Vacaciones de locos
(O locos de vacaciones)
Por Sisters of Sorrow
Día 1.
Todo empezó el día en que a Hitsugaya Tôshirô se le ocurrió darle quince días de vacaciones a uno de sus subordinados, Wakahisa Katsuyuki. Básicamente, Katsuyuki acababa de terminar de perder la vista a causa de una enfermedad degenerativa en sus nervios ópticos, y Hitsugaya, sabiamente, decidió darle un tiempo para asimilarlo y acostumbrarse a no ver ni torta.
Lo que pasó fue que se corrió la voz… Y surgió el típico "pues si éste va, yo también"… Y el también típico "entonces yo no voy a ser menos"… Y la justificación de Hitsugaya murió a manos de Matsumoto, que también quería vacaciones. El pobre Katsu, además, no sabía decir que no, y no fue capaz de decirle a nadie que se iba él solo y punto, así que al final medio Seireitei se fue de vacaciones a la vez, a algún lugar del mundo humano llamado "Gran Canaria". Bueno, tampoco eran tantos, pero se entiende la esencia de la frase.
Eso sí, nadie entendió cómo fue que se unieron Kurosaki Ichigo y familia, junto con todo el personal del kiosco de Urahara, incluyendo al propio Urahara.
—Estas vacaciones van a ser de lo más productivo. Seguro que descubro algún encanto que no conocía —decía encantado Fujimoto Isamu, shinigami recién graduado de la cuarta división, mirando a todos los chicos que entraban en su campo visual.
Los de la undécima lo miraron mal, empezando por Kotobuki Masaru, también conocido como "el nuevo", porque también acababa de graduarse (Yachiru lo llamaba Nuevo-chan). Había sido compañero de clase de Fujimoto y ya estaba de él hasta las narices. Isamu le posó una mano en un hombro, quizá pensando que estaba preocupado por algo y no mirándolo mal a él.
—No me toques —gruñó Masaru.
—Va a ser una experiencia inolvidable —Isamu seguía a lo suyo, con cara de feliz.
—No sé si eso es positivo… —susurró Katsu, que empezaba a traumatizarse, quizá por el exceso de compañía.
—Bueno, bueno. No empecemos a discutir tan pronto. Ahora tenemos que deshacer las maletas y todo eso —Ukitake dijo entre toses.
—Uy… ¡Qué emocionante! Se me respiga todo. Mirad, mirad —Isamu le puso el brazo a tres milímetros de los ojos a Kotobuki.
—Quita —y el de la undécima le dio un golpe en la mano, tan fuerte que Fujimoto giró sobre sí mismo.
—Estas vacaciones se van a convertir en un entierro —comentó Hoshino Raina, la senpai de Isamu—. Te la estás jugando, no hagas eso con los de la undécima.
—¿Por qué? —Isamu preguntó, intrigado.
—Cómo se nota que eres nuevo. A ver, te explico —Rukia sacó una libreta y un rotulador. Un par de minutos después le enseñó la hoja de la libreta a Isamu—. Los de la cuarta son más débiles que los del resto de las divisiones, aunque sirvan de médicos —el dibujo que representaba a la cuarta división era un conejo con un 4 pintado en la frente—. Y la undécima es la división de combate cuerpo a cuerpo, así que son lo contrario, más fuertes —el dibujo que representaba a la undécima era un mapache con un 11—. Así que por regla general, os desprecian.
—Qué mal dibujas… —dijo Isamu impresionado.
Rukia puso cara de dignidad ofendida.
—Mejor dicho, los de la undécima son violentos e inestables —susurró Koizumi Haruna, quinta oficial de la novena división.
Bueno, ahora que Tôsen se había ido, técnicamente era la cuarta, pero de todas formas seguían sin capitán por mucho que Hisagi Shûhei ejerciera como tal.
—¿Puedes decirlo más alto? —preguntó Isamu, pero Haruna no respondió.
—Pero no más claro —completó Raina—. Vale, no tiene sentido. ¡Quiero ir a la playa!
—Primero tendríamos que deshacer el equipaje —indicó Unohana.
—Y repartirnos en las habitaciones —apostilló Ichigo—. Porque no vamos a meternos todos juntos y revueltos en una, para empezar no cabemos.
Ahí fue cuando todos empezaron a discutir sobre quién compartía habitación con quién, de cuántas personas era cada habitación y esos temas, hasta que Nanao sacó la lista de viajeros que llevaba. Isamu se la quitó y decidió hacer el reparto al azar, escribiendo los nombres en papelitos.
—¡No dejéis que lo haga él, que seguro que nos viola y nos tortura! ¡Bueno, o algo parecido! —Kon dijo con voz de alarma.
—Tú a callar —gruñó Ichigo.
—¿Pero éste cómo va a violar a nadie? A la primera patada que se lleve, llega de vuelta al Seireitei… —observó Yoruichi.
—¡No, seguro que se defiende! —insistió el peluche.
—Pero si no tiene ni media torta. ¿Se hace el reparto de las narices o qué es esto? —Hitsugaya preguntó con tono apático.
—Ya está —anunció Isamu felicísimo.
Además hay que añadir que él era el único felicísimo, y de hecho varios se miraron unos a otros, y luego a él, con cara de horror, terror y pavor, que es lo mismo pero no es igual.
—No me miréis así. Que esto ha quedado estupendo, una obra de arte.
—¿Me ha tocado con algún chico guapo? —Raina preguntó.
—No…
Todos se pusieron a mirar con quiénes les había tocado compartir habitación en la lista de Nanao modificada por Isamu. Renji miró el reparto, primero con cara de concentración, luego de sorpresa y por último de odio africano.
—¡Eh, tú! ¿Qué clase de broma es ésta? ¡Esto no es ninguna obra de arte! —le gritó al de la cuarta, ofendidísimo porque le había tocado en la misma habitación que Jinta e Ichigo, y para acabarlo de arreglar, el cuarteto lo completaba Kurosaki Isshin.
La exclamación le provocó una carcajada a Kuroino Yamihime, una shinigami sin rango de su división que lo admiraba casi tanto como Rikichi, pero sin hacerse tatuajes en las cejas para demostrarlo. Aunque su mejor amigo era Hanatarô. Abarai la miró ceñudo y ella le dedicó una sonrisa de disculpa.
—Lo siento, las reclamaciones a otro —Isamu señaló a algún lugar indefinido.
—Vamos, seguro que no es para tanto. No te pongas así —intervino Kimura Asuka, autodeclarada mejor amiga de Haruna (sin saber si ésta opinaba lo mismo) y decimoquinta oficial de la séptima división. La verdad es que Asuka no se enteraba de mucho.
—Eso mismo —añadió Raina, que directamente no se enteraba de nada.
Renji las ignoró olímpicamente.
—¡El reparto lo has hecho tú! —gritaba mientras intentaba atacar al responsable del "atropello" y Kira y Hisagi lo sujetaban para que no hubiera derramamiento de sangre.
—Veeeenga, venga, no te pases, pobre chaval —decía Kira.
—Si lo matas, te traerá malas consecuencias… —añadía Hisagi, yendo más a lo práctico.
—Haya paz y tranquilidad. ¿Qué tal si vamos a deshacer las maletas? Cuanto antes terminemos, antes iremos a la playa, y así podré ver a chicos guapos —Raina dijo.
Varios chicos se miraron como preguntándose si ellos no eran guapos o qué.
.
Al final hubo paz, Renji no mató a Isamu y consiguieron deshacer las maletas e ir a la playa a que Raina viera chicos guapos sin demasiados incidentes.
—Por fin hemos llegado —la Hoshino dejó caer sus cosas en la arena sin miramientos—. Me voy al agua, a ver si me rescata algún chico.
Asuka suspiró. Parecía algo preocupada, y eso que vivía feliz en su mundo. Nadie sabía muy bien dónde tenía la cabeza, ni Komamura lo sabía.
—Al final la vamos a perder.
—Tampoco se la extrañará mucho —opinó Hitsugaya en tono desabrido.
—¡Capitán…! ¡No seas malo! —Matsumoto lo reprendió con tono de madre—. Yo me voy con ella.
Y corrió hasta el agua, arrastrando a Inoue y salpicando a todo el que se encontrara por el camino. Pronto las tres estuvieron haciendo el tonto en el agua, salpicándose unas a otras y a los demás y esas cosas.
—¿A que nadie trajo una sombrilla? No quiero ponerme como un cangrejo, sería algo horrible —gimió Isamu.
—Creo que nadie trajo, pero a mí se me ocurre una forma de que no te quemes —dijo Masaru.
—¿De verdad? ¿Cuál?
—Enterrarte en la arena —y el de la undécima se alejó junto con Ikkaku y Yumichika.
—¡No…! —por alguna razón que ni él entendió, Isamu empezó a correr en círculos y a llenar a los demás de arena.
—Yo tengo una sombrilla —sonrió Urahara, que siempre tenía de todo.
—Sácala, porfi. Mientras me voy a poner crema protectora, ¿alguien me ayuda?
Prácticamente todos miraron para otro lado o se hicieron los locos. Los que no, directamente no se enteraron.
—Gracias, malos amigos…
La mayoría de los presentes ya se había ido al agua, salvo excepciones como Kon, que valía más que no se mojara, y varios de la cuarta división, o sea, Hanatarô, Isane y Unohana, que se quedaron hablando sentados en la arena, junto con Yami y los otros dos grandes amigos de Hanatarô, Osorezan Wataru y Sayuri, que eran marido y mujer. Tanto Yami como Wataru habían pertenecido a la cuarta división antes de pasar a la sexta y la octava respectivamente, y Sayuri permanecía en la misma, así que lo que es conocerse, se conocían bastante bien.
Isshin andaba molestando a medio mundo a propósito y al otro medio sin querer, a modo de daños colaterales, y Urahara dejó la sombrilla por ahí para que Isamu la colocara, no iba a hacerlo todo él. Isamu se puso a intentar clavar la sombrilla en la arena. Las dos primeras veces se cayó, y la tercera salió volando.
—¡¡No!! ¡Vuelve, sombrillita…! —Fujimoto echó a correr detrás de ella.
Se produjo el fenómeno extraño de que media playa lo estaba mirando raro, pero nadie hizo ni ademán de ayudar.
—¡No te metas ahí!
La sombrilla alcanzó la orilla y siguió volando mar adentro. Kenpachi la agarró de la que pasaba por su lado, y Yachiru se la quitó y salió corriendo del agua.
—¡Toma, Isa-chan! —y se la aventó, con tan mala suerte que le dio en la cara y lo tiró al suelo—. Uy.
Y sin más volvió con Kenpachi mientras Isamu se quejaba sin que nadie le hiciera caso, porque cada uno estaba a lo suyo. Isamu volvió adonde sus compañeros de división y esta vez logró que la sombrilla se mantuviera en pie y quieta.
—Esto está mejor —y cogió a Kon—. Qué mono…
—¡Socorro! —Kon gritó como si se debatiera entre la vida y la muerte.
Hanatarô y sus tres amigos, Isane y Unohana miraron hacia ellos a ver qué pasaba y luego siguieron a lo suyo.
—Qué exagerado —comentó Isane.
Entretanto, en el mar, Ichigo y Rukia habían enganchado a Renji y lo estaban salpicando entre los dos. Abarai escupía agua y de paso también soltó alguna lágrima, porque en los ojos también le habían acertado, y cerca estaban Hinamori y Kira admirando el espectáculo, muertos de risa.
—¡Noooo…! ¡Socorrooooo! —Renji logró escapar corriendo por el agua y, por lo tanto, duchando a todo el mundo.
Ichigo y Rukia no hicieron ni ademán de ir a buscarlo, estaban muy ocupados partiéndose de risa. Otro tanto con Hinamori y Kira.
—¡¿No os da vergüenza?! —les riñó Asuka enganchando al pelirrojo de la que pasaba por su lado.
—¡Vaya mierda de amigos que sois! —gruñó Renji amenazando con el puño a Izuru. A Momo no, porque Hitsugaya andaba cerca, haciendo el muerto, y todos sabían cómo las gastaba.
—Pobrecito… Tranquilo, hombre. No les dejo yo —dijo Asuka.
—"Menos mal que estoy a salvo" —pensó el inocente Abarai.
—… Porque pienso hacerlo yo misma a mi manera —y Kimura lo hundió en el agua. Para qué andarse con tonterías como salpicar.
Luego se escondió detrás de Kira y Hinamori, que volvían a estar muertos de risa contemplando el espectáculo. Renji salió a la superficie escupiendo y con el pelo por la cara.
—¡Maldita! ¡Vuelve aquí, cobarde!
—Pareces un monstruo de las profundidades —comentó Hisagi riéndose.
—No hurgues.
—No quiero, estoy ocupada. Déjame que mire en la agenda para buscar un sitio —Asuka, a salvo detrás de aquellos dos, hizo como si mirase un libro—. Pues va a ser que hasta dentro de tres siglos nada, lo siento.
—Acércate por detrás de ella y agárrala, seguro que le devuelves el susto, con esos pelos… —le sugirió Yumichika a Renji, traumatizado por el original peinado que le había quedado tras su cambio de impresiones con el agua.
Mientras tanto, Haruna se escondió detrás de Komamura, que la miró raro.
—Pe… Perdón… Matsumoto-san se ha vuelto loca…
—¿Pero qué pasa? No entiendo nada. Estáis todos muy mal. Nadie me entiende… —gimoteó Raina.
—Lógico —replicó Ikkaku como quien comenta el tiempo que hace.
—¿Cómo que lógico?
Por su parte, Renji puso en práctica el consejo de Yumichika. Asuka se llevó un susto de muerte, y después le puso cara de angelito, cosa que no coló.
—Nooo… Suéltame, ¿qué me vas a hacer?
—¡Vengarme! —y el Abarai le hundió la cabeza en el agua.
Mientras tanto Koizumi había conseguido dar esquinazo a Matsumoto y ésta se había puesto a salpicar a otros: primero a Ishida, que huyó, luego a Ikkaku, que la miró mal, pero que muy mal, y ahora a Hitsugaya, que…
—¡¡MATSUMOTO!!
—Jooo… Tampoco es para tanto… —Rangiku puso cara de angelito igual que Asuka.
—Pobre mujer. Yo te entiendo —dijo Raina.
Hitsugaya las miró muy mal a las dos. Hasta le salían rayitos de los ojos.
—Pobre capitán —dijo Aoi Anzu comprensiva. Sí, Anzu era de la décima división. La protegida de Katsu y fan número uno de Hitsugaya, para ser más exactos.
—Pobre hombre. Yo te entiendo —dijo Raina.
—¿Tú no la entendías a ella? —replicó Tôshirô algo escamado.
—Ésta dice que entiende a todo el mundo, pero no entiende a nadie… —Ichigo concluyó.
—Claro que sí. También te entiendo a ti —y Hoshino se enganchó a él como un imán—. No te pongas celoso.
—¿Celoso? Tú deliras —gruñó Ichigo.
Mientras Asuka consiguió salir a la superficie y mirar mal a Renji, que había decidido no escapar para poder ver la cara que ponía la chica.
—Pero mira que eres burro. Ahora me tengo que vengar por partida doble.
—¿Eh? ¡Ah, no, de eso nada! Es culpa tuya —y ahora sí, el Abarai se eclipsó, aunque ella fue detrás.
—Bueno, bueno, calma. Que nos van a tomar a todos por locos de remate —medió Hinamori, muy valiente.
—Yo ya lo pienso —observó Chad.
—Y yo —agregó Isamu metiéndose en el agua con Kon.
—¿Mi culpa? ¡Ja! Ya te pillaré, cuando menos te lo esperes… ¡ZAS! —sí, Asuka y Renji seguían discutiendo y ella además lo miraba con cara de bruja.
—¡Ya te daré yo zas! —replicó el pelirrojo, gesticulando exageradamente.
Y entonces le dio un golpe a Ichigo, sin querer, y empezaron a pelearse como de costumbre. Asuka se sintió ignorada.
—¡Socorro! ¡Me ahoga! —y éste era Kon, a quien Fujimoto tenía muy mal sujeto, de manera que el agua le cubría toda la cara.
—Uy, perdón.
Raina agarró el peluche.
—Trae p'acá. Pobrecillo —y lo estrujó contra su pecho.
Isamu se miró las manos con cara de pena mientras Kon se sentía feliz con la chica, por razones obvias. Dos razones y bastante obvias.
—Ya me lo quitaron…
—¿Por qué nadie nos mira raro por tener un peluche que grita? —preguntó Hisagi todo reflexivo.
—Con las tecnologías que hay ahora, seguro que se puede hacer hablar a un peluche —respondió Iba, aunque no las tenía todas consigo.
—Hoy los tiempos adelantan que es una barbaridad —añadió Isshin.
—Igual piensan que somos nosotros los que hablamos por él —sugirió Hoshino.
—Sí, claro, de lejos —y Fujimoto se echó a reír.
Los otros cuatro se miraron sin entender el chiste.
—¿Se supone que eso tiene gracia? —Tetsuzaemon quiso asegurarse.
—No —Shûhei respondió.
—Mis chistes son para gente inteligente —Isamu se ofendió.
—¡¿Me estás llamando tonta?! —chilló Raina, pero él se hizo el loco—. ¡Gentuza! Menos mal que tú me entiendes, ¿verdad, Kon?
—Sí, claro… —respondió Kon feliz en su mundo.
—¿Cómo se puede tener tanto cariño a ese muñeco pervertido? —Kyôraku se preguntó, con todo el morro.
—Él es mono, tú no —y Raina le sacó la lengua.
Menos mal que a Shunsui esas cosas no le importaban, por muy capitán que fuera.
—¡Hala…! Qué mal educada… —Isshin se "escandalizó".
—Esta chica no es muy normal. Qué queréis… —dijo Isamu.
Raina le pegó con el peluche.
—Para que luego digan que los de la cuarta son tan tranquilos —comentó Yoruichi riéndose.
—Es que lo son, sólo que ésta está trastornada —replicó Yumichika también riéndose.
Entonces Koizumi tropezó con Hisagi mientras escapaba, esta vez de Kiyone, que la estaba salpicando para ver si reaccionaba o algo. Le dio un susto de muerte y luego se escondió detrás de él.
—La tienen tomada conmigo…
—¡Bueno, tampoco es para tanto! —se defendió Kiyone.
—¡Entonces salpica a otro! —replicó Haruna, aún escondida detrás de Shûhei, que no sabía qué pintaba en esa situación.
Isamu y Raina observaron con atención la escena. Los dos estaban maquinando ya maldades, miraban a todos y se reían. Kotsubaki se unió a la diversión salpicando a Kiyone, y de paso a los dos de la novena por estar en medio, y Kotetsu respondió de la misma manera, y tanto Shûhei como Haruna decidieron escapar de la ducha.
—Van a acabar todos cocidos —se rió Isamu.
—Tú eres tonto. Déjame que me concentre.
—Sí, será lo mejor, porque ya has perdido al pobre Kon…
—¡No…! ¡Kon! ¡Kooooooon!
—¡Aquíííííííglglglglgl! —y éste era Kon hundiéndose.
—Lo siento… Pobrecillo… —Raina lo sacó—. Te lo compensaré, prometido, ¿qué es lo que quieres?
—Tengo un radar estupendo —Fujimoto a lo suyo, muy emocionado—. Y después tengo por aquí una y otra…
—Estás muy mal —intervino Matsumoto—. ¿Qué tienes por ahí? Cuéntame.
—Tengo muchas cosas, pero están en mi diario.
Raina y Kon se unieron a la conversación, Kon más que nada porque ella lo tenía sujeto.
—Tú cuenta, cuenta…
—Pues mira, tengo ya tres. Renji y Asuka, Shiro y Anzu, y… Shûhei y Haruna.
—Como mi capitán te oiga llamarlo Shiro no lo cuentas —observó Rangiku—. Ay… Le has buscado pareja al capitán… Qué bonito.
—Lo que falta por saber es si la pareja lo querrá a él —apuntó Kon con pragmatismo.
—Claro que sí.
—Eso mismo. Nosotros lo podemos todo porque somos los cuatro mosqueteros y el Equipo A a la vez —deliró Raina.
—¿Y quién sería el negro gigante? —preguntó Kon.
—¡Yo lo sé! ¡El gigante es Ken-chan! —Yachiru apareció de improviso.
—¡Aaah! ¡Qué susto! Esto a mí no se me hace… —se quejó Fujimoto.
—Yo quiero ser MA. Es el mejor —Raina a lo suyo.
—No… Tiene que ser Ken-chan…
—No creo que él quiera participar en nuestros planes —Matsumoto dijo.
—Basta, chicos. Sigamos con nuestros planes maléficos —Isamu se rió—. Esta noche lo lograré.
—Yo quería uno para mí también… Nadie me comprende. Necesito un abrazo —gimió Raina.
—Yo te abrazo —se ofreció Kon.
La chica lo abrazó, o mejor dicho, lo estrujó contra su pecho otra vez.
—Pobrecillo Kon. Todo el mundo lo maltrata —decía Raina—. Si fueras un chico te besaría.
—¡Uy! ¡Salida! —Isamu gritó, movió la cabeza para delante y se despeinó—. Mira lo que me has hecho decir y hacer.
—Te has mojado las gafas, Isa-chan —dijo Yachiru riéndose.
—Mis gafitas… esto es horrible… Bueno, ¿y cómo lo hacemos?
—Ésta comparte habitación con Koizumi —Rangiku señaló a Hoshino—. Y tú también —y señaló a Yachiru—. Aquí tenéis trabajo.
—¡Qué chico más guapo!
—¿Quién?
Raina señaló a Ichigo.
—¡Él! Está tan bueno…
Kon la miró mal.
—Ichi-san siempre está enfadado —dijo Yachiru.
—Me da igual…
—Hace un rato que me he perdido —comentó Kenpachi—. ¿De qué va todo esto?
Su teniente se lo explicó. A su manera, claro.
—… Pues qué tontería.
Isamu se habría enfadado, pero luego se acordó de que Kenpachi era Kenpachi. Y de que era el capitán de la undécima división y esas cosas que te recuerdan, cuando te vas a enfadar con Zaraki Kenpachi, que eso no conviene.
—¡Aah! ¡Qué chico más guapo! —esta vez el chico guapo era Hisagi.
—¡No vale! ¡Punky es de Haru-Haru! ¡No se lo robes! —se quejó Yachiru.
—¡Qué chico más guapo! —ésta era Raina mirando a Hanatarô, que seguía sin entrar al mar.
—Esta chica está fatal.
—¡Hala! ¡Qué chico más guapo! —ésta volvía a ser Raina, esta vez mirando a Yumichika.
—Fatal, fatal.
—¿Cómo que fatal? Tiene razón, lo soy —replicó Ayasegawa.
—¡Qué chico más guapo! —Raina miró a Renji, mientras se agarraba a Yumichika, dejando al pobre Kon solo en el agua.
Pero esta vez no corrió peligro de ahogarse. Yachiru lo pescó enseguida y lo retorció para escurrirlo.
—¡¡AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHH…!!
—¡¿Pero qué le haces?! —Raina le quitó el peluche y al tirar de él golpeó a Isamu en la barriga. Como consecuencia del golpe, la píldora se salió, así que todos se pusieron a buscar mientras ella se disculpaba—. ¡Uy! Lo siento… ¡Qué chico más guapo!
Esta vez el chico era Ishida, que estaba a la suya sin molestar a nadie.
—¡Céntrate, Hoshino! Que tienes que pensar lo que vas a hacer para que Koizumi se fije en su teniente —Rangiku le recordó, mientras seguía buscando la gikongan.
—Yo diría que ya se ha fijado —comentó Yumichika.
Mientras tanto Raina ya había llamado chicos guapos a Byakuya y a Katsu, y seguía buscando algún otro.
—Ninguno de los dos se ha dado cuenta de que existes —observó Kenpachi.
Pero Raina seguía a la suya, aún agarrada a un brazo de Yumichika y con el cuerpo de Kon en la otra mano, buscando chicos guapos. Ahora fue primero Wataru, que también seguía en la arena charlando; después Hitsugaya y luego Kira.
—¡Qué chico más guapo, guapo!
—¿Por qué él tiene derecho a ser guapo dos veces, si sólo se le ve media cara? —se indignó Ayasegawa.
—No tiene remedio, no escucha…
—¡Qué chico más guapo…! Ah, es ése —Raina miró a Masaru—. Ése nada.
Después del "arranque de loca degenerada", como lo llamó Kenpachi, de Hoshino, siguieron pensando sus planes. Rangiku encontró la píldora gikongan, cogió el muñeco y la puso dentro otra vez.
—¡Eeeeeh! ¡Que os vais a quedar como garbanzos en remojo! —les gritó Renji desde la orilla, porque todos los demás habían salido.
—Tú sí que eres un garbanzo —Asuka lo tiró en la arena y se escondió.
Abarai se preguntó por qué esa chica la tenía tomada con él y empezó a perseguirla por todas partes.
—Que alguien me explique eso de ir madurando con la edad, porque creo que estoy perdiendo el concepto —Hitsugaya dijo.
—La edad es algo simbólico, en realidad nadie pasa de los quince años —Fujimoto sentenció.
Asuka se subió en una roca y le sacó la lengua a Renji, que la empujó y la tiró, y luego salió corriendo en dirección contraria. Atropelló a Hisagi, que acabó rebozado en arena.
—Anda, teniente… hasta te queda bien ese color de pelo —Haruna bromeó, sin mirarlo a los ojos.
—Muy graciosa.
—Ven, que te ayudo —y ella empezó a sacudirle la arena del pelo.
—"Genial" —pensó Isamu emocionado—. "Esto va muy bien. Hoy por la noche como muy tarde caen."
Asuka se puso de pie, se sacudió y maldijo a Renji, que ya había puesto bastante tierra de por medio. Mientras tanto Raina se había quedado en el agua, fingiendo ahogarse para que la rescatara un chico y le hiciera el boca a boca.
—Qué buena pareja hacen… —Isamu suspiró.
—¡Ey! ¡Que se nos ahoga! —gritó Kon.
—Pero si está fingiendo, imbécil —replicó Ichigo.
Ishida se volvió a meter en el mar y sacó a la chica, pero no le hizo el boca a boca. Ella no se movía.
—¡Bestias inmundas! ¡Que se nos muere! —gritó Isamu todo histérico y corriendo de un lado para otro.
Byakuya le dio un golpe y lo dejó sentado en el suelo, y luego amenazó con hacerle lo mismo a Hoshino, que siguió sin moverse.
—A ver si tragó de verdad agua, o se le olvidó nadar, o respirar debajo del agua… —dijo Fujimoto nervioso.
—No se puede respirar debajo del agua —observó Chad.
—Que no… Sólo hay una manera —Asuka dijo—. ¡Un chico guapo ahí!
Pero la otra tampoco se movió.
—¡Esto es horrible! ¡Que se nos chafa todo! ¡¡Nooooooo!! —gritó Fujimoto aún más histérico que antes—. La necesitamos viva para hoy sin falta. Adiós a mi plan brillante… Bueno, voy a buscar una sustituta, o sustituto.
—Bueno… —intervino Unohana—. Ya que está tan mal, será mejor enviarla de vuelta a la Sociedad de Almas. Seguro que cuando se recupere habrá trabajo que podrá adelantar.
—Nooooo… ¿Por qué estáis empeñados en chafarme mi diversión? —Raina se levantó.
Los capitanes se miraron unos a otros con cara de "lo que hay que ver".
—Bueno, yo tomo nota. Amenazaré así a Matsumoto a partir de ahora —Hitsugaya puso cara de diversión maquiavélica.
Rangiku le puso cara de angelito, aunque sin esperanzas de disuadirlo. Pero por suerte Isamu intervino para salvar el día.
—Sí, sí… Pero ahora no —y se la llevó.
TBC
Bueno, bueno. Lo primero y principal es decir que los personajes de Bleach no nos pertenecen, aunque eso es bastante obvio, ya que ninguna de nosotras se llama Kubo Tite, que sepamos. En fin.
Respecto a otros personajes, va la lista:
-Wakahisa Katsuyuki, Koizumi Haruna, Kuroino Yamihime y Aoi Anzu son personajes creados por Kohaku no Kokoro.
-Fujimoto Isamu y Osorezan Sayuri son personajes creados por Sisters of Sorrow.
-Kotobuki Masaru, Hoshino Raina y Kimura Asuka son personajes creados por KittyStorm.
-Osorezan Wataru es un personaje creado por Saki Hashimoto.
Con respecto a los apodos marca Yachiru, son bastante obvios. Isa-chan es Isamu, Punky es Hisagi (que tiene pinta de punk, a ver quién lo niega…) y Haru-Haru es Haruna.
El nombre original de MA, el negro gigante de El equipo A, es BA Barracus. Por si las moscas.
¿Quién inventó la excusa de "pues si éste va yo también"? ¿Cómo se unieron Ichigo, Urahara y compañía? ¿Dónde dio clases de dibujo Rukia? ¿Cómo se las arregla Urahara para tener de todo siempre? ¿Isamu y Kon sobrevivirán a estas vacaciones? ¿Por qué Asuka ataca a Renji? ¿Por qué nadie mira raro a nuestros protagonistas por tener un peluche que habla? Y lo más importante… ¿Cómo estará el Seireitei cuando vuelvan los shinigami? Id buscando las respuestas a estas preguntas mientras nosotras escribimos.
Saludos. Se despiden las Sisters of Sorrow.
