Hola A todos, hace poco aprendí a subir fic a esta página y me encanta compartir mis historias, si bien ya soy un poco viejita, mayor de 20 jejeje, estas historias de Dijimos la escribí cuando era apenas una quinceañera y veía la serie...o quizás era mayor, pero igual tienen una pila de años y ahora mi escritura a variado, pero quise conservar estas intactas, ojala les guste!
Y gracias por leer
Mereciéndote Amor Mio
-Tai! Espera... -gritó sora con toda su fuerza esperando que su amigo mas querido la escuchara, esas vacaciones de verdad que echó de menos a Tai ya que éste tuvo que ir al campamento de fútbol aquel verano.
-Sora... como estás?...-Tai se quedó muy sorprendido al verla, casi tartamudeaba pero su emoción era algo extraña, quería abrazarla con toda su fuerza pero a la vez algo se lo impedía, ya no eran unos niños y él tenía que comportarse como lo que era, un muchacho de 16 años.
-que ocurre porque te me quedas viendo así...-sora lo miraba con mucha alegría sabía que Tai ya no era un muchachito pero su actitud infantil no cambiaba, aunque algo diferente... su forma de comportarse con ella le parecía a la vez encantador pero también peligroso..
-no ...por nada... sabes? Me dirigía al gimnasio oí que matt está cantando.
-sí, entonces vamos a verlo...-ese era otro al que tenía ganas de ver, matt definitivamente había dado un vuelco de 180º, le habían contado que era un conquistador y ella aparte de decir –que! matt? No, no puede ser- sabía que algo así podía ocurrir, matt necesitaba de gente a su alrededor aunque él lo negase pues pasaba la mayor parte del tiempo solo, ya que su papá era un adicto al trabajo y su madre vivía en otro lado, además era muy guapo y solo era cuestión de tiempo que se volviera popular.
Matt era la sensación del gimnasio que estaba lleno con todas las muchachas de la escuela gritando desesperadas, y en el medio del escenario estaba él, sora lo miró y se rió interiormente, no podía comprender como aquel niño rebelde e indiferente ahora era el rey del baile, al entrar al gimnasio sus ojos se cruzaron unos segundos pero eso bastó para atraer la atención de aquel rubio, alto y guapo muchacho que se encontraba en medio de una euforia que él mismo había provocado.
Al terminar matt se dirigió directamente hacia ellos.
-como has estado chico popular?... -le dijo tai en tono gracioso y pícaro guiñándole un ojo y mirando de reojo a todas las muchachas que venían detrás de él con cara de deseo.
-bien, pero ahora estoy mejor...-y dijo esto mirando fijamente a sora de pies a cabeza, lo que hizo incomodar a ésta muchísimo pues esa mirada le recordó a otra muy similar momentos antes.
-que ocurre matt? Olvidas quién soy... -le dijo sora sonrojándose levemente pero éste no apartaba la vista de ella.
-¡ s o r a!...- matt estaba sorprendido, su amiga era otra, sin ese horrible sombrero y vestida con el uniforme de secundaria, realmente era otra.
-la misma matt además soy yo la que debería desconocerte...
-por qué? ...- matt no salía de su asombro.
-mírate galán, por dios todas esas muchachas locas por ti, sabía que tenías admiradoras pero nunca algo como esto,...- y apuntó directo al montón de niñas.
-les debe gustar mi música ...- dijo un matt no muy interesado en el furor o las intenciones de las chicas.
-si claro matt tu música es la que las impacta tanto ...-y lo miró de pies a cabeza con cara de malicia.
-no tienes que ser cínica... - y se sonrojó
-no lo soy, pero ellas están loquitas por ti no por tu música...
-ja! Por fin encontraste la orma de tu zapato...- dijo Tai quien no estaba muy complacido por la respuesta de su amiga.
-ya tengo que irme tengo mucho que practicar...- y matt se alejó serio del lugar, no le gustaba ver la realidad de las cosas para él lo que importaba era su música no tener 120 mil fans.
-tan escueto como siempre...yo también ya debo irme...- le dijo Tai y se apartó de ella corriendo.
-matt no puedo creer en lo que te has convertido...- pensó en silencio Sora.
Las clases se hicieron interminables pero por fin terminaron, a Tai para variar lo habían castigado así que tendría que irse en compañía de sus amigas.
-sora, ¡cuéntanos! Conociste a alguien en tus vacaciones.
-sí...- y todas sus amigas estallaron en risas, suspiros y otras manifestaciones de alegría.
-quien? Como es? De donde? Etc etc.
-ya cállense no sean tan gritonas.
Y de pronto todas sus compañeras enmudecieron.
-no exageren ...- pero sintió una presencia atrás a sus espaldas y una mano que se posó en su hombro, un escalofrío le recorrió el cuerpo para terminar dándose cuenta de que el muchacho que se encontraba allí era en realidad matt.
-que haces aquí...- apenas murmuró la voz de sora.
-vine por tí...dijo matt serio.
Las muchachas comenzaron a mirarse perplejas y aún mas emocionadas mirando con expectación y envidia la cara de sora.
-ok, adios muchachas...- dijo sora con voz de mando lo que provocó que sus amigas de inmediato se alejaran no sin gran cuota de curiosidad en sus juveniles rostros.
-dime Matt, de que querías hablarme...- sora dijo no con poca curiosidad en sus palabras.
-no aquí...acompáñame... - y matt la tomó por el brazo alejándola del lugar.
Ya en el parque se paró frente a ella y muy cerca le dijo.
-hace un tiempo quería hablarte...
-de que matt
-de...bueno...yo...- matt no sabía unir las palabras cuando estaba nervioso y aquella niña lo ponía aún mas que nervioso.
-ya sin rodeos ¿que quieres de mí?...
-que me acompañes al digimundo...- esto último lo dijo sin pensar en realidad algo muy diferente le pasaba por la mente aquel instante pero se acobardó en el instante final.
-pretendes ir ¿no será peligroso?
-si... es peligroso, pero te prometo que no te pasará nada, además extraño mucho a gabumon.
-si, yo también extraño mucho a biyo..., pero tanto misterio para decirme eso, no tenías que agregar algo mas emocionante...- dijo Sora pícaramente, ella también había cambiado bastante ahora, era mucho mas segura y resuelta.
-mira prefiero decírtelo cuando estemos allá...- le dijo matt mirándola a los ojos y con una seductora sonrisa.
-como quieras...- dijo sora que se ruborizó por el doble sentido que usó matt.
