Hola!! Bueno este es un experimento que se me ocurrió hace tiempo y que no me había atrevido a escribir hasta hoy… Cuando acabé de leer DH me llamó la atención que Draco acabase con Astoria, ya que no se la mencionaba en ninguno de los libros. Como tampoco se sabe nada acerca de ella se me ha ocurrido que no estaría mal escribir algo sobre esta pareja.

Espero no fastidiarla mucho. En cualquier caso, este capítulo es la introducción así que es algo cortillo, la historia empezaría en el siguiente.


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ETERNIDAD

CAPÍTULO I

Introducción

La luz de la luna llena se filtraba a través de las cortinas abiertas, pues así le gustaban a la pequeña Malfoy. Le gustaba ver los jardines bañados por la plateada luz de la luna mientras ella, en su cama, leía. Esa era una costumbre que aprendió de sus abuelas, de ambas; o al menos eso era lo que le decía siempre su padre; cada noche, la pequeña le pedía a su madre, o a su padre que le contase una historia o le leyese un libro, pero eso fue hasta que ella misma tuvo edad de entender un libro. Desde entonces, cada noche de ocho a nueve, se acurrucaba en su mullida y cómoda cama con un tomo lleno de historias reales, de fantasía, de amor, de guerra,… de lo que fuese. Pero era su hora, y a menudo perdía la noción del tiempo mientras estaba sumergida en las palabras; por eso no escuchó cuando su padre llamó a la puerta de su cuarto.

- Señorita Malfoy - la niña dio un respingo sobresaltada antes de sonreír. Desde que recibió la carta de Hogwarts, su padre la llamaba así - Es hora de dormir.

Scorpius Malfoy entró en la habitación, donde predominaba el color blanco. En el dormitorio de su hija no habría colores distintivos. Blanco y rosa. Ni verde y plata. Ni rojo y dorado. Ni azul. Ni amarillo.

Sin poder contener una sonrisa, vio cómo la niña hacía una mueca de disgusto al cerrar su libro igual que hacía cada noche. Se acercó a ella para arroparla, se sentó en el borde de la cama y se inclinó para besarla en la frente.

- ¿Estás nerviosa? - le preguntó mientras le acariciaba el cabello castaño que seguramente heredara de su madre, o tal vez de su abuela paterna. - Mañana es el gran día, mi pequeña empieza Hogwarts.

- Bueno, algún día tenía que ocurrir - contestó la pequeña con ese tono sabiondo que le había escuchado multitud de ocasiones a su madre. Al ver el ceño fruncido de Scorpius ante su tono, la niña añadió: - Aunque siempre podré ser tu pequeña.

- Esperemos que dentro de tres años opines lo mismo - musitó él. Se inclinó, para besarla de nuevo.

- Papá - le llamó cuando se estaba levantando de la cama. - ¿Te acuerdas de cuando era pequeña…, más pequeña, y mamá y tu me contabais historias?

- Claro, cómo olvidarme - contestó él rascándose la frente, se intuía lo que vendría a continuación.

- Pues había pensado, que como es la última noche que voy a estar aquí hasta dentro de cientos de meses…, tal vez te apetecería contarme una.

La niña miraba a su padre esperanzada, puede que a veces tuviese muy mal genio, pero al final siempre le concedía lo que ella le pedía. Todo era cuestión de mirarle con sus ojos verdes y sonreírle, aunque puede que aquella noche, su sonrisa quedase deslucida por la falta de un colmillo. Pero la pequeña no sabía que ese hueco entre sus dientes fue lo que convenció a Scorpius.

- Scorp, cariño, ¿ya te ha embaucado? - la mujer entró en la habitación. Había estado en la puerta escuchando cómo su hija manipulaba a su marido. Sonriendo, se inclinó sobre la niña para arroparla de nuevo, aunque fuese innecesario, y la besó en la mejilla.

- Es una pequeña manipuladora - Scorpius le hizo cosquillas, y la niña se rió arrancando sendas sonrisas de sus progenitores - Solo una.

- De acuerdo, quiero una de nuestra familia - pidió.

- Pero cielo, si ya te sabes de memoria cómo tu padre me engañó para que me casase con él - dijo su madre sonriendo mientras abrazaba a Scorpius por la espalda.

- No, pero no quiero esa, nunca me habéis contado la historia de los abuelos Malfoy - replicó la pequeña. Vio cómo sus padres se miraban, preocupados. - ¿Qué pasa?

- ¿Por qué no les dices a ellos que te lo cuenten en Navidad? - propuso su madre.

- No, ya lo he intentado - contestó - Y el abuelo se frota el brazo izquierdo antes de ponerme alguna excusa.

- De acuerdo - decidió Scorpius - Te contaré lo que sepa, ¿vale?

- Tendré que conformarme con eso - aceptó la niña encogiéndose de hombros y arrancando de nuevo las sonrisas de sus padres.

- No te dejes entretener mucho, Scorp. - la señora Malfoy besó de nuevo a su hija y rozó sus labios con los de su marido - Y tú duérmete pronto, que mañana va a ser un gran día. El uno de septiembre de hace veinte años tu padre se enamoró perdidamente de mí. Tal vez tu tengas la misma suerte que tuve yo.

- Papá ya está enamorado de mí - replicó la niña. Su madre rió y su padre le guiñó un ojo - Y ahora cuéntame la historia de los abuelos.

- Está bien - cedió Scorpius - Esta es la historia de Draco Malfoy y Astoria Greengrass…

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Cositas:

1. No he querido dar la identidad ni de la niña ni de la madre. Si Rowling no ha querido emparejar a los Weasley y a los Malfoy debe tener sus razones, y no quiero caer en el tópico de juntar a Rose y a Scorpius. Aún así, he dejado libre elección sobre la identidad de ambas.

2. En principio cada capítulo va a estar dedicado a uno de ellos, es decir, uno a Draco y el siguiente a Astoria, hasta que sus caminos se entrelacen.

3. No voy a repetir lo que ha sucedido a lo largo de todos los libros de HP, al menos si puedo evitarlo.

4. Intentaré ajustarme al cannon todo lo que pueda, pero siempre se me escapará alguna cosilla, por eso os pido disculpas anticipadas.

5. De momento nada más… Espero que os guste, y tener en cuenta que es mi primera historia con personajes cannon, así que ser compasivos. También podéis darme ánimos vía rr.

Un saludo!!

Eli.