La selva más peligrosa es una ciudad. A veces, callejones sin salida, las rejas en algunas zonas, las ciudades pueden parecer laberintos; si te distraes por un momento puede costarte todo. La vida en las calles es rápida y breve. El lenguaje aquí es la violencia, la danza y la música. Aquí la lengua más usada es la danza de la rotura, o Break Dance, con movimientos rápidos y buen ritmo podrías ser el dios de las calles. Pero no es fácil, ahora la ciudad se divide en muchos grupos, todos con el mismo problema: TENER MÁS TERRITORIO.
Cada uno diría que es peligroso estar en las calles en la noche, pero si tu estas tan asustado por encontrar esta clase de gente, olvídate de ir a fiestas o algo similar. Siempre hay que cuidarse al salir de casa, aunque ya todos los habitantes de esta cuidad saben muy bien las reglas para no meterse con la otra población; de igual modo, esta violenta y joven población sabe muy bien cumplir estos acuerdos.
Sin embargo, debemos mirar primero a un solo individuo. Su nombre es Calvin, él es muy inocente, pero bastante maduro para entender los problemas de su grupo, o crew como otros dirían, Cerberus, proveniente del perro de tres cabezas que cuidaba la entrada del Inframundo y compañero de Hades, en la mitología griega. Él tiene solamente 14 años, pero quiere ser parte de algo importante. Él nunca llega tarde para las reuniones del grupo, y también nunca falla de conseguir algo para el grupo, para SU grupo. Dejemos de lado su expediente, y es así cómo esta historia comienza.
Es por la mañana; Calvin está preparando sus cosas para ir a ese punto donde él se encuentra con sus amigos del grupo. Mete las cosas necesarias a su mochila, intenta no hacer ruido para que su madre no se despierte. Baja las escaleras, va a la cocina por unas galletas, se adelanta hacia la puerta y la abre.
- CALVIN! Adónde vas? – El grito resonó por toda la casa, haciendo que a Calvin le diera un escalofrío.
- Mamá, vete a la cama otra vez! –Le grito a su mamá y volteo hacia la puerta para salir de una vez.
- Adonde vas, Calvin? – Su madre seguía insistiendo en hacer la misma pregunta.
- Oh, demonios. . . ¡CON UNOS AMIGOS! - Agarra la manija de la puerta y sale muy decidido.
Cierra la puerta de un golpe antes de que su mamá empezara a gritar otra vez, así que comenzó a caminar a lo largo de la calle. Hace mucho frío afuera, pero a él no le importa. Hoy sus amigos le van a dar una nueva y difícil misión, pero él no la sabe todavía. No está muy seguro de saber si el grupo lo estaba poniendo a prueba ya que es todavía pequeño y más bien las misiones que le ponían era de compañero. Pensando todo esto, alcanza la esquina y da vuelta a la derecha en una calle nueva, y . . . ya estaban sus amigos ahí. Cuando lo vieron, se metieron por una puerta negra de metal que . . . no estaba muy camuflajeada como para ser el punto de encuentro del grupo. Calvin siempre había pensado en quitar la puerta o hacer algo con ella, porque no era posible que en un edificio que era de ladrillos, hubiera una puerta totalmente negra que se notaba mucho.
En fin, despejó su mente, corrió hacia ellos y entró en el lugar. Entrando al cuarto, había cuatro personas que acababan de llegar y estaban acomodándose en los distintos cojines, colchones y sillones. Estaba decorado con imágenes psicodélicas y había un graffiti de un perro con tres cabezas y ojos rojos. La luz entraba por las distintas ventanas de arriba e iluminaba todo el cuarto, había un librero con varios libros, unos muebles, cajas, una mesa baja para café y una radio. Calvin se acercó para saludar.
- Hey, Cal! ¿Cómo has estado, hermano? – Paul le dijo a Calvin con una sonrisa. Paul era uno de los mejores amigos de Calvin, siempre le ayudaba en cualquier problema que el tuviera.
- Que pedo, Paul? Creo que bien, gracias. ¿Cuál es la misión?
- Hey hey! Tranquilo, bro! No vayas tan rápido - Jim dijo mientras ponía una mano en el hombro de Calvin - El jefe no quiso decirnos hasta que tu llegaras.
– Lo siento, es que estoy muy nervioso.
- Sí, siempre estas así.
Calvin da vuelta y ve a un hombre alto con chaqueta y una gorra negra . . . su "jefe".
- Oh, hola jefe! – Se oyó al unisonó
- Les dije hace tiempo que todos ustedes no tenían que llamarme jefe.
- Esta bien, está bien, Lance - Jim dijo con una voz cómica al pronunciar lo último - cuál es la tal misión para Calvin? Los nervios lo están matando – dijo al final con algo de sarcasmo.
- Oh por favor! No sólo es para Calvin; y lo saben! - el Jefe se sentó en un sofá un poco viejo, pero cuidado de tono marrón, haciendo que se levante un poco el polvo cuando se sentó.
- Todos lo sabemos, pero él tiene la cosa más importante! – decía Paul mientras se cruzaba de brazos.
- Bueno, bueno! Quieren oír el plan o no? - Jefe
