Enséñame a Amar
By: Fesabi
Inuyasha un héroe el cual es el hijo de una humana y un dios, Kagome es totalmente distinta a el chico una humana común y corriente, todos saben del chico y es una leyenda... ¿que pasa cuando Inuyasha por circunstancias es casado con Kagome?, acaso ¿ambos aprenderán el valor de Amar?... ¿Kagome podrá competir con toda la región de amantes de aquel súper héroe?...
Capitulo I.- La villa.
¿Ahora cual es nuestro siguiente destino?.- lo pregunta uno de los dos hombres, aquel que tiene cabello negro siendo amarrado por una pequeña cola de caballo, un pantalón beige del la misma forma que su compañero y una playera que solo cubre su pecho y espalda dejando sus brazos desnudo.
A la villa mas cerca, necesito comer…- lo contesta aquel otro individuo de cabello negro, mas alto que su compañero, una espada en su cintura de diferente forma que su amigo, y aquel cuerpo que cualquier mujer en una villa pasa un buen rato con él.
¿has visitado antes esta villa?.- lo pregunta aquel hombre, haciendo un toque de picardía en aquella pregunta
No.- es única respuesta que obtiene de su amigo, amargado este, y él que quería que le presentara algunas chicas.
Muévete Miroku, tenemos que llegar antes que anochezca.- lo anuncia su amigo al ver que este solo se queda pensando un momento.
Oh vamos, Inuyasha no hay nadie que nos venza.- lo dice este, viendo la cara de arrogancia de su amigo.
¡feh!, tienes razón… pero yo tengo hambre.- lo dice este, caminando por aquel sendero.
Una fresca brisa se hace presente moviendo aquellos cabellos negros, mientras el destino de aquellos dos hombres continúa hacia la siguiente villa.
De un momento a otro escuchan un grito, haciendo que Inuyasha se pare en seco, del mismo modo que Miroku, escuchando de nuevo otro y correr en dirección de este.
Un tercer grito se escucha en aquel lugar, viendo de donde proviene de una cueva.
Yo entro.- lo informa Inuyasha, dirigiéndose a la entrada.
Yo espero a fuera.- lo murmura Miroku tomando asiento en el pasto para esperar a su amigo.
Corre dentro de aquella cueva, escuchando un cuarto grito, acercándose hacia donde ve una joven de espaldas con una melena azabache amarrada por un listón azul del mismo color que aquel vestido.
Vuelve a escuchar otro grito girando su cabeza hacia la pequeña niña que se encuentra atrapada entre aquel animal y la pared.
¡hey tú demonio!.- lo grita la joven de espaldas - ¿por que no vienes por mi?.- se lo reta, haciendo que la cabeza de aquel demonio se gire a ver su siguiente presa.
¿planea una débil humana derrotarme?.- lo pregunta aquel demonio, de cuatro patas, un tamaño razonable para que cualquier humano tenga miedo de él, y aquellos ojos escarlatas que lo único que muestran son odio.
Deja a la niña y yo seré tu presa.- lo dice esta joven, mirando desafiante a aquel demonio, sabiendo bien que aquella pequeña es hermana de una amiga suya.
¡no Kagome, no me dejes sola!.- lo grita la pequeña abrazando aquel peluche de felpa.
Tranquila Rin, ve a la villa y no pidas ayuda ¿si?.- lo dice Kagome, viendo como la pequeñita es liberada, para correr hacia ella.
Pero Kagome…- lo dice esta pequeña de tan solo siete años de edad, con los ojos llorosos.
Anda, vete…- se lo dice para darle un beso en la freten, guiando aquella niña hacia la salida, solo así para desafiar aquel demonio.
"Esa mujer esta loca, ¿pretende acabar sola con él?"
Inuyasha tan solo mira oculto atrás de una roca, a aquella mujer, muy bonita de piel bronceada tal ves por el sol, una melena azabache y unos ojos algo raros, en un momento pensó que eran un negro intenso pero ahora son azules, una figura envidiable, todo perfectamente proporcionado.
Es una lastima que vaya a comerte…- lo dice aquel demonio acercándose hacia la mujer.
Eso espero…- lo contesta sin mostrar algún miedo en su rostro.
"¿acaso esa mujer quiere morir?"
Se pregunta así mismo Inuyasha viendo como esta esquiva el primer ataque de aquel demonio con una marioneta, sin importar que alguien pueda ver esas largas piernas.
"¡Inuyasha!"
Lo escucha la voz de su conciencia, si lo sabe no es el momento de pensar en aquellas, pero es que hace tiempo que esta solo en aquel aspecto que lo extraña de cierta manera, pero esperaba encontrar alguna compañía en aquella aldea.
Ahora rescatar a esa joven mujer y después ya tendría tiempo de pensar en lo demás.
¡hey demonio, no te atrevas a tocarla!.- lo anuncia aquel hombre, llamando la atención de aquella joven y aquel demonio.
Vaya, vaya, otra comida viene hacia mi…- lo dice aquel demonio observando el cuerpo de aquel hombre.
Kagome por su parte tan solo ve aquel extraño que viene a salvarla, esperando a que no sea ningún idiota.
¡vete de aquí!.- lo grita Kagome hacia aquel hombre de ojos dorados.
¡feh! Mujer vine a salvarte…- se lo dice Inuyasha desenfundan su espada.
No quiero que me salven, vete baka…- se lo contesta dejando que el demonio se confunda, si aquella mujer quieren que la maten, ¿Por qué razón?.
No seas terca mujer.- lo dice Inuyasha acercándose hacia ella.
Y tú no pretendas ser un héroe.- se lo dice, viendo como aquel hombre se acerca hacia ella hasta posarse enfrente y mirar aquel tamaño, una cabeza y media mas alta que ella, gran pecho… perfecto cuerpo.
Y me vas a decir que una humana como tú va a matar a este baka.- lo menciona Inuyasha, dejando que su espada le funcione como recargadera.
Pues si.- se lo contesta viéndolo desafiante.
Me los comeré a los dos…- lo dice aquel demonio para abalanzarse hacia donde se encuentran ambos.
¡Estoy discutiendo no te metas!.- lo grita el mismo Inuyasha cortando en dos aquel demonio.
Kagome se queda viendo la agilidad de aquel hombre y su fuerza, bien podría el ayudarse con el problema, pero… no mejor no, nunca aceptaría la ayuda de un hombre.
Ahora si… ¿en que estábamos?.- lo pregunta Inuyasha, guardando su espada para fijarse en la figura femenina que esta su lado.
En nada baka.- lo dice Kagome, girándose hacia la salida recogiendo aquella canasta de frutas.
Hey mujer te salve la vida, debes de agradecerme.- se lo dice Inuyasha llegando a lado de ella.
Yo no tengo nada que agradecer por que no lo pedí.- se lo contesta.
Yo te salve, me debes de agradecer.- se lo dice deteniéndola del brazo, haciendo que se gire para ver ahora aquellos ojos ¿marrones?, en que momento se convirtieron en marrones.
¡Suélteme!.- lo dice Kagome.
Eso si que no, hasta que me pagues.- lo murmura acercando a la chica hacia su cuerpo, y bien sabe con que puede pagarle.
No me toque.- se lo dice al sentir aquellas fuertes manos alrededor de su cintura acercándola de manera íntima a su cuerpo.
Que me suel….
No continua con aquello ya que es callado por aquellos labios, abre sus ojos enormemente sintiendo como aquello labios intentan abrir los suyos haciendo aquel beso sea mas intimo.
Se relaja un poco para disfrutar e aquellos labios, dejando que Inuyasha la apriete mas hacia su cuerpo, nunca antes había sentido aquella textura tan suave.
Esta apunto de subir sus manos hacia la espalda de la chica, solo que siente un pequeño golpe en la rodilla, separándose de ella, para sentir a continuación un gran golpe en su mejilla, dejando que aquel sonido se propague por toda la cueva, para a continuación ver como se aleja aquella chiquilla.
Se lleva una mano hacia el lugar donde debe de estar marcada aquella mano, sobándose lentamente aquel golpe, uuuyyy si volvía a ver aquella mocosa le daría una lección que nunca olvidaría.
-.-
Hey Inuyasha, ¿Qué sucedió?.- lo pregunta Miroku viendo a su compañero salir de la cueva un poco enojado.
¡feh!.- es la única respuesta del chico
Vi salir a una joven muy hermosa, pero iba hecha una furia… ¿Qué le hiciste?.- lo pregunta viendo aquella mejilla marcada, para comenzar a atacarse de la risa.
Cállate, y continuemos.- lo dice, tratando de aguantar las ganas de estrangular a su amigo, pero la culpa la tiene aquella chiquilla… unos segundo mas y estaba seguro que aquella mujer estaba a punto de caer a sus pies.
-.-
Uuuyyy ese baka, ¿como se atrevió a besarla?, es un pervertido y degenerado, pero claro también un tonto, un idiota y un presumido de primera.
Aunque también debía de admitir que besa de maravilla, ¡arg! Pero eso no importa por que aquello no le quita lo presumido y altanero.
¡hey Kagome!.- lo grita cierto individuo.
Oh no….- lo piensa Kagome al ver quien se avecina
¿Cómo estas?.- lo pregunta aquel individuo de ojos verdes.
Bien Oliver.- lo contesta siguiendo su camino, sin importar que este la siga.
Tu abuelo me mando a buscarte.- se lo dice, para seguir con ella hasta un local, que dentro se encuentran muchas mesas con hombres bebiendo en ellas otros comiendo o bien disfrutando de una partida de naipes.
Ya estoy de vuelta… gracias.- lo concluye, dirigiéndose hacia una de las puerta que debe de atender aquel semi hotel para los turistas, su abuelo se encarga de el bar y ella del hotel.
Hija, que bueno que llegas.- lo dice aquel viejo que se acerca de buena salud hacia su nieta – quiero que limpies las habitaciones que se acaban de desocupar este día.- se lo dice, sabiendo que a causa que el dinero es escaso debe de su nieta y él abarcar algunas tareas.
Si.- lo contesta, tomando aquellos elementos que se ocupa para limpiar unos cuartos modestamente arreglados por lo menos para pasar unas noches, después de todo que se le puede pedir a un pueblo lejos de la cuidad de Grecia, el cual es dirigido por uno de los malvados reyes, y nadie que pueda salvarlos de los excesos de impuestos y requisitos que el nuevo rey pide.
Suelta un pesa suspiro, mientras tiende las camas, viendo lo que tiene hasta ahora, desde que el rey Onigumo subió al trono lo único que pasa en aquel pueblo son gentes quedándose sin casa y sin vida siendo esclavos de aquel rey, y su abuelo es lo único que tiene en la vida.
Su madre murió al dar a luz, y su padre fue asesinado por unos ladrones, dejándola con su abuelo, y aquel viejecillo le tiene mucho cariño.
Por eso ella tomo la decisión de sacrificarse por su abuelo, acepto ser la esposa de Onigumo a cambio de que él no matara a su abuelo y tampoco les quitara aquellos locales, que pasaron por generaciones.
-.-
¿vamos a dormir?.- lo pregunta Miroku al ver que por fin llegaron a la aldea, si no hubiera sido por culpa de aquel hombre que no calmaba el coraje y destrozo la mayor parte de los árboles, hubiera jurado que habrían llegado en el atardecer.
Vamos a aquella cantina, también es hotel.- lo sugiere Inuyasha, dirigiéndose hacia aquel lugar.
Inuyasha, recuerda que estamos en territorio enemigo.- se lo hace recordar, sabiendo que aquellas tierras pertenecen a Onigumo.
¡feh! Lo se, pero necesitamos descansar y tratar de ayudar a esta villa.- se lo dice, mientras caminan hacia aquel lugar, que esta infestado de hombres viajeros.
Mientras no entremos en líos…- lo murmura Miroku, tomando asiento en uno de los lugares de aquel local.
¿desean ordenar algo?.- lo pregunta aquella joven con una libreta y una pluma de tinta en la mano lista para apuntar lo que desean.
Si, ¿quisiera tener un hijo mío?.- lo pregunta Miroku tomando las manos de la chica.
¡pervertido!.- lo grita y a su vez lo golpea.
Inuyasha por su parte hace una negación con la cabeza conociendo a su amigo y aquello nunca cambia.
He disculpe, ¿para hacer una reservación?.- se lo pregunta el mismo Inuyasha, dejando que su primo siga discutiendo o cortejando que es lo mismo.
Pase esa puerta y ahí esta mi amiga, le ara una reservación si se lo pide.- se lo informa, para ver como aquel pervertido se encuentra en el piso de rodillas.
Por favor ángel mío, ten un hijo conmigo…- escucha decirlo, para después ver un golpe por aquella joven, ya después vería que con que parte se queda de aquel Miroku.
¿Qué hará con Miroku?, ese amigo suyo que tiene no hace mas que darle dolores de cabeza, pero es su único amigo, desde muy chicos se conocen y por azares de la vida ambos comparten las mismas aventuras y por que no algunas mujeres que se quedan en las villas, pero nada permanente con ninguna.
Ve aquel recibidor común y corriente, en la mesa done se hacen las reservaciones sola, pero escuchan algo e el piso lo mas seguro es que la persona este buscando algo en aquel lugar.
¿hay alguien?.- lo pregunta en voz alta.
Un momento, ahora voy…- se lo contesta aquella voz.
He si.- lo contesta viendo aquel lugar, algunos cuadros que parecen estar pintados a manos siendo obras únicas, una foto en el centro precisamente arriba donde debe de registrase un hombre mayor con una niña pequeña, y a su lado derecho están las escaleras para ir a las habitaciones.
Disculpe la tardanza, ¿Cuántas habitaciones?.- se lo pregunta buscando la libreta donde lleva todas aquellas anotaciones.
Oh no… tu…- lo dice Inuyasha reconociendo a esa mujer, la reconocería en cualquier lado y mas aquellos labios.
Kagome alza la vista para ver, quien es… aquel hombre que se atrevió a "salvarla" de esa criatura.
Continuaraaa!!
¡Bueno chicas aquí esta mi nuevo fic!, espero ver que les parece esta nueva idea… pienso poner los capítulos cuando este segura de que TODAS lo hayan leído, aunque bien depende de sus mensajes ¡-!...
Vale, necesito saber si es buena idea, solo es una copia de alguna, aunque yo estoy segura que no le he copiado a nadie, es una historia completamente original!!...
¡FELIZ AÑO 2007!
Se despide
Fesabi
