¡Hola! Otra vez estoy aquí escribiendo cosas chiquitas porque eso es lo que mi tiempo libre me permite. Y sí, de nuevo escribí uno de Laura que también es muy angsty. ¿Qué le vamos a hacer?
Taking the pain away.
By: Lindo usagi.
Las emociones comenzaban a fluir justo en ese momento, adquiriendo una definida forma líquida y resbalando por la piel de las mejillas.
Se sentía destrozada y sola, porque nadie podía aceptarla como era. Una persona tratando de huir del dolor. Una chica con mucho miedo. Una asesina de sangre helada.
Los sollozos comenzaban ya a intensificarse. Era el momento justo. Ya lo había hecho antes..., aun así seguía siendo tan difícil como al principio. Necesitaba sentir el dolor, necesitaba ver su propia sangre correr, sólo eso la tranquilizaría, era lo que merecía.
Se apresuró a entrar al baño y cerró la puerta tras de sí con violencia. Se estiró la manga izquierda y se dejó el pálido antebrazo desnudo. Sacó una de sus garras y se hizo un profundo corte con ella lanzando un gemido al sentir que el brazo le hormigueaba y le punzaba.
Volvió a cortarse una vez más.
Dos.
Tres.
Las lágrimas cayeron en las heridas y se mezclaron con las gotas de sangre provocándole un intenso ardor. A nadie le importaba. Nadie se preocuparía por ella. Intentó, de nuevo, hundirse la garra en la piel cuando escuchó la puerta abriéndose de golpe. Un chico de cabellos negros rodeado por un aura telequinética la miraba atenta.
Sus ojos dejaron de brillar y en su rostro se dibujó un dejo de preocupación. El chico corrió a cubrirle las heridas con una toalla y le presionó suavemente el brazo para que dejara de sangrar.
—Sanaré —le dijo ella.
Él le miró los ojos enrojecidos y el rastro en las mejillas dejadas por las gotas de lágrimas y entonces la envolvió con sus brazos.
—No quiero que vuelvas a hacerlo, ¿te queda claro?
Ella no le contestó sino que permaneció hundida en su pecho.
Fin.
