SIEMPRE VOY A ENCONTRARTE
La fría brisa de la madrugada acaricio su rostro, cerro los ojos y aspiro profundo, si esto era un sueño no quería despertar. Apenas hacia unos meses estaba en el hogar Ponny, había regresado como siempre a curar sus heridas, a tratar de olvidar a Terry, después de todo no había sido ella quien decidio dejárselo a Susana? Por compasión o por lo que fuera ella había renunciado el. A veces se cuestionaba si había hecho lo correcto al huir como lo hizo, sin pelear por el, se rindió antes de comenzar la batalla. Pero que podía dar ella por el amor de Terry cuando ya Susana casi había dado su vida, su carrera y su pierna. Al menos ella estaba sana y completa, podía ir y venir a su antojo. En cambio, esa pobre infeliz estaba atada a una silla de ruedas y Terry, su Terry atado a una mujer que no amaba. También se preguntaba si haber ido a Nueva York había sido una buena decisión, lo único que obtuvo de aquella visita fue un corazón roto y la pena de no haber estado en Chicago cuando su querido primo Stear se enlisto como voluntario para ir a guerra. Tal vez si ella hubiese estado ahí, lo habría evitado. Aun trataba de convencerse a si misma de que el aun así se habría marchado, Stear sentía que tenia un deber que cumplir, un destino que lo llevo a la muerte. Candy había soñado con Anthony unos días antes de la muerte de Stear. Lo vio sentado en el jardín de las rosas, sonriente y con el sol resplandeciendo en su dulce rostro. " El vendrá a acompañarme pronto" le escucho decir, después el sol desapareció, dándole paso a unas nubes negras que trajeron consigo un viento frio que se llevo los pétalos de las rosas y la figura de Anthony comenzó a desvanecerse, sin darle tiempo a Candy de preguntarle de quien hablaba. Despertó sudando frio y temblando, " solo fue un sueño" se repetía a si misma. Se levanto y preparo te, ya casi iba a amanecer y decidió que no tenia caso volver a la cama. Al principio sintió miedo por Terry, después pensó que su sueño tal vez solo simbolizaba su tristeza, su dolor por haberlo perdido. Y aunado a eso, Neil la perseguía como loco. Se había empeñado en casarse con ella, había perdido su trabajo en el hospital y sentía que la Candy optimista no podría rescatara esta vez. Fue en esos días que decidió ir a Lakewood y hablar con el tío abuelo, si tenia que renunciar al apellido Andrey con tal de no casarse con Neil lo haría. Vaya sorpresa que se llevo cuando encontró a Albert en la mansión de los Andrey diciendo que era el tío abuelo William. Días después volvió al hogar de Ponny, mas tranquila porque Albert cancelo el compromiso con Neal. Pero aun triste por el rompimiento con Terry y la terrible perdida de Stear.
Ya llevaba unos meses viviendo en el hogar de Ponny, trabajaba en una pequeña clínica en el pueblo y ayudaba a sus madres con el cuidado de los niños. Había leído en el periódico que Terry estaba desaparecido, no pudo evitar preocuparse, ella pensaba que lo había dejado bien con Susana a quien lo único que le pidió fue que lo hiciera feliz, y no había cumplido con su promesa. En cambio Terry se había hecho fama de beber demasiado, de pelear en bares y perdió su protagónico junto con su empleo en la compañía Strafford. Las cosas no iban bien para ninguno de los dos, ella aunque estaba tranquila en el hogar con sus madres, aun lloraba en silencio por las noches, aun lo amaba con toda el alma y algo le decía que Terry la amaba también.
Sin pensarlo mucho a la mañana siguiente, pidió un permiso en la clínica donde trabajaba, el doctor se lo dio aun sabiendo que necesitaba la ayuda, Candy trabajaba duro y decidió que era justo que se tomara unos días. Volvió al hogar y le dijo a sus madres que tenia que ausentarse por unos días. Ellas no la cuestionaron mucho, ya sospechaban a donde iba, tenia que encontrar a Terry y si alguien podía convencerlo de volver a Broadway y parar de beber y pelear era Candy y la rubia lo sabia.
Lo busco por días, por los lugares mas peligrosos, lugares que un aristócrata no debería frecuentar. Lo encontró actuando en un teatro ambulante, había bebido demasiado, lo notaba porque se tambaleaba y las palabras que salían de su boca no hacían sentido. Candy hizo un gran esfuerzo por contener las ganas de llorar, no podía creer que su rebelde estuviera en tan malas circunstancias. Ese no podía ser su destino, ella lo dejo pensando que seria feliz y no fue así, Terry se estaba auto destruyendo. Fue entonces que se dio cuenta del error que había cometido al dejarlo, que ingenua había sido al creer que Terry seria feliz con una mujer a la que no amaba. No, Terry no se merecía una vida así, después de todo lo que había sufrido de niño, del maltrato de su padre, de los años que vivió solitario, que no se sintió amado, no, este no podía ser su destino y si en sus manos estaba cambiarlo ella lo haría. En ese momento decidió que no dejaría al destino ganarle la partida, en los últimos meses las circunstancias o personas como Eliza o Susana se habían encargado de separarlos y ni ella ni Terry habían hecho nada al respecto, esta vez, ella pelearía por su felicidad y por la de Terry se opusiera quien se opusiera.
Se limpio las lagrimas y camino decidida hacia el improvisado escenario.
" Terrence Grandchester " le grito con las manos en la cintura, al escuchar su vos, Terry pensó que estaba alucinando, miro hacia el frente y la vio ahí, de pie, su rubio ángel estaba frente a el y se veía furiosa, se tallo los ojos como queriendo aclarar su vista "tengo que dejar de beber ese licor barato" pensó. Pero la visión no se iba, seguía ahí frente a el. – no estas viendo visiones- le grito la rubia – soy yo, baja de ahí mocoso engreído- Terry no podía contener su alegría por verla, -tarzan con pecas! – le grito mientras bajaba del escenario con los brazos abiertos. Los espectadores soltaron una carcajada cuando escucharon al actor llamarla así, lo que hizo que Candy frunciera mas el ceño. Pero su molestia se desvaneció cuando Terry estaba frente a ella y la tomo en su brazos en abrazo muy fuerte, en un abrazo que contenía el amor y el dolor de haberse extrañado, de haber estado separados por tantos meses. Sin pensarlo, Terry la beso, ahí delante de la gente, sin importarle lo que pensaran, la beso con las ganas contendidas desde que la conoció, ese era el primer beso apasionado que le daba, la primera vez que la besaba como un hombre, no como el chiquillo caprichoso que le había robado un beso en Escocia en un verano. Candy se sorprendió ante tal muestra de afecto, pero correspondió al beso de igual manera, con pasión, con todo el amor que había reprimido. El sabor a fresas de Candy se confundía con el sabor a licor que en labios de Terry sabia dulce, y a la vez salado porque las lagrimas de los dos se fusionaron en ese beso. Escucharon los aplausos de la gente y los gritos de algunos hombres felicitando a Terry. – Salgamos de aquí- dijo Terry aun en los labios de Candy, parecía como si aquel beso le hubiera cortado la borrachera y le devolviera la cordura. Salieron tomados de la mano, mientras una elegante rubia observaba a la pareja con lagrima de alegría. Eleonor había estado siguiendo a su hijo para asegurarse que estuviera bien , pero no se había atrevido a hablarle, cuando Terry estaba de mal carácter no había quien pudiera con el, pero Candy le había demostrado una vez mas que ella era la mejor medicina para su hijo. Complacida volvió a casa sabiendo que Terry estaba en buenas manos.
Como supiste donde estaba? Pregunto Terry, Candy le conto como Albert la había ayudado a localizarlo, mientras acariciaba su rostro, el actor tomo la mano que lo acariciaba y la beso. – No puedo creer que viniste a buscarme- dijo Terry.
- siempre voy a buscarte no importa donde vayas, yo siempre voy a encontrarte- dijo Candy sonriendo. –
- Candy, te prometo que ya nada nos va a separar, y si pasara yo también te buscaría, así tuviera que volver del otro mundo , te encontraría-
La rubia sintió un escalofrió al escuchar a Terry decir esas palabras, - no digas esas cosas- le reprendió la rubia mientras le daba un suave golpe en el brazo. – Anda vamos, tenemos un viaje que hacer- dijo Candy. – Volvemos a Nueva York?- pregunto el actor. – Vas a llevarme sano y salvo a casa? Dijo mientras le regalaba una de sus sonrisas sarcásticas, esas sonrisas que Candy tanto amaba. – Si, eso y también a hablar con alguien, es hora de recuperar lo que siempre ha sido mío- dijo Candy devolviéndole la sonrisa al actor.
