Disclaimer: KNB, no me pertenece. Todos son creacion de Fujimaki-sensei.
Advertencias: mención de los personajes de Shinguki Nakamura-sensei.
Midorima Shintarou se encontró perplejo al escuchar su horóscopo por la radio, no podía creer lo que su amado Oha-asa! pronosticaba para los nacidos bajo el signo de cáncer en aquel día sin embargo, Midorima Shintarou, era alguien que creía fielmente en las palabras del Oha-asa!, después de todo él no era nadie para desafiar al destino y menos, si el destino venía de la radio de su celular.
Con una pose seria, y triunfal característica del chico de Cabellera y ojos verdes, acomodo sus lentes con sus dedos. Mientras su fiel y casi obligado amigo en las locuras que implicaba todo aquel lio de los horóscopos lo miraba con cara de pereza Kuzanari Takao, solo sabía algo en concreto... Probablemente le tocaba pedalear el tan famoso transporte de Shin-chan, con toda la flojera del mundo Takao se subió en la bicicleta, mientras suspiraba.
Midorima, se sentó en su carro y solo dijo: — Vamos a Seirin —. Dijo el peli verde, mientras Takao comenzaba a pedalear.
Sin duda Takao ya se había acostumbrado a que las personas los miraban y murmuraban por el singular estilo de trasporte del peli verde, pero nada de eso importaba, después de todo ya se había acostumbrado a las vergüenzas que tenía que sufrir a causa de Shin-chan y del dichoso Oha-asa!.
Rememoró en su mente algunos de los amuletos de buena suerte del día de Shin-chan, como el día en que Shintarou le pidió que lo acompañara a comprar un manga, ya que el dichoso manga era el objeto de la suerte.
Lo que Takao no se imaginaba, era el género del manga... Takao casi se va de espaldas al ver a Shin-chan muy quitado de la pena mientras compraba un manga, lo primero que le llamó la atención fue que en la sección en la que se encontraba el de anteojos, estaba lleno de mujeres, las cuales sonreían de manera maniática al ver los mangas. Shojo, fue lo primero que pasó por la ingenua cabeza del número 10 de Shutoku.
Casi se va de espaldas el pobre Kuzanari cuando vio la portada del manga... YAOI... Bueno, eso no fue lo importante, si no la exhibicionista que llegaba a ser Shin-chan, con los objetos de buena suerte, aun recordaba cuando recorrieron todo el Instituto de Shutoku con el dichoso manga...
— Shin-chan, no has pensado en guardar el manga. —dijo Takao, sin poder apartar su mirada del manga de Junjou Romántica.
— No, es un objeto de bueno suerte y como tal debe ser mostrado. —aseguro sin la menor duda el de cabellos verdes.
Regresando a la realidad, el día era caluroso, y eso que aún era temprano, cuando llegaron a Seirin, Takao jadeaba, por el esfuerzo de haber pedaleado por casi dos horas, a veces se preguntaba por qué demonios no viajaban como la gente normal, en el metro o en autobuses, pero para todo Shin-chan, tenía como excusa su Oha-asa!
Ambos miembros de Shutoku se dirigieron al gimnasio, del Instituto Seirin… El cual se encontraba vacío.
— Shin-chan… Probablemente están en clase. —Dijo Takao al ver a Shintarou furioso.
— Andando. —Dijo rápidamente Midorima.
— ¿Y cuál es el salón de Kuroko-kun? —Pregunto Takao.
— No lo sé.
— Entonces cómo lo vamos a localizar.
— Preguntando. —Dijo Midorima como si fuera lo más obvio del mundo, mientras Takao lo veía con una gota de duda.
Ambos integrantes de Shutoku comenzaron a preguntar por Kuroko, pero ante aquella pregunta los estudiantes contestaban lo siguiente:
— Lo siento, no conozco a ningún Kuroko Tetsuya.
— Creo la persona que buscan no asiste a Seirin.
— ¿Estás seguro que se llama así? Solo conozco a un Kuromo Tatsuha.
Si, Shintarou, se había olvidado de la falta de presencia del jugador fantasma.
Ya cansados de recorrer Seirin, ambos jóvenes se sentaron, cuando sin quererlo Takao choco con alguien.
— Lo siento —se disculpó de inmediato Takao.
— No hay problema… ¿Pero qué hacen aquí?
Takao había alzado la mirada, para encontrarse con Kagami Taiga en compañía de Kuroko Tetsuya.
— Buscamos a Kuroko —dijo Midorima, al no darse cuenta que la luz y la sombra de Seirin venían juntos..
— ¿Para qué me buscas Midorima-kun? —cuestiono Tetsuya.
— ¡Kuroko maldito no hagas eso! —exclamó Kagami al ver al de cabellera celeste.
— Pero si todo el tiempo estuve contigo. —musito Kuroko con su usual cara inexpresiva.
— Kuroko —hablo Midorima.
— ¿Qué ocurre Midorima-kun? —preguntó el número once de Seirin.
— Necesito que me prestes a tu perro —comentó de manera seria Midorima.
— A Dos… ¿Para qué lo necesitas? —pregunto Kuroko.
— Resulta que el objeto de Shin-chan, es el perro de un conocido.
— Pero Dos, no es un objeto. —aseguró de manera rápida Kuroko.
— ¡Llévatelo! —imploró de manera rápida Kagami.
— Pero Kagami-kun, hoy te toca cuidar de Dos.
— Sí, pero quién soy yo para interferir entre este chico de lentes y los astros Zodiacales, además solo se lo va a llevar por un día. —Dijo enérgicamente Kagami, al ver la posibilidad de no convivir con aquel perro.
— Pero Kagami-kun, es tu responsabilidad… Midorima-kun, si te llevas a Dos, te llevas a Kagami-kun contigo. —Dijo Kuroko.
— ¡Maldito Kuroko! —Dijo Kagami enojado.
— No peleen. —intervino Takao, intentando mediar la situación. —Kuroko-kun, son necesitamos a Dos por un día, mañana te lo devolvemos. —aseguró Takao mientras sonreía de manera confiable.
— Tendrían que hablarlo con la entrenadora. —Dijo Kuroko.
El grupo de chicos se dirigía hacia los salones de los de segundo año, cuando pudieron ver a la entrenadora Riko Aida, concentrada mientras escribía en su libreta.
— Entrenadora. —hablo Kuroko, ocasionando que Riko brincara de su asiento.
— ¡No me espantes Kuroko-kun! —Dijo la joven mientras veía que detrás de Kuroko, se encontraban Kagami, Midorima y Takao.
— ¿Qué sucede?
— Entrenadora, Midorima vino a pedir prestado a Dos —dijo Kagami rápidamente.
— Denegado —respondió firmemente la mujer.
— ¿Pero? —Dijo Kagami, tratando de debatir.
— He dicho denegado, ¿O quiere hacer quíntuple entrenamiento por un mes?
Riko aseveró su mirada, entonces Kagami supo, que toda opción para no tener que cuidar de Dos sería negada.
— Pero el perro es el objeto de la suerte del día de hoy —comentó de manera rápida Midorima.
— Pues si tanto deseas a Dos, tendrás que quedarte lo que resta del día en Seirin. —Riko de manera seria. — Mi adorado Dos, no sale de Seirin.
— De acuerdo. —Dijo sin más Midorima.
— Nee, Shin-chan, tenemos entrenamiento.
— Supongo que hoy entrenaremos con Seirin. —dijo Midorima sin más.
Y tal como prometió Riko Aida, la entrenadora del equipo de Básquetbol del Instituto Seirin, Dos no abandonó ese día el Instituto Seirin, ocasionando que Midorima y Takao tuvieron que acampar ese día en Seirin.
Midorima ya se encontraba, dormido, mientras Takao, se preguntaba, cómo demonios se envolvía en la pato aventuras de Shin-chan en la búsqueda de los objetos de la suerte.
