Notas de Autor al final.
Hola, mi nombre es Alfred F. Jones, tengo 17 años y me gusta escuchar Zeldain Garden para dormir. Estaba jugando LMAO cuándo sucedió el accidente. Soy nivel 130, pero no es por alardear ni nada por el estilo.
¿Qué? Ah, se supone que tengo que contar algo ¿Acaso este no era el grupo de apoyo para gente sin internet? Bueno, mientras espero a que llegue te puedo contar una historia.
Recientemente me había mudado a la ciudad, pero no a la parte genial llena de movimiento y luces, sino a la parte dónde lo más raro que pasaba era que el vecino salía corriendo mientras se echaba agua bendita para ''Refrescar el espíritu'' .Eso, y que mi hermano menor se uniera a las niñas exploradoras, pero eso es algo que abarcaré más tarde. Me mudaba junto a mi madre, mi hermano y mi perrito Soufflé (No, no. No es un híbrido, así se llama) La tarde era muy calurosa y lo único que podíamos hacer era sentarnos en la entrada mirando cómo los señores de la mudanza ayudaban a mamá a meter las cosas y a subirlas por las escaleras, Soufflé los hacía caer cada dos por tres. Ninguno de nosotros quería mover un solo dedo, lo cual me impedía comunicarme con mi hermano. Ok, quizá ahora pienses ''Qué borde eres, Alfred, ni para hablar con tu hermano te mueves'' Pues ese es el punto, mi hermano era sordomudo, y creo que ya sabes lo que tengo que hacer para que me entienda fluidamente en vez de ponerlo a leerme los labios.
—Alfred, dile a Matthew que entre para tomar algo — ¿Lo había mencionado antes? Mi madre ni se molestó en aprender lenguaje de señas (Oh sí google, te dañé la diversión) Aunque no la culpo, la pobre no pasó mucho tiempo con nosotros en nuestra primera infancia, y cuándo lo hacía mi pobre hermanito parecía parte de la decoración. Pero este baby que lees aquí es taaaan buen hermano que lo aprendió por sí mismo gracias a los DVD's de la biblioteca. Debieron darme un premio por eso, pero una barra de chocolate no estuvo nada mal. En fin, golpeé a Mathew ligeramente en el hombro y cuando obtuve su atención le pasé el mensaje de mamá ¿Con qué me pagaron? Con un hermano que te levanta el dedo de en medio y se va sobándose el hombro, nenaza. Mamá me llamó para que entrara, y ganas no me faltaban de una buena coca-cola, pero preferí quedarme observando la fauna del lugar.
A quién engaño, sacudí fuertemente la cabeza y entré a la casa. Mamá ya me había servido la fría y negra bebida que mi garganta tanto deseaba, Mathew miraba televisión y tomaba té helado en el recién instalado sofá. Aún no teníamos cable, así que a lo mucho estaría viendo un partido de beisbol recontra-repetidísimo. Tomé mi vaso del capitán América y salí de nuevo a sentarme en el porche, un niño con una canasta pasaba cerca, pero de tanto en tanto se detenía en seco para hablar solo… Sí, esto sería interesante. Dicho niño miró a mi dirección y se acercó corriendo, alguien parecía gritarle para que cruzara la calle con cuidado, probablemente su hermano.
— ¡Hola! Mi nombre es Peter y soy miembro de los Scouts —Hizo un saludo militar al ver mi vaso del capi, el cual yo contesté con la misma seriedad, y luego continuó —Y me preguntaba si le gustaría comprarme una galleta para mi medalla de 'Joven comerciante'
— ¡Seguro! ¿Tienes de chispitas de colores? —Sólo tenía en mi bolsillo diez dólares para todo el fin de semana, pero Dios, las galletas caseras son la gloria. Además, las galletas con chispitas de colores son una buena alternativa para las con chocolate. Según mi doctor si sigo comiendo grasas me pondré gordo y no habrá dieta que valga y bla bla bla, no me importa mi doctor, si mi mamá me veía con un poco de chocolate me mataría. Peter asintió y me extendió una bolsa de plástico con cinco galletas de un tamaño considerable. —Serían cinco dólares, señor.
— No creo que llamarme señor sea adecuado —Contesté mientras sacaba el arrugado billete de mi bolsillo y se lo pasaba al niño —Creo que seremos vecinos, mi nombre es Alfred. Pero tú me caíste bien, me puedes decir Al.
— ¡Genial! —Peter me extendió el cambio y sonrió ampliamente —Mi tío vive a tres casas de aquí con los abuelos y ahora me estoy quedando con él los fines de semana. Te lo hubiera presentado, pero es gruñón y un poco tímido. (Y sieeempre presume de ser un caballero) Quizá por eso no tiene novia.
Reí un poco ante el último comentario, mi nuevo amigo sólo miraba a ambos lados asegurándose de que nadie lo hubiese escuchado. Aquel sujeto sonaba cómo un cuarentón solitario, y ahora que lo pensaba, tenía un tío así. Nunca desde que tengo memoria le conocimos una pareja estable, y desgraciadamente sé el porqué. Peter me sacó de mis pensamientos momentáneos al despedirse sonoramente, tanto que juraría que Mathew lo escuchó…
Espero que mamá no se entere de que siquiera pensé en esa broma.
Peter entró a la que dijo que era su casa… Juraría que esa puerta se abrió sola, quizá eran brujos sus tíos y por eso eran solterones ¿Quién soy yo para juzgar?
Ya empezaba a ponerse el sol y los mosquitos empezaban a picar, mejor subir a mi cuarto y ver si los de la mudanza habían sido tan amables de instalar mi cama antes de irse, pero antes un refill para acompañar las galletas era una parada obligatoria. Luego de llenar mi patriótico vaso de patriótica bebida, subí a mi nueva habitación para descubrir un montón de muebles y un colchón tirado en el suelo. Sobre ese colchón una notita con lo que parecía ser la caligrafía de Matt.
''Fuimos a comer pizza, le dije a mamá que no querías ir. Salimos por la puerta de atrás. xoxo''
Esta era su jodida venganza cada vez que medio le tocaba un cabello, se encargaba de alguna manera de dejarme sin comida. Cuándo le trato de decir a mamá, él me amenazaba con contarle que a los cinco años lo pisé tan fuerte para que hablara que terminó con el pie roto. Y no, yo no era gordo, era fuertecito. Él inventó que un auto le había pasado encima del pie y él no tuvo tiempo de quitarlo ¿Quién no le creería al pequeño Mathew? O más importante ¿Quién creería que once años después seguiría usando esa mentira cómo amenaza? Suspiré pesadamente y dejé el vaso del capi sobre una caja para enchufar el ventilador, la brisa se llevó un poco de mi frustración. Me tiré de espaldas sobre el colchón y abrí el paquete de galletas, su sabor cómo esperaba era glorioso.
'Ahg, fuck it' Pensé de nuevo en aquella escena en la que Peter me hablaba de su tío. Curiosamente, yo lo imaginé cómo el mío, pero con las grandes cejas de mi distribuidor de galletas. A veces ese tipo me daba lástima, pensar que se quedaría solo el resto de su vida, pero luego se me pasaba cuándo recordaba que lo más probable era que yo terminara cómo él. Según mi madre un cincuenta-cincuenta, y por eso me animaba a usar el feo collar que mi padre me hizo antes de… Dejarnos por un largo rato, cómo le llamaba ella.
Mejor pensar en cosas positivas, cómo en que al día siguiente el oftalmólogo me diría que tenía un ojo de halcón y que no necesitaría lentes. Actitud positiva, Alfufu.
Y antes de darme cuenta ya estaba dormido con la mitad de mi cuarta galleta a medio masticar en mi boca.
¡Gracias por leer el capítulo! De verdad me emociona empezar esta nueva historia, pero por ahora no tengo Beta, así que tal vez sea un poco más difícil.
O sea ¿Porqué escoger entre todo el año que tuviste para empezarla, la temporada de exámenes finales? No lo sé, no lo sé. Quizá me gusta trabajar bajo presión :3c . Antes de irme, les vuelvo a agradecer y a contarles que Ni Axis Powers Hetalia, ni sus personajes me pertenecen.
¡Hasta la vista, babus! -Cabbyt
