El despertador sonaba insistente, mientras una joven de pelo castaño y piel blanca murmuraba maldiciones hacia dicho objeto- maldición porque tuve que ir a esa fiesta anoche, siento que mi cabeza explotará en cualquier momento- se dijo a si misma recordando la fiesta del aniversario de la revista para la que trabajaba como periodista, había bebido demasiado y, ahora tenía una resaca insoportable, para su suerte era fin de sábado y no iba al trabajo hasta el lunes. Se levantó, ducho y vistió para almorzar apenas eran las 07:30.

Desayunó un par de sándwich con jugo de naranja, iría a comprar los víveres para la semana.

Al salir de su lujoso departamento vio que en el departamento del frente había hombres que metían muebles, al parecer alguien se mudaría.

De regreso a casa vio que en el aparcamiento se encontraba un Audi C8 negro y de el salía un hombre alto y delgado de 1.90 cm tal vez más tenia el cabello rubio platinado hasta la cadera, de piel blanca pálida, no pudo ver sus ojos, púes traía gafas negras. Estaba vestido elegantemente con un traje gris, camisa blanca y una corbata negra. Tenía que reconocerlo, estaba segura que era atractivo y el traje le quedaba realmente bien justo a la medida. Lástima que no podía ver bien su rostro por las gafas.

El hombre la descubrió observándolo, ella disimulando se volteó rápido, estaba sonrojada, no había duda de eso, siguió su camino a al depto.

Tal vez ese hombre se mudará al depto. del frente. Bueno por hoy sólo dormiré un poco. Así se fue a su habitación y se quedo dormida.