Importante: Los personajes de este fic no me pertenecen son única y exclusivamente propiedad de Naoko Takeuchi . La historia a desarrollar si es propiedad intelectual mía, se encuentra basada en un universo completamente alterno a la serie Sailor moon de donde pertenecen los personajes.
La canción es e el grupo los bunkers y se llama mariposa.
Sin más preámbulos los dejo con esta, mi nueva aventura. Espero que sea de su agrado, espero sus comentarios para poder seguir aprendiendo.
La fuerza del destino.
Era una mañana hermosa, brillante, el sol resplandecía en lo alto, las calles de la ciudad aún no se encontraban atestadas de coches y personas, apenas había amanecido.
El sonido de un teléfono móvil ubicado en la mesita de noche despertó a una chica de cabellos aguamarina, se movió de forma perezosa entre los pliegues de la sabana, estiró con parsimonia su brazo izquierdo para tomar aquel aparató y sin más, sin tomar en cuenta lo que decía la pantalla presiono la opción desactivar, era el sonido de su despertador. Volvió a acomodarse en la cama en posición fetal, se quedó quieta unos segundos y comenzó a abrir nuevamente los ojos. Sintió unos pasos fuera de su habitación. Y antes de que tocaran la puerta junto con un bostezo gritó que ya estaba despierta.
La chica que se encontraba parada frente a la puerta con el brazo en alto y su mano en un puño para golpear, solo sonrió… siempre había sido así, desde pequeñas, ella a pesar de ser la menor de las hermanas siempre fue la más responsable y puntual en temas de horarios, en lo demás eran muy parecidas, solo que la personalidad de su querida hermana mayor era algo más espontanea y fresca, pero muy parecidas. Ambas amaban el arte, herencia de su padre, ambas pintaban, su hermana mayor tocaba el violín y ella el piano, ambas amaban el mar y cada vez que estaban en él parecían unas sirenas, ambas se parecían mucho a su madre, a diferencia de sus hermanos mayores los mellizos Darien y Zafiro, ellos eran la viva imagen de su padre, altos, de ojos azules , cabello negro azabache algo bronceados a diferencia de ellas que tenían una piel muy blanca que las hacía lucir como muñecas de porcelana, ojos celestes como el cielo, y el cabello aguamarina, el de ella un poco más oscuro que el de su hermana dos años mayor.
Ambas vivían en el departamento que habían dejado sus padres antes de morir, hacía ya más de 5 años , cuando ella tenía tan solo veinte años, pasaron por momentos difíciles, pero entre los cuatro pudieron sobrellevar la situación, sus hermanos, amigas y amigo fueron un pilar fundamental para sobrellevar la perdida.
Ella iba con sus padres en el coche aquella fatídica noche, siempre sintió algo de culpa, su madre había fallecido de forma inmediata, a su padre lo vio agonizar por unos cuantos minutos antes de morir, el auto había perdido el control debido a la lluvia y la poca visibilidad a causa de la niebla, sumando a aquello una discusión que se llevaba a cabo dentro del coche entre su padre y ella, por lo que siempre pensó que si su padre no su hubiera distraído con aquella discusión tal vez no habría perdido el control del coche y sus padres aun estaría vivos.
Su vida se había derrumbado por completo, estuvo internada cerca de un mes por lo cual no pudo asistir al funeral de sus padres, su recuperación física había sido rápida, la recuperación sicológica fue la que más tiempo les llevó. Cuando llegó a casa sus hermanos estaban ahí con ella, la cuidaron con esmero, a pesar de ella haberles confesado que en el momento del accidente estaba discutiendo con su padre, sus hermanos jamás le reprocharon, jamás siquiera insinuaron que era la responsable de la muerte de sus padres como ella así lo creía, muy por el contrario siempre estuvieron ahí para ayudarla y apoyarla en todo momento.
Pasaron dos años, Zafiro 4 años mayor que ella contrajo matrimonio con su novia, llevaban 3 años juntos y aquella chica había estado con él en el peor momento de su vida, estuvo también con ella, ofreciendo toda su ayuda, Hotaru era sicóloga y aunque en un comienzo no le agradó mucho, con el tiempo terminó por darse cuenta que es una excelente mujer y que su hermano no pudo haber elegido una mejor mujer para pasar el resto de su vida, ella y su hermana habían sido las principales artífices de aquel matrimonio, se encargaron de convencer a su hermano, no porque él no quisiera casarse con su novia, la amaba demasiado, pero no quería dejar a sus hermanas solas, al final terminó por ceder cuando apareció un molestoso admirador en la clínica donde su cuñada trabaja, lo que su hermano jamás se enteró y jamás se enteraría es que fueron ellas quienes enviaban las flores y chocolates, pero es que amaban a sus hermanos y querían que fueran felices, ellas estaban grandes, mujeres fuertes capaz de llevar las riendas de sus vidas, pero para ellos siempre serían sus pequeñas hermanas. El que les llevó más trabajo fue Darien se había casado hace un mes, él por nada del mundo quería dejarlas solas, sin importar que ya tenían 25 y 27 años respectivamente. Su hermana Michiru no le interesa el matrimonio, tiene uno que otro novio por ahí pero nada formal y jamás ha llevado un novio a casa excepto esa vez que papá la obligo a presentar a su novio cuando tenía 17 años pero desde aquella vez nunca más, y siempre decía que el matrimonio era solo un trámite que no le interesaba, por su parte la menor del clan Kaioh tenía un novio formal desde hace casi un año, es más los cumplirían en un mes más.
Richard era un excelente hombre, había sido su amigo, su mejor amigo por muchos años, estuvo siempre con ella y en los momentos más difíciles, lo quería demasiado y sí, era feliz a su lado. Sus hermanos estaban de acuerdo con esa relación, solo Michiru lo encontraba algo extraño pero nada de qué preocuparse, contaban con la aprobación de todos y además era un chico que sus padres en vida habían adorado. Darien estaba seguro que ella terminaría casada con Richard y fue así que por fin se decidió a tomar por fin las riendas de su vida, formar su propia familia y contraer matrimonio con su novia de toda la vida desde la secundaria, Rei Hino. Y ahora se encontraban disfrutando de su luna de miel en el Caribe.
Sonrió ampliamente mientras terminaba de acomodar las cosas en la mesita auxiliar de la cocina para desayunar junto a su hermana. Recordar todos esos momentos difíciles le producía una nostalgia terrible, pero se aferraba a los maravillosos recuerdos, aún sin sus padres seguían siendo una familia maravillosa tal y como ellos lo hubieran querido.
Terminó de acomodar todo justo en ese momento entra Michiru a la cocina tomando asiento frente a ella.
-Uuuhh! Amy eres increíble, preparaste mi pastel favorito, tus desayunos son deliciosos, ¿Por qué me consientes tanto? Yo debería ser la consentidora.
-Siempre lo haces Michi… además, uuumm… necesito pedirte un favor.
-Ah! Ya sabía yo que tanta amabilidad había de ser por algo.
-Michi nunca te pido nada es solo que, ya sabes no sé a quién más acudir.
-Hay pequeña claro que lo sé, tu jamás molestas a nadie, ni siquiera cuando eras una linda bebita molestabas, a diferencia de esos dos odiosos. –Ambas rieron con ganas.- Ya cariño suelta de una vez, en que necesitas ayuda?.
-Richard me ha invitado a una fiesta, bueno una ceremonia de su empresa… la verdad no se que usar, ni como peinarme… ya sabes no me agradan mucho esas cosas, tengo que comprar un vestido, la que me ayuda en estas cosas siempre, es Mina pero como no se encuentra en el país… entonces…
-Así que soy tu comodín eh.
-Michi no digas eso sabes que te adoro.
-Lo sé cariño, solo te molesto… me encantan tus mejillas sonrosadas. –Estiró su brazo por sobre la mesa para apretar levemente las mejillas de la chica.-
-Y? me ayudaras?
-Que no se habla más del asunto, serás la chica más bella esa noche… cuando es la fiesta?. –Pregunto curiosa su hermana.-
-El viernes.
-Entonces el lunes, pasado mañana iremos de compras, será una tarde solo de hermanas, hace semanas que no tenemos una tarde de chicas. –Sonrió ampliamente antes de llevar un trozo de pastel a su boca.
-0-
En lo alto de un edificio sentada en la terraza observando el mar inquieto de aquella noche se encuentra una chica de larga cabellera rubia atada en una cola alta, sus ojos color cielo no se dejaban ver del todo por el flequillo que llevaba sobre su frente además de la oscuridad que había en aquel momento, su mirada perdida en el horizonte y un teléfono móvil descansando en su mano derecha, ya estaba listo, el mensaje había sido enviado, ya no había vuelta atrás, después de todo había pasado mucho tiempo y las heridas ya habían cicatrizado, necesitaba volver con sus raíces con su gente, además… Giró suavemente para poder contemplar el interior de aquel departamento, fijó su mirada en la silueta que se encontraba recostada en la cama, sonrió dulcemente. Definitivamente ya había dado vuelta la página, y el destino le había dado una nueva oportunidad, para amar y ser amada.
Camino hacia el interior y se sentó en el borde de la cama junto a aquel hombre que ahí descansaba, lo observó detenidamente. Era completamente distinto a aquel patán idiota que le rompió el corazón en mil pedazos, dejándola incluso sin ganas de vivir. Suspiró profundamente… vaya si que eran muy distintos, pensó y era algo que le encantaba, quizás en lo único que ambos se podrían parecer era en el color de ojos, pero el hombre que se encontraba durmiendo en su cama, poseía los ojos más bellos que ella jamás haya visto, su mirada era dulce y seductora, pero a la vez le entrega una paz difícil de explicar. Le encantaba su cabello azabache despeinado, le daba un aire más relajado pero increíblemente seductor, su piel blanca levemente bronceada le daba el toque perfecto y contraste ideal con sus bellos ojos azul intenso, su porte varonil y cuerpo extremadamente sexy la hacía temblar, es verdad que era un hombre hermoso por donde se le mirase, pero no fue solo su aspecto físico lo que la cautivó.
Recordó cuando lo conoció y una sonrisa se apoderó de su rostro, ella apenas llevaba unas semanas en Nueva York trabajando full tiempo para tener todo listo con las nuevas campañas, iba caminando tan rápido que no notó que un distraído hombre venia caminando en dirección contraria a ella, sin poder evitar la colisión chocaron y ella derramó todo su café sobre él, pero él lejos de enojarse, sonrió ampliamente cuando sus miradas se encontraron y algo dentro de ella le dijo que su vida cambiaria.
Pasó el tiempo y ese hombre no solo se transformó en un pilar fundamental para sostener y sobrellevar su estadía en un país tan lejano al suyo, lejos de sus seres queridos y amigos. Él fue sincero desde el comienzo. Le dijo que le gustaba, que no descansaría hasta conquistarla, ella solo reía por las ocurrencias del que en esos momentos consideraba amigo, pero sabía que lentamente se estaba ganando su corazón y la verdad es que tampoco sintió ganas de luchar contra esos nuevos sentimientos a pesar de que había jurado solemnemente que jamás se volvería a enamorar. –y mírenme ahora… completamente enamorada, desde la cabeza hasta los pies.- pronuncio en voz muy bajita casi imperceptible. Pero es que como podría haber evitado enamorarse como una chiquilla de aquel hombre, si la esperó por tanto tiempo, si tuvo tanta paciencia, si hizo hasta lo impensado por arrancar sonrisas de sus labios. Ella se había confesado con él contando todo sobre su pasado, aquel amor que la lastimó tanto y él solo se limitó a consolarla y acompañarla, le entrego sus brazos como refugio y su pecho para que pudiera llorar y dejar salir todo lo que la aprisionaba por dentro, continuó firme a su lado siempre, hasta que un día ella no pudo seguir negando lo innegable… Seiya Kou había conseguido su cometido, había logrado enamorarla y hacerla sentir amada una vez más. Pero con él todo era distinto, cada día era diferente, todo era una aventura, se sentía amada, admiraba, deseada como jamás lo imaginó.
El hombre en su cama se movió mientras habría lenta y perezosamente los ojos, la vio ahí pensativa observándolo con una leve sonrisa en su rostro, acariciando su cabello.
-Cuál es el chiste bombón?. –dijo sin volver a hacer otro movimiento, solo se quedó ahí en la misma posición observándola fijamente.
-Tú. –respondió coqueta sin dejar de acariciar su cabello.- tú que te ves endemoniadamente sexy durmiendo sobre mi cama.
Seiya solo sonrió seductoramente, se incorporo un poco lo suficiente para poder rodearla con sus brazos y depositarla en la cama, rápidamente se posicionó sobre ella. Se acerco lenta y peligrosamente hasta su boca, sobre ella susurró.
-¿De verdad te parezco sexy?. Ella asintió con la cabeza.
-El más sexy del mundo.
Él terminó por acortar el espacio entre sus bocas y se besaron de forma apasionada, poco a poco comenzó a desprenderla de aquel molesto pijama que llevaba puesto, para dar paso a ese hermoso y delicado cuerpo, continuo besándola con ferocidad mientras ella rodeo con sus brazos el cuello de él, acarició su cabello y abrió las piernas para enredarlas en su cintura.
Lentamente la nariz baila sobre su perfil… sueña feliz
Baja al pecho que deseo dos botones desojo y se enredó
Tu sabes bien lo que es amar
Quiero saber si es solo una razón para ocultar la soledad
Sobre el vientre descanso un respiro resbaló Luego cayó
Mariposa que soñó que un respiro la besó Se sonrió
Tú sabes bien lo que es amar
Tu sabes bien, una falsa razón para ocultar la soledad
Ya había amanecido, se encontraban abrazados tumbados en la cama, el pasaba los dedos sobre sus hombros trazando dibujos invisibles sobre su piel.
-¿Así que ya les enviaste el mensaje?
- Sí, lo hice anoche.
-Entonces… ¿cuándo nos vamos?
-¿Estás seguro que te quieres ir conmigo?
-Señorita Tsukino futura señora de Kou… ¿cómo se te puede pasar por esa cabecita loca que te dejare sola?, eres mi mujer, aunque no estemos aún casados, lo eres… que no se te olvide bombón, donde tu vayas yo iré, si te quieres ir a vivir a la luna ahí estaré contigo, no me vuelvas a hacer una pregunta así… es como dudar del amor que te tengo.
-Cariño… esa no fue mi intención. –Le responde de forma dulce acariciando su rostro.- Te amo mucho y nada me haría más feliz que tenerte por siempre a mi lado… pero ¿tus hermanos? Es tu familia amor, no quiero separarte de tu familia.
-Princesa, desde que te conocí supe que llegaría el momento en que te irías, ¿crees que no sopese todo? ¿crees que no pensé en todos los cambios que se venían cuando me enamore de ti?, claro que pensé en todo, es solo que fue eso… me enamore, y quiero estar contigo por siempre… -Suspiró profundamente.- Serena he venido planeando y arreglando todo desde ese día.
-¿Seguro?, de verdad nada me haría más feliz, pero quiero que estés bien.
-Solo contigo puedo estar bien y por mis hermanos no te preocupes, ya te dije he venido arreglando todo desde antes… se vienen con nosotros.
-¿Lo dices enserio?.
-Claro que si bombón, ya lo hemos hablado y está decidido, Yaten quiere hacer nuevos negocios una nueva franquicia o algo así además de que bueno, ambos sabemos que está más que interesado en tu amiga Mina aunque él no lo admita abiertamente, y Taiki tiene unos asuntos pendientes allá, creo que negocios también, la verdad no quiso referirse mucho al tema, ya sabes cómo es, pero dijo que necesitaba averiguar unas cosas y encontrar a alguien o algo así… ¡ves preciosa! Está todo listo.
-Entonces partimos en dos días.
Continuara...
Espero que haya sido de su agrado, me gustaría que comenten para saber que les parece, ya que quiero realizar una especie de dinámica, tengo toda la idea central del fic y a lo que quiero llegar con cada pareja, pero el como llegar a ese punto es lo que quiero realizar en conjunto con ustedes. la pregunta de hoy es sobre Michiru, me cuesta verla con alguien que no sea Haruka y ahí es donde quiero sus opiniones si les parece o no, si prefieren a Haruka como hombre o como mujer, así depende de lo que decida voy tomando distintas temáticas.
Me despido hasta el próximo capitulo, que por lo demás ya están avanzados, si hay modificaciones las haré sobre ellos.
