.- dijo una voz desde el otro lado de la habitación.
Me debatí entre darme vuelta o salir rápidamente de la casa huyendo.
Di la media vuelta y lo encaré.
Error.
Estaba sentado en uno de mis sillones individuales con un vaso de whisky en una mano y la otra en su cabello. La corbata estaba en la mesa de centro y tenía los tres primeros botones de su camisa desabotonados.
- ¿Qué haces acá, Jacob? ¿Cómo entraste a mi casa?- dije repentinamente. – Estoy cansada, solo quiero ir a la cama.
Escuché una risotada.
- ¿Para qué crees que me encuentro acá? Yo también quiero ir a la cama.- dejó su vaso en la mesita y se acercó a mí, tomándome por la cintura.
- Jacob, estoy cansada. Déjame.- Me agarró la cara con una mano y me besó de forma ruda. Traté de zafarme pero me tenía rodeada con su gran brazo.-
¡Jacob!
- Isabella, ¿Qué te para ahora? Antes disfrutábamos tanto juntos…
- Antes, exacto. Jacob, la última vez que te llamé fue hace tres meses.
- Ambos sabemos que me necesitas, Isabella. No puedes vivir sin mí.
- Ya no… Ya no te necesito.
- ¿Sí? ¿Segura? Desde que Edward está revoloteando por ahí de nuevo te he notado extraña. ¿Es él?- Dijo de forma sarcástica. - ¿Qué acaso olvidaste de todo por lo que te hizo pasar? ¡Isabella, no seas estúpida!-Tomó de mis hombros y me sacudió- ¡NO SEAS ESTÚPIDA!
- ¡DÉJAME, JACOB!- Me solté con esfuerzo y lo miré encolerizada. – Son mis decisiones, no tienes ningún derecho de reclamar. ¿Y tu novia? ¿Dónde está ella, Jacob? ¿Con Sam, Seth o Paul? - Nos quedamos mirando por un momento y levanté una ceja. Sabía perfectamente dónde atacar.- ¿Dónde está Vanessa, Jacob?- volví a preguntar solo para torturarlo y supe que había ganado. Miró hacia otro lado y sonreí complacida de su reacción.
Le abrí la puerta y con un movimiento de cabeza le indiqué que saliera. Vi que volvía a buscar su corbata "Probablemente es la única decente que tiene este muerto de hambre" y en el camino dejaba unas llaves en una mesa a mi lado.
Cerré la puerta de un portazo y gruñí un poco.
Caminé hacia mi habitación, me saqué los tacones y salté a la cama para quedarme profundamente dormida.
- … mandé el día viernes por la tarde?- Dijo Victoria, mi secretaria. La miré y suspiré. Mierda.
- Lo siento, Victoria. No escuché nada. ¿Me podrías repetir lo que dijiste?- froté mi cien y tomé un sorbo de mi café.
- ¿Recibió el correo que le mandé el día viernes por la tarde?- repitió con una inagotable paciencia.
- ¿La petición de Wells Co.? Los llamé y les dije que no tenía ningún problema en comenzar su nueva campaña. – Tecleé mi contraseña en el computador y entré a mi sesión. 46 correos sin leer.
- Aparte de esa. Cullen & Masen Co. le mandó una solicitud para realizar una campaña a nivel internacional.- ¿Qué? ¿Cullen & Masen Co.? Mieeeerda.
- No, ese no. Dime, de que trata la campana.- Me giré hacia ella y la miré interrogante.
- Mandaron un correo el día viernes a las 5:30 a.m. se lo mandé tan pronto como pude. Piden su presencia y supervisión en un nuevo proyecto que están desarrollando. Es un hotel.
Solté una risita nerviosa. Interesante.
- ¿Un hotel? ¿Dónde?- agregué divertida.
- Aquí. – Sonrió levemente.
- ¿Aquí? Pero si Los Hamptons está repleto de hoteles. Va a fracasar.- Volví a mi computador repentinamente desinteresada. ¿Un hotel? Pff… Cliché.
- Por lo mismo te quieren a ti. Tú conoces el área, eres consciente de que lugares tienen mayor recurrencia de público y necesidad de este servicio. Dijeron que pagarían muy bien.
Suspiré rendida.
- Lo sé. ¿Junta?
- Hoy. 17:30 en el Hilton. Hablará directamente con el señor Cullen.- Mi corazón se saltó un latido- Edgard Cullen.- dijo leyendo un post it.
- Es Edward, Victoria. Edward Cullen. – La miré levantando una ceja.
- Oh, lo siento mucho, no volverá a ocurrir.- Dobló el post it en dos y luego miró al piso.
Agradecí que pasara por alto el hecho que supiera su nombre.
- Vuelve a trabajar, Victoria.- dije con voz seria.
- Claro. – Se marchó y cerró cuidadosamente la puerta.
Me enfrasqué en mi trabajo hasta las 17:15 y apagué el computador para ir a la junta.
Era la creadora y presidenta de Publicist & Design, una empresa emprendedora de publicidad y diseño de campañas para nuevos proyectos en empresas.
Estaba compuesto por las personas justas y necesarias. Todo partió en la universidad gracias al apoyo de compañeras y amigas. La empresa llevaba alrededor de 5 años funcionando y ha tenido mucho éxito. Tenía 27 años y con una paga de 30.000 dólares al mes.
Tomé mi bolso y salí.
Llegué a las 17:40. Un elegante retraso.
Pregunté por Edward Cullen y me apuntaron a una mesa donde se encontraba una mujer.
- Creo que está mal, es Edward Cullen… ¿Hombre?
- Sí lo sé. Ella llegó con él.- respondió.
Me dirigí a la mesa y vi una pequeña… Mujercita. Se levantó y me abrazó animosa.
- Yo soy Alice Whitlock- me sonrió- Tu debes ser Isabella Swan.
- Si, la misma.- Estaba segura que la conocía de algún lugar.- ¿Dónde está el señor Cullen?- Edward Bastardo Cullen.
- Él no se pudo quedar, tenía una reunión en New York dentro de dos horas.- Cobarde - Muchas gracias por querer llevar nuestro proyecto. Fuiste recomendado por alguien de alta confianza para nosotros. Sé que harás muy bien tu trabajo, he visto otros proyectos y debo decir que estoy impresionada.- Tomó aire y siguió hablando- Investigué un poco de ti y leí que eres de Forks. Nosotros también lo somos. ¿Dónde estudiaste? Que extraño que Forks siendo un lugar tan pequeño nunca nos conocimos.
- Forks High School.- ¡Claro! Era Alice Cullen, ahora Whitlock. Como no acordarme de ella.- Te conozco. Cursamos toda la secundaria juntas.
- Oh…- Vi su cara de confusión. Se armó un silencio incómodo.
- Estuve viendo el proyecto y debo decir que no está nada mal lo que tienen planeado, pero hay un par de cosas que no me parecieron útiles- Saqué una carpeta y le comencé a mostrar todo lo que había corregido.
La reunión duró alrededor de una hora y media, y cerramos todas las clausulas necesarias para empezar con el proyecto.
- Un gusto, Isabella- dijo Alice sonriendo- Espero recuperar el tiempo perdido en la secundaria.
- Igualmente, Alice- preferí no decir nada en relación a su último comentario.- Llámame Bella. Solo Bella.
Volví a mi hogar y llamé a Rosalie.
- Hey, mierda. Quiero ir a algún lugar a tomarnos unos tragos. Tengo mucho que contarte.- dije mientras me preparaba un sándwich de lechuga, tomate y atún.
- Once en punto en el Sunrise.
- Claro. Adiós- Colgué y me comí el sándwich.
Decidí ver una película para matar el rato. Estaban pasando Inocencia Interrumpida y me quedé viéndola.
Eran las diez con quince minutos cuando me comencé a arreglar.
Me puse una falda apretada hasta la rodilla de color azul, encima una blusa blanca y para rematar, unos tacos rojos.
Llegue a Sunrise y Rosalie me estaba esperando en nuestro lugar de siempre y ya tenía un Cosmopolitan* esperando por mí.
- Hace tiempo que no sabía de ti, Bella. ¿Qué te ocurrió?- dijo sonriendo.
- No sabes a quien vi hoy-evité su pregunta- Hoy me enteré que Cullen & Masen Co. quiere hacer un proyecto con mi empresa. Y hoy tuve un interesante e incómodo almuerzo con Alice Cullen, ahora Whitlock, el cual, iba a ser con Edward pero tuvo una "reunión importante" en New York. Cobarde- tomé un sorbo.
- Con que Alice Cullen se casó con ese friki, Jasper Whitlock. Raro. ¿No que se odiaban o algo así?
- Si, se odiaban.- Solté una risita- Bueno, el caso es que tendré que trabajar con Alice y Edward codo a codo. ¡Qué maravilla!
Nos quedamos en silencio por un rato. Debo decirle.
- El otro día… fui al restaurant.- Vi que abría la boca para decir algo- Lo sé, Rosalie. Lo sé. No debí. Bueno el caso es que no apareció.
- ¡Bella! ¿Qué acaso tu no aprendes la lección? Después de todo lo que te hizo, sigues arrastrándote por él.
Miré hacia otro lado e ignoré sus palabras. Al fin y al cabo, tenía razón. Era una estúpida que repite sus errores una y otra vez.
- Voy al baño.- Me paré y escuché un "Sigue escapando, así no lograrás nada" de parte de Rosalie.
No alcancé a llegar al baño y sonó mi teléfono.
- ¿Diga?
- Bella, necesito verte.
Mi corazón paró de latir y suspiré preocupada.
- Te espere. La otra noche… Y no llegaste.
- Siento eso. ¿Tú casa?
- No, Edward. No quiero verte.
Escuché una carcajada desde el otro lado de la línea.
- Isabella- Ronroneo. Sentí algo moverse dentro de mí- Ambos sabemos que eso no es verdad. Aparte, nos necesitamos. Los dos. Yo te necesito.
- Lo que yo necesito, Edward, es un pene. Y hay muchos donde estoy.
- Aquí estoy.
Solté el aire de sopetón frustrada y enojada.
- Tú sabes la dirección.- Logré escuchar una carcajada antes de colgar.
Volví rápidamente a la mesa y vi a Rosalie hablando con un tipo grande. Muy grande.
- Rose, yo mi iré. Estoy cansada.- Le di un beso y vi al tipo. Era lindo. Me miró con una ceja alzada y suspiró pesadamente.
- Bella, solo te haces mal a ti. Te está usando y lo sabes.
Le mostré el dedo y me fui.
*Cosmopolitan es un trago que al ser de color rosado/rojo es considerado de mujer.
Se me vino a la mente esta trama luego de ver mucho Gossip Girl y pensar en estudiar publicidad. (Bieen) Espero hayan disfrutado de esta pequeña y humilde muestra de lo que se viene. Estoy muy emocionada por este nuevo proyecto. El próximo capítulo viene con una sorpresa.
Por mientras, lean el fanfic de Baisers Ardents llamado "Dos caras contra el fuego" que está bieeen bueno.
www. Fanfiction s / 7770300 / 1 / Dos_caras_contra_el_fuego (quiten los espacios y listo!)
Nos leemos pronto.
