Segundo FF. Gracias por entrar, de verdad espero que les guste.

Dentro del capítulo, el texto en cursiva representa una parte de la historia ocurrida en el pasado.

Disclaimer: Bleach y todos sus personajes pertenecen a Tite Kubo, a nadie más.


El Shinigami y la Médium

Te daré un poco o todo de mi alma, para reconstruir la tuya.

Voy a contarte lo que pasaba de ti en mí, y es que tengo que admitir que sabía de ti por instinto, puesto que mi corazón se había cerrado y mis razones para recordarte… se habían perdido.

Sabía de ti por instinto y sin querer, por adrenalina y por sobrevivir.

Una vez y muchas veces supede tus suaves manos por mi sangre, que corría despiadada y fría entre mis dedos, anhelando protegerte de nuevo contra lo que no podíamos entender.

Sabía de tus manos por instinto y por tener una razón para sobrevivir.

Una vez y muchas veces supe de tu voz por el silencio del tiempo, aquél que no era suficiente para despertarme del pasado, obligarme a levantarme y adelante seguir.

Sabía de tu voz por instinto y por tener un aliento para sobrevivir.

Aquellos días oscuros supede tu mirada por la lluvia, en cuyos cristales se reflejaba diáfano aquel dolor que tan bien solías sanar.

Sabía de tu mirada por instinto y por tener un refugio para sobrevivir.

Pero ya sabes, que por sobre todas las cosas, siempre supe de tu sonrisa ligera y arrogante, en los días de libertad y las batallas cotidianas, en el brillo de tus ojos y en tu felicidad, en ti.

Sabía de tu sonrisa por amor y por tener una vida que darte, porque no hacían falta más motivos para sobrevivir y no necesitaba más razones para continuar si conseguía, una vez más, hacerte sonreír.

Acabo de…

Siempre supe por qué quería salvarte tanto, sólo que a veces, por adrenalina o por instinto, no lograba recordarlo.

Lo siento tanto.

Capítulo I

Reuniones

El hombre se levantó luego de una larga siesta y entró en la sala de rostros expectantes. Él era como un perro o un niño pequeño: solías pensar que el distraído no tenía idea de lo que estaba sucediendo y, sin embargo, era el más enterado. Sólo que esta vez realmente estaba perdido.

-¡Buenas tardes, chicos!-dijo dirigiéndose a Kurosaki y a Yoruichi-¿Ha pasado algo?-

-Han llamado de la Sociedad de Almas-comenzó a explicar ella-parece que decidió apresurarse y salir hoy mismo, Kisuke.

-Mmm... Era bastante obvio que hiciera eso-contestó Urahara con aquella media sonrisa y su sombrero cubriendo el típico cabello desordenado-¿hace algunos años, no? Parece que no ha cambiado-agregó, concentrándose en la reacción del otro hombre en la habitación.

-La verdad no los cuento, pero eso parece.-respondió él, regresando la sonrisa-Por otra parte, ya debería haber llegado.-

-Es cierto-intervino Yoruichi- Quizás deberíamos llamar por si le ha pasado algo.-

-No creo que sea necesario…-empezó a decir Urahara, pero luego de pensárselo un poco, continuó- De todas maneras, será interesante oírlo de nuevo.-

Caminó hacia el teléfono y marcó los dígitos necesarios para hacer la llamada, tardaron en contestar al otro lado de la línea y cuando estaba a punto de colgar, finalmente hablaron.

La conversación fue mucho más breve de lo que los otros dos esperaron, fue corta y tosca, parecía que no había podido obtener mucha información. Cuando Urahara colgó, se volvió hacia ellos con expresión curiosa.

-¿Y bien?-preguntó Yoruichi.

-Ya viene, pero al parecer, trae compañía.-

-No entiendo. Nos informaron que había dejado la Sociedad de Almas sin nadie acompañándole.-dijo ella, sorprendida.

-Es por eso mismo que espero ansioso a que llegue-sonrió.

El aire de inquietud se respiraba fuerte ante la incertidumbre, pero ni en un millón de años habrían imaginado de quién se trataba.

No tenían idea.

Estado de emergencia, todos los capitanes dirigirse a los cuarteles del primer escuadrón para una junta del Gotei trece.

-¡Atención!-el Comandante había hablado para callar las voces y las discusiones que había originado su anterior declaración, todos se hallaban reunidos allí, donde se tomaban esas decisiones a veces sabias, a veces absurdas de los escuadrones de protección. Todos estaban allí, los de siempre, después de los años que a veces no parecían pasar. Aquellos que no estaban interesados, aquellos que se habían perdido en el camino y los que tenían sobretodo mejores cosas que hacer-Esta vez no debemos bajo ninguna circunstancia dejar que se escape de nuevo.

-Me sigue pareciendo inútil que lo llames a él, no tiene absolutamente nada que ver en esto-dijo una fría voz.

-¡Llámenlo si quieren! Esta vez sí me divertiré-comenzó otro, ávido de acción.

-¡Eso no es lo importante! Nuestra prioridad es atraparlo- dijo aquel otro, tan correcto como siempre.

-…- ahí iba el diálogo de los callados. La renovación de discusiones entre los moralistas, los revoltosos y los orgullosos no se hizo esperar, pero las decisiones estaban tomadas, ya nada serviría, la sesión se había levantado y aquél que fue destinado a buscar al demandado fue el primero en abandonar la habitación.


¿Leyeron?, ¿les gustó? Este capítulo no revela mucho, pero qué lindo sería leer sus opiniones y críticas. Y bueno, no sean crueles que si no quieren que continúe, mi historia se quedará deprimida en mis archivos y me preguntará "¡QUÉ FUE LO QUE HICE MAL!" Y yo le diré: "tranquila, no fue tu culpa, fui yo quien te creó"

Ay, qué dramática, puagh… ¡En fin! Muchísimas gracias por su tiempo. Si quieren que siga publicando, los demás capítulos son más largos que éste… Aunque el segundo es corto… Oh, bueno…

El próximo capítulo se llama: Final de los treinta años.

A menos que le cambie el nombre… jajajaja, puede suceder…

¡Mucha felicidad!