Muy bien gente, así que no estoy muerta y tampoco (completamente) retirada... uf! año y medio desde que termino el otro fic! y bueno, algunas personas me pidieron hacer uno con final feliz pero a mi no se me da escribir mucho y esta idea apenas me llego como tres meses atrás y, como con el otro fic, no me ha dejado vivir, así que ha escribirlo

Esta mal hecho y es la primera parte de dos, este no sera tan largo, pero aun estoy en el proceso de pensar la segunda parte y quisiera que me dijeran que tal esta, estoy muy oxidada y esto es lo mas que pude hacer (si, si, ya se, que decepción... oh bien, yo *aclare* que no soy escritora, no?)

Bueno, por favor leanlo y me dejan sus pensamientos si son tan amables.


La guerra había terminado. Con el hombre que no solo había heredado el conflicto, sino que también lo había perpetuado recostado en el suelo frente a él, completamente exhausto y derrotado, Aang pudo respirar tranquilo, con la certeza de que al fin estos últimos cien años de guerra llegaban a su fin. El horror terminaba hoy y Aang no había tenido que sacrificar una vida para recuperar la paz.

El monje se permitió ver a su alrededor y contemplar todo el daño que Nación del Fuego había infligido sobre la capital del Reino Tierra y no pudo evitar un profundo suspiro; le tomaría mucho tiempo no solo a este reino sino al mundo entero recuperarse de las profundas heridas que esta guerra sin sentido había dejado y algunas tal vez jamás sanarían pero al menos ahora tenían la oportunidad y la opción de intentarlo sin la eterna amenaza de la Nación del Fuego y su gobernante

Justo cuando Aang comenzaba a preguntarse qué era lo que haría con el próximamente ex Señor del Fuego Ozai, un globo de guerra se acerco lentamente hasta donde él se encontraba.

Una parte de él se puso en alerta pero se mantuvo calmado, su mayor amenaza ya estaba fuera de su camino y si algunos de sus seguidores querían intentar salvar a su señor o querían tomar venganza, Aang suponía poder soportar eso. Se sorprendió bastante al ver que los únicos que salían del globo eran Suki, Toph y Sokka, cada una de las chicas sosteniéndolo mientras el joven guerrero mantenía su pie izquierdo, completamente vendado, suspendido en el aire.

-Lo hiciste! Debiste verte en acción, fue asombroso!- dijo Sokka, soltándose de ambas chicas y brincando de emoción en el mismo lugar -hiciste así- y procedió a hacer una serie de muecas, sonidos y movimientos incoherentes de los que Aang no sabía si estar asustado o simplemente reírse -y el Señor del Fuego hizo así- y esta vez los movientes eran mucho más exagerados, tratando de comunicar dolor; esta vez Aang no pudo evitar la sonrisa que se formo en sus labios

Suki se acerco hacia donde el hombre que se encontraba descansando contra una piedra, viéndolo con incertidumbre

-entonces- pregunto al fin, apuntando con su fino dedo en su dirección -tú, ya sabes, terminaste el trabajo?

-aun estoy vivo- contesto el Señor del Fuego con la voz ronca y expresión exasperada

-aprendí como derrotarlo y conseguir el equilibrio. Le quite su Fuego Control- dijo el Maestro Aire, ignorando al mayor

Sus tres acompañantes lo miraron completamente sorprendidos pero fue Toph quien hizo la pregunta que todos tenían en la mente.

-wow! Quien te enseño eso?

-un león tortuga- contesto Aang, la risa presente en su tono al ver los rostros de sus amigos al enterarse de la fuente de su nuevo talento.

-tienes aventuras muy locas cuando desapareces- dijo la Maestra Tierra, aun un poco sorprendida por la respuesta.

Luego de unas cuantas burlas contra el hombre, decidieron que atarlo y ponerlo en algún lugar seguro era lo mejor. Aun cuando ya no tenía su poder, seguía siendo un guerrero formidable y no podían confiarse de una persona como él.

-será mejor que nos demos prisa en volver a la Nación del Fuego- comento Sokka con una expresión seria en el rostro -se que Katara y Zuko están juntos pero Azula es muy buena y no podemos confiarnos- esto lleno de ansiedad a Aang, quien no había tenido oportunidad de pensar en nada más que en mantenerse a salvo y derrotar a su enemigo. Y si Zuko había fallado? Y si Katara… apretó las manos con fuerza, negándose a pensar en las posibilidades y subiendo al globo de guerra rápidamente, nada de absurdas especulaciones hasta tener la evidencia frente a él.


Zuko suspiro con alivio, escuchando a la Maestra Agua a su lado hacer lo mismo cuando el globo de guerra aterrizo sobre la explanada, dejando salir al resto de sus amigos, unos en mejores condiciones que otros pero todos en una pieza y con Ozai derrotado y cuidadosamente atado de manos.

-Aang! que alegría que estés bien!- exclamo Katara, lanzándose a abrazar al Avatar quien se sonrojo profundamente, regresando el abrazo.

-me alegra mucho que ustedes se encuentren bien- contesto el monje cuando el abrazo termino, dirigiendo una sonrisa a Zuko.

-no creíste que te desharías de nosotros tan fácil, verdad princesita?- dijo Toph, golpeándola con suavidad en el brazo -además, nosotros no somos quienes se enfrentaron a Azula, pero veo que no había mucha razón para preocuparnos

-de hecho, si tenían buenos motivos para preocuparse, Toph- contesto Katara, dejando de masajearse el brazo y tomando una actitud más seria -Azula casi...

-Katara, disculpa que te interrumpa- dijo Zuko, con lo que parecía un gesto de incomodidad apenas contenido -pero podemos tener esta conversación luego de que mi padre este en la prisión

-yo...

-Zuko tiene razón- dijo Aang, quien se dio cuenta de la ansiedad en los ojos del Maestro Fuego -luego tendremos más tiempo para ponernos al corriente de las cosas que nos ocurrieron; por ahora será mejor que ayudemos a Zuko con esto.

-ustedes vayan a hacer eso, yo quisiera revisar a Sokka, claro, si a Zuko no le molesta prestarnos una de sus habitaciones- el aludido le sonrió

-los sirvientes los escoltaran hasta una habitación, si necesitan algo, solo pídanlo... esta es su casa, Katara- contesto antes de darse la vuelta y darle ordenes a un grupo de guardias quienes aseguraron al ex Senor del Fuego y comenzaron su camino hacia la prisión.

Luego de encontrar una habitación, Katara se concentro en sanar lo mas que pudo el pie de su hermano, examinándolo unas cuantas veces más antes de envolverlo con vendajes limpios.

-será mejor que descanses, hice lo que pude por tu pie pero te tomara un tiempo recuperarte

-si, si, ya lo sé- contesto Sokka, aburrido de solo pensar en todo el tiempo que tendría que dejar la mayor parte de sus actividades de lado

Un suave golpe en la puerta llamo la atención de los presentes y, luego de un sencillo 'adelante', el resto del grupo entro en la habitación.

-como te encuentras, Sokka?- pregunto Zuko, cerrando la puerta tras el

-casi en mi lecho de muerte, pero sobreviviré- contesto el guerrero, haciendo un gesto dramático y ganándose una risita de Suki y un gesto de molestia de Katara

-el está bien, sanara pronto, quien me preocupa eres tu- intervino la Maestra Agua y todos volcaron su atención hacia el ex príncipe, tratando de encontrar la razón de las palabras de Katara. Zuko instintivamente se encogió en su lugar, tratando de esconder la enorme quemadura en su ropa y la cicatriz debajo de ella

-um, no quiero dudar de ti, Katara, pero para mí Zuko se ve perfectamente... que se supone que está mal con él?- fue Suki quien hizo la pregunta que todos tenían en la mente. Katara hizo un gesto de sorpresa, obviamente no esperando semejante pregunta, que luego se transformo en algo que era mezcla de incredulidad y enojo.

-es que todos aquí están ciegos?- pregunto, un poco indignada, ignorando el 'oye!' un tanto irritado de Toph. Cuando el resto de su grupo continuo con la misma expresión de desconcierto, la chica suspiro y, acercándose rápidamente a Zuko, lo hizo retirar sus brazos de su pecho y abrió su túnica quemada lo suficiente para que los demás pudieran ver la enorme herida ya cicatrizada debajo. Todos parecieron congelarse en el momento que comprendieron al menos parte de la preocupación de Katara...

-que sucede? que es lo que le pasa a Zuko?- excepto Toph, quien no podía ver la razón del súbito silencio en la habitación. Zuko simplemente se encogió mas en su lugar, quitando las manos de Katara de su ropa con suavidad y tapándose lo mas que pudo.

-no es nada, Katara exagera- dijo el Maestro Fuego que parecía listo para dar una excusa tonta y salir corriendo del lugar. La aludida quedo solo unos momentos boquiabierta ante el comentario, pero solo unos momentos

-que dices, Zuko? te parece que Azula atravesándote el pecho con su rayo no es nada? crees que estoy exagerando al preocuparme por ti cuando tu corazón casi se detiene por salvarme?- los demás presentes parecían seguir una pelota invisible que iba y venía entre Katara y Zuko, ninguno sabia que decir

-solo me golpeo el pecho, no me atravesó...- murmuro el adolescente y dejo salir un suspiro cuando la chica casi lo fulmino con la mirada -no Katara, claro que no pero ya estoy bien gracias a ti

Los ojos azules se suavizaron un poco, creyendo por un momento que tal vez el ex príncipe decía la verdad y estaba sobre reaccionando, pero cuando Zuko dejo salir un quejido de dolor al estirar un brazo para tocar su hombro, la mirada determinada volvió a su rostro.

-al menos déjame examinarte mejor, con toda la conmoción ahí afuera no pude- Zuko quiso protestar, asegurarle que ya se encontraba bien o al menos rogarle que cambiaran de habitación pero la voz suave de Aang lo interrumpió antes de que pudiera formar las palabras

-que fue...- el Avatar pareció batallar un momento contra su garganta -que fue lo que sucedió, Zuko?

Zuko fijo su atención en Aang para contestar pero las palabras se atoraron en su boca cuando lo observo con detenimiento; el rostro un tono mas pálido, los ojos demasiado abiertos en un gesto alarmado, su postura tensa... Zuko iba a preguntar qué era lo que le sucedía pero cuando el Maestro Fuego no contesto, Katara lo tomo de un brazo y lo hizo sentarse sobre una silla cercana a la cama, tomándose la tarea de explicarles ella misma

-la pelea contra Azula iba bien, Zuko no había necesitado mi ayuda hasta que Azula decidió usar sus rayos- una pequeña pausa causada por un siseo de dolor y continuo -Zuko estaba preparado para neutralizarla... pero él no era su objetivo y yo no me di cuenta hasta que era tarde, Zuko salto frente a mí para detener el ataque y casi muere por intentar protegerme

-pero lograste engañarla y derrotarla, Katara- intervino Zuko, apretando los dientes cuando otra punzada de dolor recorrió su cuerpo -nos salvaste a ambos

-no hubiera sido necesario si hubiera esquivado sus rayos

-pero fui yo quien la provoco a utilizarlos, Katara

-igualmente lo hubiera hecho, Zuko... estabas ganando, casi la habías derrotado, era solo cuestión de tiempo!

Zuko estaba a punto de contestar pero la voz de Sokka se lo impidió

-Aang, amigo, te encuentras bien?- todos dirigieron su atención al Avatar, quien parecía no haber escuchado la pregunta

-um, que...?

-estas bien? Estas muy pálido- volvió a repetir Sokka con bastante preocupación. Consciente de que toda la atención estaba centrada en el, Aang les dio la sonrisa más convincente que pudo

-estoy bien, solo necesito in poco de aire

-porque no le haces una visita a las costureras? Necesitan tus medidas y eso será bueno para distraerte, no tomara mucho tiempo y ellas mismas te mostraran tu habitación- le sugirió Zuko, decidiendo no comentar nada cuando el menor se tenso visiblemente

-si, hare eso- contesto Aang automáticamente, mientras sus pies lo llevaban a la entrada de la habitación y luego fuera de ella

-espero que se encuentre bien- comento Zuko, preocupado por la extraña actitud de su amigo

-debe estar exhausto, después de todo no todos los días se pelea contra el Señor del Fuego por la salvación del mundo- dijo Toph, pensativa y todos parecieron concordar con ella... todos excepto por un Maestro Fuego preocupado y un guerrero de la Tribu Agua bastante intrigado.


Aunque ya había pasado una semana desde el fin de la guerra, el Avatar podría jurar que había pasado el día anterior, había estado tan inmerso en sus pensamientos que el paso del tiempo era el menor de sus problemas.

-ugh...- el monje casi salto hasta el techo al escuchar el quejido suave del residente de la habitación y dejo salir un suspiro, relajándose visiblemente cuando la otra persona volvió a quedarse profundamente dormida.

Aang sabía que lo que estaba haciendo no estaba bien. No era ningún crimen en sí pero estaba consciente que esta no era una conducta normal... lo que no significaba que pudiera o estuviera considerando detenerse ya que, para ser completamente honesto, esta era la única manera que había logrado conciliar el sueño en esa última semana.

Con mucho cuidado y en silencio, el monje se sentó en la silla cercana a la cama mientras observaba a su maestro de Fuego Control dormir pacíficamente. Como por arte de magia, la presión en su pecho desapareció por completo, aunque no rápidamente, pero Aang podía vivir con eso.

Ahora venia el momento en el que su cerebro se deshacía del miedo irracional y comenzaba a torturarlo con preguntas de porque se encontraba en la habitación de Zuko a mitad de la noche por séptima vez, preguntas que obviamente no podía responder y que solo se unían al resto del desastre que era su cabeza.

Aang estaba seguro que lo que debió haberle quitado el sueño y haberlo preocupado desde un principio era la posibilidad de que Katara hubiera muerto, pero desde que se había enterado del incidente entre Zuko y Azula, lo único que ocupaba su mente era lo cerca que su mejor amigo estuvo de morir. El monje respiro profundamente tratando de calmarse, esperando que el pánico no regresara por esa noche, la primera noche había dado vueltas en su cama prácticamente toda la noche hasta que, en un impulso, había tenido que levantarse y hacer la primera de varias visitas a la habitación en la que ahora se encontraba, logrando dormir aun cuando había sido solo un momento y luego había salido rápidamente de ahí hasta su propia habitación. Era por esa razón que, cada noche desde que había terminado la guerra, Aang terminaba sentado frente a Zuko en medio de la noche, confundido y asustado de que los demás, en especial Zuko, se dieran cuenta de su extraña actividad nocturna.

Finalmente sintiéndose cansado y lo suficientemente relajado para poder dormir, Aang se levanto de su lugar tan silenciosamente como había entrado y suprimió un bostezo, decidido a que esto terminara esa noche y consciente de que necesitaba hablar de su problema con alguien, pero completamente perdido cuando intentaba pensar en alguien que pudiera ayudarlo. Observando una ultima vez al mayor, Aang se dio la media vuelta y salió de la habitación.

-Aang?- la voz lo hizo detenerse en su lugar, un nuevo ataque de pánico se hizo presente mientras Aang se quemaba el cerebro tratando de armar una excusa suficientemente buena y creíble para estar caminado por el palacio en medio de la noche, tal vez el mayor no se habia dado cuenta de donde exactamente habia salido.

-Sokka, hola- dijo el aludido, completamente tenso, esperando las muchas preguntas que el otro sin duda iba a hacerle

-que haces aquí, amigo? no podías dormir?- el cerebro del Avatar se paralizo por un momento antes de seguir con sus funciones y darle una respuesta coherente para las sencillas preguntas

-ah, si... hace calor y no podía dormir, así que decidí caminar un poco y ver si eso me ayudaba a refrescarme y poder dormir de una vez- contesto, las palabras salieron rápidas y un poco temblorosas y Aang quiso golpearse contra la pared 'muy sutil, Aang, excelente trabajo' pensó en tono sarcástico

-bien, espero que te ayude, te he notado cansado estos últimos días y parece que no duermes muy bien- comento Sokka casualmente y Aang se tenso aun mas, casi temblando en su lugar -espero que no tenga nada que ver con Katara... o con Zuko- a la mención del ex príncipe, un poco del color del menor dejo su semblante y Aang esperaba que la oscuridad del lugar le ayudara a esconderlo un poco

-ah, no, no, no, claro que no!- se rió, intentando cambiar el tono de la conversación, sin tener idea si Sokka lo hacía conscientemente o solo había sido una terriblemente acertada coincidencia -he estado un poco cansado, ha sido un año difícil y me cuesta trabajo recordar algunas veces que la guerra termino y ya no necesito estar alerta todo el tiempo.

Sokka lo observo detenidamente de pies a cabeza y, asintiendo con su cabeza en un claro gesto de aprobación, le sonrió al menor quien se relajo visiblemente y dejo escapar un largo bostezo, eso hizo reír al guerrero.

-supongo que si sirvió después de todo, te dejo para que puedas ir a descansar, hasta mañana, Aang- y siguió su camino sin esperar la respuesta del monje. Aang lo observo y se paso la mano por la cabeza, si no hubiera estado tan cansado, seguramente habría regresado a la habitación de Zuko pero ya se había arriesgado lo suficiente y no creía que Sokka se tragara la misma excusa dos veces en tan poco tiempo... si es que lo había hecho la primera vez.

Aang no quiso analizarlo más ni le hecho de que era igualmente extraño que el mayor estuviera caminando por el mismo pasillo que el a esa hora de la noche y sin una buena razón aparente para ello, decidiendo que era mejor tratar de descansar y dejar toda esa información para otro día.


Aang se había alejado un poco de toda la gente, la conversación había probado ser una buena distracción por un tiempo pero mientras sus pensamientos se movían mas y mas hacia el anfitrión de la fiesta, conservar el hilo de lo que la gente le decía era difícil o imposible, así que el monje fue alejándose de los invitados tanto como pudo hasta quedar casi completamente solo, algunas personas aun intentaban hablar con él e incluirlo en la celebración, pero el declinaba las invitaciones, tratando de pensar en qué hacer y cómo hablar con Zuko.

Aang estaría mintiendo si dijera que no le había costado trabajo entender que era lo que estaba sucediendo y no había sido sencillo aceptarlo, en verdad aun tenía demasiadas dudas pero el monje creía que si hacia esto, si hablaba con él, entonces podía estar seguro.

Con un suspiro y armándose de valor, Aang se acerco a su maestro y llamo su atención. Zuko lo recibió con esa sonrisa suya y Aang trato de no ponerse más nervioso.

-que te parece la fiesta, Aang? te has estado divirtiendo?- pregunto el mayor, con una mirada radiante y Aang trago saliva con dificultad antes de poder contestar

-si, no puedo creer que lo hayas hecho con prácticamente nada, es fantástico

-pues gracias, me da gusto tener la aprobación del todopoderoso Avatar- bromeo el ex príncipe, guiñándole un ojo, haciendo sonreír al menor. No dijeron nada por un momento hasta que Aang se armo de suficiente valor y se aclaro la garganta, llamando la atención de su acompañante.

-Zuko, puedo hablar contigo... ya sabes, en privado- el Maestro Fuego lo escucho con atención para luego asentir, extrañado por el repentino comportamiento del normalmente relajado Avatar.

Lograron encontrar un lugar lo suficientemente retirado de la gente y un nuevo silencio se instalo entre ellos, Zuko esperando a que Aang comenzara con lo que estuviera planeando y Aang tratando de que su cerebro hiciera a un lado las muchas ideas tontas como el hecho de que, si Zuko lo abrazara por la espalda, sus cicatrices quedarian perfectamente alineadas o como Aang podia enseñarle lo divertido que era montar a los peces Koi gigantes y lo dejara recordar lo que había repasado en su cabeza incontables veces durante la última semana y de que su corazón no se saliera de su pecho.

-Aang, que sucede?- pregunto finalmente Zuko con un tono de voz suave y un poco de preocupación, era obvio para el que el monje no sabía cómo decirle lo que le preocupaba -sabes que puedes decirme lo que sea e intentare ayudarte tanto como me sea posible

-sabes? desde que Katara nos dijo lo que hiciste, he pensado mucho...

-ah, no fue nada, en verdad- lo interrumpió el mayor, sonrojándose profundamente -cualquiera hubiera hecho lo mismo

-yo no creo que muchos hubiera hecho algo así, pero no quiero discutir eso en este momento- dijo, interrumpiendo lo que parecía una larga protesta del mayor -he estado pensando mucho en eso y... pues me di cuenta de que...

-de que- repitió Zuko, luego de que el monje se detuviera a la mitad de la oración

-Zuko, alguna vez sentiste temor de perder a alguien? alguien a quien estimas mucho?

-por supuesto, Aang... porque preguntas eso?

-es solo que... cuando escuchamos lo que Katara nos dijo

-por favor, no me digas que es por eso que te vez tan cansado y pálido estos últimos días

-pues...

-por favor, Aang, todo está bien. Estoy completo, con perfecta salud y no fue nada, te doy mi palabra- Zuko lo había tomado de los hombros, mirando directamente a sus ojos para tratar de convencerlo de lo que decía. Luego de que el monje asintiera, suspiro y dejo caer sus manos a los lados, esperando a que el menor siguiera con lo que lo estaba preocupando

-eso no es lo que me preocupa, al menos no es toda la razón...- era mucho mas difícil de lo que había pensado, el hecho de que Zuko se hubiera dado cuenta, en parte, de lo que sucedía no facilitaba las cosas para nada. Aang agradeció a todo lo que podía recordar que el Maestro Fuego no se hubiera enterado de sus visitas nocturnas o prefiriera no mencionarlo, eso hubiera sido demasiado.

-entonces qué...?

-Zuko?- Aang estaba temblando, anticipando tomar su mano o sostener su rostro entre sus manos pero la voz de Mai lo hizo congelarse en su lugar.

Zuko se disculpo, pidiéndole que lo esperara y que no tardaría mucho. A la distancia, el monje vio a Zuko tomar las manos de Mai entre las suyas, intercambiaron algunas palabras y Mai asintió, estirándose un poco para besar la mejilla de Zuko, se dio la media vuelta y se alejo de nuevo. Zuko se quedo un momento observándola mientras se alejaba y luego regreso hasta su sitio original.

Mientras Aang veía fijamente a Zuko caminar hacia él, comenzó a preguntarse si en verdad era una buena idea hacer lo que originalmente había planeado. Tal vez había malinterpretado las palabras del ex príncipe? o tal vez todo había sido un sueño demasiado realista y Aang se había convencido el mismo que en verdad había pasado... "eso es basura, sabes muy bien que lo que paso fue real" su cerebro protesto, molesto. Pero si todo había pasado en verdad, entonces que era todo esto con Mai? "tienes razón, el debe esperar por ti, aun sin tener ninguna esperanza de que le correspondas"

Aang se mordió el labio, ansioso. Era posible que Zuko lo hubiera hecho por miedo?

-Aang?- Zuko lo observo con preocupación y Aang dirigió su mirada al suelo

-la quieres mucho, verdad? A Mai- dijo el Avatar, incluyendo el nombre cuando Zuko pareció no entender a que se refería

-si, ella es increíble; si no hubiera intervenido, Suki, Sokka, Hakoda y yo hoy seriamos prisioneros hervidos... le debo mi vida- dijo Zuko, una sonrisa dulce adornando sus labios. Aang apretó los puños, molesto y decepcionado.

-Zuko, puedo darte un abrazo?- pregunto Aang de repente, Zuko levanto una ceja en señal de extrañeza pero pronto sonrió y asintió, abriendo sus brazos y Aang prácticamente se lanzo hacia él, apretando la cintura del mayor con más fuerza de la necesaria.

Los brazos de Zuko lo envolvieron mientras su aliento rozaba contra la piel de su cuello y Aang se estremeció, el calor y los brazos alrededor suyo se sentían perfectos, como hechos para eso y era triste haber conocido la sensación y perderla tan rápidamente. Sin muchas ganas, Aang soltó a su mejor amigo y una de sus manos cubrió la blanca mejilla del otro sin que Aang pudiera detenerla. Zuko pareció sorprenderse, pero no hizo ningún movimiento para alejarse y no pareció incomodo por el contacto.

-me voy a descansar, ha sido un día largo y me esperan muchos más- suspiro Aang, dejando caer su mano y alejándose un poco del Maestro Fuego

-estas seguro que no quieres decirme que es lo que te pasa?- pregunto Zuko, mas intrigado por las pocas respuestas que había obtenido y la nueva lista de preguntas que ahora tenia

-está bien, ya no importa... ahora estoy seguro de lo que tengo que hacer, gracias Zuko- sonrió el monje y Zuko no pudo evitar pensar que su sonrisa era un tanto melancólica. Aang se alejo y Zuko no lo siguió, decidiendo darle su espacio y esperar con paciencia a que el decidiera confiarle sus preocupaciones.

Aang por supuesto no iba a hablar más con el del asunto, mucho menos cuando se había convencido que todo había sido un sueño y que era un tonto por pensar que algo podía salir de todo eso. Eso no evitaba la decepción y la punzada de dolor y la pequeña sensación de celos que lo había invadido al verlo con Mai.

'ya pasara' pensó Aang para sí mismo, prácticamente corriendo lejos de la fiesta y dentro del palacio, directo a su habitación.


-es una bella noche, no crees?- Katara sonrió ante la pregunta de Suki, sus ojos azules iluminados por las numerosas lámparas que ambientaban la fiesta brillaban como joyas. Dos semanas habían pasado desde que Aang había derrotado a Ozai y, después de la coronación de Zuko y de un poco de ajustes, había sido decidido que una celebración era necesaria. Después de la guerra, el palacio no contaba con muchos recursos pero Zuko se esforzó y consiguió dar una fiesta grandiosa, donde cualquiera que quisiera celebrar era bienvenido.

Katara estaba en una de las terrazas, disfrutando del relativamente pacifico y templado lugar, su mirada capturada por una persona que se movía con facilidad entre la gente y era el centro de atención.

-es perfecta- contesto la Maestra Agua sin quitar su mirada del monje.

Suki no pudo pasarlo por alto y, sonriendo juguetonamente, se acerco a Katara.

-pero supongo que estas muy ocupada devorándote a Aang con los ojos como para notar lo bella que esta la luna esta noche... ah no, no trates de evadir las palabras porque no va a funcionar- dijo rápidamente al ver que Katara se sonrojaba y trataba de buscar una excusa para salir del problema. La morena suspiro y dejo que su pequeño sonrojo se profundizara pensando en lo que iba a contestar.

-en verdad ha madurado mucho desde el primer día que lo conocimos, Suki- dijo Katara, al fin dirigiendo su mirada a la otra chica -ha demostrado ser muy valiente y generoso... es una persona increíble

-eso significa que...- casi grito Suki con emoción y Katara asintió con entusiasmo, haciendo que la guerrera Kyoshi saltara y la abrazara y una serie de risitas y casi gritos de emoción se transformaron en su conversación desde ese momento.

Sokka, que había estado buscando a Suki y apenas había logrado encontrarla, escucho la confesión de su hermana y se quedo congelado en su escondite. Aang con su hermana? Aunque su instinto de hermano prefería no pensar en su hermana como una mujer, no era nada nuevo y, con lo mucho que Aang había perseguido a Katara, era obvio que algo así pasaría eventualmente. Su querida hermana y su mejor amigo juntos no era ninguna mala idea y, mientras más lo analizaba, mas le agradaba la idea.

Sonriendo y decidiendo que no era una buena idea interrumpirlas mientras celebraban la ocasión, Sokka se dio la media vuelta y volvió a la fiesta, lo que había querido hacer originalmente podía esperar.


-Zuko, podemos hablar ahora? en verdad necesito hablar contigo- Mai parecía ansiosa y Zuko frunció el ceño, preocupado por la urgencia en la voz de la chica

-que sucede Mai?

-no aquí- dijo ella, tomándolo del brazo y lo arrastro hasta un lugar mas privado -escuche algo que debes saber *ahora mismo*


Pues esto es todo por ahora pero antes de despedirme quiero hacer dos cosas:

Primero, agradecer a todas las personas que me dejaron sus pensamientos en el ultimo capitulo del fic anterior y a quienes nunca respondi, espero que al menos la mayoria algun dia vean este mensaje y sepan que nunca podre agradecerles lo suficiente por apoyarme y aguantar tanto retraso y tanto drama, en verdad muchas gracias.

Segundo, tengo dos personas que me dejaron una review y a quienes quisiera responder aqui

Harmonia love: mi querida harmonia, por supuesto que lei tu review y ahora soy yo quien espera que algun dia leas esto. Quise contestarte pero, desafortunadamente, no tienes cuenta aqui por lo visto. Perdoname si en algun momento te hice pensar que el fic iba a quedar incompleto, esa jamaas fue mi intencion y me da mucho gusto que hayas sido mi lectora fiel durante los dos años que duro el fic anterior, eso significa mucho para mi.

No importa si lees este fic o si no te importa, solo quisiera que supieras que recibi tu mensaje y que estoy muy contenta por todo lo que me dijiste, gracias y hasta... pronto? siempre?

Hinamori007: por supuesto que lei tu review, querida y fue una de las razones por las que me anime a seguir con este fic al que no le habia movido en mas de dos meses, me alegro que el anterior te haya gustado y espero no decepcionarte con este... como puede el Zukaang pasar de moda? nunca lo hara, no para mi

Pues bien, ahora si me despido y, como siempre, solo les pido una cosa: por favor sean felices.