Hola! Bueno, soy nueva aqui en fanfiction y esta es mi primera historia, asi que...no esperen mucho de ella. Para empezar los personajes de Hetalia y Latin hetalia no son mios (si no todo sería yaoi XD), les pertenecen a sus repectivos autores. Segundo, esta historia fue hecha solo con fines de entretenimiento, sin ofender a ningun país o persona.

Te retiras de una conferencia sin sentido, en la que su mirada te ha dicho que no hay más opción; tus pasos son firmes, pues ya no quieres permanecer ni un minuto más en ese lugar. Un extraño presentimiento te dice que te está siguiendo, volteas y te encuentras cara a cara con la escena que querías evitar…tiene un arma y esta apunta hacia tu cabeza. Todos tus sentidos te dicen "corre", pero no das ni un paso, solo giras tu rostro para no verle los ojos y ruegas por que la avaricia desaparezca de ellos.

-Entrégamelos, Miguel, sabes que esos territorios me pertenecen.

Callas. No son sus tierras, son tuyas, siempre lo han sido; pero no quieres ningún conflicto en el que puedan hacerse daño, en el que le hagas daño…no podrías soportarlo. No encuentra respuesta de tu parte y sigue hablando.

-Solo te estoy pidiendo lo que es mío.

¿Y si le dijeras lo que piensas? Ha sido demasiado tiempo escondiendo ese sentimiento, negándolo y apartándolo del mundo. Tienes que decir algo, Ecuador debe saberlo.

-Entonces no deberías pedir territorio, Pancho.

Parece que esto lo ha desconcertado un poco. Si la guerra es inminente, como te dicen tus superiores, es mejor aclararlo todo de una vez. Hay un silencio incómodo por un momento, hasta que tu vecino del norte decide hablar.

-Y según tú ¿Qué debería pedir, Perú? ¿Qué?

"Perú". Te duele un poco que use el nombre de tu país. Los latinoamericanos, a diferencia de los europeos, suelen llamarse por sus nombres y no por el de la nación que representan; es casi como un acuerdo: por ser familia, por ser hermanos, por estar siempre unidos, por quererse tanto.

-Deberías pedir un corazón, mejor dicho, el de alguien.

A tus oídos ha sonado un poco cursi, pero es la verdad. Agradeces que en la posición en la que te encuentras no pueda ver tu rostro, tan sonrojado por tu última declaración. Escuchas el sonido del gatillo que es presionado con un poco más de fuerza, la suficiente como para amenazar pero no para disparar el arma.

-¿De qué hablas? Será mejor que esto no sea un truco o disparo

Toda la conversación te había hecho olvidar el arma, de todas formas no es muy importante. Recuerdas cuando ese invento aún se conocía en el continente, cuando no conocían la palabra continente, cuando vivas en la casa de tu abuelito el Imperio Incaico, cuando lo conociste. Recuerdas sus ¿celos?, bueno, esa mirada de enojo que ponía cuando pasabas todo el día con Chile; y se te viene a la mente su sonrisa, esa que esbozó cuando te hizo esa promesa.

-¿Recuerdas, Francisco? Cuando éramos niños y prometiste que siempre me ibas a proteger

-¿Qué tiene que ver todo eso? Además eran cosas de niños, sin ninguna importancia

Para ti eso si tuvo importancia y si no la tuvo para él ¿por qué te defendió cuando Antonio quiso que volvieras a ser su colonia? Derramas una lágrima y decides continuar

-¿Ya te diste cuenta?

-¿Cuenta de qué? No te entiendo. Si no es una broma, ¿el corazón de quién?

Suspiras y otra lágrima aparece. Te estás sincerando y el sigue creyendo que es una broma, aunque también debes darle crédito al contexto. Es mejor acabar con esto de una vez.

-El mío, Francisco. El que te di el día que nos conocimos.

Espero que le haya gustado, como dije es mi primer fic, asi que me gustaria que me dijeran en que puedo mejorar.

Nota: El fic se refiere al problema limítrofe entre Perú y Ecuador por los territorios de Tumbes, Jaén y Maynas que se resolvió en el año 1942 con el tratado de Paz, amistad y límites de Río de Janeiro