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Matrimonio de Conveniencia

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Resumen: Sakura Haruno era una chica que estaba en la flor de su juventud, esperando su tiempo para entrar a la universidad y hacerse de una carrera… Su padre era un hombre despiadado y para su desgracia, un magnate de los negocios, que haría cualquier cosa para ganarse unos miles más... incluso… ¿Casar a su hija? Para él, casarla con Sasuke Uchiha, un millonario despiadado, era lo que lo llevaría a la gloria y se lo estaba proponiendo a dicho hombre, pero sin saber que Sasuke tenía algo entre manos y nadie sabía lo que era. Un pacto y un misterio…

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen sino a Masashi Kishimoto y la historia es completamente mía. Este Fanfic está disponible tanto en Fanfiction como en Fanfic . es. Prohibida su publicación en cualquier otro foro y/o páginas sin el permiso de la autora.

Rating: M (No se porque... ¬¬)

Advertencias: Lenguaje obsceno (un poco), Lemmon. Ooc (Un poco)

Pareja: SasuSaku

Nota: Otra cosa es que el fanfic esta obsoleto ya que hay una nueva versión original, la cual esta publicada en Wattpad bajo el seudónimo de MizzDeedeeBaby. Esta nueva versión es muy diferente a esta que esta aquí, es una versión mas animada y romántica con menos drama y ridiculeces, esta versión acá en fanfiction no es muy agradable para la vista y los gustos, por eso la he llamado Old Version. No lo he borrado de la pagina acá porque me da cosita, pero considero este fanfic una obra algo mediocre que escribí cuando no esta haciendo prácticamente nada. Si usted quiere leerla, lea bajo su propio riesgo. No es mi problema que no este a su gusto. Disfrute.

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Capítulo 1

La Llegada

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Se encontraba con los audífonos de su reproductor de música puestos mientras cantaba a puro pulmón la canción que sonaba en el aparato. Bailaba sin ritmo alguno encima de su cama y que si sus padres la vieran la matarían por hacerlo, había roto su antigua cama hace un mes cuando se puso a saltar en ella. La canción se acabó y al mismo tiempo, escucho como tocaban su puerta.

—Sakura…—llamaron su nombre mientras seguían tocando la puerta—Sakura.

Sakura Haruno bajo de la cama y camino hacia la puerta, la abrió encontrándose con el ama de llaves de su familia. La mujer la miro con las cejas arqueadas y la chica le sonrió.

—¿Qué pasa, Abby?—pregunto Sakura a la ama de llaves mientras se quitaba los cascos de los audífonos y detenía el reproductor.

—¿No vas a bajar a cenar?—le pregunto dulcemente la mujer, con una agraciada sonrisa—tu padre mando a llamarte…

¿Su padre la mando a llamar? Que extraño, su padre no era muy dado a ponerle atención a su hija menor, que era ella, decía que era una chica rebelde, y Sakura no lo negaba porque esa era la verdad, así que pasaban el tiempo ignorándose mutuamente.

—No voy a bajar—le dijo al ama de llaves. Abby puso una cara triste y Sakura le sonrió—Tu sabes cómo están las cosas y ahora que termine el instituto pasare el tiempo de vacaciones que tengo aquí, junto a ese despreciable hombre que tengo como padre. Extraño estar en el instituto, al menos cuando estaba allá no tenía que ver la cara de mi padre—dijo Sakura recordando su vida antes de salir de instituto.

Abby le palmeo el hombro.

—Sé que es así, pero es tu padre. Si el no hace el esfuerzo para que se lleven bien, hazlo tú. Enséñale a tratarte bien…

Sakura intento reírse pero Abby la miro seriamente.

—No voy a bajar. Así que dile a mi padre que no lo hare—dijo esto dándose la vuelta y volviendo a la cama, se colocó los audífonos al tiempo que veía como Abby salía de la habitación, sin decir nada por su decisión. Sakura sabía que no iba a decir nada y que la próxima persona que estaría en su cuarto en menos de cinco minutos seria su padre y acertó, porque su padre apareció por su puerta. Todo alto e impotente, Tezuka Haruno la miro con una mirada tan fría que podía congelar toda la habitación.

—He mandado a llamarte…

—¿Que deseas, padre?—le pregunto Sakura comportándose por primera vez y siguiendo un poco el consejo de Abby.

—Como dije, he mandado a llamarte, pero Abby me dijo que no ibas a bajar.

—Si estabas ahí mismo porque no viniste a decírmelo tú, pero no tuviste que mandar a la pobre Abby que de seguro está muy cansada…

—Eres algo irrespetuosa…

—Tengo algo de tu sangre…—contrarrestó la chica.

Su padre sonrió gélidamente y se dio la vuelta.

—Hay alguien a quien quiero que veas, así que es mejor que bajes antes de que te arrepientas…

—¿Qué pasara si no bajo?

Su padre se volvió.

—¿Disculpa?

—No voy a bajar. ¿Acaso es otro de tus verdes vejetes amigos, que no pierden la oportunidad de acosar a cualquier chica menor de 20?

Su padre entrecerró los ojos y dio un paso hacia ella. Sakura se echó hacia atrás, se estaba propasando, y si su padre la golpeaba se lo tenía merecido. Ella odiaba a su padre y hacia las cosas para hacerlo sentir mal. Su padre trataba a todo el mundo con amor, menos a ella. Siempre se había preguntado si era su hija de verdad, ya que era muy diferente a sus hermanas que eran vivos retratos de Tezuka Haruno. Estaba harta de sus riñas, estaba harta de todo, si no fuera por su madre, que se sentiría muy mal si ella se fuera, se hubiese largado de ahí hace años, pero no quería causarle sufrimiento, la quería demasiado, era su madre después de todo o eso creía…

—Tezuka—dijo una voz femenina.

Su padre y ella miraron hacia donde había sonado la voz, su madre, Hikari Haruno. Entro por completo en la habitación y cerró la puerta a su espalda.

—¿Qué pasa…?—pregunto su madre.

—Papa no entiende que no quiero bajar a conocer a su vejestorio…—le dijo Sakura a su madre.

La mujer ahogó una risa y miró a su esposo.

—¿Vejestorio?

Su padre se encogió de hombros.

—Mira, porque no bajas…

—Pero…—quiso objetar Sakura.

Su madre le imploro con la mirada que no objetase nada, o al menos así lo vio Sakura, que asintió y se quedó callada. Su progenitora sonrió y agarró a su esposo de la mano, conduciéndolo hasta la salida, abrió la puerta y empujo a su padre afuera, antes de irse, se giró hacia ella.

—Ponte algo presentable…—dijo su madre mirando sus pequeños shorts y su holgada blusa, que más bien era un pedazo de tela.

Sus padres se fueron y Sakura se acercó a su armario haciéndole caso a su madre y busco en su repertorio de ropas con poca tela, algo presentable. No tenía nada, ya que la ropa que usaba solo era para estar en casa y salir con sus amigas por ahí. Se alejó del guardarropa, quizás podía pedirle prestado algo a alguna de sus hermanas mayores… quizás…

Se volvió otra vez al guardarropa y diviso algo blanco largo en él. Se acercó, ¿había estado eso ahí…? Saco la prenda y la analizo. Era un vestido, recordó que su mejor amigo se lo había regalado hace unos meses, era un regalo y nunca lo había usado, quizás esta era la oportunidad. Se despojó de su ropa y se puso el vestido, volviéndose hacia el espejo observo su reflejo, no era muy corto pero tampoco muy largo, le llegaba a medio muslo. Se encogió de hombros, era lo único respetable que tenía además de su viejo uniforme del instituto.

Busco unos zapatos que le combinasen y encontró en su zapatera unas sandalias del color del vestido, se las puso. Se acercó a la cómoda, quitándose la cinta que sujetaba su rosado cabello, se pasó un cepillo y lo dejo suelto. Miro sus ojos de color verdoso, se veían opacos y tenían bolsas negras debajo de ellos. Se colocó una breve capa de maquillaje, tapándose las ojeras y solo para que pareciera natural y su cara no se viera muy opaca. Comprobó su estado otra vez en el espejo, se veía bien, decente, pero sabía que a su padre le molestaría de todas formas, sonrió para sí, aún mejor.

Salió de su habitación y se dirigió hacia donde sabía que estaban sus padres con el vejestorio, cuando entro en el salón, la conversación cesó y los presentes dirigieron su mirada hacia ella, Sakura se fijó rápidamente en el hombre que estaba sentado al lado de su padre, que no era para nada un vejestorio, era un hombre joven, lo que más llamaba la atención era su pelo, que era negro y largo, atado en una coleta, no combinaba para nada con el traje que llevaba.

«Es muy guapo…», pensó Sakura mientras se acercaba con una sonrisa en la cara.

Se sentó al lado de su madre y fijo la mirada otra vez en el hombre que la miraba por igual.

«Que ojos tiene…», pensó viendo sus profundos ojos oscuros, así como el azabache.

—Ella es mi hija menor, Sakura…—dijo su padre.

—Un placer, Sakura—dijo el hombre guapo con una sonrisa demasiado derrite mujeres—Soy Itachi Uchiha…

—¿Uchiha?—pregunto Sakura. Le resultaba conocido el apellido.

Itachi asintió.

—Soy hermano de Sai—dijo Itachi refiriéndose al esposo de su hermana mayor. Con razón el apellido le parecía conocido, además de que el hombre en si se parecía al esposo de su hermana.

«Con razón se parece mucho a Sai…», pensó Sakura mirando al hombre por el rabillo del ojo, aunque tenían varias similitudes, era obvio que Itachi se veía mil veces mejor que su cuñado, además de que era mucho más amable.

—Un placer…—dijo Sakura mostrándole su buena educación, eso y para que su padre vea que ella era una chica educada cuando se lo proponía.

Él levantó la barbilla en forma de saludo y Sakura vio que además de tener el pelo en una coleta, llevaba un piercing en la oreja derecha. No pudo evitar sonreír, se veía rebelde y aquello era algo muy sexy… Lo que le gustaba.

—Pensé que ibas a venir con Sasuke…—dijo su padre volviendo a la conversación de antes.

—Mi hermano no está en la ciudad en estos momentos, así que por eso vine solo…

—Ya veo. ¿Cuándo vuelve a la ciudad? Cuando lo llame ayer no dijo nada de estar fuera de la ciudad…

—Quizás se lo olvido.

—Algo muy raro, ¿no?

Itachi se encogió de hombros.

Sakura se estaba aburriendo. ¿Quién era el hombre de quien hablaban su padre e Itachi? Bueno, era obvio que era hermano de Itachi y Sai… ¿pero por qué hablaban de él…?

—Ya lo llamare y hablare con él.

—Si es lo mejor…—dijo Itachi y miro a Sakura con expresión seria, Sakura se preguntó porque la miraba de esa manera—Ya tengo que irme…

—¿Pensé que te quedarías a cenar?—cuestionó su padre.

—Sí, pero recordé que tengo cosas que hacer…—dijo Itachi.

Si no fuera por su expresión nerviosa, Sakura se lo hubiese creído, pero era obvio que el hombre quería irse de allí rápido. ¿Qué le pasaba?

Su padre y el hombre se levantaron, Itachi se despidió de Sakura y se marchó del salón junto a su padre. Sakura miro a su madre que se levantó y se alejó de ella, aquello era muy extraño. ¿Por qué aquel hombre estaba ahí? ¿Por qué su madre se sentaba en otro lugar y tenía esa expresión de tristeza en la cara? Algo estaba pasando… Se siguió preguntando sobre Itachi… Ella nunca lo había visto en su vida, ni siquiera en la boda de su hermana con Sai.

Sus hermanas mayores hicieron aparición en el salón. Shizune y Tenten se acercaron a ella mientras que Tayuya, la mayor de todas las hermanas iba con su madre. Shizune tomó a Sakura del brazo.

—Viste que guapo era, Sakura…—dijo Shizune con ojos brillosos.

Sakura se rio, al parecer a su hermana le había gustado Itachi, bueno a cualquiera le gustaría, incluso a ella le había gustado y ella que había pensado que era un vejestorio o peor aún un hombre igual que su padre, pero se llevó todo lo contrario, con las pocas palabras que intercambiaron le pareció un hombre muy simpático, aunque uno no podía juzgar un libro por su portada…

—Sí, se ve muy bien…—admitió Sakura.

—¿Bien? ¡Es guapísimo!—exclamó Tenten emocionada.

Las dos hermanas comenzaron a hablar sobre Itachi y Sakura las ignoró para observar a su madre y a Tayuya. Ellas dos se mantenían hablando en voz baja. Se levantó, era mejor irse de allí, ya que se estaba imaginando cosas, como si algo le pasara a su familia…

—Te quedas ahí—dijo su padre apareciendo en el salón, deteniendo a Sakura que volvió a tomar asiento con sus hermanas. Su padre se detuvo frente a ella y la señalo con el dedo—No entiendo porque estas tan rebelde, muchachita, ese hombre que estaba aquí es uno de mis más grandes asesores y te comportas de esa manera, va a creer que no te damos educación y tú sabes muy bien que es bastante la que te damos.

Sakura arqueo las cejas. ¿Por qué mierda su padre le saltaba con aquello? Había sido educada con Itachi, se había mantenido al margen, guardando a la chica rebelde que era dentro de su interior.

—No he hecho nada…—le dijo Sakura levantando el mentón hacia su padre.

—Tú nunca haces nada. Te quiero el lunes en mi despacho temprano—dijo Tezuka.

—¿Es una orden?—preguntó Sakura siguiendo desafiando a su padre.

Este se rio y la miro con una mirada gélida.

—¡Sí!—le dijo su padre antes de lanzarle una mirada asesina.

Sakura lo fulmino con la mirada y después miro hacia otro lado. Era injusto, ella no había hecho nada delante del hombre, entonces porque su padre la trataba así. Su padre no dijo más nada, se fue del salón y cuando escuchó como la puerta del estudio de su padre se cerró con fuerza, su madre se acercó a ella y dijo:

—No le hagas caso…

—Yo no he hecho nada—dijo Sakura a su madre.

Esta le sonrió.

—Lo sé, es solo que tu padre está muy…—comenzó a decir su madre pero se calló abruptamente y se llevó una mano a la frente, frotándosela como si le doliera.

Tayuya se acercó a su madre.

—Mama es mejor que vayas a descansar…

—Si—acepto su madre, pero no se fue a descansar, se quedó ahí frente a Sakura mirándola con la misma expresión de antes, de tristeza—Sé que tu padre te ha tratado muy mal últimamente, lo siento, es solo que tu padre, no, nosotros estamos pasando por una situación muy… no muy buena.

—¿Qué está pasando, madre?—pregunto Sakura, se estaba preocupando. Sus padres tenían dinero y vivían bien, nunca vio en su vida un indicio de lo contrario.

Hikari negó con la cabeza.

—No pasa nada… Solo quiero que me escuches, por primera vez has caso a lo que tu padre dice…

—¿Por qué debo hacerlo?—cuestionó Sakura, aquello no era algo muy bonito que digamos, acaso su madre no sabía que odiaba a su padre.

Su madre volvió a frotarse la frente.

—Por favor… Solo hazlo…

—Ay mama, mira que lo que le dices a Sakura, le entra por un oído y le sale por el otro—dijo su hermana Tayuya.

—No sé de qué hablan. Hablan como si yo me hubiese comportado de mala manera delante del visitante, pero me comporte como una señorita, como la señorita educada que soy cuando no me molestan. Baje solo para ver a un hombre atractivo… ¿Eso era todo? ¿Qué más querías?

—Claro que no fue para eso, solo queríamos que lo conocieras—murmuró su madre—Emm, es mejor que lo olvides por el momento—dijo ella dándose la vuelta.

—¿El qué? ¿A qué te refieres?—pregunto Sakura, su madre estaba diciendo cosas raras. ¿Por qué tenía que conocer a ese hombre?

—Mama, no te guardes la lengua y suéltaselo…—dijo Tayuya como con burla.

Sakura miro de mala manera a su hermana mayor, que era una cretina, no la soportaba ni un ápice por creída.

—¡Tayuya!—la regaño su madre.

Su hermana se rio cínicamente y Sakura hizo puños sus manos, estaba a punto de volarle encima. Se merecía una cachetada, estaba harta de su hermana mayor.

—Tayuya, me estas cabreando…—le dijo Sakura con tranquilidad, solo esperaba que su hermana siguiera con sus burlas para poder entrar en acción.

—¡Sakura! ¡Tayuya! ¡Ya basta!—se metió su madre.

—De acuerdo mama, pero dile a esta que no se meta en mi vida…

—¿Meterme en tu vida? Ni que fuese tan interesante…

—Claro que lo es. Vivo la vida libre y no tengo un marido a quien rendirle cuentas. Soy libre, tu no…

Tayuya soltó una carcajada y Sakura la fulmino con la mirada. ¿De qué se reía esta vez?

—Veremos qué tan liberal eres, hermanita…—dijo Tayuya y con una risa burlona se fue del salón.

—No le hagas caso…—dijo su madre para seguir los pasos de Tayuya.

Sakura se quedó en el salón preguntándose qué estaba pasando con su familia. Shizune y Tenten se acercaron a ella y le palmearon la espalda, para luego marcharse del salón, eso sí, después de que Shizune murmuraba algo que casi no entendió bien, la única palabra que pudo entender fue matrimonio.

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Hacia varios minutos que se había bajado de su avión privado. Caminaba junto a su asistente hacia su vehículo con chofer que lo esperaba en la terminal. Le dolía la espalda y estaba hecho polvo, había pasado aquel fin de semana revisando informes y proyectos cuando debió de haber estado ó un suspiro. Quería irse directamente a su piso a hacerle el amor a su cama, pero no, tenía que ir a una estúpida reunión con un imbécil que no podía esperar otro día.

Su chofer abrió la puerta trasera y Sasuke Uchiha entro junto con su asistente. Una vez que se acomodó en el asiento, recostó la cabeza contra en respaldo del asiento al tiempo que el chofer se subía al auto y arrancaba. Si hubiese sido otra persona le hubiese dicho a su chofer que pusiera rumbo a su piso y no a la empresa del socio de su padre, Tezuka Haruno, pero como él era un hombre muy competente y no le gustaba dejar las cosas para después, no dijo nada.

—Señor…—dijo su asistente a su lado, llamando su atención.

Sasuke la miro con una ceja arqueada.

—¿Qué pasa?

—Puedo llamar al señor Haruno y cancelar la reunión…

—No importa, mientras más temprano salga de esto mejor…

—¿Esta conforme…?

¿Conforme? No lo estaba pero que mierda importaba, el solo quería llegar a sus metas y para hacerlo tenía que ver a Tezuka Haruno.

—No importa…

—¿Esta bien? No parecer estarlo…—dijo ella tan cerca de él.

Sasuke bajo la mirada hacia los pechos de la mujer que se asomaban por la blusa entreabierta de su asistente, si no hubiese estado cansado quizás estuviese haciendo otra cosa, como tener relaciones en el auto con su asistente, sin importarle que el chofer los viera. Sonrió.

—Solo tengo sueño…—le dijo conteniendo un bostezo. Tenía par de días sin dormir bien. Aquella semana que había estado en Washington se la había pasado de reunión en reunión, resolviendo algunas cosas. Casi no había tenido tiempo de dormir, solo cortas siestas.

—¿Por qué no duerme señor?—pregunto ella.

Sasuke arqueo las cejas y luego sonrió. Sabía muy bien lo que pensaba su asistente.

—¿Dónde?—dijo Sasuke con inocencia, cosa que no tenía.

—Aquí…—dijo ella señalándose las piernas, él sonrió de nuevo y se recostó en ella, echaría un sueñito en esas suaves piernas.

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—Maldición…—maldijo Sakura mientras entraba en el edificio donde estaba la empresa de su familia.

Miro su reloj, había llegado a la hora acordada, no iba atrasada, lo único que le molestaba era como estaba vestida. Su madre había insistido en que se vistiera como una maldita vejeta. Miro la falda negra por debajo de las rodillas que llevaba y la blusa de manga larga de color blanca, no le gustaba esa ropa, pero su madre la había obligado a que se vistiera así y que también se pusiera tacones de aguja.

Se detuvo frente al ascensor y lo llamó. En el reflejo de la puerta se vio, el moño bien recogido que tenía en la cabeza, que por cierto ya no estaba tan recogido porque un mechón había escapado del recogido. Se llevó una mano al moño, intentando arreglárselo, pero lo que hizo fue desarreglarlo más y lo dejo. Ya más tarde lo arreglaría, eso sí, si es que tenía tiempo.

—¿Dios, por que tarda tanto esta cosa…?—murmuro Sakura refiriéndose al ascensor.

Volvió la cabeza sobre su hombro al escuchar unos pasos que resonaban en el piso de cerámica, una mujer y un hombre se acercaban hacia el ascensor. Sakura sin discreción alguna observo a la mujer, que era rara y tenía la cara media escondida gracias a que su pelo, que parecía una peluca, la tapaba. Sakura pensó que seguramente que quizás tenia vergüenza o algo por el estilo. No le dio importancia y se fijó en el hombre, se parecía a alguien que había visto pero no supo a quién, aun así era muy guapo, alto, de tez como la porcelana, moreno y tenía el cabello desarreglado, cosa que le daba un toque muy sexy, siguió bajando la mirada por su cuerpo, por los pantalones que se le ceñían un poco, cuando iba a mirar hacia allí, se dio la vuelta de pronto, porque ya estaban frente a ella, probablemente pensaban que era un pervertida.

En ese mismo momento se abrieron las puertas del elevador y entró junto a la pareja que acababa de llegar, Sakura pulso el botón del quinto piso que era el piso donde estaba la oficina de su padre, con el rabillo del ojo observo a la pareja, que ni se inmutaron en presionar algún botón, tal vez iban al mismo piso que ella.

—Me duele el cuello…—dijo el hombre sobándose el área adolorida.

—Cuando salgamos le daré un masaje, mi señor…—dijo la mujer coquetamente.

Sakura silbo, no era metiche, pero era obvio que la mujer se sentía atraída y que era alguna empleada del hombre.

—No importa—la interrumpió el hombre—Cuando termine de hablar con Tezuka, me iré y tú me acompañaras…

La mujer se sonrojo y después asintió. Sakura observo la escena con una mueca, al parecer a la mujer le gustaba el hombre o quizás tenían una relación, pero a ella que mierda le importaba.

—Le dije que podíamos haber llamado al señor Tezuka y…

—Shh…—la mando a callar el hombre—Ya estamos aquí, ¿no? Tezuka me está esperando…

Sakura parpadeo sorprendida al darse cuenta de que el hombre había mencionado el nombre de su padre y ella sabía que su padre el único que tenía ese nombre en su edificio, pero antes de replicar algo, su bolso comenzó a emitir una canción muy popular y supo que era su celular, lo sacó del bolso, hablando del diablo, contesto.

—Dígame…—su voz sonó un poco fría pero eso era lo que había aprendido de su padre.

—Aun no te veo aquí…—escuchó que decía su progenitor.

Sakura se tragó un improperio y sonrió.

—Estoy en el ascensor, padre…—murmuró rodando los ojos. El hombre era un maldito.

—Más te vale…—dijo Tezuka y colgó.

Sakura gruño saliéndosele un improperio y luego se tapó la boca, miro al hombre, el hombre la miro con una ceja levantada, se fijó que sus ojos eran tan negros como la noche y llamaban mucho la atención, y obvio que él también llamaba la atención, tenía una cara muy hermosa, como si hubiese sido tallada por los dioses. Dejó de comérselo con la mirada y agachó la cabeza un poco ruborizada, para murmurar una disculpa.

—Perdón…

El hombre la ignoro y se volvió hacia la mujer. Sakura se maldijo, muy pocas veces se disculpaba y lo había hecho hoy porque quería aparentar ser educada, pero ni porque le rueguen lo volverá a hacer. Metió el móvil en el bolso de nuevo. Lo que su madre le hacía hacer, o mejor dicho su padre.

«Maldito viejo», murmuro en su mente, deseando decírselo a la cara a su padre.

El elevador se detuvo y cuando las puertas abrieron, salió rápidamente de él como alma que lleva al diablo, yendo hacia la secretaria de su padre.

—Te espera adentro…—le dijo la secretaria al verla.

Sakura entró en la oficina de su padre que estaba sentado detrás de su amplio escritorio, con su aire de dictador. Ella le sonrió y su padre siguió con la mirada dura sobre ella. Sakura suspiro, se sentó en unos de los muebles delante del escritorio y después lo miro fijamente.

—¿Qué es lo que quieres? ¿Por qué quisiste que yo viniese aquí…?—pregunto Sakura confundida, no entendía porque estaba allí.

—Espera a que llegue…

¿Esperar a que llegue? ¿Quién? En ese instante se abrió la puerta, Sakura volvió la cabeza y se sorprendió bastante. La persona que estaba entrando en ese momento, era el hombre del ascensor e iba solo.

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Si usted llego aquí, muchas felicidades por leerlo entonces. Ya que le han dado una oportunidad al fanfic a pesar de lo que dije en un principio. He estado editandolo y agregándole mas cosas para que así se vea mejor. Incluso es posible que publique la nueva versión acá en Fanfiction. De todos modos, gracias por llegar hasta aquí y tomar su tiempo leyendo.

Denise