Disclaimer: El anime y manga Hetalia Axis Power pertenecen a Estudio Deen y a Hidekaz

Advertencias: AU, Incest, Muerte de personajes

Aclaraciones: -Gales tiene 15 años e Inglaterra 7 años

-La historia está ubicada en la segunda mitad del siglo XVIII, en algún pueblo entre los límites de Gales e Inglaterra- según-

-Hay algunas cosas históricas que deberían ser aclaradas, pero no lo haré dado que la historia se entiende bien sin ellas

-Cualquier anacronismo, dispénsenme u.u supongo que un poco de modernidad tenía que colarse

¡No podía faltar mi aporte para estas fechas! XDDD Y claro, algo entre los hermanos británicos era esencial~ jojojojo. Surgió después de leer un poco qué era "Halloween" y también de la investigación de algunos detalles de la información, ¡me divertí! n.n Y aprendí mucho .w. Aunque esto debió ser publicado ayer -para que fuera mucho más acorde- debido a algunos problemillas de conexión no pude u.u ¡pero aquí está!

No es gran cosa... de hecho, creo que no logré redondear la idea que quería, pero espero lo disfruten n.n

Gracias n.n

Owari~

Gales: Glen Kirkland

Bélgica: Emma Van Heemskerck

Holanda: Govert Van Heemskerck


"Calan Gaeaf"


Capítulo 1


Se paró nuevamente frente al espejo y dio un par de vueltas. Sintió cómo la capa se mecía con su movimiento y el leve aire que levantó con ella

Frunció el ceño

No le gustó

Se la quitó e intentó acomodar una sábana blanca del mismo modo. Comprobó su apariencia con el reflejo

Tampoco le gustó

La colocó sobre su cabeza, ocultando su figura y haciendo algunas volteretas con diversión. Escapándosele una risa, corrió ante el espejo e intentó vislumbrarse a pesar de la tela que impedía su vista

Claro que no lo logró, pero eso no le quitó que disfrutara del olor a limpio y la frescura del lienzo que lo cubría… sin embargo, tal entretenimiento no resolvía su problema inicial:

"¿Qué disfraz debería usar para salir a pedir caramelos?"

Faltaban menos de 3 horas para que oscureciera y todos los niños del pequeño pueblo procedieran con la conocida tradición del 31 de Octubre: "All Hallows' Evening", también llamada "Halloween" o "Noche de Difuntos", que si le preguntaban, a él le interesaba más porque recibía deliciosos y variados dulces de todos los vecinos… y porque se entretenía por las divertidas bromas que los más gruñones sufrían al no regalar caramelos, ¡p-pero sólo eso! No era como si tuviera intenciones de ser tomado por un crío –a pesar de que tenía 7 años- y de ser castigado junto con Francis, Gilbert y Antonio, los autores de dichas jugarretas

A pesar de que aquel era un pequeño pueblo muy alejado de las bullidas capitales y de otras villas, aquella celebración era bastante completa: primero salían a pedir dulces, luego iban a la capilla para escuchar una misa que Govert ofrecía por la salvación de los difuntos, y enseguida acudían a la casa del alcalde, donde se celebraba una cena muy animada llena de música, baile, juegos, más dulces y otras cosas

No estaba muy al tanto, pero según había escuchado, no tenía demasiado tiempo que se celebraba el Halloween por ahí… quizá tendría 8 años, después de que, según decían los más viejos, acabaron con el último de los brujos malvados de la aldea y pudieron purificar esas tierras; para que ninguno se atreviera a acercarse, se construyó la Iglesia, se colocaban por esas fechas calabazas con rostros "aterradores" y los más pequeños se disfrazaban para ahuyentarlos… bueno, eso decían, pero él no lo pensaba mucho mientras pudiese divertirse y comer tantos dulces que su estómago sería capaz de reventar

Por supuesto, después de tanta ingesta de azúcar le daban muchas pesadillas… aunque no representaba el mínimo problema: Glen nunca se había enfadado porque fuera a su cama en busca de refugio

… hablando de él, ¿dónde estaría? Ya era hora de que llegara a casa para comer

Dejó un momento las prendas y se asomo a la ventana, de puntitas, con esperanza de vislumbrar su figura por la calle

Su hermano Glen tenía 15 años y trabajaba por las mañanas en los campos de cultivo, por las tardes era aprendiz de Feliks en su sastrería, y por las noches en la iglesia como ayudante general; gracias a que ese polaco excéntrico no era demasiado exigente, el mayor podía regresar a casa a la hora de la comida, por eso le extrañaba que todavía no se hubiese aparecido

A pesar de que el de ojos verde oliva era demasiado joven como para hacerse cargo de sus necesidades, no podía negar que estaba orgulloso por sus esfuerzos y muy feliz porque, aún con sus sobrias maneras e inexpresivas oraciones, sabía que lo hacía sólo por él: eso se lo decían sus miradas cálidas, los pequeños dulces que con trabajos le llevaba, la ropa que le confeccionaba gracias a lo aprendido con Feliks, y esa forma de narrarle cuentos antes de dormir, entre muchas otras cosas

¿Sus padres? Bueno, supo desde muy niño que murieron en el incendio de su antigua casa cuando apenas era un bebé, y al no tener parientes quienes los acogieran, el cura –el que hubo en esos años- y posteriormente su hijo mayor como nuevo pastor, junto con su amable hermana, los ayudaron: se quedaron en un cuarto –en el que actualmente vivían- que le pertenecía al mismo padre; Emma lo atendió mientras Glen ayudó en la parroquia; recibieron alimento, educación y vestido a cuenta de las donaciones caritativas; y conforme crecieron, se independizaron al grado de que ya no eran tan imprescindibles las visitas de la rubia y del padre, además de que su hermano se esforzaba en pagar sus propias necesidades y de recompensar las molestias previas

No tenían mucho dinero, y los lujos estaban muy lejos de su alcance, pero nunca les faltaba para comer y para las reparaciones de su humilde choza, localizada en los límites del pueblo, junto a unos grandes campos y relativamente cerca del bosque, donde decían que salían los espíritus malvados durante la noche del 31 de Octubre y en el que los buenos se paseaban por el sitio para recordar lo que habían sido antes de morir

Miró hacia al frente y notó que su vecina, la linda y alegre Kylie, se hallaba en su puerta hablando con Toris, el florista, al tiempo que recibía una canasta de narcisos en botón, listos para abrir en cuanto el frío pasara

Sus cejas se fruncieron al grado de que se volvieron una, sin olvidar que un gesto de fastidio y recelo se reflejó en su rostro infantil: no era secreto para él que Kylie estaba enamorada de su hermano, de aquella manera en que anhelaba llamar su atención y pasar todo el tiempo a su lado; seguramente deseaba lucir muy hermosa para la fiesta de esa noche e intentaría comprometerlo regalándole una de esas flores, las favoritas del mayor

Comprendía que habían sido amigos desde pequeños, y que Glen al ser más grande –y por trabajar en la parroquia-, la había ayudado en su aprendizaje con el catecismo… ¡p-pero de ahí a que quisiera ser su novia existía una gran diferencia! ¡¿N-No comprendía q-que tenía demasiadas cosas que hacer c-como para interesarse por una chica?! ¡Y él no ayudaba en nada siendo amable!

A-Al menos, le consolaba, sabía que era así con todo el mundo, ¡hasta con Iván! Por eso la castaña no podía darse el lujo de creerse especial, ¡claro que no! Si lo que quería era casarse, era mejor que se fuera a Londres y buscara un buen partido, ¡no debían hacer falta!

Sí, lo mejor sería que se diera por vencida y buscara a alguien más porque, sin importar la situación, Glen sólo estaba verdaderamente al pendiente de él y había prometido muchas veces que siempre estarían juntos, como hasta ahora

Eso le hacía muy, muy feliz

-¿Arthur? – escuchó una voz desde la puerta – Estoy en casa

-¡G-Glen! –vaya, no se dio cuenta de cuándo atravesó el umbral - ¡Hola, bienvenido! –corrió hacia él- ¡¿Cómo estás?!

-Bien, gracias por preguntar –cerró la puerta y le acarició la cabeza – ¿Qué estabas haciendo? –sonrió ligeramente- Te veías entretenido mirando por la ventana

-¡N-Nada importante! –sonrojó de vergüenza y rió un tanto forzado –J-Jaja, ¡sólo esperaba verte pasar! Te tardabas en volver

-Lamento eso, había mucho trabajo – explicó con calma – ¿Pero cómo estás? ¿Qué tal tu día?

-¡Bien! –le ayudó a colocar las cosas que traía en la mesa – Después de la lección del catecismo y de ayudarle a Emma con las compras, regresé de inmediato para elegir el disfraz que usaré hoy en la noche

-Oh – se sentó en la sencilla silla de madera - ¿Y ya lo has decidido?

-Todavía no –suspiró – Tal vez sólo me cubriré con una manta y seré un fantasma

-No te oyes muy convencido

-Cierto, pero no queda mucho tiempo, ¡y no le pediré a ese sapo de Francis que me preste uno! ¿Te imaginas? Me pegaría sus piojos

-Conque piojos – ladeó apenas la curvatura de sus labios, logrando que se sonrojara involuntariamente – No creí que te preocuparías por eso

-¡¿C-Cómo no hacerlo?! Cuando pasó, pensé que moriría de la comezón que sentía

-Me refería al disfraz – sacó de la bolsa que traía un par de pequeñas calabazas - ¿Te importa tanto? –antes de que respondiera, él mismo lo hizo –Es natural que sí, después de todo, es la única noche del año en que puedes comer muchos dulces y participas en los juegos colectivos, sin mencionar que siempre ganas ese concurso de hilos de colores

Su pecho se infló de orgullo - Bueno, ¿qué puedo decir? Soy el mejor en eso

-Tu modestia es inquietante, Arthur – dijo con un tono burlón que no le molestó –Por eso estoy preparado –le extendió un paquete – Espero que sea de tu agrado

Lo recibió con sorpresa, pero rápidamente lo abrió

Sus ojos verde esmeralda se abrieron de emoción cuando se deshizo de la tapa y descubrió una tela de color café oscuro; la levantó y extendió para averiguar qué era

-¡Glen! – sonrió con desmesura -¡Esto es…!

Se trataba de una capa, de esas que parecían usar los viajeros en sus partidas y que seguramente le quedaría arrastrando un poco; tenía muchos detalles de animales en las doradas costuras, y el lazo que se usaba para atarlo al cuello se sentía bastante suave; la capucha era holgada, y en la parte de la espalda había algunas figuras bordadas en hilo oscuro que se le figuraron una luna, estrellas y soles; también en la caja se encontraba una máscara con una nariz muy pronunciada, como de un pájaro en colores azul, rojo, amarillo y verde conseguidos por la combinación de varias hojas secas y frescas que estaban incrustadas; para las manos tenía unos guantes con fragmentos de piñas de pino muy pequeñas pero no menos coloridas, sin la parte de los dedos para que pudiese agarrar las cosas sin manchar la tela

Se notaba que todo era de muy buena calidad a pesar de estar hecho con materiales locales, contando el arduo y dedicado trabajo que se alcanzaba a ver en unas piezas aparentemente sencillas

Lo miró con muchísima alegría

-¡¿Es para mí?!

-Así es

-¿P-Pero cómo? ¡¿Dónde lo conseguiste?! ¿Le pediste a Feliks que lo hiciera?

-En realidad, lo hice yo mismo

-¡¿Todo?!

-Sí, hasta la máscara y lo demás –suspiró sonriendo - ¿Te gusta?

-¡Sí! ¡Mucho! – dejó las cosas en el paquete con cuidado y lo abrazó con fuerza - ¡Gracias! A-Aunque… - le miró dudoso - ¿En verdad está bien? Quizá el material fue costoso, y las costuras…

-No te preocupes – correspondió su gesto – Quería darte esto, es lo que importa

-Glen…

-Además… -lo separó un poco, y aunque apenas fue perceptible, su tono se volvió algo serio –Lo vale, porque esta noche será muy especial

-¿Eh?

-Voy a mostrarte algo sorprendente, y debes lucir muy bien para ello

-¿Tiene que ver la fiesta o…?

-Más o menos – le besó la frente, haciéndolo reír – Será una cosa que sólo veremos tú y yo justo después de que todos se hayan ido a dormir… -ladeó un poco su sonrisa, de aquella ocasional manera que lo ponía inevitablemente colorado –Pero guarda el secreto, ¿de acuerdo?

-¡D-De acuerdo! – afirmó con seguridad; aunque tenía una enorme curiosidad por saber de una vez qué tramaba su hermano, por ahora se sentía conforme con esa complicidad que los unía -¡Lo prometo!

-Muy bien - suspiró – Ve a probártelo: quiero ver si necesito hacerle arreglos o no

-¡Sí!

-Y apresúrate, porque igual debes ayudarme a darle una terrorífica – enfatizó con humor – cara a estas calabazas

-¡¿Prepararemos también dulces?!

-Unos pocos, al menos para que Gilbert, Francis y Antonio no tengan pretexto de jugarnos una broma –se levantó y le dio un pequeño empujón –Anda, cámbiate, no tenemos mucho tiempo

Asintió con infantil felicidad y corrió hacia su cama con el paquete en las manos; sacó la túnica para estudiar mejor el largo, y viendo que no era ajustada, se la colocó encima del resto de su ropa sin problema

Enseguida se probó la máscara y los guantes, viendo el resultado en el espejo con entera satisfacción

-¡Es perfecto! Creo que no necesitará ningún ajuste

-Eso parece – vio su reflejo atrás suyo – Camina un poco para ver si te tropiezas

Así lo hizo, y observando que no tenía ningún problema a pesar de que arrastraba la parte inferior, el mayor sonrió apenas – Está bien

-¡Jah! ¡Ese Francis quedará realmente sorprendido! También les cerraré la boca a Antonio y a Gilbert, ¡ninguno tendrá un disfraz tan sorprendente como este!

-En realidad no tiene nada de extraordinario

-¡Claro que sí! Lo hiciste especialmente para mí, ¡y eso lo hace increíble!

-Si tú lo dices – volvió a la cocina – Bueno, quítatelo con cuidado y ayúdame con las calabazas

-¡Ya voy!

Y mientras lo hacía, no pudo evitar recordar aquella sorpresa de la que le habló, ¿de qué se trataría? ¿Qué le mostraría? ¡Debía ser algo único si le pidió que no se lo dijera a nadie! También como para prepararle un traje, unos accesorios tan bonitos, y por hacerse el misterioso… en realidad siempre se lo había parecido, y si esta vez le compartiría uno de sus grandes secretos, debía ponerse a la altura, ¡esta vez, un evento importante los uniría aún más como los mejores hermanos! Y no estaba dispuesto a echarlo aprender, ¡no señor!

Así, tendiendo con delicadeza la túnica en la cama junto a lo demás, corrió a la cocina para hacerse cargo de esos escalofriantes rostros, ¡los haría muy, muy espeluznantes! Así ahuyentaría a los malos espíritus y la noche estaría en calma para que se divirtieran juntos

-¿Sabes qué sería fantástico, Glen?

-¿Qué?

-¡Que con estas calabazas pudiéramos ahuyentar también a Francis! – sujetó el cuchillo de punta redonda con fuerza mientras una aura "malvada" lo rodeaba - ¿Te imaginas? ¡Sería un verdadero favor para el mundo! Y sobre todo para nosotros, ¡no tendría que volver a escuchar un chillante "Iggy" nunca más!

-Francis no es un espíritu malvado

-¡Por supuesto que lo es! Y se vuelve peor con Antonio y Gilbert

-¿Quieres decir, entonces, que sin ellos no lo sería tanto?

-…

-Hasta podrían ser amigos

-¡Eso jamás!

¡Tenía el presentimiento de que este sería el mejor "All Hallows' Evening" de todos!