Coleccionista

Sho tenía el extraño sentimiento de haber vivido eso anteriormente, como un dejà vú de una vida pasada, otro universo... Quién sabe, quizás sólo estaba leyendo demasiado manga. El caso era que tenía una extraña sensación de familiaridad y extrañeza, aunque quizás ésta última se debía a que nunca nadie se había disculpado ante él por nada que le hubieran hecho, ni mucho menos pedido su amistad, como sucedía con Johan Andersen, quien, tras terminar el horrible incidente con Tragoedia y recuperar su conciencia, lo primero que hizo fue disculparse por si le había causado algún mal.

Así pues, la escena extraña del pequeño Osiris recibiendo las disculpas se le grabó en la mente como si le sucediera a otra persona y no a él; pero lo que más le llamó la atención, lo que más grabó a fuego ese sentimiento de dejà vú fue que Juudai apareciera de pronto en ese momento y entre él y el extranjero surgiera una amistad instantánea, como si un imán los hubiera impulsado a unirse.

En esos momentos charlaban a unos cuantos metros de él, sobre el duelo de uno y poca cosa más, pero con tal vehemencia que casi parecían gemelos o los mejores amigos de toda la vida, causándole una extrañamente conocida sensación de celos.

—La primera vez que te vi cazabas una mariposa, ¿no es así? ¿Por qué? —Juudai se había dejado caer sobre la hierba que rodea el edificio principal de la Academia, con los brazos tras la nuca, mirando hacia el cielo.

—Me gusta coleccionar cosas —puntualizó el otro, quien estaba sentado a su lado, mirándolo con una gran y afable sonrisa en sus labios—. Soy un coleccionista de especímenes extraños, son fascinantes, ¿sabías?

—¿Y qué tienen que los hace tan interesantes? —el castaño entreabrió un ojo para mirarlo, curiosamente el extranjero tampoco le quitaba la vista de encima, como si sopesara sus palabras antes de decirlas.

—Muchas cosas, el color, la especie, las habilidades —claramente se estaba refiriendo a un insecto, pero algo le decía a Juudai que también lo describía a él de alguna extraña y realmente nada desagradable manera.

—Y una vez que los capturas, ¿qué les haces? —el castaño permaneció impasible e incluso se permitió copiar la sonrisa que le devolvía el otro, a quien veía desde abajo al estar acostado.

—¿De verdad quieres saber?

Sho no creía en ese clase de cosas, reencarnaciones o mundos alternos, pero la escena que sucedió ante sus ojos —Johan inclinándose para besar a su mejor amigo y lo peor, éste correspondiéndole—, le hizo pensar que ya había visto eso antes y que las cosas no habían terminado bien.


Notas de la Autora: Publicado anteriormente en mi livejournal en respuesta al 'reto diario' como pueden ver, basado en el manga y creo que sin muchos spoilers. Un nonsense en toda la extensión de la palabra, pero sólo se me ocurrió (y aparte tenía que escribir algo para el reto, no tenía nada hecho para el día 82 x-x)