¿Qué es esto? Bueno, a pesar de que estoy planeando continuar con la secuela de Digimon Adventure: Alfa & Omega, llegué a la conclusión de que quería profundizar más en las relaciones de los chicos en un marco diferente y con un lapso de tiempo tan grande entre los dos fics (son casi seis años) decidí escribir historias independientes que se centren en ellos. Habrá, espero, uno para cada una de las parejas de los nuevos niños elegidos y varias más. Seguramente no serán más que viñetas sueltas o drabbles pero todos se centrarán en los nuevos niños elegidos y sus vínculos.
En este los protagonistas serán Tsubasa Takaishi, Makoto Kido y su complicada relación.
Destination unknown
Destino desconocido
Si se lo preguntasen a Tsubasa, él diría que fue una manifestación súbita de una verdad. No era algo que había esperado ni en un millón de años, sino que le resultó ajeno hasta el momento en el que se dio cuenta y si tenía que describirlo era una sensación parecida a la de ser cegado por la luz después de haber estado a oscuras. Su hermano mayor probablemente también lo desconocía y, en su mundo único, eso era decir algo. Tsubasa pensaba que no había nadie que lo conociese mejor que Koichi Takaishi.
—Eso es porque tú, a pesar de todo ese acto de sabiduría y tus buenos consejos para otras personas; eres pésimo para entenderte a ti mismo —dijo Koichi, con una sonrisa en su cara cuando le comentó eso mismo. Generalmente no entendía su razonamiento, de todos modos—. Siempre pareces necesitar un GPS para encontrar tus sentimientos. Y yo soy tu GPS.
Estúpido, Koichi. Siempre tenía que tener razón.
Tsubasa no solía prestarle atención a su hermano mayor —bueno, sí lo hacia, pero no quería que Koichi se diese cuenta que él en verdad escuchaba y valoraba su opinión más que cualquier otra porque Koichi se volvería un arrogante y no se lo dejaría pasar—, y por toda la situación novedosa en la que se encontraba todavía se sentía aturdido. En realidad, no sabía como reaccionar o la forma en la que seguir adelante. Quería preguntarle a Koichi, necesitaba una orientación de alguien, pero él no tenía idea de cómo hablarle a su mellizo de lo que le pasaba.
La revelación lo asaltó en uno de los pasillos de la escuela superior a una edad no muy temprana pero tampoco tan lejana y lo dejó en una dimensión extraña trenzada, por la realidad y sus pensamientos, en hilos de ironía.
Una epifanía, en otras palabras.
Era un día cualquiera, de esos donde todo lo ocurrido era como una repetición del día anterior con pequeñas adiciones para sentir la diferencia. Las clases con retraso por los festivales próximos y las tareas repartidas entre alumnos de distintos salones eran el escenario común y él había escapado de Koichi, literalmente, que le estaba pidiendo ayuda con alguna cosa de la que no quería saber nada. Su hermano mayor siempre trataba de hacerse cargo de cosas irrelevantes. Y de cosas no tan irrelevantes pero igual de innecesarias.
Tsubasa decidió que uno de los dos tenía que ser menos altruista que el otro. Por la salud de ambos.
Tratar de esquivar a tu mellizo en la escuela es tan divertido como parece, al menos durante los primeros momentos. Luego, se vuelve tedioso. La escuela tenía muchos salones libres para esa época porque la mayoría de los alumnos estaba preparandose para las celebraciones así que, de repente, esconderse un rato le pareció una buena idea.
Hasta que no lo fue.
—Eres muy amable, Megumi-san—una voz masculina que le provocó una sacudida en el estómago sonó detrás de la puerta del salón. Tsubasa la reconoció de inmediato y trató de quedarse inmóvil, de no ser descubierto—… Pero no puedo corresponder tus sentimientos.
Tsubasa sintió una oleada de irritación inesperada que lo detuvo en su sitio, entre las taquillas y la entrada. ¡Y él que había pensado que nadie estaría por allí! Casi esperaba que Koichi lo encuentre en ese momento, habría sido lo mejor. No podía verle la cara a ella desde donde estaba —quedaba de perfil a su lugar— pero sí podía verlo a él. Tenía un gesto amable en su rostro y parecía algo culpable por sus palabras.
Makoto Kido era gentil hasta para rechazar a una chica. Típico.
—¿Estás saliendo con alguien, senpai?
Tsubasa se quedó inmóvil. No podía estar seguro si ellos eran ajenos a su presencia o no, tampoco entendía del todo por qué quería escuchar la respuesta.
Solo sabía que no podía irse.
—No, pero…
El hijo de Takeru y Hikari frunció el ceño. No era la respuesta que esperaba.
—Ya veo—dijo Megumi, con suavidad. Tsubasa supuso que había bajado la mirada o algo, su postura cambió—. Hay alguien más.
Makoto tardó una eternidad en responder. Se masajeó la nuca con nerviosismo, algo que no solía hacer nunca.
—Bueno, es... complicado.
Megumi pareció asentir. Desde esa distancia, Makoto parecía estar haciendo una mueca de disgusto. Tsubasa pensaba que le gustaría estar más cerca de ellos y ver la expresión del hijo de Jou con mayor claridad. Se mordió el pulgar para hacer silencio.
—No se elige de quien enamorarse, senpai.
—En realidad no—dijo el menor de los gemelos Kido, con seriedad—, realmente no.
—Pero sí se puede elegir qué hacer con los sentimientos. Tal vez debería decirle. Esa persona que quieres es muy afortunada. Lo sería más si supiera lo que sientes.
Tsubasa vio la sonrisa fugaz en el rostro del segundo hijo de Jou pero no logró identificarla. Ojalá estuviese más cerca.
Makoto resopló, suave. Él parecía ser siempre dócil, frágil. Tsubasa sabía mejor. Makoto era como la oscuridad. Un refugio perfecto para los miedos terribles y la desesperación. Ideal para esconderse, para escudarse del mal y el bien.
Y tan capaz de cosas aterradoras.
—Sabes que eres muy linda y agradable, me gustaría poder corresponderte, Megumi… Pero…
—Está bien, entiendo.
Y era Tsubasa quien no entendía.
Si se lo preguntasen a Makoto, él diría que siempre lo supo. Tal vez no a nivel conciente, aunque tampoco podía negar que había sentido antes la invisible chispa en el aire cuando solo estaban los dos. Eran ocasiones tan escasas que podía contarlas con los dedos de la mano y, si era absolutamente sincero, se alegraba de ello. No solo porque no estaba acostumbrado a sentirse tan fuertemente afectado por alguien sino porque no le gustaba sentirse tan fuertemente afectado por alguien que lo despreciaba.
—¡Tsubasa-senpai!
Megumi se sonrojó cuando se giró y vio la figura sorprendida del menor de los Takaishi en la entrada del salón, junto a las taquillas. Makoto parpadeó hacia él —no lo había escuchado llegar— y vio que el rubor se desplazaba por su cuello desde sus orejas. Para el joven Kido era una señal que había escuchado todo y había planeado irse sin ser descubierto. Sin poder evitarlo, entrecerró los ojos.
—L-lo siento, y-yo me estaba escondiendo de mi hermano, Koichi, tú sabes… y-y no quise interrumpir porque a mí siempre me pareció irrespetuoso que—Makoto lo miró con sorpresa: nunca había escuchado tartamudear de ese modo a Tsubasa Takaishi—… no quise interrumpir. L-lo siento. Me voy a ir por donde vine y no me vieron ni yo los vi, si me preguntan… Que no lo harán porque no estuve aquí.
Megumi soltó una risita cuando el joven desapareció. Toda su vergüenza quedó olvidada cuando fue obvio que la del joven Takaishi había sido mucho mayor. Ella sabía quien era a pesar de que era un par de años menor.
—Tsubasa-senpai es muy lindo cuando está nervioso—comentó, con una sonrisa. Ella no habría esperado que él fuese un chico nervioso. Ciertamente, no lo parecía en general, y era muy popular entre sus compañeras por su confianza y seguridad.
Makoto sintió que sus labios se contraían en su esfuerzo de esconder la sonrisa.
Fracasó.
—Sí, él es.
Megumi se volvió a mirarlo y las palabras se quedaron trabadas en su garganta. La mirada en los ojos oscuros era casi… cariñosa. No, esa no era la palabra, pero Megumi no podía dar con el término correcto. Tal vez no existiese o, quizá…
—Oh.
Makoto frunció el ceño, volviendose a mirarla por primera vez desde que Tsubasa había aparecido en la escena. Los ojos de la muchacha reflejaban algo extraño.
—¿Megumi-san?
La sonrisa de ella se amplió un poco más. —Esa expresión en tu cara, debiste haberla visto. Tal vez Tsubasa-senpai también debería haberla visto.
Makoto frunció el ceño, confundido. —¿La expresión de mi cara?
—¿Va a decirme que no tiene idea de lo que estoy hablando, Makoto-senpai? —Megumi susurró, negando con la cabeza. Sus ojos se habían suavizado, a sabiendas, comprendiendo—. A mí me gusta mucho más la sinceridad. Creo que no le hace justicia a su nombre.
Makoto parpadeó cuando ella se deslizó en silencio, marchándose. Lo había dejado solo en sus pensamientos.
Tal vez Tsubasa-senpai también debería haber visto.
¿Tsubasa debería haber visto…?
Y, entonces, suspiró. No, en realidad era mejor así.
No iba a negar que le gustaran esos ojos azules, más claros que los suyos, aunque siempre encerraban una extraña mezcla de curiosidad y desaprobación cuando se encontraban con su mirada. También le gustaba esa sonrisa, esa sonrisa amplia que nunca le había dedicado y que no tenía la esperanza de encontrar dirigida a él, jamás. La había visto de lejos, en pequeños atisbos. A veces se encontraba caminando a casa de Hikari-san con la esperanza de poder ver al menor de los mellizos Takaishi durante unos minutos y no iba a negar que se sintió rechazado más de una vez cuando no pudieron entablar una conversación de más de tres frases.
Siempre pensó que lidiar con la indiferencia sería más fácil pero Tsubasa Takaishi no sabía ser indiferente.
Makoto, de verdad, no entendía. Sabía que no eran amigos, ¿Cómo podían serlo si sabían tan poco el uno del otro, si se evitaban como la peste y que nunca habían cruzado una conversación seria sin una discusión de por medio? Tampoco podía decir que eran enemigos en el sentido más estricto de la palabra, ¿cómo podían serlo si se preocupaban el uno por el otro y se entendían mucho mejor sin palabras de por medio? Esas contadas ocasiones que solo habían compartido unas pocas veces y que atesoraba como ninguna otra cosa en su vida.
Tal vez su armonía era disonante pero existía y en ese limbo no había lugar para la indiferencia.
N/A: Destination unknown es una canción de Kalafina a la que siempre he asociado con Makoto Kido y su rol en este universo.
