LOSE MYSELF

Éramos solo ella y yo.

Yo la amaba y ella a mí. Nos ayudábamos mutuamente.

Éramos felices.

Su nombre era Elizabeth. Yo le llamaba Liz.

Ella me decía John, mi nombre, no había forma de acortarlo.

Me encantaba su voz. Era dulce y suave a mis oídos. Algunas veces me cantaba. Su canto me relajaba mucho. Me reconfortaba.

Ella era perfecta para mí.

Y entonces…

Todo se fue a la ******.

Una noche. Ella. Un asaltante. Un puñalada.

No me importa cómo sucedió, solo la muerte de mi Elizabeth.

"¡No! ¡No! ¡No!" grité al verla tirada en el suelo, encima de un charco de sangre.

Lo vi, un instante. Fue suficiente. Recuerdo perfectamente su cara.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

11 días. 11 días busqué. Pero al final, lo encontré. Ahí estaba, recargado en la pared de una esquina de la calle.

Fingí no observarlo, era parte de mi plan. Funcionó, escuché como se acercó lentamente a mí una vez le di la espalda.

Estaba a unos pocos centímetros de mí. Me voltee. Nuestras miradas se cruzaron un instante.

Vi su navaja. La misma con que seguramente asesinó a Liz.

En un rápido movimiento le quité el arma. Fue fácil debido a que estaba sorprendido.

Entonces, lo hice.

Lo apuñale en el estomágo.

Una vez, otra vez, otra vez.

Lo dejé caer al suelo.

"Me quitaste a la persona que más amaba. Acabaste con su vida como si no fuese nada. Hiciste que su corazón dejase de latir, solo porque se resistió a darte sus pertenencias.", casi grité enfurecido.

Él solo intentó huir, arrastrándose.

"Asqueroso. No mereces la vida. A nadie le importara tu muerte. Por eso… voy a arrebatarte la vida como tú lo hiciste con ella.

Entonces lo volví a apuñalar.

1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15 y 16 puñaladas.

Estaba hecho, había vengado a Elizabeth.

Comencé a reír descontroladamente.

La había perdido a ella. Mi amor. Él me la había arrebatado.

Pero, ahora… ¿qué soy?

Nada, yo ya no tengo razón alguna para vivir.

Perdí todo lo que tenía, me perdí a mi mismo