CAPITULO PRIMERO
…la piel erizada de pánico, un sudor helado recorría todo su cuerpo. Frío. Una implacable bruma helada traspaso su cuerpo, su cerebro dejó de pensar mientras sentía como ese halo congelaba su alma y se llevaba todos sus pensamientos, sus recuerdos… su cabeza cada vez se sentía más vacía… su vida pareció salirse de su cuerpo en memorias dejando detrás un enorme peso lleno de un dolor insoportable, tristeza, desconsuelo… Todo estaba perdido, la varita había caído de su mano…
Ron se encontraba en la que fuera la casa de los padres de Harry en el Valle Godric. La mirada perdida observando como el fuego crepitaba en la chimenea. Inevitablemente sus ojos se volvieron a humedecer -era el humo, claro-. Frotó su nariz sintiéndose mormado de pronto; cuando levantó la mirada los ojos verdes de Harry estaban sobre él y también estaban llenos de tristeza, como si le dijeran: "Te comprendo bien amigo". Estaba deseando poder llorar como lo habían hecho los demás pero su orgullo no se lo permitía.
El moreno se levantó y caminó hasta él, se sentó a su lado y en silencio. Finamente de aquel par de gotas de mar salieron dos grandes lágrimas que sin tocar su cara cayeron al suelo. La mano de Harry estaba en su hombro.
–Fue como una madre para mí- la voz de Harry fue apenas un susurro.
Ron no necesitaba que se lo dijera, lo sabía. Su madre había sido una madre para Harry y él había sido para ella otro hijo desde la primera vez que visitó la Madriguera. Pero de él era su madre, él era parte de ella y tenía toda su vida llena de recuerdos maravillosos en familia con ella y todos los demás. Su dolor era enorme y ni siquiera había podido liberarlo. Después de aquél trágico ataque del que penas hacia una semana, la Orden se había encargado de esconder muy lejos a su padre, malherido.
Fred y George habían dejado la tienda para hacerse cargo de él; nadie tenía cabeza para bromas después de todo. Charlie seguía con una misión muy importante en los países soviéticos y Bill trabajaba como loco para la Orden siguiendo la pista de quienes le habían arrebatado la vida a su madre y tratando de conocer los nuevos planes para que toda esa maldita guerra terminara por fin… y claro, buscando y buscando; tratando de tener alguna noticia de Percy… no habían podido siquiera avisarle que su madre había muerto a manos de 3 mortífagos. Pero habían hecho falta 3 para hacerla caer, murió como una gran Gryffindor.
Después del estallido de la guerra las cosas se convirtieron en una pesadilla, la Orden tenía mas y muy peligrosas misiones, Harry estaba desesperado buscando información, moviéndose de un lado a otro incesantemente, incluso se habían separado de Hermione. Ella, Ginny y Tonks estaban con tareas especiales, la profesora McGonagall y Remus lo habían decidido así para ellas.
El par de amigos se mantuvo en silencio por un rato, no había necesidad de romperlo, simplemente estaban ahí compartiendo su sentimiento. Ron tenia varios días que solo picaba la comida, eso era grave. Harry comenzaba a preocuparse en serio.
Repentinamente algo se movió detrás de la ventana; Ron se levantó bruscamente, sus ojos azules vidriosos de humedad se enfocaron sobre la blanca y bien definida forma de un patronus. Un hermoso toro con un colmillo atado al cuello se aproximaba a ellos en rápida carrera.
–Bill- jadeó Ron al tiempo que aquella bruma los miraba de frente a ambos.
–¡Ataque!. De inmediato al Cuartel General. Ambos.- al instante el toro dio un giro de regreso y se perdió en el aire.
Antes de que Ron tuviera la seguridad de que aquella imagen plateada era un patronus había sentido una fría sensación apoderarse de su cuerpo, en la boca de su estómago había un gran nudo que le impedía hablar, algo le decía que eso no era bueno, aunque por lo menos podía pensar que si estaba ahí el patronus de Bill era porque él estaba bien. Eso era bueno, ¿o no?.
Harry y él se miraron intranquilos y después de apagar el fuego y quitar todo rastro de que alguien hubiera estado ahí se desaparecieron de inmediato y un segundo más tarde estaban frente a la estrecha entrada de Grimmauld Place. Miraron fugazmente a su alrededor asegurándose de que nadie los viera y llegaron a la puerta de la Mansión Black que ante la presencia de Harry abrió sus puertas. Al entrar lo primero que escucharon fue el incontrolable llanto de Hermione al borde de la histeria y la voz de Remus tratando de calmarla y de obtener alguna información.
–Por favor Hermione, trata de calmarte.
–No… no… no pudo… esta muerta, ¡estamuerta!- deliraba la castaña sin dejar claro nada.
Harry y Ron se acercaron a Hermione para preguntar y tratar de saber un poco sobre lo que había sucedido, cuando la campana de la puerta sonó y la madre de Siruis iniciaba con sus gritos apagando los sollozos de Hermione. Lupin se levantó de inmediato a callar a la vieja Walburga mientras Harry iba rápidamente a abrir la puerta.
Tonks entraba al frente con su cara en forma de corazón más pálida que nunca, claramente asustada. Apenas detrás de ella venía Ojoloco abriéndole paso a Bill que cargaba en brazos un cuerpo casi irreconocible. Su piel era casi transparente, tanto, que las pecas que debían decorar su cuerpo no se distinguían, en cambio saltaban a la vista venas moradas sobre su piel opaca, sin brillo. Su cuerpo estaba tan lánguido que una seda habría tenido más consistencia. Por el cabello era ella, eso era lo único que quedaba reconocible de ella.
La expresión de Bill era una que nadie le había visto jamás, ni siquiera al saber la muerte de su madre. Parecía haber envejecido 25 años en un instante y aferraba el cuerpo de Ginny contra su pecho como si no quisiera que nadie la arrancara de él, como si quisiera darle todo su calor, toda la vida que ya no habitaba en ella.
–¿A-atacaron a Ginny?- se acercó Harry preocupado a ayudarle mientras Ron se quedaba a dos pasos de él completamente tieso. Bill se negó.
–Si- respondió Bill sin detenerse mientras comenzaba a subir los escalones –Remus ayúdame hay que revisarla.
Remus se unió a él de inmediato mientras Harry preguntaba angustiado: -¿Está viva?
Bill titubeó unos segundos detenido en los escalones. No respondió. El llanto de Hermione llenó la sala resonando en las paredes.
–La besó un dementor…- gritó Hermione histéricamente en medio de sollozos.
La respiración de Ron cesó. Cuando sus ojos buscaron a Bill, éste había desaparecido escaleras arriba. La sangre dejó de circular en su cuerpo. Sentía que en sus oídos había un zumbido que lo volvía loco. Hermione seguía llorando con algunos sollozos, Tonks se acercó a consolarla pero ella misma se movía sin sentido, incapaz de consolar a nadie. Harry por su parte observaba todo inquieto y desesperado como si no pudiera comprender palabra de nada.
–Eso no es verdad… no es verdad.
–Ven Harry, calma- lo llamó Ojoloco tratando de acercarse a él.
–No, quiero saber qué pasa. Tonks…- dijo Harry buscando la mirada de la chica que ahora tenía un color de cabello tan triste que relejaba su sentir.
–Yo no… no lo sé… no estaba ahí en ese momento.
Hermione sollozó una vez más y respiró profundamente tratando de encontrar tranquilidad para hablar. Después volteó, observó a Harry pero sus ojos no se detuvieron en él, fue en Ron en quien clavó su mirada mientras él seguía inmóvil en un lugar de la pieza.
–Es lo mas horrible que he vivido- empezó Hermione al tiempo que se levantaba y se dirigía con pasos muy lentos hacia Ron –Estábamos en el Bosque Prohibido, ella estaba a varios metros de mí. Iban por ella- Las lágrimas volvieron –La atacaron dos dementores, no supimos de donde salieron; cuando nos dimos cuenta ya estaban encima. No pudo conjurar el patronus, no le dieron tiempo. Yo corrí pero me cercaron otros dos. ¡FUE HORRIBLE!- gritó la chica buscando con sus manos las de Ron quien le correspondió con una completa ausencia de expresión en su cara –Estaban sobre ella, su cuerpo se sacudía… Ron…- susurró la chica buscando su mirada justo antes de desmayarse.
Tonks había escuchado con algunas lágrimas mientras Harry se miraba más inquieto y desesperado, como si quiera hacer miles de cosas que pudieran borrar todo y solucionarlo todo en ese momento.
Ron levantó a Hermione y comenzó a subir las escaleras con su cuerpo en brazos, Harry iba detrás. Entraron en una habitación y después de acostarla sobre la cama Ron aún seguía como maniquí, sin hablar, sin reaccionar, sin color. Harry se movía de un lado a otro.
–No puede ser Ron, no puede ser.
Los ojos azules del pelirrojo miraron los ansiosos pasos de Harry moviéndose de un lado a otro en la habitación. La espera era la peor de las agonías. Ron tenía ganas de entrar a la habitación donde Bill y Lupin estaban con ella; tenía derecho, él es su hermano también, debía estar ahí, tenía que estar ahí. Sus puños estaban cerrados con fuerza y estaba a punto de lanzarse a aquella habitación cuando Hermione despertó y comenzó a moverse. Harry se acercó de inmediato a ella y se sentó a su lado y se tomaron de las manos. Ron los observó parado a un paso de ahí.
–Ron… no pude hacer nada, lo juro.
Su pelirrojo amigo se acercó a ella y le dio su mano tratando de sonreírle pero la expresión que se observó en su cara fue apenas una torcedura de labios tan deforme que Harry y Hermione tuvieron miedo de su dolor. Después volvió el silencio al igual que la espera durante varios minutos más hasta que de pronto una puerta crujió al abrirse y salieron en busca de Bill. Las expresiones de Bill y Remus no eran alentadoras en absoluto, parecían devastados. Tanto Ron como Harry dieron muestras de desear entrar en la habitación pero Remus les indicó que bajaran.
Ron, Harry, Hermione, Bill y Remus bajaron a donde Ojoloco y Tonks los esperaban por noticias. Remus solicitó que se sentaran pero nadie lo hizo, todos se mantuvieron de pie. Bill pasaba saliva constantemente, no parecía capaz de hablar. Remus mantenía un absurdo silencio prudente pues consideraba que debía ser Bill quien hablara, pero éste no lograba articular palabra. Fue Harry quien rompió el silencio.
–¿Realmente la besó un dementor?
–No logramos saberlo.
–Esta muerta…- el susurro de Ron abandonó sus labios más como una afirmación que como una pregunta.
–No- dijo Lupin firmemente –su cuerpo tiene signos vitales, muy débiles pero aún está viva. Yo…- Remus dirigió su mirada a Bill –no estoy seguro de que haya sido besada por un dementor.
–Tiene muchos signos- afirmó Bill sosteniendo su mirada.
–Pero, ¿que no se supone que los dementores tienen órdenes de no besar a nadie?- preguntó Tonks desconcertada.
–¿Podemos confiar en su obediencia?- preguntó Bill levantando la mirada hacia todos –Por ahora sabemos que Ginny fue atacada por dos dementores, que está viva y que… no responde. Como si estuviera muerta en vida.
Remus no permitió que el silencio se apoderara de nuevo de la habitación poniendo peores pensamientos en la cabeza de todos y siguió hablando con seguridad y firmeza.
–No debemos desanimarnos, mientras haya vida hay posibilidades. Ahora hay mucho que hacer. Este desafortunado ataque demuestra que estamos en el camino correcto, Harry estamos sobre la pista correcta. Esta noche Alastor y yo nos encargaremos de poner más seguridad a esta casa haciéndola prácticamente impenetrable. Bill y yo hemos considerado que lo más conveniente es que Ginny se quede aquí lo mas segura posible bajo el cuidado de una sola persona. El Cuartel General se cambiará hacia tu casa en el Valle Godric y está quedará completamente aislada. Será pesado pero es lo más adecuado.
Las miradas comenzaron a recorrerse unas a otras. La de Bill estaba unida a la de Ron y los ojos verdes de Harry iban de Hermione a Ron una y otra vez. Ron bajó la mirada hacia las arruinadas alfombras de la casa Black pensativo.
–Bien, no lo decidamos ahora, tratemos de comer algo, después se decidirá- finalizó Ojoloco tratando de disipar un poco la tensión.
No era difícil pensar sobre quienes estaba la posibilidad y/o responsabilidad de quedarse; ni Bill, ni Remus, ni Ojoloco, ni Tonks podían hacerlo, ellos tenían fuertes responsabilidades para la Orden fuera de Grimmauld. A Harry no lo podían dejar guardado ahí, menos estando sobre la pista correcta, pronto tendría que irse a destruir ese horcrux y seguir. La decisión estaba cerrada entre Ron y Hermione. La opción correcta era evidente. Al finalizar aquella extraña cena en donde nadie comió propiamente Harry se acercó a su mejor amigo.
–Ron, creo que debes ser tu quien se quede, pienso que nadie más podría hacerlo y no me sentiría seguro si alguien mas lo hace. No creo que Hermione esté en condiciones ahora para cuidar a Ginny, ni creo que sea buena idea dejarlas a ellas dos solas. Si le sucede algo a alguna de ellas dos me muero…
Bill se había detenido cerca de ahí y los escuchaba; Harry y Ron sintieron su presencia y voltearon. Bill asintió suavemente con la cabeza mientras seguía observando hacia la vitrina del comedor. Todos fueron de regreso a la sala sabiendo que aún había algo pendiente. Hermione estaba mucho más tranquila y parecía decidida a ofrecerse, tal vez movida por algún sentimiento de culpa por no haber podido alejar a los dementores de Ginny. Parecía haber recuperado el control de sí misma.
–Bien- inició Lupin en medio de la pieza –Harry, tu no puedes; tú y yo empezamos a trabajar juntos esta misma noche.- aclaró el hombre viendo esa ansiedad que parecía no querer irse de Harry.
–Bueno, es claro que la cosa esta entre Ron y Hermione. Los demás tenemos otros asuntos con la Orden, Tonks tiene que presentarse todos los días al Ministerio… y tú Bill tienes más responsabilidades además de Ginny. Tu padre también depende de ti.- Habló Ojoloco dejando claros los puntos.
–A mi me corresponde, yo…
–No Hermione- cortó sencillamente Ron.
–Hablo en serio Ron, es mejor que tú estés con Harry. Yo… yo…
–No Hermione.
–Puedo hacerlo, tendremos las nuevas protecciones y…
–Yo lo haré- dijo Ron con una voz tan segura que Hermione cortó su perorata. Bill lo miró con un enorme regocijo. Hubo algunos murmullos que dieron por concluida la decisión.
Bill se acercó inmediatamente a Ron y le dio un abrazo fuerte, intenso. -No esperaba menos de ti. Sé que harás lo que te corresponde y que Ginny se recuperará a tu lado.- Ron asintió y sonrió sobre su hombro.
Antes de irse Remus se acercó a Ron y fueron a revisar las condiciones de las alacenas y las cosas de primera necesidad. Todo parecía en orden y suficiente para que, dos personas, pasaran una buena cantidad de tiempo sin recibir nada del exterior. Antes de salir Remus abrió su pequeña valija y sacó una gran cantidad de barras de chocolate y algunas ranas también.
–Ginny no podrá comer otra cosa que no sea leche y chocolate. Esto es para ella- dijo Remus con una sonrisa –Esto la ayudara sobre el ataque y a mantener la temperatura de su cuerpo. Eso es muy importante, es lo primero que debes vigilar. La leche la nutrirá y equilibrara los efectos del chocolate. ¿De acuerdo?- El joven asintió con una respiración profunda.
Cuando todos comenzaban a despedirse mientras Remus y Ojoloco en compañía de Harry ponían las nuevas protecciones a la casa, Hermione se quedó detrás y buscó a Ron.
–Ron…- sus ojos se humedecieron otra vez.
–Hermione…
–Perdóname- dijo la chica con labios temblorosos.
–No te preocupes Hermione, yo entiendo que tu patronus te defendiera a ti.
–Estábamos algo alejadas, tal vez hubiera podido cubrirnos a ambas, pero lo mandé con Bill. Pensé que Ginny lanzaría su patronus y ese nos cubriría. Los dos que estaban conmigo se alejaron al ver mi patronus, pero Ginny… yo…- las lágrimas empezaron a salir de nuevo de sus ojos.
–Ya no recuerdes Hermione, no te preocupes. Ginny esta viva y eso es bueno.- Dijo Ron abrazando a Hermione contra su pecho –Ve con Harry y cuídense, manténganme informado de todo- la chica asintió.
Finalmente todos se despidieron, Ron los vio desaparecerse en la calle desde la puerta. Cuando cerró las puertas tras él, el silencio era mortal, en un cementerio habría más ruido. En su cabeza resonaron de nuevo aquellas palabras en su voz: "Lo haré".
N/A: Esto es solo el principio… no olviden los reviews!!
Mi agradecimiento a mi amiga Alma por apoyarme con esta historia con mis incontables cuestionarios y dándome sus opiniones. Deberíamos hacernos médicos amiwaa…
