Disclaimer: Sailor Moon no me pertenece, si lo hiciera Rini en definitiva nunca habría nacido, Chibi Chibi sería la hija de Serena quien desde luego se habría quedado con Seiya y no con Darien, o al menos éste último no habría terminado siendo tan aburrido e inútil como en las últimas tres temporadas (en realidad creo que sólo fue bueno en las primeras tres xD).


"Día uno: reencarnación."

-Yaaaaaaawn! -Estiró sus brazos por encima de su cabeza al tiempo en que se sacudía la flojera de todo su cuerpo -ñam, ñam -masculló rascándose distraídamente detrás de su nuca.

Wow. Había sido increíble. Se había quedado dormido en pleno parque y a pesar del público presente no sentía el menor atisbo de verguenza. Sin duda se le habían estado pegando las mañas de "ella". A todo esto, ¿dónde estaba ella?

-Odango -murmuró irritado, aunque no mucho. No le agrada el que lo hubiera dejado solo. Pero tampoco era algo que ella hiciera de mala manera e intecionadamente. No. La conocía bien. A veces demasiado bien para su gusto. Y sabía por ende que no podía enojarse con ella. Después de todo su naturaleza juguetona siempre dominaba el resto de sus emociones.

"Ay esa niña" -pensaba.

Se levanto de la hierba sobre la que descansaba y se sacudió los pantalones antes de mirar a su alrededor en busca de la chica de coletas rubias que gozaba de divertirse ya fuera en su compañía o no. ¿Dónde estaría? El borde del río se alcanzaba a ver a unos metros de distancia a su derecha desde su posición. Y ahí estaba ella.

Suspiró.

"Menos mal" pensaba. "Haruka sin duda me mataría si se enterara de que la perdí de vista otra vez" -pensó para sí mientras caminaba rumbo a la niña en cuestión.

-Oi! Odango!

Dos chonguitos se alzaron en el aire al tiempo en que la dueña de los mismos escuchó aquél apodo venir de esa voz tan familiar. Giró en la dirección del chico y sonrió ampliamente al ver.

-Buenas noches dormilón -le dijo divertida en cuanto éste la alcanzó.

Seiya frunció los labios.

-Es culpa tuya -se excusó éste -he pasado tanto tiempo contigo que empiezo a comportarme como tú -se burló. A lo que ella se puso de pie de un salto

-Oye! Yo no soy tan atolondrada -reclamó. Sin embargo, tras levantarse del suelo se había descubierto frente al chico, quien ahora se daba cuenta de que la ropa de ella estaba completamente empapada.

-¿No me digas que otra vez te caíste al río? -le preguntó con una media sonrisa, obviamente extasiado de que la "evidencia" refutara la ahora pobre defensa de ella.

Las mejillas de la rubia se encendieron, entre pena y enojo. Desvió la vista al instante.

-¡Te caíste de nuevo al río! -exclamó él más para sí mismo que para ella, era inevitable no reírse de la gracia de aquéllo.

La joven murmuró entre dientes algo ininteligible.

-¿Qué dijiste? -le preguntó él, ella desvió la vista aún más avergonzada.

-Me quedé dormida y resbalé. -confesó, sus ojos ocultos tras su flequillo.

-¿Cómo es que... -se interrumpió al tiempo en que lo había entendido.

Ambos se habían quedado dormidos bajo la sombra de aquél árbol en lo alto de la pendiente y, conociendo a la chica, seguro es que había girado sobre sí hasta resbalar por la pendiente derechito al río. Y, al estar toda empapada y temiendo la evidente burla de él, ella no había querido regresar sino hasta que se hubiera quedado seca, razón por la cual había estado sentada bajo el cálido calor del sol.

Un instante de 5 segundos a penas y Seiya soltó la carcajada.

-hahahahahaha Serena jajaja! -se reía sujetándose el estómago como si algo pudiese salirle de éste.

-Ooooh ya deja de reírte! -se quejó ella soltando pequeñas nubes de humo por su cabeza. Pero no pudo seguir con aquél gesto por muy molesta que estuviera.

De pronto la chaqueta de él había caído sobre sus hombros. Serena le miró sobresaltada. Aquello como siempre había conseguido arrancarle un latido de su corazón. Siempre le pasaba lo mismo.

-Toma, pronto va a caer el sol y no quiero que te resfries -le dijo sonriendo.

Ella aceptó la chamarra sujetándola con ambas manos para aferrarla aún más a su cuerpo mojado. Un ligero nerviosismo se plantó en su ser impidiéndole formar una palabra coherente. Pero en cierto modo ya estaba acostumbrada...

Se llamaba Serena. Serena Tenou. Y tenía 15 años. Era rubia y de ojos azules y le encanta llevar el cabello sujeto en dos coletas con chonguitos en la parte alta. Era atolondrada. Pero no era tonta. A pesar de estar segura que hubo un tiempo en el que seguramente lo fue. Ése era el sentimiento al menos que sentía siempre que estaba con él...

Seiya Hino. 16 años. Cabello negro largo sujeto en una coleta baja y ojos de un azul profundo. Era la clase de chico que siempre estaba en medio de la acción, lo que se dejaba ver en su popularidad. Pero no era un cretino. De eso ella estaba segura.

Lo sabía cuando hacía gestos como ése de un instante atrás cuando estaban en el parque, lo supo cuando él tomó su mano en la suya para guiarla de regreso camino a casa y estaba segura de que mañana lo sabría de nuevo. Había algo en él que la hacía sentir segura y ante este pensamiento apretó más su mano.

-¿Qué pasa bombón? -le miró directamente como si hubiese entendido con la sola caricia todo lo que pasaba en el interior de la chica.

-Gracias -susurró ella.

-¿De qué? -cuestionó él verdaderamente confundido, ella sonrió complacida.

-De nada -exclamó alegremente mientras envolvía el brazo de él en los suyos, descansando su cabeza en el hombre de él. Él le devolvió la sonrisa.

-Ultimamente andas más extraña que de costumbre -inquirió -¿ha pasado algo importante de lo que me haya perdido?

-No en realidad -negó sin darle importancia y por ende él lo dejó así también.

Pero en realidad, sí pasaba. Hacía un año que venía pasando. Tenía estos extraños sueños sobre sailors scouts que peleaban incontables batallas una y otra vez. Sueños sobre un reino perdido o al menos eso parecían. Y los rostros familiares de algunos de sus amigos y familiares. Una de esas guerreras se asemejaba mucho a su hermano mayor Haruka, con la diferencia claro de que en su sueño "él" era en realidad una "ella".

Serena sacudió la cabeza para desprenderse de aquél absurdo. ¡Qué tontería! Pensó. ¿Por qué las grandes sailors scouts tendrían algo que ver con ellas? Había crecido oyendo las historias de las famosas senshi que habían creado Tokyo de Cristal. Pero después de que la segunda reina Serenity (Rini) acabara con su reinado, el mundo entero había entrado en letargo. Las batallas eran cosa del pasado y los humanos de nuevo controlaban el destino de sus vidas del modo en que había sido en el siglo XX con la diferencia claro está, de que ahora de verdad eran una raza pacífica unida en el deber de mantener la Tierra hermosa y llena de vida. Los seres de la luna habían regresado allá. O eso había entendido al menos en la clase de historia, y desde entonces no había vuelto a resurgir ninguna heroína. Así que ¿por qué soñaba con aquéllo?

Miró a Seiya de reojo y recordó al instante el sueño en el que le veía partir al firmamento con otros dos compañeros. Aquella despedida la había hecho despertar envuelta en lágrimas a mitad de la noche. Él había estado con ella desde que podía recordar. Y un mundo sin su presencia era algo que la atemorizaba más que un examen de matemáticas sin formulario y calculadora a la mano.

-Seiya -pronunció su nombre demasiado alto para evitar el que él le escuchara.

-¿mm?

Así que no tuvo más remedio que intentar empezar una conversación.

-¿Cuándo piensas pedirme que seamos novios?

-¡Eh!

Se paró en seco, aquello lo había tomado por sorpresa y se notaba en lo roja que se le había puesto la cara. Serena se detuvo también y le miró directamente. No tenía la menor verguenza en decir aquello. Para ser sinceros estaba deseando con fuerza el tener un romance y hacía dos años que había decidido que ese romance quería tenerlo con Seiya. Y por otro lado, estaba molesta de que a pesar de sus constantes indirectas y directas el chico no diera señas de entender. ¿Es que acaso ella no le gustaba? Sabía que atolondrada, pero se consideraba más bonita que algunas, para no decir que en realidad no creía que hubiera otro tipo de belleza que él prefiriera antes que ella. Y quizá era darse mucho crédito. Pero cuando se trataba de Seiya podía sentir al instante lo importante que le era ella al chico.

-Odango, tienes tino para decir las cosas -se quejó.

-¿Es que no te gusto? -le preguntó ella haciendo un puchero, el saltó de inmediato.

-¡Claro que me gustas! -espetó, asombrado de no haber titubeado ni un poco al confesar aquéllo.

-¿Entonces? -cuestionó ella juntando las cejas.

-Es que... -se le ahogó la voz. Sus pensamientos volaron hasta la imagen de Haruka, el entrometido y sobreprotector hermano mayor de la chica que tenía en frente. Si éramos fríos él era su único impedimento porque Haruka era como una especie de dragón gigante escupe fuego cuando se trataba de su hermana. Aunque por otro lado...

-Bombóm -su rostro se enserió.

Y ella le miró expectante.

-¿Sí?

-¿Quieres ser mi novia?

-¡ah!

Los ojos de ella se abrieron poco a poco en asombro. Lo que había estado esperando por fin estaba volviéndose realidad. Sonrió contenta.

-No.

-¡¿Ah! -él la miró incrédulo -pero si acabas de decir

-Es que no quiero que Haruka te mate -le explicó, mientras señalaba con los ojos al chico que tres casas adelante le miraba con dagas en los ojos desde la entrada de la casa -no aún al menos -se rió, soltándole el brazo para correr a casa -pero si me lo preguntas mañana puede que cambie de opinión.

Desapareció de su vista en cuanto entró en la casa y tuvo que soportar la mirada molesta de Haruka antes de ser libre de caminar de regreso a la suya propia.

-Haaa -suspiró y de pronto una corriente de aire le provocó escalofríos. Sólo hasta entonces se percató de que su chamarra seguía prisionera en el cuerpo de la rubia. "Oh bueno" pensó sonriendo.

Igual que Serena. Que en ese momento le veía partir a través de la ventana. Se arrebulló aún más en la chamarra negra mientras sonreía como una tonta.

Estaba tan contenta.

Lástima que esa noche nuevos sueños la acecharían. Y ninguno de ellos incluiría al chico de melena larga sino a otro par de ojos azules más maduros que los de su compañero.


A/N : Achis... siempre de arriba hacia abajo =P Ésta es una idea concebida después de ver tantos fanart llenos de seiya y serena, so lovely! =)