Disclaimer: Gundam es propiedad de Sunrise y yo solo los vuelvo gays para mi divertimento personal. (?)
Excepciones
-No tienes los huevos para golpearme. –Comenta Duo desde el suelo. Es el comentario más estúpido del mundo -considerando que le acaban de dar una paliza- pero que logra una ceja alzada y una risa descreída de parte de Heero-. No, en serio. No eres capaz de golpearme de verdad. He visto cómo dejas a los que entrenan contigo y aunque puedes golpearme, eres cuidadoso en dónde lo haces y jamás me has roto un hueso. –dice Duo, explicándolo como si fuese la teoría más razonable que jamás haya pensado.
Probablemente Heero no piensa lo mismo, ya que vuelve a golpearlo. Pero tampoco es un golpe lo suficientemente intenso para objetar la hipótesis de Duo.
- No creo que tengas los huevos para entregarme. –Duo tiene las manos atadas a la espalda y sabe que el dolor que pulsa desde su tobillo, cada vez que respira, solo puede significar un desplazamiento del hueso. Aun así logra mantenerse en pie y observar el perfil de Heero.
Ambos tienen sus propias misiones aquí, ambos saben que la solución lógica es que Heero lo entregue. Pero lógica nunca ha sido la mayor fortaleza de Heero, y Duo, no podría estar más agradecido por ello cuando le pasa un brazo por la espalda y lo ayuda a correr.
-Sinceramente Heero, no creo que tengas los huevos para matarme. –Su voz es apenas un susurro y su cuerpo está rígido contra el cañón del arma que le apunta a la cabeza.
Hay ruido de sirenas alrededor y gritos, por ahora, a lo lejos. Duo comete la osadía de girarse para verlo a los ojos, su expresión neutra y el cañón ahora apunta hacia su frente.
La guerra está llegando a su fin y ellos se conocen hace demasiado tiempo, piensa Duo. Demasiado, como para reconocer el entrecejo ligeramente fruncido y el diminuto brillo en los ojos de Heero.
Repentinamente, la adrenalina se dispara en el cuerpo de Duo cuando escucha el ligero clic del arma y el disparo nunca sale. Podría haberle dado un infarto allí mismo si no estuviese demasiado ocupado escuchando la risa burlona de Heero.
-No tienes huevos para besarme. –Duo puntúa cada palabra como si intentara convencerlos a ambos. Esta es la primera vez que duda de sus propias palabras. Heero está presionado contra él, sujetándole los hombros y su rostro está demasiado cerca.
Es un día como cualquier otro. Viven en paz, el mundo fue salvado y yada yada yada. Duo ni siquiera recuerda qué fue lo que dijo o hizo para que Heero esté viéndolo con esa mirada que usaba en sus misiones, solo que ahora está completamente enfocado en él y eso es más peligroso de lo que jamás ha sido.
Es la primera vez que se equivoca completamente con Heero. Porque un segundo después sus labios están sobre los suyos y es un beso firme y demandante, y Duo se promete que se disculpará con los huevos de Heero más tarde.
