Disclaimer: Los personajes no son míos sino se su respectivo dueño, Hidekazu Himaruya y si son del fandom pues serán de ellos.


Francis iría a visitar a Matthew después del colegio por su estado de enfermedad, su hermano Alfred no podía porque estaba en una semana de prueba para poder salir con Arthur.

El francés llegó con una mochila llana de cosas de cuidado personal como medicina, una manta, un reproductor con música francesa instrumental para relajar la mente, pañuelos y por supuesto, miel de maple. Estaba listo para combatir cualquier enfermedad de su pequeño canadiense.

Entró sigilosamente en la casa de los americanos para no hacer ruido que molestara al enfermo, subió al segundo piso y entró a la habitación de este, encontrándolo dormido y abrazado a su peluche de oso polar llamado Kumajiro, se miraba sumamente tierno aunque estuviera enfermo.

El canadiense se despertó abriendo ligeramente los ojos viendo borroso y hablando más bajo de lo normal siendo que apenas se le podía escucha: —¿Hm…Al?

— ¡Oh! Pardon, te desperté —susurró el ojiazul— No, soy Francis, vine a cuidarte, mon petit —se acercó sonriendo.

—Pe-pero… —se sentó en su cama, sintiendo un fuerte mareo que intentó ignorar— No es nada…es…eso sería una molestia —tosió fuertemente siendo asistido de inmediato por Francis que le dio unas pequeñas palmadas en la espalda.

Mon cherí, no te esfuerces tanto.

Le dijo mientras le ayudaba con un brazo a mantenerse sentado y al mismo tiempo buscando el jarabe para la tos en su mochila, dándosela lo volvió a acostar. Le dijo como una amable orden-consejo: —Debes descansar sino no podrás curarte nunca.

—Lo siento…—respondió en un hilo de voz.

—No te disculpes, no es culpa tuya, ahora trata de dormir.

Después de arroparlo le puso en la mesa de noche el reproductor con volumen apenas audible para relajarle.

—Gracias…

No le tomó mucho tiempo en caer de nuevo en los brazos de Morfeo.

El francés solo sonrió, con tranquilidad y deleitándose con el panorama que presenciaba viendo a esa linda criatura dormir tan tranquilamente. Tan sumido estaba en sus pensamientos que se asustó al oír su celular timbrar, tuvo que salir corriendo de la habitación para no despertar a Matthew.

Contestó el aparato con cortesía: —Allô?

— ¡¿Qué haces cuidando a Mattie, pervertido?! —se escuchó desde la otra línea.

—Cuidándolo como buen amigo que soy, mon cherí Arthur.

— ¡Serás salido! ¡Ni te atrevas a aprovecharte de él sólo porque está enfermo!

—Jamás le haría nada a Matthew, lo sabes muy bien —tranquilidad, tranquilidad y mucha paciencia tenía el francés cuando estaba de buen humor.

— ¡Sabes que no me fío d—! —fue interrumpido, comenzando a hablar una voz más calmada: —Lo ciento, Francis, Arthur está un poco gruñón hoy —¡¿A quién le dices gruñón, estúpido?! —¡Bueno! Solo quería llamar para ver cómo se encontraba mi hermano.

—Ahora está durmiendo pero no te preocupes, Alfred, estará bien conmigo, es muy adorable como para tratarlo como a cualquiera.

Okey! Más te vale por que si me entero de que le hiciste algo te mato, ¡Hasta luego! —colgó.

Esa última frase lo dejó estático por un segundo, luego se volvió a relajar guardando el celular en su pantalón y bajando al primer piso para dejar tranquilo al otro muchacho, se recostó en el sillón quedándose dormido poco después.

.


¿Luce mejor no? Ahora creo que se entiende sin problemas haha Gracias por leer!