Mi primera historia en el mundo de Naruto, acerca de una e mis parejas favoritas!!!!
Apoyo la campaña Neji-Tenten, obviamante, y es por eso que me animo a subir esta historia, gracias a Midory por haberla leído (espero aún se acuerde de ella). El argumento puede parecerse a una historia muy conocida en este fandom; pero esperen!!!! no es lo que parece... sin más espero que disfruten esta historia tanto como yo la he disfrutado escribiendo.
Una introducción corta...
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-Y bien, ¿qué es lo que tienes que decir?
La voz grave y pausada llegó a los oídos de la joven castaña con la misma potencia de una tormenta, lo era, literalmente.
-Yo…yo no se qué decir, todo esto es… es muy precipitado – los ojos de la joven miraban a los presentes tratando de encontrar algo que le dijera que esto era una broma, debía serlo, ella no podía estar en estar en esta situación.
El hombre que parecía ser el de mayor rango de entre la comitiva sentada frente a la joven, alzó una ceja con escepticismo; mientras que dentro de sí una sonrisa socarrona exigía salir de entre su aparentemente inexpresivo rostro. Él sabía que podía estar dando un paso en falso, pero aún así esperaba ver las reacciones de los presentes.
-No tienes que decir nada, más que aceptar nuestra propuesta- dijo sin más el hombre con quien había hablado primero.
-Pero yo no… - La voz de la joven quedó apagada por una voz autoritaria.
-No sólo es tu decisión, es también la de tus padres y de este consejo que ha decidido algo – quien había interrumpido era el hombre sentado a la diestra del hombre de mayor rango, se veía un tanto más viejo que el primero, pero aún así tenía una presencia que imponía, su mirada estaba fija en la joven castaña quien se intimidó con ello.
-Yo no… no quise molestarlo, gomen…
-Creo que debes saber pequeña, que la decisión no es sólo tuya, no es algo tan libre; nosotros solicitamos algo y creo que debes tomar en cuenta que también tú y tu familia saldrán beneficiados con esto – aunque el volumen de voz seguía siendo autoritario, sus ojos se mostraban más tranquilos, con lo que supuso que ese tono era el suyo propio; una voz que parecía siempre seria, como la de casi todos ellos…
¿Solicitar algo? Pese a los nervios y a la presión del momento no pudo evitar una punzada de ira, ella no era algo como una mercancía, ni tampoco era como si su familia estuviera necesitada de algo.
Había un hombre y una mujer sentados a cada lado de la joven y un poco más delante que ella que no habían hablado en un largo rato, parecían demasiado sorprendidos por alguna causa, sin embargo, el hombre pareció salir de su sorpresa para aclarar su garganta a manera de llamar la atención de los presentes.
-Esto es… es… - por un momento la joven pensó que alguien entraría en razón y saldría de esta "nueva dimensión" en la cual todos y todo parecía haberse vuelto loco – es…¡¡¡Sorprendente!!!. ¡No puedo cree que hayan pensado en mi hija para esto! – el hombre a cada lado de la castaña tenía una enorme sonrisa en el rostro.
Los presentes frente a él soltaron un imperceptible suspiro de alivio.
-Eso quiere decir que nosotros, es decir… ustedes y nosotros seríamos… - la mujer de al lado izquierdo de la castaña contempló con el ceño un poco fruncido a la comitiva frente a ella.
-Así es – confirmó el jefe sentado frente a la mujer – comprendo que con sus costumbres con respecto a este tipo de acontecimientos; no hay ningún problema…
La mujer sonrió y con esto los temores de la chica crecieron a niveles más que extraordinarios. Miró a cada lado de ella y vio a los adultos sentados frente a ella, esto cada vez pintaba peor. Se miró con nerviosismo las mangas del kimono que esta noche se había visto obligada a usar sin saber bien el por qué, el kimono era de un color verde pálido y los bordes de las mangas que ahora estaba retorciendo entre sus dedos eran en tonos grises… como sus ojos.
En ese momento con un poco de miedo levantó la vista y trató de buscar la mirada de una persona en particular, la cual estaba sentada a la izquierda de la cabeza de la comitiva, trató de encontrar su mirada pero esa persona parecía que se negaba a mirarla directamente; la joven entonces observó atentamente su rostro, parecía imperturbable y, como siempre, se mostraba sereno.
¿Es que acaso no le afectaba todo esto?
¿Es que no le importaba lo que pasaba?
¿Es que en verdad no sentía nada?
No, eso no podía ser posible, se negaba a pensar que esa persona en especial pudiera ser tan insensible, la joven castaña bajó la cabeza con frustración, mientras apretaba los puños hasta que se le pusieron blancos los nudillos, sin embargo, sintió una mirada sobre ella, ese escalofrío que se siente cuando te sabes observada y en un segundo enfocó su vista hacia donde sentía la fuerza de la mirada.
Por primera vez en toda la noche, las miradas se cruzaron, y, a la vista de la mirada con experiencia del hombre mayor sentado a la derecha de quien presidía la comitiva, tardaron una eternidad en parpadear. Ambos jóvenes se sintieron temblar sin saber por qué.
¡Jóvenes!... Era lo que pensaba aquel anciano al mirar el pequeño espectáculo que nadie más que él parecía apreciar; todos estaban muy ocupados dándose felicitaciones adelantadas… era muy cierto que más sabía el diablo por viejo que por diablo… y es que lo que veía hacía que de verdad pensara que no se habían equivocado en esta decisión.
Al darse cuenta de que no habían dejado de verse, los dos jóvenes apartaron la mirada rápidamente; la joven que había estado absorta en la mirada de la otra persona vio a su alrededor dándose cuenta de que las personas a cada lado de ella y aún las personas sentadas frente a ella estaban muy contentas, al poner un poco más de atención a su plática se dio cuenta de que se estaban felicitando.
Rápidamente pensó en algo y trató de jugarse la última carta que se le ocurría para un momento como este.
-¿Pero por qué yo?, es decir yo no soy la mejor kunoichi de la aldea, ni siquiera salí de la academia con las mejores notas, ni siquiera yo… - miró a cada uno de sus lados, sus padres le miraban con una interrogante en el rostro – yo no pertenezco a ningún clan, mi familia es una familia normal y no todos en ella son ninjas.
La joven miraba a las personas delante de ella con un deje de desesperación, movía las manos y hacía gestos para que esas personas entendieran lo que trataba de decirles.
-Por favor, no tiene que ser modesta con nosotros, si bien usted no pertenece a ningún clan, ha demostrado su valía y fortaleza en numerosas ocasiones; de ello hemos sido informados. Por supuesto que mi propio sobrino puede dar fe sobre ello, ¿no es cierto?
De repente, todas las miradas se centraron en una persona, la cual por primera vez en su vida no sabía qué decir; este tipo de momentos le eran completamente raros pues siempre se había caracterizado por pensar cada una de sus acciones, por ser sereno y mantener la calma en todo momento.
No por nada se le tenía en el concepto de genio.
-Hai – Bien, no era la contestación más inteligente, ni tampoco la más expresiva, el tono que había utilizado parecía firme, pero hubo tres personas que notaron su nerviosismo tras esta breve contestación.
Sin embargo consiguió el efecto deseado: la persona que presidía la comitiva volteó el rostro hacia las personas frente a él con la satisfacción en su rostro y los adultos a cada lado de la castaña se mostraban completamente felices. Otros de los hombres que acompañaban al joven genio no pudieron evitar mirarlo con una sonrisa en el rostro y con un poco de envidia en la mirada, para fastidio del genio de su clan.
-Entonces todo está dicho, esto lo aclara todo. – El hombre de la comitiva miró al frente y tan imponente como parecía, con su largo cabello negro y sus ojos sin pupila se dirigió a todos los presentes y con voz majestuosa pronunció – Ahora por fin es oficial, Tenten de la familia Ama; usted es quien por decisión del consejo de nuestro clan, es la desposada de Neji, del clan Hyuga.
El mundo por fin se había vuelto loco…
